Hacer el amor con Lauren era como crear una obra de arte, sinceramente era como tocar el cielo una y otra vez. El lenguaje que usaban era tan conocido por ambas que no necesitaban palabras. Lauren era una experta en hablar con sus manos, en recorrer su cuerpo como si de una artista se tratara, como si estuviera dibujando a través de sus caricias los trazos de Van Gogh en su cuerpo.
Camila no tenía suficiente, necesitaba detallar cada centímetro, estudiarlo sin parar.
Era algo mucho más profundo que el sexo en sí, era el amor, la consumación de sus sentimientos compartidos. Camila juraba que se sentía elevada a los cielos, fuera de su ser. Sus cuerpos chocando, apenas podía respirar cuando eso sucedía y quizás por eso era tan adictivo.
Despojada de sus dudas, era como si Lauren estuviera allí para salvarla, como si fuera la prueba viviente de que existe algo mucho más allá de lo terrenal. Sus sentimientos eran tan fuertes, vívidos y profundos que no había sensación capaz de compararse.
¿Cómo iba a renunciar a ella ahora que todo había vuelto? Era algo impensable. Se habían encontrado de nuevo, Camila se sentía completamente a salvo y no estaba dispuesta a quedarse a la deriva nunca más.
Ambas estaban en la cama que fue testigo de su amor durante aquellos dÍas. Camila ni siquiera sabía muy bien qué hora era ni cuánto tiempo llevaban encerradas en aquella habitación, había perdido la noción de todo y no existía nada más, salvo el olor de aquella mujer, sus caricias y el deseo que se había escapado incontrolable y las dominaba a ambas sin control.
－Deberíamos vestirnos, Jenny llegará en un par de horas－anunció Lauren.
－Todavia tenemos tiempo－rezongó la menor y no encontró resistencia cuando se colocó de nuevo sobre Lauren y la besó con ganas.
El tiempo y el espacio se condensaban y creaban un mapamundi iluminado y grandioso que nadie más podría interpretar. Era todo suyo.
－¿Qué vas a hacer ahora?－preguntó Lauren un rato después－. Quiero decir... ¿Tu decisión es firme? －cuestionó dudosa－. ¿Vas a dejar a Shawn?
－No puedo seguir con él, Lo－reconoció apartándose el pelo de la cara－. Eres el amor de mi vida y no tiene sentido alargar más las cosas.
Lauren la miró conmovida con esas palabras y se fundieron de nuevo en un beso. Tenían mucho que recorrer y, era lógico que Camila tuviera ciertos temores. No era la primera vez que apostaba por Lauren y lo perdía todo pero ¿Qué otra opción tenía? Simplemente no podía ir en contra de su propio corazón y sentía que si estaba lejos de Lauren simplemente no vivía, solo se mantenía a salvo, engañándose a sí misma para poder sobrevivir pero necesitada del oxígeno que solo le proporcionaba la cercanía de la otra chica.
－Siento haberte secuestrado de esta manera－le dijo Lauren cuando consiguieron levantarse y mantener la ropa en su propio sitio－. Solo que no sabía cómo acercarme lo suficiente y necesitaba hacerte recordar cómo éramos juntas.
－No solo has hecho eso－reconoció－. También me has ayudado a quitarme las dudas y de camino he escrito algunas buenas canciones. Nada mal para un "secuestro express".
－Tendré que hacerlo más a menudo entonces.
El coche de Jennifer hizo un ruido seco sobre el asfalto al frenar y los ladridos de Eugéne retumbaron por toda la casa anunciando la visita.
－Toca volver al mundo real－suspiró Lauren comenzando a andar hacia la puerta.
－Ey－la llamó Camila sujetando suavemente su brazo－. Todo va a estar bien.
－Eso espero－respondió con un mohín de angustia que Camila deseó borrar a besos.
Jenny llamó a la puerta justo un segundo después y Lauren la abrió, ya con la maleta en la mano.
－¿Has comprado ya los malvariscos?－Preguntó Camila con sorna cuando vio aparecer a su amiga.
－He recorrido todo el país buscándolos y nada... ni uno solo－siguió la broma Jennifer.
－Es una pena. Yo en cambio, he encontrado mi propio dulce aquí－señaló a Lauren levantando las cejas.
La nombrada sonrió y se acercó para dejar un beso en la mejilla de Camila antes de salir por la puerta.
－Vale, veo que tienes mucho que contarme－sonrió Jenny haciendo una especie de baile.
Camila llenó de aire sus pulmones, preparada para lo que venía después de aquello, lista para afrontar los obstáculos que quisiera ponerle la vida.
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Cuando el coche se detuvo, Lauren abrió la puerta y Jack salió disparado hacia su casa. Ella en cambio remoloneó un poco, cohibida por la presencia de Jenny y esperando que fuera Camila quien dirigiera esa despedida.
Era curioso porque la mayoría de personas en su círculo solían pensar que en esa relación, debido a la diferencia de edad, era Lauren la agresora, la que se aprovechaba de la inocencia de Camila y la llevaba por el camino que quería. Hasta el mismo Shawn había insinuado que Lauren podía hacer y deshacer a su antojo porque Camila no tenía voluntad cuando se trataba de la arquitecta.
En cambio la realidad era bien distinta. Las dos eran mujeres autosuficientes pero si alguien mostraba abiertamente sus debilidades frente a la otra, esa era Lauren. Si bien ambas sabían bien la influencia que podían tener y le sacaban partido cuando llegaba el momento.
Lauren era muy segura de sí misma, no tenía grandes complejos y si los tenía no los mostraba. Confiaba en sus capacidades y solía tener un don para atrapar a las personas sin darse cuenta. En cambio con Camila era capaz de desnudarse por entero y ofrecer cada resquicio de su ser.
Camila, por otro lado, había forjado su vida en la lucha y las decepciones. Quizás era esa la razón de que aparentemente pareciera una persona frágil. Su ingenuidad había dado de bruces muchas veces con la realidad y por desgracia también había topado con la maldad de muchas personas en el mundo del espectáculo. Quizás por eso encontrarse con Lauren de nuevo había removido tantas cosas en ella, porque suponía despojarse de los prejuicios y los muros que con tanto esfuerzo había construido y sacar a Lauren de ese saco en el que la había metido, acompañada de sus ex compañeras de banda, de su antiguo representante y de tantas personas que se habían acercado a ella solo para herirla después.
Siempre supo que no era justo compararla con los demás, pero el abandono y la ausencia de noticias no le dejó opciones para nada más.
En cambio ahí estaba. Muerta de miedo ante ella, mostrándose más vulnerable que nunca y ataviada con la esperanza de recuperar el tiempo perdido. Había sido mucho más fácil de lo que Camila pensaba, solo tuvo que escuchar a su corazón y comprobar que seguía lleno de ella, que Lauren jamás se había ido.
La cantante se bajó del coche y se acercó a la arquitecta, que la esperaba ya con la maleta en el suelo y las manos en los bolsillos del pantalón.
－¿Nos veremos pronto?－preguntó la mayor con indolencia.
Camila suspiró suavemente.
－Voy a volar a Los Ángeles para mostrarles a los productores los temas que tengo y... me gustaría hablar con Shawn también. Después tengo una entrega de premios en Nueva Jersey.
La mayor asintió sin poder ocultar el temor en su rostro.
－Lauren, hemos hablado de esto. Por favor, dime que lo entiendes.
－Si, es solo que me da miedo la reacción de Shawn－contestó en tono bajo.
Camila se sacudió ligeramente por la risa. Shawn era inofensivo.
－Te llamaré en cuanto llegue－prometió y después, movida por un tirón de inseguridad por encontrarse en medio de la vía pública miró hacia ambos lados, tratando de asegurarse de estar pasando desapercibida.
Si Lauren se percató de ello no dijo nada, hasta que para despedirse, Camila le ofreció su mano para estrecharla.
－¿En serio?－Lauren se sorprendió con razón y de hecho no hizo ni un solo movimiento para aceptar su mano. Solo hacía unas horas que se habían recorrido a besos el cuerpo entero y ese gesto quedaba a años luz de lo que querían expresar en ese momento.
－Es mejor ser precavidas, Lauren－afirmó la cantante－. Al menos por un tiempo.
Lauren tomó aire y exhaló profundamente.
－De acuerdo－dijo, pero siguió sin aceptar ese tipo de despedida. No obstante, tampoco se acercó más.
－Te veré pronto－le dijo Camila y sin más volvió sobre sus pasos y se subió al coche
******
Cuando Camila regresó al coche, Jenny le devolvió su teléfono móvil y en cuanto lo encendió, los sonidos que alertaban de un millón de notificaciones prácticamente colapsaron el dispositivo.
－Shannon va a matarme－aseguró la chica intentando leer algo en su pantalla mientras los mensajes de aviso lo inundaban todo－. Me ha llamado doscientas veces.
－Lógico, eres la mayor garantía para su fondo fiduciario－señaló Jenny－. Tu haces el trabajo y ellos se quedan con la mayor parte de lo que ganas.
－No empieces, Jen－contestó Camila con cansancio, demasiado enfrascada en su teléfono como para querer entablar ese tipo de conversación.
－¿Puedes dejar eso un segundo y prestarme atención?－suplicó Jennifer－. Llevo una semana mordiéndome las uñas de la impaciencia.
－No sé si te mereces que te cuente nada－contestó Camila de buen humor dejando el teléfono de lado－. Instrigaste a mis espaldas con Lauren para llevarme a esa cabaña y dejarnos a solas－acusó con el dedo－. ¿Cómo consiguió convencerte?
－Por Dios, es Lauren Jauregui－respondió Jennifer como si fuera obvio－. ¿Hay una manera humana de negarle algo a esa mujer?
Camila rio. No, no la había. Lauren era demasiado irresistible, de un modo que podía arrastrarte sin que te dieras cuenta. O quizás ni siquiera ella se daba cuenta, pero difícilmente se encontraba una negativa.
－Entonces－dio pie Jenny de nuevo－. ¿Estáis oficialmente juntas de nuevo?
Camila se mordió el labio inferior y miró por la ventanilla del coche. No sabía si "oficial" sería una palabra para describir su relación con Lauren, pero estaban juntas, de eso no había duda.
－Si por mi fuera ya estaríamos casadas－parafraseó Camila usando las mismas palabras que Lauren le había dicho a Taylor sobre ellas un tiempo antes.
－Tienes tal cara de tonta que temo que vomites corazoncitos de colores y estropees la tapiceria－contesto Jenny－. Es el efecto Jauregui, amiga.
Por delante, Camila tenía un gran desafío. La preocupación por cómo esa relación pudiera afectar a su trabajo era algo que ya había asimilado con anterioridad, pero hasta ahora no había trascendido más allá que en su círculo más cercano. En cambio ahora se sentía más fuerte. Ya no era una principiante, sino alguien que pisaba firme sobre la fama y cuyas canciones eran valoradas a nivel mundial. Quienes invertían el dinero tendrían que tragarse sus prejuicios, si los tenían, porque el público se les echaría encima si la castigaran por sus opciones sexuales. Además, Camila tenía ya la capacidad para dirigirse a sí misma y tomar decisiones, también para usar la publicidad a su favor si era necesario. Sería un reto, pero lo conseguiría.
Lo que sí le quitaba el sueño de verdad era esa conversación pendiente con Shawn, no tanto por el desenlace, conocido por ambos, sino por el temor a perder al que siempre había sido tan buen amigo.
－Mañana hablaré con Shawn－dijo Camila cambiando de tercio y Jennifer se puso seria por un momento.
－¿Qué le vas a decir?
－Pues... Lo que ya sabe. Que le quiero pero sigo enamorada de Lauren.
－¿Aún tienes sentimientos por él?－preguntó Jenny con cautela.
－Si－admitió－. Creo que los tendré siempre. Pero ahora sé que no son sentimientos románticos, no sé lo que son, pero no son suficientes como para plantearme una vida a su lado－razonó－. Pero es que me da tanta pena...
Jennifer meditó unos segundos.
－Sé lo que te va a contestar él.
－¿Qué?－Se interesó Camila.
－"I Know what you did last summer"－cantó Jenny a todo pulmón y Camila se llevó la mano a la cara mientras negaba.
－Muy buena esa.
Era imposible para la argentina mantenerse seria por más de dos minutos pero era cierto, el título de la primera canción que cantaron juntos Shawn y Camila parecía un presagio de lo que estaba por venir en la vida de ambos. Él lo sabía, era muy consciente de lo que para Camila significaba Lauren y aunque la cantante no se sentía orgullosa de cómo habían ocurrido las cosas, no podía decir que había sido insincera.
Preferiría no perderlo, pero sea como fuere, la decisión estaba tomada.