Tan pronto como Serena se dispuso a prepararse, salí de su habitación y me dirigí hacia Haruka quien ya se encontraba hacía mucho rato en el vestíbulo esperando mis indicaciones.
Después de aproximadamente veinte minutos, Serena bajó cada uno de los escalones con una verdadera determinación, confianza y elegancia como solo una verdadera dama podía hacerlo.
Estaba tan embobado con el ángel que descendía justo ante mis ojos que no me pude mover de la impresión hasta que Haruka me golpeó ligeramente con su codo indicándome que los presentara formalmente.
—Mira Serena, él es Haruka, el amigo del que te hablé.
—¡Mucho gusto Serena! ¿Puedo llamarte así o prefieres que te llame "señorita Serena"— Haruka trataba de hacer que ella depositara su confianza en él.
—No, Serena está bien, no me gustan mucho las formalidades— ella hablaba con soltura, creo que después de todo le había caído bien, aunque pensé que tal vez mi siguiente confesión cambiaría su perspectiva.
—Serena, él es un muy buen amigo, lo conocí en Londres, me abrió las puertas de su casa cuando lo necesité y me apoyo en lo que estuvo a su alcance. También es un excelente abogado, y... es hermano de Michiru— toda la sonrisa que dibujaba en su rostro desapareció de golpe al escucharme hablar.
—¿De que se trata todo esto Darien? ¿Acaso estás burlándote de mi? Debí suponer que no habría ninguna ayuda de tu parte, después de todo, Seiya es tu hermano. Lo más probable es que ambos sean iguales— al decir eso ella giró su cuerpo intentando regresar a su habitación, pero afortunadamente Haruka la sujeto del brazo impidiendo que lo hiciera.
—¡Espera! ¿Por qué pensar que nosotros somos como nuestros hermanos? Sé perfectamente que tanto Seiya como Michiru te han lastimado y te han hecho pasar por múltiples humillaciones, pero que eso no sea motivo para que nos etiquetes. Creo, sin temor a equivocarme que Darien te ha ofrecido su apoyo incondicional una y mil veces, eso debería ser motivo suficiente para que confíes en él y en sus buenas intenciones. En cuanto a mí, sé que no me conoces, pero te aseguro que no soy como Michiru, de hecho, no estoy de acuerdo con las circunstancias bajo las que se produjo su embarazo, y mucho menos con la forma en la que se ha comportado contigo. Créeme que lo único que deseo es ayudarte.
Serena observaba con un poco de confusión, pues era bastante comprensible que desconfiara de Haruka, siendo hermano de Michiru, ella podía esperar cualquier cosa.
—Te dije que no te voy a dejar sola— le expresé sujetándola de ambas manos —Dale una oportunidad a Haruka, te prometo que no te hará daño, y si lo hace, yo mismo seré quien lo aparte de nosotros ¡Te lo prometo!
Serena soltó mis manos, me observó durante algunos segundos y me abrazó fuertemente —¡Gracias!— me susurró al oído. Inmediatamente salimos rumbo a nuestro destino, la estación de policía en la que colocaríamos de manera oficial la denuncia correspondiente.
Después de un largo trayecto logramos llegar. Serena se veía muy nerviosa, no era fácil lo que estaba a punto de hacer. Sin duda era una chica muy valiente, y para su buena fortuna, contaba con el apoyo incondicional de Haruka y el mío.
—Buenas tardes señorita— comenzó a hablar mi amigo ante la recepcionista del lugar —soy el licenciado Haruka Tenoh, estoy aquí representando a mi clienta, la señorita Serena Tsukino. Queremos realizar una denuncia en contra del señor Seiya Kou por los delitos de chantaje, posesión de videos e imágenes íntimas, así como su posible distribución— nunca había visto a Haruka ejerciendo su carrera, pero sin duda era todo un profesional, hablaba con tanta fluidez sin titubear un solo segundo. Tenía mucha fe en él y en qué todo saliera bien.
—Debemos armar un expediente, por lo que voy a pedirle a la señorita que pase en compañía de su abogado para rendir su declaración. Dada la magnitud del delito del que fue víctima su clienta, le proporcionaremos un psicólogo si es su deseo— nuevamente hablaba la encargada del lugar.
—No es necesario, una psicóloga de mi completa confianza está por llegar, será ella quien le de el apoyo emocional que la señorita Tsukino necesita— Haruka anunciaba la próxima llegada de Lita, con lo que Serena nuevamente entró en pánico.
—Darien, no sé si pueda hacerlo, será muy difícil hablar de todo. Si para mí es complicado contártelo a ti, imagínate si intento hacerlo frente a personas que no conozco.
—Sé que lo harás— le dije envolviéndola en mis brazos —eres muy fuerte, ya diste el primer paso, no te detengas ahora, acabemos con todo este sufrimiento de una buena vez.
—Te prometo que voy a intentarlo, aunque él solo hecho de recordar todo va a ser muy doloroso.
—No te preocupes, tan pronto como llegue la amiga de Haruka entrarás a esa habitación para sacar todo eso que te impide ser feliz.
—Darien ¿Podrías entrar conmigo? Sé perfectamente que si no me acompañas no voy a tener el valor para actuar. Además también deseo que tú escuches lo que tengo que decir y que sepas de una buena vez por qué hice todo eso.
—Si es tu deseo, entonces entraré— sé que con mi compañía ella se sentirá mucho más tranquila.
Mientras Serena y yo platicábamos, Haruka se había retirado un poco de nosotros, así que al intentar localizarlo, pudimos verlo cerca de la entrada de estación de policía en compañía de una mujer colocada de espalda hacia nosotros.
Debí reconocer que a simple vista, y con lo poco que podíamos observar, se notaba que era mujer muy imponente. Media aproximadamente un metro con setenta centímetros, casi alcanzaba el 1.80 con la altura adicional que le daban los tacones que usaba en ese momento. Su larga cabellera castaña caía desde su cabeza, suelta hasta llegar a la cintura. Portaba un traje sastre en tono gris y sujetaba en su mano derecha un pequeño portafolio.
No sabíamos que esperar de semejante mujer, pero estábamos seguros de que si era amiga de Haruka y el la había recomendado, era una mujer fiable. Por fortuna, todas nuestras preocupaciones desaparecieron cuando ella se dió la vuelta y quedó justo en frente de nosotros. La amiga de la que tanto hablaba Haruka era la misma Lita que habíamos conocido en la preparatoria. Ahora más que nunca, estaba seguro de que todo gustaba a nuestro favor.
—¡Hola Darien! ¡Que sorpresa! Nunca me imaginé que volvería a verte, no después de que te fuiste a Londres.
—¡Lita! Pues debo confesar que yo también estoy bastante sorprendido, nunca me imaginé que Haruka y tú se conocieran.
—Si, nos conocimos hace algún tiempo en la corte, nos gustaron nuestras formas de trabajo y desde entonces resolvemos casos juntos.
—Es una suerte que seas tú la psicóloga que atenderá a Serena.
—Por cierto ¿Que sucedió? ¿Que te hizo ese patán? Siempre supe que no era bueno, pero nunca me hiciste caso. Desde que terminamos el colegio y te prohibió continuar con tus estudios jamás te volví a ver. Eras mi mejor amiga Serena, me preocupó mucho tu distanciamiento, más por qué sabía que Seiya te manipulaba a su antojo y tú lo dejabas ¿Por qué Serena?— ella no tenía una respuesta razonable, lo único que hizo fue quedarse completamente muda con sus ojos viendo hacia el suelo fijamente.
—Lita, es un gusto que conozcas a Serena, eso le facilitará hablar y contarte toda su experiencia, pero te pido por favor que mantengas tu postura profesional. Por el momento no eres su amiga, eres su apoyo emocional— Lita se sonrojó un poco en señal de vergüenza, pero en el fondo, yo entendía el cariño que sentía por Serena y toda la rabia que debía tener al enterarse de todo lo que obviamente Haruka ya le había contado sobre el caso.
—¡Esta bien!— dijo Serena elevando nuevamente su rostro —tienes razón Lita, fui una tonta, en algún momento pensé que el amor era sacrificio, pero hoy sé que no de ese tipo, ahora sé que el amor no debe doler, el amor es velar siempre por el bienestar de la otra persona y hacer hasta lo imposible por verla bien— creo que Serena estaba haciendo referencia a mis acciones hacia ella pues cuando hablaba no dejaba de mirarme de una forma tan tierna, que hizo que de inmediato, mi corazón se acelerara.
—Pues bien, comencemos entonces— habló Lita mientras tomábamos asiento en la sala en la que le sería tomada su declaración. —Cuéntame Serena ¿Cómo empezó todo?
—Pues fue cuando me hice novia se Seiya solo para darle celos a Darien. Al poco tiempo él partió y fue ahí cuando comenzó mi verdadero infierno. Comenzó y a ser controlador, y posesivñp, poco a poco me fue alejando de todas las personas que conocía, al grado de aislarme del mundo por completo.
—¿Cómo inició lo de las fotografías?— cuestionaba Lita. Entonces comencé a escuchar el peor de los relatos que alguien hubiera podido contarme.
—Cuando mi tía falleció me sentía muy sola, así que Seiya me propuso que viviéramos juntos y yo tontamente acepté. La primera noche que pasé en su casa fue tan terrible. Seiya quería que tuviéramos intimidad, pero yo no me sentía lista para hacerlo. Le pedí que esperara un poco más, pero el se molestó e intento animarme con besos y caricias muy sugerentes. Le pedí que se detuviera, pero se llenó de rabia, me acusó de estar pensando en Darien y entonces me obligó a estar con él. Fue muy duro ese momento, pero vendría algo peor. Seiya necesitaba recursos económicos para patrocinar el inicio de su carrera en la música, así que me vendió a varios hombres. Yo nunca fui conciente de lo que hice, la mayoría de las veces me sedaba y cuando yo reaccionaba simplemente me daba cuenta que había tenido un encuentro con alguien.
Yo estaba tan molesto, lleno de furia, que lo único que hice fue salir corriendo para matar a golpes al desgraciado de Seiya, pero Haruka salió tras de mí para detenerme.
—¿A dónde vas?— me cuestionó mientras me sujetaba por detrás de ambos brazos y entrelazaban su pierna con las mías evitando que pudiera escapar.
—¡Lo voy a matar!— le dije con un fuerte grito.
—No te comprometas Darien ¿Que será de Serena sin ti? Piensa en ella, deja que sea la ley quién lo castigue por lo que hizo, como te lo dije, pasará un buen tiempo tras las rejas.
—Esta bien, lo haré, pero solo por Serena, no quiero alejarme de ella.
Entonces ambos volvimos a la sala para escuchar a Serena terminar con toda su historia.