Antes de todo quiero decir que si hay lemon, pero es experimental jsjs me refiero a que es la primera vez que escribo algo de este estilo y quiero ver que tal le va, so espero que les guste y eso <3
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La princesa pasó sus manos por la espalda del menor de arriba a abajo con lentitud como si de un cristal se tratase, Rosé seguía manteniendo el beso con pasión mientras se aferraba fuertemente del cuello de Jennie. La princesa detuvo sus caricias y el beso para tomar la cintura de la rubia y voltearla para dejarla apoyada en la cama bajo su cuerpo. Tomo otra vez los labios de Rosé entre los suyos apoyando sus manos por encima de los hombros de la menor provocando que esta se tensara.
—¿Estas segura? — se atrevió a preguntar Jennie al notarlo, Rosé trago duro y asintió.
—S-sí, solo estoy un poco nerviosa— confesó esbozando una pequeña sonrisa, Jennie sonrió para darle un corto beso en su frente y volver a tomar sus labios.
Comenzó a dejar besos por cada lugar del rostro de la menor para calmarla, en sus mejillas, su frente, su nariz, su mentón; decidió explorar el maravilloso cuerpo de su novia con sus labios, bajo sus besos hasta el cuello, sintió como Rosé soltó un hondo suspiro mientras abrazaba a Jennie apegándola a su cuerpo. La princesa continúo su recorrido descendiendo sus besos hasta la clavícula, para seguir bajando hacia su pecho, siguió con la parte de arriba del busto sintiendo como la menor soltaba bocanas de aire, Jennie levantó la mirada para ver como la rubia cerraba sus ojos elevando su cabeza con la boca ligeramente abierta, sonrió para sí misma al ver lo que estaba provocando.
Haciendo su acto algo más osado la princesa se atrevió a plantar un fuerte y sonoro beso en el pezón de la chica provocando un ligero gemido de la menor. Repitiendo lo mismo en el otro pecho continúo con su recorrido bajando sus besos por todo su estómago hasta llegar al monte de Venus en donde se detuvo para volver hacia arriba encontrándose con los luminosos ojos de Rosé que la miraban con lujuria y desesperación, la mayor comprendió inmediatamente.
Jennie aproximo su mano a la intimidad de su novia y con sus dedos acaricio la zona como si de una flor de loto se tratase, de arriba hacia abajo con delicadeza aumentando aún más la desesperación en Rosé.
—Jen...— se quejó la chica reprimiendo sus gemidos mientras mordía su labio con fuerza. La princesa dejo de burlarse de la menor posicionando sus dedos en la entrada húmeda de la chica.
Rosé se adueñó del pequeño bicep izquierdo de la princesa apretándolo con fuerza al sentir los dedos de su novia adentrándose en su interior tratando de familiarizarse con esa nueva sensación que luego de unos segundos se convirtió en placer. Jennie plantó un beso en sus labios mientras trataba de soportar las uñas enterradas en su brazo, a su vez con su otra mano mantenía el movimiento paulatino provocando que la menor soltara ligeros espasmos y gemidos que inundaban el ambiente en la habitación.
La mayor comenzó a atacar el cuello de la rubia mientras aceleraba el ritmo de sus dedos, en tanto con su mano libre Rosé acaricio la cadera de la mayor continuando con sus gemidos cada vez más fuertes a medida que la velocidad aumentaba. Un sentimiento de calor se instauro dentro de la menor, un calor que crecía a medida que la princesa se aseguraba de hacerla sentir en la cima de absolutamente nada pero que le encantaba. Rosé comenzó a apretar aún más fuerte el brazo de Jennie sintiendo como se acercaba a la cima del clímax, sus paredes se comprimieron a los dedos de su novia y sus piernas se tensaron al percibir como la ola de deleite recorría su cuerpo dejándola exhausta.
Jennie se separó de la chica quedando a un lado de ella sobre la cama para acomodarse.
—¿Todo bien? — pregunto Jennie con una sonrisa maliciosa, Rosé alzo la vista dándole un pequeño golpe antes de acomodarse entre sus brazos.
—Claro que si— respondió la menor aún recomponiéndose, la princesa planto un beso en la frente ahora sudorosa de la chica. Rosé alzo sus labios para besar a su novia descansando sobre el pecho de la morena.
—Qué bueno, feliz noche de bodas entonces— soltó la mayor en broma, Rosé soltó una ligera risa pellizcando a la princesa en su vientre.
—¿Recuerdas cuando te dije que quería huir contigo y volver a Abu Simbel? — pregunto la menor.
—Sí, ¿Por qué?
—Siguió pensando en la posibilidad— dijo, la princesa soltó una risa.
—De acuerdo, y si huimos ¿A dónde iríamos? ¿Y cómo viviríamos solas en medio del desierto?
—Pues, con tus joyas y las mías podríamos tener bastante dinero ¿No? — dijo la menor con tono de burla.
—Aún así tendríamos que huir a un reino del lado este, es decir, recorrer todo el Nilo hasta llegar al bajo Egipto y pedir asilo en el extranjero. En donde por cierto, me conocen por ser la princesa— explico Jennie haciendo que Rosé soltara un bufido.
—Arruinaste todo mi magnifico plan— se quejó provocando risas de su novia.
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—¿Puedo pedir un jugo de granada con naranja? — preguntó Jennie en dirección a su madre. La reina le dio una ligera risa asintiendo.
—¿Naranja con granada? — pregunto Chanyeol. —Es una mezcla muy rara.
—Tu eres una mezcla muy rara— bromeo la morena.
—¡Mamá! — exclamo el chico con la intensión de acusarla, la mujer se rio al ver lo infantiles que seguían siendo sus hijos.
—Tienen veintiún y diecinueve años, y todavía se comportan como unos niños— dijo el rey bebiendo de su copa, el ambiente en el comedor se volvió frio. Jennie rodó sus ojos negando para tomar otro bocado de su desayuno. La reina también cambio su ceño feliz al típico serio que mantenía diariamente.
—Somin, ¿puedes traer una jarra del jugo que pide Jennie, por favor? — ordenó la mujer tratando de romper el ambiente. La chica asintiendo yendo hacia la cocina.
Al entrar a la cocina y pedir el jugo, decidió partir con su plan (o el de Taejoon). Una de las ayudantes de la cocina le entrego la jarra con el jugo, por lo que decidió sacar seis copas de oro para servir el líquido, una vez listas rebusco entre su vestido con la precaución de nadie en el lugar la viera hasta encontrar la pequeña botellita que contenía el poderoso líquido. Lo pensó unos segundos con indecisión, todo había comenzado por los impulsos del general.
—¿¡Porque me trajiste aquí!? — exclamaba Somin mientras era arrastrada hacia el estudio del sacerdote.
—Tu padre está haciendo ofrendas con el rey en el templo, no volverá en mucho tiempo así que podrás hacer el veneno.
—¿Veneno? — pregunto Somin elevando el volumen de su voz. —¿De qué veneno hablas?
—Del que harás para Jennie y Rosé— respondió el chico quedándose en el umbral de la puerta, la chica aún seguía confundida ¿Por qué haría eso? —Yo cuidaré la puerta mientras buscas el papiro con la formula
—¿¡Q-que!? — pregunto Somin gritando. —¡No voy a hacerlo! ¡Ni siquiera sé por qué...
—Porque si no lo haces la reina se enterará de que eras una prostituta antes de venir aquí, que besaste a su hija y tienes planeado boicotear a tu propia hermana para ser la reina— hablo el chico interrumpiéndola. —No te conviene desobedecerme— advirtió. Somin resopló cerrando sus ojos con fuerza, maldiciéndose por haber confiado en ese hombre para contarle su vida y es que era increíble con el chico parecía cambiar de personalidad en segundos. Hace unos días parecía ser un chico amable y cariñoso, le demostró a Somin algo de amistad y la chica confió en el sin dudar, lo que ahora la toma por la espalda al recriminárselo.
—¿Por qué soy tan idiota? — se preguntó la chica para sí misma mientras se disponía a revisar las repisas con los papiros. Luego de unos minutos encontró el que buscaba, el veneno para dormir (o más bien remedio), unas yerbas tan poderosas que podían dormir a una personas por días hasta parecer muerto. Somin abrió el papiro y comenzó a leerlo, busco los ingredientes necesarios y los coloco en un mortero de piedra con un poco de agua del Nilo y aceites somníferos para obtener más efecto.
—¿Ya lo tienes? — pregunto el chico, Somin le dio una mirada de furia antes de seguir moliendo las yerbas. Una vez que estas estaban completamente molidas preparó una botella pequeña para vaciar el líquido en ella. Volvió el papiro a su lugar y limpio los utensilios que utilizó.
—No estoy segura de las medidas— comento la chica observando el líquido.
—¿Y eso importa? — pregunto el chico, Somin lo miro con sus ojos abiertos.
—Importa porque si las medidas no son correctas puede afectar de forma negativa, se supone que es un remedio natural de los dioses y si nos excedemos la persona puede morir— explico con convicción.
—Cierto, se me olvida que eres hija de un sacerdote medico experto— dijo Taejoon con sarcasmo. —De todos modos, si una de las dos muere es mejor para ti ¿No? — soltó una risa, Somin se quedó estática, un sentimiento de miedo la inundo. Miedo por el hombre que tenía en frente, una persona tan siniestra que le causaba una desconfianza enorme. Sin embargo, parecía ser la única persona que la escuchaba, eso la hace permanecer aferrada a la esperanza de sus planes funcionaran.
La botellita seguía entre los dedos de Somin, algo se revolvía dentro de ella, un sentimiento de miedo y alerta la inundo, ¿Qué pasaría con ella si algo malo sucedía? ¿Taejoon la ayudaría? ¿Saldría viva siquiera?
—Somin, la reina está pidiendo el jugo— le dijo un ayudante de la cocina, la chica al escucharlo escondió rápidamente la botella tras su espalda.
—Sí, voy enseguida— respondió. —¿El jugo ya fue revisado por los probadores? — pregunto con un tono temeroso, el chico asintió algo extrañado.
—Si ya lo hicieron y no encontraron nada extraño en el, así que puedes servirlo.
—Está bien, gracias— dijo, el chico se alejó de ella aun mirándola con extrañeza por su actitud. Una vez que este estaba lo suficientemente lejos, Somin volvió a sacar la botella, la destapó y con duda vertió la mitad del líquido en una de las copas. Estaba a punto de verter lo que quedaba en la segunda copa pero se detuvo, más bien algo lo hizo, su conciencia ¿De verdad se atrevería a envenenar a alguien? Pensó en los buenos momentos que tuvo con Jennie cuando eran amigas y en Rosé, no podía hacerle daño a su propia hermana, por más que sienta resentimiento por ella, no podía hacerle tal calaña de daño.
—Te estas demorando mucho y la reina se está desesperando— comento una voz a su lado, volvió a esconder la botellita en su vestido, era el chico de hace unos minutos, este tomó la bandeja y se encamino devuelta al comedor. Somin lo persiguiendo rápidamente.
—Yo la llevo— pidió. —La reina me lo ordenó a mí.
—Pues hazlo rápido— dijo el chico molesto devolviéndole la bandeja, la chica la tomo sin perder de vista la copa con el líquido en el. Continuo caminado hacia el comedor, al llegar pudo notar como la familia real esta dispersada en la conversación, el rey hablaba con la reina, Chanyeol con Sunmi y Jennie, Taejoon simplemente comía esperando a la llegada de Somin para no perderse el espectáculo, Rosé permanecía en silencio como de costumbre pero la chica noto algo.
Somin venia de la parte posterior de los asientos de los príncipes por lo que pudo notar como la mano de Jennie se colocaba por dejado del mantel para sostener la mano de Rosé que se encontraba a su lado, su sangre hirvió por alguna razón y al llegar a la mesa sirvió la primera copa a la princesa, luego a la reina y el rey para seguir con los demás.
—¿Qué fue lo que te tomo tanto tiempo? — pregunto la reina.
—Estaba esperando que los probadores confirmarán que el jugo no tenía nada sospechoso— respondió gachando su cabeza.
—¡Este jugo es lo mejor que he probado en mi maldita vida! — exclamo Chanyeol exagerando.
—¡Chanyeol! — exclamo el rey. —¡Cuida tu lenguaje! — el chico inmediatamente se calló asintiendo, Jennie estallo en risa.
—Les dije que es una mezcla exquisita— comento la princesa bebiendo el líquido de su copa con rapidez, Somin la observaba con algo de miedo. —Quiero más— pidió. Somin asintio yendo hacia la cocina nuevamente.
—Y bueno, Sunmi y Taejoon— hablo el rey. —Llevan casados bastante tiempo ya, ¿No han pensado en agrandar la familia? — pregunto. Sunmi rodó sus ojos desviando la vista.
—Aún no lo hemos conversado señor— respondió Taejoon a gusto. —Su hija aún continua siendo algo dura de ceder— comento riendo.
—Sí, la verdad es que haber arruinado mi vida una vez es suficiente— respondió la chica con una sonrisa cínica. —No necesito arruinarla otra vez— el rey le dio una mirada de furia a su hija mayor.
—¡Un brindis por eso! — exclamo Jennie alzando su copa para beber lo último que le quedaba de su jugo. El rey rodó sus ojos ante la actitud de la morena
—Y tu Jennie, ¿Ninguno de los prometidos que se presentaron te llamo la atención? — pregunto el hombre, Jennie negó soltando una risa. La reina la miro con cautela haciendo que la princesa se pusiera seria nuevamente.
—Y Hyunjin— hablo en hombre hacia Rosé. —¿Cómo ha estado mi nieto?
—Muy bien señor, es un bebé muy tranquilo y casi no llora por las noches— respondió Rosé con una sonrisa.
Jennie soltó un quejido de la nada alertando a todos menos al rey, el faraón sabe que su hija puede ser algo molesta solo para irritarlo a él. En ese momento Somin volvió con la jarra entera de jugo, Chanyeol fue el primero en tomarla y servirse, Taejoon también se sirvió dándole una mirada de complicidad a Somin.
—¿Puedo tomar un poco de agua? — pregunto Jennie cerrando sus ojos con fuerza.
—¿Ya no quieres jugo? — le pregunto Chanyeol, Jennie negó. —Genial, más para mi entonces— dijo tomando la jarra nuevamente para servirse más.
Rosé noto que algo andaba mal, Jennie apretaba su mano cada vez con menos fuerza hasta que finalmente la soltó para tomar su pecho.
—¿Estas bien? — le pregunto por lo bajo, Jennie abrió sus ojos con dificultad asintiendo levemente dándole una pequeña sonrisa.
—Aquí está su agua princesa— hablo Somin entregándole otra copa con el líquido, Jennie la bebió lentamente pero el malestar continuaba, frunció su ceño tratando de mantener su vista clara.
—¿Princesa se encuentra bien? — preguntó Taejoon mirando a Jennie con "preocupación". La princesa ni siquiera respondió, Rosé ya estaba comenzando a preocuparse al ver a su novia tan extraña, se volteo hacia Chanyeol que estaba a su lado para decírselo.
—Chan— le susurro, el chico se volteo para escucharla pero antes de pudiera decirle algo la reina hablo atrayendo la atención de todos.
—¿¡Jennie que te pasa!? — exclamó la mujer levantándose de su asiento para ir hacia a su hija, la princesa estaba tan débil que comenzó a tambalear en su asiento.
—Siento que...— trato de decir la morena sujetando su cabeza. La reina pidió que trajeran al sacerdote de inmediato mientras examinaba como podía a su hija, Chanyeol también se levantó de la mesa para ayudar, Sunmi también se levantó para tratar de tranquilizar a su madre, mientras que Rosé sentía que le arrancaban el corazón del pecho al ver como Jennie parecía sufrir.
La princesa llevaba varios minutos tratando de no desmayarse, pero se estaba volviendo insostenible, su vista estaba completamente nublada y sus oídos tapados, sentía que no tenía fuerzas para nada ni siquiera respirar, trato de tomar bocanas de aire con su boca pero apenas podía abrirla, termino por cerrar sus ojos cayendo en un oscuro absoluto.
El cuerpo de Jennie cayó sobre el pecho de su madre que permanecía a su lado, la mujer se espantó al notar que no se movía.
—¡Jennie! — grito esta vez Rosé con las lágrimas invadiendo su rostro, se levantó yendo hacia su novia para tratar de despertarla, mientras que la reina trataba de hacer caso omiso a la situación de tener a la novia de su hija frente a ella.
El rey, luego de notar que todo era real, se levantó también tratando de observar la situación, el cuerpo de Jennie estaba incoloro e inmóvil, el hombre se espantó.
—¡Traigan al sacerdote ahora! — grito. —¿¡Por se han demorado tanto tiempo!?
Taejoon se levantó siendo el último en hacerlo, se excusó con el rey diciendo que tenía asuntos urgentes que atender y que esperaba que la princesa se recuperara pronto.
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Las horas pasaban y pasaban, Jennie fue llevaba a su habitación por Chanyeol siendo seguidos por todos, el sacerdote estuvo más de dos horas examinándola, y es que la princesa parecía estar completamente dormida en un profundo y perduro sueño. Por lo que el sacerdote dictamino que no había de que preocuparse por el momento pues no era más que un simple desmayo.
Rosé por su parte estuvo toda la tarde en el jardín con Jisoo, la menor se paseaba de lado a lado, no podía ver a su novia pues la habitación de la princesa estaba repleta de personas. La reina no se despegó de su hija en ningún momento por lo que dificultaba aún más las posibilidades de ir a verla.
—Estoy muy nerviosa— comento para Jisoo, la mayor soltó un suspiro pensando en que podía hacer.
—¿Quieres ir a la sala de música? — le propuso, no era secreto que la única manera de tranquilizar a la menor es con música. Sin embargo se negó.
—Quiero ir a ver como esta Jennie— dijo mordiendo sus uñas. —Han pasado muchas horas ya y nadie dice nada.
—¿Quieres ir a preguntarle a tu padre? — pregunto Jisoo levantándose de la banca en la que estaba, Rosé asintió caminando en dirección al palacio pero rápidamente se detuvo.
—No, no puedo, probablemente este con el rey ahora— dijo recordando el horario de su padre.
—¿Entonces qué hacemos? — dijo Jisoo. Rosé paso una mano por su peluca con frustración. —¿Quieres ir al santuario a rezarle a los dioses? Quizás así la princesa Jennie despierte más rápido— propuso, Rosé asintió rápidamente tomando la mano de su dama para llevarlo al lugar.
—Si esa es una buena idea.
Para desgracia suya, Rosé tuvo que esperar mucho más de lo que tenía planeado para ver a su novia, y es que Jennie no despertaba hace dos días, su preocupación y nervios andaban por los cielos, pero no era la única urgida obviamente. Somin también ha estado muy nerviosa con la situación, jamás pensó que una simple infusión iba a causar tanto efecto sobre la princesa y aunque no lo demostrara, estaba aterrada con la posibilidad que definitivamente Jennie no despierte.
Según los diagnósticos del sacerdote Jennie solo estaba pasando por un periodo de cansancio extremo, es por eso que duerme día y noche sin siquiera moverse. Resultado que para la familia real no es muy convincente tomando en cuenta que la princesa jamás ha sufrido de una enfermedad de ese tipo. Con pesar y dolor, la reina y sus hijos no pueden evitar recordar los momentos en que Jennie no salía de su cama cuando Irene murió, pues si bien la situación no es la misma, el sentimiento de miedo que se instaura en ellos al existir la posibilidad de perderla es el mismo.
Rosé ha tratado de ayudar externamente, no ha podido ver directamente a Jennie aún por lo que ha continuado con sus rezos y ofrendas a los dioses. La reina no se ha despegado de la princesa en ningún momento, por lo que las posibilidades para Rosé eran mínimas. El día a día de la familia real se fue convirtiendo en un sepulcro silencioso, en cada comida, en cada junta familiar, la ausencia de Jennie era muy notable.
Esa tarde se cumplirían tres días desde que la princesa cayo en ese sueño eterno y la futura reina tenía planeado irrumpir en la habitación de su novia a la fuerza si era necesario. Su desesperación termino por consumirla por lo que decidió que iría a verla cueste lo que cueste.
Con la ayuda de Jisoo llego a la habitación de Jennie al notar que la mayoría de sirvientes ya se habían ido seguramente a dormir.
—Bien, hasta aquí llegas tu— susurro Rosé quien cargaba a Hyujin entre sus brazos, Chanyeol y Joy habían salido del palacio esa noche por lo que la menor tuvo que quedarse cuidando al bebé.
—¿No quieres que me quede con ustedes? — pregunto Jisoo susurrando. Rosé negó mientras encaminaba la pequeña cuna hacia la puerta.
—Estaremos bien— aseguro la menor. —Tú también tienes que descansar, así que ve a dormir y nos vemos mañana.
—Está bien, pero si necesitas algo solo ve a despertarme— dijo la mayor despidiéndose. Rosé asintió dándole una sonrisa.
—Gracias por ayudarme.
Los guardias abrieron las puertas para Rosé quien al entrar noto que la reina permanecía allí a un lado de la cama arrodillada frente a Jennie, su novia no se veía bien, estaba demasiado pálida y erecta en su posición, su corazón se encogió al verla así.
—¿Dejo la cuna por aquí? — pregunto uno de los guardias que la ayudo entrando la pequeña cama, Rosé asintió mientras trataba de hacer caso omiso al nudo que tenía en su garganta.
—Gracias— soltó casi inaudible. La reina alzo su cabeza para mirar a la menor, Rosé se tensó inmediatamente, pero la mujer volvió su mirada hacia Jennie luego de unos segundos. —Y-yo, no sabía que usted estaba aquí— explico la menor.
—Está bien— respondió la reina con la voz entrecortada. —Pensé que vendrías antes.
—Sí, yo quise venir antes pero no quería causarle...incomodidad a usted— explico Rosé. La reina soltó un hondo suspiro rompiendo en lágrimas, la menor no supo que hacer jamás se había imaginado ver a la reina llorar, se distrajo meciendo un poco a Hyunjin para no sentirse tan incómoda.
—Ella, ¿Te ha hablado sobre Irene alguna vez? — le preguntó la reina sin mirarla. Rosé soltó un suspiro cerrando sus ojos con fuerza.
—Sí, me conto todo sobre ella— respondió la menor.
—Entonces sabes porque me odia tanto— dijo la reina soltando un sollozo. La menor trago desviando su vista.
—Jennie no la odia— aseguro la menor mirando hacia el piso. —Solamente esta sentida con usted y con el rey— explico, la reina alzo la cabeza para mirar a la chica. —El daño que le hicieron fue muy fuerte para ella y más aun siendo ella una chica de diecisiete años, no es por justificarla pero las personas que se suponía que tenían que protegerla y cuidarla terminaron siendo las que más daño le han hecho— soltó Rosé con algo de nervios. —A pesar de eso Jennie no piensa que ustedes son las peores personas de la tierra, cuando usted y ella retomaron su relación de madre e hija estaba realmente feliz, y su padre...bueno, el rey, sin faltare el respeto, aún no se da cuenta de lo que provoco en su hija y Jennie no es la que tiene que acercarse a él para resolverlo— termino de decir, la mujer soltó un suspiro gachando su cabeza.
—Tienes razón— susurró levantándose del piso, Rosé soltó una bocana de aire honda pues jamás se imaginó decirle eso a la reina y que esta se lo tomara bien. —Eres una chica muy sensata y buena Rosé, serás una gran reina— aseguró. — Debería ir a descansar, he estado los últimas dos noches aquí — dijo soltando una ligera risa. La menor le devolvió una ligera risa viendo como la mujer pasaba a su lado para despedirse de ella y del bebé. —Buenas noches Roseanne.
—Buenas noches reina.
Luego de que la mujer saliera de la habitación, Rosé fue inmediatamente a ver a Jennie, dejo a Hyunjin en la pequeña cuna para ir hacia el borde de la cama y arrodillarse en el mismo lugar en donde estaba la reina. El rostro blanco de Jennie y sus cortas respiraciones que le daban el aspecto de estar durmiendo como cualquier persona. Rosé tomo la inerte mano de su novia para apretarla con fuerza.
—Amor— susurro mientras pasaba su otra mano por el pelo de Jennie. El nudo de su garganta comenzaba a subir haciendo que sus lágrimas salieran. —No pude venir antes pero aquí estoy ahora— apretó la mano de la princesa con fuerza. —Despierta por favor— rogó.
Probadores: Personas encargadas de probar la comida antes que la realeza para saber si tenia algún veneno.