Alexandra Coleman
Vivir en Italia para mí era como vivir en un sueño. El ambiente era demasiado tranquilo y por lo regular no teníamos muchos altercados con nadie más.
Trabajo desde casa atendiendo asuntos de la empresa por la mañana, Sofi durante ese tiempo me ayuda a cuidar a los gemelos. Siempre trato de terminar todo en el menor tiempo posible para de dedicarme lo más que pueda a mis hijos. La verdad que es un poco agotador, pero nadie dijo que ser mamá, empresaria y mafiosa al mismo tiempo sería fácil.
Los gemelos Giorgio y Valerio ya habían cumplido un año hace tres meses, la edad los hacía muy latosos en el sentido de que como ya caminan, quieren recorrer cada rincón de la casa y nos da miedo que se puedan lastimar al tratar de subir las escaleras porque aún no tienen mucha fuerza sus cuerpecitos.
...
Ocho meses después de que me case con James quedé embarazada nuevamente, la casa si ya estaba llena de felicidad con esa noticia se llenó muchísimo más.
Estaba tan feliz y agradecida por la vida que tenía, me sentía orgullosa por todos y cada uno de los integrantes de mi familia. Luego de tantas tristezas éramos felices o por lo menos todos.
Mi hermano Steve estaba pasando por un momento complicado, al fin había encontrado a alguien que le gustara, pero la situación era complicada. A pesar de eso todos nos encontrábamos bien.
...
Estaba con Sofi en el jardín viendo jugar a los gemelos, mi celular comenzó a sonar y atendí sin fijarme de quién se trataba.
-¿Alo?
-El rey tiene una linda familia, sería una lástima que alguien la destruyera – toda la piel se me erizo al escuchar aquello
-¿Quién demonios eres? – levante la voz llamando la atención de los escoltas
-Pronto sabrán de mi princesa Miller
FIN DE LA LLAMADA
-Señora se encuentra bien – pregunto Dominick. Negué y le lance una mirada a Sofi
-Nana por favor sube con los niños a su habitación y no salgan hasta que se los indique
-Si mi niña – asintió con preocupación
-Erick, Tony – ellos se pararon frente a mi enseguida – Vayan con Sofi y no se les despeguen ni un minuto
-Si patrona – se adentraron en la casa cargando cada uno a un niño para ayudar a Sofi
-Dominick dile a los chicos que estén alerta, llámale a mi esposo y dile que lo necesito en casa ya mismo. Te espero en la oficina.
Me memorice el número del que me habían llamado y desbarate todo el celular, lo que menos necesitaba ahora es que pudieran rastrearme o intervenirme.
Justo cuando estábamos tranquilos tenían que comenzar de nuevo a joder, ¡maldita sea!
-Señora ya viene el patrón – Dom se paró en el marco de la puerta
-Gracias, necesito que me ayudes a rastrear este número de teléfono. Quiero saber quién y desde donde me llamo.
Le llame a Steve desde el teléfono de la casa, necesitaba que viniera. Algo dentro de mí me decía que esa llamada estaba cargada de un buen lío y que ahora más que nunca tendríamos que estar todos juntos.
-Alex – entro James corriendo dentro de la casa - ¿Estás bien?, ¿Por qué llamo Dominick y no tú?
-Tranquilízate – lo abrace cortando la bomba de preguntas – Estamos bien, pero y tú. Estas demasiado alterado, que yo sepa Dom no te dijo nada, ¿Qué te ocurrió?
-Mis hermanos tuvieron un ataque en la casa – me miro con los ojos cristalizados - Evan está muy grave – la noticia fue un golpe bastante duro para mí, eso solo confirmaba que la persona que me llamo es un peligro para todos
-Tenemos que ir a California – le dije a James tratando de no ponerme a llorar, mi marido me necesitaba entera
-No, tu no irás – se alejó de mí mirándome serio - Aquí vamos de nuevo – pensé rodando los ojos tomando la misma postura que él – No me mires así, no está en discusión Alexandra. Te dije no vas.
-Henderson, asegúrate de que el avión esté listo. A más tardar una hora tendremos que estar volando rumbo a california, dile a todos que empaquen sus cosas, nos vamos – ordene seria mirándolo de reojo, este asintió y se fue
-No se trata solo de Evan, todos estamos en peligro - James iba a hablar, le hice una seña de que se callara – recibí una llamada, evidentemente era una amenaza hacía nuestra familia.
-¡Maldición! – se llevó las manos al pelo en señal de enojo - Con mayor razón debes quedarte aquí
-James cuántas veces hemos intentado resolver los problemas estando separados – cuestione levantando una ceja
-Muchas
-Y en todas fracasamos - puntualice – Ambos sabemos que no podemos estar separados, sería demasiado peligroso.
-Lo sé, pero tengo miedo de que puedan volver a lastimarte – su mirada no mentía, mi hombresote frío con todo el mundo se desmoronaba si de su familia se trata
-Estaremos bien – se acercó a mí hasta unir nuestros labios
-Acabemos con el hijo de puta
...
Lizeth Miller
Esta mañana estábamos desayunando Nicolas, Kyle, Evan y yo cuando de repente se comenzaron a escuchar disparos, enseguida nos unimos a los demás chicos a combatir al enemigo. Terminamos con todos o eso parecía, no nos dimos cuenta de que un francotirador estaba acechándonos hasta que fue demasiado tarde, mi hermano Evan cayó al piso por un impacto en el abdomen.
Los chicos inmediatamente se dieron cuenta y acabaron con el tipo que le disparo.
-Evan, hermanito no cierres los ojos. Estarás bien, te lo aseguro – le sonreí haciendo presión en la herida
-He soportado cosas peores – río levantándose con dificultad, pero estaba perdiendo demasiada sangre
-Liz, vamos – Nico aparco la camioneta a unos metros, lo subió con ayuda de los escoltas
-Preciosa – se acercó Kyle corriendo a mí, había ido a revisar que no quedara nadie más – Evan se pondrá bien, yo me quedare a investigar y en un rato te alcanzo – asentí y me subí en la camioneta junto con Nico, llevamos a mi hermano a urgencias y apenas llegamos al hospital lo atendieron.
Llame a James para avisarle, intente llamarle a Alex, pero no entraba la llamada, me preocupaba que algo malo le ocurriera también a ellos. Llame a Steve, me dijo que Alex estaba bien, le dije lo de Evan y dijo que inmediatamente volaría hacía acá.
...
Pasaron horas y Evan seguía en el quirófano, nadie nos decía nada. Kyle ya estaba conmigo, me trataba de calmar junto con Nico, pero nada calmaba mi preocupación.
-Familiares de Evan Miller
-Soy yo – respondí acercándome al doctor rápidamente
-El señor esta grabe, necesita una transfusión de sangre y no hay de su tipo aquí en el hospital.
-Le donare de mi sangre – dijo James, iba llegando junto con Alex
-Necesita hacerse el chequeo, venga conmigo – ambos se fueron
-Liz – me abrazo mi cuñada
-Creí que te había pasado algo, te llame y no me respondiste – correspondí a su abrazo
-Te platico en la casa – me sonrió. Con su mirada me daba a entender que algo le había sucedido, nadie dijo nada.
Todos nos quedamos en un silencio sepulcral esperando a que James regresara, nadie pensó que cuando lo hiciera traería una noticia que nos caería como un balde de agua helada a todos, en especial a Alex.