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El publicista de New Wolf sigue pellizcándose el puente de la nariz y me alegra eso, porque hace un rato me veía como si quisiera comerme viva.
Lo que más me da pena ahora es el pobre Gian sentado a mi lado, que no tiene velas en este entierro, pero lo hicieron venir porque aparentemente a él también le afecta que se hayan filtrado fotografías donde Joseph y yo nos estamos besando y manoseando.
Pero él luce tan tranquilo y aburrido que no me sorprendería que en cualquier momento saque su teléfono y comience a jugar Candy Crush mientras mis nervios están por comerme viva y el aferrarme a mi collar no me está ayudando en lo más mínimo.
—Cuando propusimos esto ¿No se te ocurrió decirnos que ya tenías novio? —Pregunta el hombre viéndome y creo que sus ojos oscuros como la noche se saldrán de su cabeza.
—No lo pensé... —Prefiero dejarlo así, porque si digo "es que no tengo novio" tendría que dar muchas explicaciones y este no es el momento. —Pero aún no se hace lo de Gian, entonces no lo engañé...
—Blair, eres mujer y no te quiero faltar el respeto, pero vivimos en un mundo en el cual si a una chica se le ve con un hombre un día y con otro al siguiente se la comerán viva ¡Pregúntale a María Magdalena! —Okay, lo acepto, tiene un punto. —Y no queremos ese tipo de publicidad encima por el momento, sería un desastre.
—¿Entonces qué hacemos? —Pregunta Gian con voz calma. —Podemos simplemente dejar la idea en eso y que Blair y su novio le rompan el corazón al mundo haciendo saber que están saliendo.
—¿Por qué le romperíamos el corazón al mundo? —Pregunto viéndolo con una clara mueca de confusión.
—Porque hay muchas locas que creen tener una oportunidad con Joseph Morgan, si no me crees revisa el Instagram de su exesposa y verás a varias maniáticas que le han escrito "perra, ¿Cómo lo dejaste?" o también "te robaste a mi hombre". —Malditas maniáticas, en serio las detesto, no tienen nada mejor que hacer que subirse en sueños que no se les cumplirán y sacan su frustración mandándole desnudos a Joseph que nunca pidió y me ponen a mí mensajes de odio ¡Las detesto! —Y tú eres un ángel de Victoria, eso automáticamente te convirtió en protagonista de Wattpad y crush de hombres y mujeres.
—Oh... —Nunca pensé eso. La verdad, no me doy a la tarea de pensar que yo podría llamar la atención de esa forma. Nunca he estado de este lado de la fama, solo había sido la que idolatra... y la que le da mamadas a su ídolo también lo fui antes de salir para relajarme por esta reunión.
—Les voy a decir qué vamos a hacer. —Coloca las manos sobre la mesa con tanta fuerza que yo doy un respingo y Gian como la buena persona que es me aprieta el muslo para que me calme y no salga corriendo. —No te puedo pedir que termines con tu novio, pero lo que harás será fingir que terminaron y actuarás ante las cámaras triste y desolada ¿Puedes hacer eso? ¿Puedes actuar? —Quiero decirle que se vaya a la mierda, pero termino asintiendo. —Y tú. —Señala a Gian, que luce fuerte e incluso intimidante. —Vamos a vender la historia del hermoso hombre que sana el corazón de la chica rota. —Habla con una falsa voz romantizada, la que se usan en esas viejas películas. —¿Puedes hacer eso?
—Supongo. —A pesar de su respuesta, suena bastante seguro de sí mismo.
—Bien. —El hombre con el que comenzaré a tener pesadillas toma asiento y cruza los brazos. —¿Alguna pregunta? —Gian levanta la mano y yo temo por eso. —¿Qué? —Exclama agotado.
Gian voltea a verme y sonríe en forma traviesa.
—¿Joseph Morgan besa tan rico como habla? —Pregunta en español y su acento de la costa de mi país se marca demasiado cuando retoma nuestro idioma de origen.
Mis ojos deben de estar a punto de salirse de mi cabeza por la sorpresa de que se le ocurra preguntarme eso ¡En este momento!
Bueno, al menos tuvo la delicadeza de hacerlo en un idioma que claramente el hombre no entiende.
—No sé qué dijo, pero los dos se pueden retirar. —Ordena moviendo las manos en dirección a la salida.
Gian y yo nos levantamos de nuestras sillas y al llegar a la puerta él la abre para mí y yo salgo, luego él cerrando la puerta. Yo tengo los labios apretados mientras caminamos juntos fuera de las oficinas porque no tengo idea de qué decirle al hombre que debería ser mi supuesto novio.
—Así que... —Gian comienza una conversación en español. —¿Tú y Joseph finalmente decidieron dar el paso?
—¿Paso a qué? —Pregunto jugueteando con mi collar, descubriendo que cuando estoy nerviosa con cualquiera juego con él, pero si estoy nerviosa con Joseph hago otras cosas como jugar con mis manos... que extraño.
—Paso a novios. —No lo veo, pero sé que está rodando los ojos. —¿No podían esperar un par de meses más? Ahora por culpa de ustedes le debo a Meredith dinero.
—¿Apostaron eso? —Mi horror es notorio porque ahora estoy en peores problemas.
—Bueno, Rita, Meredith, Jason y yo apostamos. Mecca no lo sabe.
—Estoy segura de que no le haría gracia si lo supiera. —Mecca me odia, es demasiado "amable" para abofetearme en una sala repleta de gente, pero sé que en su cabeza ya me está apuñalando con tijeras y el hecho de verme tan unida a su ex-padrastro no ayuda.
—Por eso no le dijimos, pero si no nota lo que pasa es demasiado ciega. —Me encanta la forma en que Gian habla, es tan honesta y... diferente a como hablamos en mi ciudad, que simplemente se me hace exótico a pesar de que somos del mismo país. —Rita apostó a que se darían cuenta después del beso que se dieron cuando él me reemplazó, Jason perdió hace algunas semanas y yo aposté hace algunos meses porque eres una estúpida.
—Si me dices así una vez más te voy a abofetear.
—No lo harás. —Responde en tono juguetón y ahora su forma de hablar no me parece tan divertida.
—¿Por qué estás tan seguro?
—Porque eres una estúpida. —Cansada de que me insulte me planto ante él y levanto la mano dispuesta a romperle la nariz de un golpe, pero entonces recuerdo de los testículos de quien salió y entonces mi mano cae por sí sola. —¿Lo ves? Te acabo de insultar y no hiciste nada, no es difícil entender la razón.
—Tú no sabes nada de mí. —Le recrimino volviendo a caminar, harta de esto y con la cabeza baja.
—Blair Flores, sé más de ti de lo que crees. —Gian sigue caminando a mi lado, dispuesto a irritarme lo más posible. —Sé que eres una estúpida, pero con el corazón tan grande que te sacaste del bolsillo un montón de plata para ayudar a una mujer que ni siquiera conoces. —Habla en referencia a su mamá, que cada tanto me escribe para agradecerme a pesar de que yo le digo que no fue nada. —Sé que eras una adolescente un tanto frágil y eso repercute en más cosas de las que crees...
—¿Cómo sabes eso?
—Porque conozco parte de tu historia y no es difícil adivinar el resto. —Sigue mientras yo examino mis manos y descubro que tengo una peca en la muñeca derecha. —También sé que no eres capaz de verme a la cara porque temes verlo a él.
—Claro que no. —¡Mierda! Me descubrió ¿Tan fácil soy de leer?
Antes podía ver a Gian a los ojos durante un tiempo limitado por el parecido que tiene con Marco, pero ahora ni siquiera puedo tolerar hacer eso y prefiero ver a cualquier punto que no sea su cara, excepto cuando es estrictamente necesario.
—Blair, puede que ya lo sepas, pero no soy él y rezo para jamás serlo. Puede que sea el héroe en tu historia, pero es un villano en la mía. —Me quedo callada viendo al suelo porque muy en el fondo entiendo el desprecio que siente por Marco, solo no quiero decirlo en voz alta. —Y eres frágil cuando se trata de él, lo he visto.
—Eso...
—Si completas eso me estarás mintiendo. —Interrumpe y la verdad es que tiene razón. —Mírame a los ojos por más de cinco minutos y prueba que me equivoco.
—Gian...
—No puedes ¿verdad?
—Solo déjame tranquila. —Ordeno cuando llegamos a la calle y veo en todas partes esperando que Joseph esté por aquí, pero no, él tuvo que ir a trabajar y vine sola. Debo aprender a defenderme sola, sin apretar mi collar con desespero, pero hoy no. —Me debes un poco de tranquilidad, ¿No?
—Tal vez... —Sabe a qué me refiero: a lo que hice por su mamá que nunca cobré porque sería una canallada, pero ahora pienso hacerlo solo para que me deje. —Pero como lo veo te debo más hacerte abrir los ojos.
—Gian, déjame en paz.
—Jason y yo tardaremos, pero te pagaremos...
—Cállate de una vez. —Ordeno deseando cubrirme los oídos con las manos. Su voz me lástima porque quitando el acento, suena como la de Marco y me da jaqueca.
—Bien. —Responde también molesto por mi actitud infantil, pero no puedo evitarlo. —Como sea, solo quiero recordarte que puedes retractarte en cualquier momento de esto. —Como sigo mirando al suelo, Gian se toma el descaro de sujetarme la barbilla y hacerme levantar la mirada. —Esa opción no te la debo, lo hago porque me preocupas. —Y se larga en dirección a la parada de autobús.
Yo tomo un taxi y en él vuelvo a casa, esperando no tener un ataque de pánico, pero creo que no lo sufriré porque solo estoy molesta y preocupada por cómo le explicaré a Joseph que debemos fingir haber sido novios y que terminamos.
Dios... debí haberme negado a esto.
Bajo del taxi, pago y entro al edificio, agradeciendo que Joseph estará fuera en ese proyecto misterioso y que tendré tiempo a solas porque mi única compañía será Klaus, que me distraerá del mundo.
En cuanto suba le daré un baño, le pondré perfume, su traje Chanel, lo llevaré a que le hagan una paticura, también...
—¡Cuñada! —Me grita Jack en cuanto entro al edificio, rodeándome con sus brazos y levantándome del suelo para que dos personas más me sujeten en el aire. —Joder, hasta que al fin dejaron de ser un par de idiotas.
—¡Esto merece ser celebrado! —Le sigue Kelsey, que grita en mi oído. —¡Ya eres oficialmente parte de la familia!
—¡Al fin! —Sigue Crystal, que es la primera en soltarme y cuando la veo descubro que tiene en la mano una botella de champaña. —Llamaré a mamá y papá, también debemos llamar a tus padres. No conocemos a tu familia, debemos planear un viaje a Colombia para conocerlos en persona ¡Pero ahora...!
—Joseph y yo no salimos... —Suelta mi boca y no sé si eso está bien o mal.
Cuando Jack y Kelsey me dejan caer al suelo me doy cuenta de que estuvo bastante mal.
Joseph, amo que estés trabajando en lo que amas ¡¿Pero justo cuando metemos las patas te da por esas?!
***
—Blair, sabes que no nos iremos hasta que escupas la verdad. —Declara Crystal y ahora mismo me da miedo por la forma en que sus ojos azules me ven, como tiene los brazos y piernas cruzadas y... simplemente es intimidante.
—Y yo no hablaré hasta que Joseph llegue. —¿Por qué hoy de entre todos los días posibles tuvo que salir? Además, ¿por qué tarda tanto? Supuestamente aún no terminan de elegir el reparto, así que no es posible que esté grabando. —¿Quieren té? Puedo preparar té...
—Sentadita te ves más bonita. —Me dice Kelsey en español, colocándome la mano en el hombro para que no me pueda mover.
La puerta se abre y creo que me voy a salvar al fin del interrogatorio que llevo horas sobreviviendo con respuestas vagas. Estos tres son muy intimidantes, tanto que estoy sentada en una silla de madera, con Kelsey atrás sujetándome a la silla, Jack asegurándose de que no pueda correr a encerrarme y Crystal pregunta.
Creo que me salvaré hasta que...
—¡Si me quieres ven y dame un beso! —Grita Joseph y maldigo internamente que sea tan lindo cuando no debe serlo. Al darse cuenta de lo que ocurre, su alegría se esfuma. —Ay...
Jack cierra la puerta con un golpe que los vecinos de seguro escucharon, luego empuja a su hermano hacia el sofá. Kelsey hace lo mismo conmigo, pero yo si vuelo y habría terminado en el suelo de no ser porque Joseph estira los brazos y me atrapa.
—Prueba 1. —Crystal aparece a escena y nos pone su teléfono en la cara, pero como es tan rápido y cerca yo solo veo un par de manchas. —Fotos de ustedes dos muy acaramelados en el supermercado.
—Ay, muchos amigos...
—Prueba 2. —Sigue la rubia volviendo a mostrar el teléfono y esta vez puedo ver claramente que soy yo, rodeando a Joseph con los brazos y él me besa. Estas no son fotografías como nos hicieron meses atrás ¡Aquí en serio se nota quienes somos! —Se besaron.
—Sí, pero...
—¡Prueba tres! —Grita Kelsey entrando al interrogatorio. —Joseph acaba de entrar exigiendo besos, ¿A quién se los pide? ¿Al perro? —Señala a Klaus, que está a los pies de Joseph exigiendo que lo salude dando saltitos y tirando de sus vaqueros.
Veo a Joseph en busca de apoyo y él me ve a mí. la verdad es que no sé qué debemos decir ahora ¿Explicar el acuerdo? ¿Decir que no somos nosotros? Pedir que por favor lo dejen de lado y simplemente seguir como si nada parece una buena idea, pero conozco a los Martin y no lo dejarán así como así.
Bajo la mirada cuando un cosquilleo conocido me recorre y descubro que la mano de Joseph está sujetando la mía.
En serio me gusta cómo se ven nuestras manos juntas. La suya es grande y ancha, la mía es larga y delgada; no tengo nada de pintura en las uñas por contrato, él tiene brillo en ellas y también los anillos en sus dedos que hacen resaltar sus manos.
Son tan diferentes y combinan tan bien.
Vuelvo a verlo a los ojos y él me sonríe en forma tranquilizadora, no diciéndome que todo estará bien, me dice que esto no es el fin del mundo.
Cuando sabe que he entendido el mensaje levanta la mirada hacia nuestros interrogadores.
—Nosotros...
—No tenemos por qué darles explicaciones de lo que hacemos o dejamos de hacer. —Lo interrumpo y nadie (ni siquiera yo misma que fui quien lo dijo) se cree lo que acaba de pasar. —Tal vez estamos explorando nuevos horizontes, tal vez solo estábamos practicando para un nuevo papel, hay muchas opciones y creo que tenemos derecho a guardarlo.
—La foto en la que se están manoseando en una caja del supermercado tiene más de 10.000 me gusta. —Discute Jack mostrando su teléfono y otra vez no veo nada, así que solo me queda creerle. —Y esto es solo en una página de fans de Joseph ¿Quieres saber eso a cuantas vistas se traduce?
—Tenemos la mala suerte de ser famosos, ¿Qué le haremos? Todo se salió de contexto.
—Blair, no es de contexto. —Kelsey le arrebata el teléfono a Jack y examina la fotografía que nos mostró. —En serio se ven ustedes dos tocándose, no nos trates de idiotas.
—No lo hago, simplemente les pido que nos dejen resolverlo.
—Llevan meses tratando de resolverlo y pensamos que lo habían logrado finalmente. —Crystal parece decepcionada, tanto que su fachada interrogativa se cae al suelo. —Pero, al parecer, no lo han logrado.
—¿Resolver qué? —Joseph finalmente entra a la conversación y sus dedos sujetan los míos con tanta fuerza que me duele.
—Algo tan obvio que les terminará golpeando la cara en cualquier momento. —Escupe Kelsey irritada y no sé si me siento peor por eso o por cómo está Crystal.
—Y comienzo a creer que solo lo verán cuando algo terrible pase. —Jack está triste y todos son una mezcla de emociones que me hace sentir como basura. —Vámonos.
—No me des órdenes. —Se queja Crystal caminando hacia la puerta y ahí toma la botella de champaña que dejó sobre la mesa al subir. —Adiós. —Se despide y se va, seguida de Jack y Crystal.
Cuando resuena el golpe de la puerta veo a Joseph y él observa la puerta disgustado, como si quisiera acercarse a ella y arrancarla.
Abro la boca para hablar, pero...
—¿Cómo te fue en tu reunión? —Pregunta sin apartar los ojos de la puerta, esperando que su familia vuelva.
Me siento muy mal ahora.
—Debo decirte algo sobre eso... —Comienzo y como él no ve, aprovecho para ir por mi teléfono, el cual me quitaron al inicio de mi interrogatorio y de esta forma puedo hacer tiempo para explicarle lo que necesito hacer.
¿Cómo le digo que tiene que fingir haber terminado conmigo? Me da vergüenza siquiera pensarlo.
Abro mis mensajes y lo primero con lo que me encuentro es con un mensaje de mi papá que tiene adjunto una de las fotografías que nos tomaron, justamente aquella en la que Joseph me abraza por la espalda diciéndome cosas sucias y mi cara es de pura excitación.
El mensaje viene con la pregunta "Explique esto ¿usted no era novia de David?".
Trato de olvidar eso y el hecho de que olvidé por completo decirle lo que pasó con David, así que me voy a otro mensaje y resulta peor porque es de mi mamá, que me adjuntó un link de la página de chismes más grande de Colombia donde están todas las fotos de nosotros.
El mensaje de ella dice "¿Usted qué dijo? ¿Que se creció y ya no le cuenta nada a la mamá? Milagros, mire lo que hizo"
—¡Jueputa! —Grito por primera vez en mucho tiempo la grosería más conocida de mi país, pero ni eso logra darme la paz que ahora mismo necesito desesperadamente. —¡Malparida vida! —Sigo y no consigo nada.
Joseph se levanta y me abraza porque ahora mismo ambos lo necesitamos.
Sus brazos aferran mi cabeza a su pecho y los míos están rodeando sus caderas mientras todo mi ser desea que de alguna manera pudiéramos fusionarnos en un solo ser, así todo sería mejor.
—Tenemos que fingir haber terminado... —Suelta mi boca, que hoy parece más endemoniada que nunca.
—Sh... —Suplica recostando su mejilla en mi cabeza. —Ahora no. —Complementa y siento contra mi oído que su corazón alterado de a poco comienza a calmarse, igual que el mío. —Solo déjame abrazarte, ¿Si?
—Okay. —Creo que yo también necesito eso. solamente estar entre sus brazos es la mejor medicina que puedo tener a cualquier mal.
Nos abrazamos durante tanto tiempo que cuando las piernas nos duelen, nos acostamos en el suelo sin separarnos. Así pasa la noche, juntos, rodeando al otro para no tener que separarnos jamás