Romanogers.
—¡Romanoff!— Jordan grita por su celular, estaba en una llamada telefónica con la rusa.
—Anciana, ¿qué pasa?— Habla Natasha al otro lado de la línea..
Jordan suspira. —Necesito de tu ayuda para infiltrarme en la Unidad Especial Antiterrorista.— Dijo ella caminando por su habitación en el palacio de Wakanda.
—Pero puedes hacer eso sola, eres Dark Queen. ¿Por qué me necesitas?— La pelirroja siguió preguntando.
Jordan rueda los ojos y se teletransporta a donde está Nat, frente a ella. —Quería verte.—
Romanoff pega un gritito y se tapa su cuerpo desnudo con las sábanas. —¡Se avisa, estúpida!— Gritó la rusa. En ese momento un Steve Rogers salía del baño en bóxer y bostezando.
—¡No puede ser!— Jordan grita y hace un bailecito. —Mi niño ha crecido, ya es todo un hombre. ¡Yes!— Se lanza a la cama empezando a saltar sobre Nat. —¡Si! Gracias, Nat. Tú eres la mujer perfecta para él. — La ojiverde cae sobre la antes nombrada y le da mil besos en la cara.
Steve estaba muy sonrojado, así que solo se movió para ponerse los pantalones. —J-jor... Jordan, no hagas una fiesta por esto.— Dice en balbuceos el rubio.
—Ganas no me faltan pero tengo una misión, cuando Buck despierte si haré la fiesta. Perdiste la virginidad a los 98 años, hay que celebrarlo.— Jordan se mete bajo las sábanas junto a Nat y ve bajo ellas. —Uh, así que a Steve le gustan así, con curvas.—
—¿Tenías que hacer esto más raro?— Nat se queja y se coloca su bata de baño, ya que fue lo primero que encontró.
Jordan ríe a carcajadas aún acostada en la cama. —Se lo tenían guardadito, eh. Los felicito, hasta lograron engañarme con ese papelito de somos amigos solamente.—
Steve ve al piso, mordía sus labios ocultando una sonrisa pícara. —Te lo íbamos a decir.— Dijo él viendo a su hermana.
—¿Cuándo? ¿Luego de la boda? Dios, ya sé que sentiste cuando nos descubriste a nosotros teniendo sexo en la terraza de aquel hotel.— Jordan toma una revista y empieza a ojearla. —Vístanse y háganme almuerzo, debemos hablar de algo importante.—
Steve rueda los ojos y se coloca la camisa, va a cocinar.
—No le vayas a decir a Sam, por favor.— Romanoff le suplica a su amiga.
—Bruce fue una fachada entonces, ¿o si lo querías?— Jordan le habla sería.
Natasha suspira. —Lo quise, si. Pero me abandonó y no puedo esperar para toda la vida por él. Steve me quiere y yo lo quiero a él, así que ya está.— Dijo la rusa colocándose unos pantalones.
Taylor sonríe grande. —Ay, esperé tanto por esto.— Se burla.
—Deja de fastidiar o te dispararé.— Nat sale de la habitación.
Jordan sale tras ella riendo y observó como la pelirroja fue hacia Steve y le dió un corto beso en los labios. —Dale otro pero con pasión, quiero ver.—
Rogers ve a su hermana. —Dios, como quisiera poder callarte.— Tomó a Nat de la mejilla y le dió un beso bastante fogoso. La rusa solo pudo seguirle bobita.
—Ok, ok, ya. Estoy aquí y no quiero verlos fornicando.— Jordan los separa.
Steve le da un beso en la frente a la Teniente. —Te extrañé.—
—Iug. Tu saliva y la de Nat en mi frente, guacala.— Jordan se queja.
Nat le dispara a Jordan en una pierna.
—¡Mierda!— Jordan grita por la punzada de dolor pero rápido se le pasa.
—¿Qué? Te lo advertí.— Romanoff se encoge de hombros y va a sentarse para comer.
Steve solo negó con la cabeza y sirvió en almuerzo. Luego de un rato de una charla acerca de como estaban todos y burlas de Jordan, se pusieron a hablar de lo realmente importante.
—Entonces, ¿quieres infiltrarte en ese edificio?— Habló Nat.
Jordan asintió. —Por eso necesito de ti, quiero que me consigas los planos y la ubicación exacta del libro rojo que activa al soldado.—
—¿Yo que haré?— Pregunta Steven.
—Bueno, no contaba con que estuvieras con Nat, así que no sé. Quizás puedas llevarme a Wakanda luego de que robe el fulano libro.— Dijo Taylor.
—Claro, lo que sea por Buck.— Dice Rogers bebiendo café.
—Ustedes dos siempre me parecieron muy gays, hasta llegué a pensar que tú eras mi competencia, Grant.— Jordan dijo mordiendo una manzana.
Steve vuelve a rodar los ojos. —Bucky y yo somos como hermanos.—
Taylor ríe. —Esas fueron mis palabras a los 16 y mírame, loca y perdidamente enamorada de ese castaño con ojos azules.— Suelta un suspiro.
—¡¿Qué te pasa?! Yo soy un hombre.— Exclama Steve indignado.
—Desde ayer, amor.— Se burló Nat.
Steve la ve. —¿Tú también?—
—Aw, le dijiste amor. Que bonito.— Jordan chilla de emoción.
—Cuando aprenda, voy a fastidiarte igual pero usando a Bucky.— Dijo Rogers.
Taylor suspira. —Ojalá, aunque veo eso lejos, ¿sabes?—
—Debes ser optimista.— Habló Romanoff.
Jordan sonríe de lado. —Lo sé, la cuestión está en que ya no sé si pueda.— Dice cabizbaja.
—Oye, oye. No puedes rendirte ahora. Llevas casi 90 años intentando estar con él. Las mejores y más duraderas historias de amor suelen tener muchos momentos difíciles.— Steve toma las manos de su hermana. —Bucky y tú son almas gemelas, siempre se encuentran. Ya tendrán el suficiente tiempo para amarse sin interrupciones.—
—¿Y si yo no tengo tiempo?— Jordan pregunta.
—¿A qué te refieres?— Nat le dice.
Taylor se pone de pié y camina por la cocina. —¿Me creen si les sigo que soy dios?—
—¡¿Qué?!— Romanoff y Steve gritan al mismo tiempo.
Jordan hace un berrinche cual niña de chiquita. —Creé todo, ¿si? El sol, la luna, las estrellas, cada cosa que existe la hice yo. Hace meses cuando supuestamente me fui, estuve en un planeta, no sé cual, quizás nadie de aquí lo sepa pero pertenezco allá. A lo que quiero llegar, ¿qué pasará cuando deba volver allá arriba y no pueda volver a bajar? ¿Cuándo el envejezca y muera?— La chica abraza a Steve. —No podré vivir con eso, Steve.—
—Shh. Tranquila.— Rogers le acaricia la espalda. —Si eres ese dios que todo lo puede, lograrás ser feliz con Bucky, ya vas a ver. Ten fe.—
Jordan lo abraza mucho más fuerte.
—Si, serás inmensamente feliz. Ya te vi teniendo gemelos.— Nat abraza a su amiga también.
Taylor ríe. —Bien, ya basta de sentimentalismos. Necesito ese libro.— Dijo ella seria.
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Holaaaa!
Aquí un nuevo capítulo. Espero que les guste, disfruté mucho escribiéndolo. Gracias por sus lecturas, comentarios y votos. Los quiero mucho aunque no los conozca. Nos leemos mañana. Bye.
#Angie. ❤