Apenas pisé el porche de mi casa no le dirigí ni una sola palabra a los gemelos y tampoco a mi madre el resto del día. Me oculté en mi cueva, ósea mi habitación, por todo el día con la música alta en mis auriculares. Había sacado mi maleta roja decidida a guardar la ropa que usaría estando allá, pero a penas mi celular vibró con un mensaje de número desconocido y supe de quien se trataba me olvidé de empacar y me concentré más en responder los mensajes hasta que sentía los dedos entumecidos.
Para: Harry bonito.
De: Anna Green.
Me mandaran a la granja de mi tía Rory.
De: Harry bonito.
Para: Anna Green.
¿Qué? Mierda. Planeaba pasar la semana de suspensión saliendo contigo.
Mi corazón dio un vuelco, pero luego regresó a su estado normal de desánimo cuando recordé que la pasaría en la granja.
Para: Harry bonito.
De: Anna Green.
Lo siento. Es la primera vez que me castigan y mi madre decidió que me mandaría lejos por toda la semana que no asistiré a la escuela.
De: Harry bonito.
Para: Anna Green.
¿A cuántas horas está la granja de tu tía?
Para: Harry bonito.
De: Anna Green.
Creo que son dos horas si vas en motocicleta o auto ¿por qué?
De: Harry bonito.
Para: Anna Green.
Simple curiosidad, Anna banana.
- ¡Sera mejor que estés empacando tus maletas, Anna! –grita mi madre desde abajo.
Refunfuño. Tomo mi almohada de corazón y sumerjo mi rostro para soltar un gran grito de ira.
Para: Harry bonito.
De: Anna Green.
Tengo que irme ya. Mamá quiere que empaque de una vez.
De: Harry bonito.
Para: Anna Green.
¿Te distraje?
Para: Harry bonito.
De: Anna Green.
Sí, pero no importa.
De: Harry bonito.
Para: Anna Green.
Claro que no te importa. Tú eres toda una fierecilla.
Me sonrojé. Realmente cuando me estaba sosteniendo y susurró eso en mi oído me sentí extraña.
De: Harry bonito.
Para: Anna Green.
Empaca tus cosas. Hablamos mañana, Anna fierecilla banana.
Para: Harry bonito.
De: Anna Green.
Está bien, Harry mandón Styles. Hablamos mañana, buenas noches.
Deje mi celular encima de mi pecho y comencé a sonreír como una tonta mirando a mi techo. No puedo creer lo rápido que Harry y yo hemos conectado y... ¡Ahora estemos mandándonos mensajes de texto! Se siente irreal, como si esto fuera una especie de sueño.
- ¡Mamá dice que si no empacas ahora te castigará por otra semana! –la voz de John, mi pequeño hermano, inunda mis oídos.
La perilla de mi puerta es girada dos veces para ser abierta, pero esto no tiene éxito ya que le puse seguro apenas entré a mi habitación por la tarde.
Bufé nuevamente y sacudí mi cabeza para borrar mi boba sonrisa.
- Dile a mamá que ya lo estoy haciendo, John. –le dije igual de alto para que pudiera escucharme.
- Mamá dice que fuiste una chica mala y por eso te mandará a la granja de la tía Rory.
- ¡No es asunto tuyo, John!
Mi puerta suena fuertemente. John había pateado mi puerta y posiblemente con ello había dejado la marca de su tenis en ella.
Rodeé los ojos y me coloqué nuevamente mis audífonos con música alta para proceder a sacar la ropa que usaría en la granja de tía Rory.
Escogí muchos shorts y blusas sin mangas. En la granja de la tía Rory siempre había sol, literalmente no había ningún día en el cual este se escondiera. Al menos cuando termine mi semana de castigo llegaré a casa con un bronceado. Es un punto a favor para mi pálida piel.
Guardé en mi maleta mis lentes de sol favoritos y un gorro grande de paja que tenía guardado para ocasiones especiales. También guardé utensilios básicos de higiene personal y una toalla rosa para cuando termine de ducharme allí. Tenía por seguro que sería una larga semana.
Me agaché para tomar mis sandalias y ponerlas en mi maleta, pero al hacerlo uno de mis audífonos se cayó al suelo y con ello pude escuchar un golpe detrás de mí seguido de un quejido áspero.
- Mi cabeza. –gimió Niall de dolor.
Él estaba sentado en el piso masajeando su cabeza mientras tenía los ojos cerrados y la boca entreabierta. Fruncí el entrecejo. Aún estaba molesta por lo que le había dicho a Harry, eso no estuvo bien.
- ¿Qué haces aquí? –saco el otro audífono de mi oído enderezándome.
- Hola para ti también, Anna.
Tomo un cojín de mi cama y se lo lanzo directo en el rostro.
- ¡Anna! ¿Por qué tan agresiva? Solo quería venir a ver como estabas. –él dejó a un lado el cojín que le había lanzado.
- Quiero que te vayas Niall. -ordeno testaruda.
- ¿Por qué? ¿Te hice algo malo?
- Estoy enojada contigo. –cruzo mis brazos encima de mi pecho.- Si no le hubieras dicho cosas tan hirientes a Harry no tendría la nariz morada en este momento. –señalo mi rostro.- Aún me duele.
- No es justo que te enojes por eso, Anna. –rueda los ojos.- Yo fui quien los encontró en el baño y...
- ¿Y qué, Niall? Solo estaba dándole un beso a alguien que me gusta desde hace mucho tiempo y tú lo sabes. ¡Además! Nada de eso hubiese pasado si tu noviecita oxigenada con su mejor amiga no se hubieran metido conmigo. –aprieto mis labios.- Ni siquiera viniste a ayudarme o protegerme.
- No pude moverme de mi sitio, Anna. Habían muchas personas allí y no pude abrirme paso.
Niall su mano en mi hombro, pero sacudo este para que permaneciera ahí.
- Como sea, Niall.
Me volteé en dirección contraria a él y volví a colocar mis audífonos en mis oídos, ignorando su presencia por completo. Volví a lo que estaba haciendo inclinándome y tomando unas zapatillas viejas para la granja.
Miré a Niall de reojo y él solo estaba parado como una estatua, mirándome sin vergüenza y con los labios apretados. Lucía un poco deprimido, tanto que mi corazón no resistió ver la luz apagada de sus ojos. Decidí quitarme los audífonos y dejar mi celular en la cama.
- Puedes ayudarme a empacar, Niall. –dije finalmente viéndolo.- No puedo estar molesta siempre contigo. Además, no me veras por una semana.
- Sí, tu mamá le contó a la mía que te llevaría a la granja de tu tía Rory. Eso apesta.
- Lo sé. –suspiré.- Pero sabes cómo es ella.
Niall camina hacia mí un poco indeciso, pero finalmente se para al lado mío doblando mis camisetas y shorts de mezclilla para colocarlas en mi maleta abierta.
No podía estar enojada por mucho tiempo con Niall. Durante nuestros años de amistad él y yo habíamos sido inseparables, eso hasta que llegó su novia. Aun con eso Niall seguía siendo una parte importante de mi vida y sé que yo seguía siendo una parte importante en la vida de él.
- Oye, Anna... -habló tímidamente.
- Hmmm.
Mi celular vibró y el nombre de Harry apareció en la parte de notificaciones. Al parecer no solo yo había notado que se trataba de él, sino también Niall por la rápida desviación que decidió tomar.
Tragó saliva. –Nada.
El ambiente se había tornado algo tenso. Sentía la incomodidad de él flotar por toda la habitación y en realidad no conseguía entenderlo, él estaba con Rosie ¿Cuál era su problema?
Niall dejó la camiseta blanca ya doblada dentro de mi maleta y luego me tomó del brazo haciendo que suelte la prenda de ropa que llevaba en la mano.
- ¿Qué te ocu...? –me callé cuando sus manos tomaron mi cara con algo de rudeza.
De pronto y sin darme oportunidad de protestar o abofetearlo para que me soltara los labios de él se estamparon en los míos. Mis ojos estaban sumamente abiertos por la sorpresa, pero los de Niall estaban cerrados.
Su lengua no tardó en invadir mi boca y acariciar la mía.
Mis ojos finalmente se cerraron y mis manos se posicionaron en su cuello mientras seguía el beso.
Los labios de Niall eran totalmente diferentes a los de Harry.
Me sentía completamente aturdida. Tener a Niall junto a mí y besándome no me dejaba pensar con claridad, hasta que finalmente ambos nos quedamos sin aire y nos separamos.
- Uh... -balbuceé.- E-Esto es para... para practicar ¿cierto?
Niall se quedó pensando por unos segundos y bajó su cabeza avergonzado.
- Con eso no quiero decir que me d-desagrado, en realidad me gustan tu besos... es solo que... tú tienes a Rosie y Harry y yo...
- Harry y tú están prosperando cada vez más. –murmuró.- Entiendo eso.
Niall parecía... ¿Herido? ¿Decepcionado? ¿Triste? En realidad no podía comprender completamente que estaba sintiendo él y tampoco podía comprender que estaba sintiendo yo con todo esto.
- Fue... fue para practicar y también fue porque... porque te extrañaré. –dice luego de unos segundos.- Somos mejores amigos ¿no? Siempre lo seremos.
Escuchar eso de su boca no se sentía completamente bien o incluso real, pero no me quedó más remedio de asentir y fingir una sonrisa.
- Claro que sí, Horancito. Los mejores.
Incluso cuando no lo sentía así.
- Te quiero, Anna banana.
Niall me aprieta en sus brazos con delicadeza y yo aspiro su aroma. Aunque solo era una semana lo extrañaría demasiado, con el corazón y el alma.
- Yo te quiero más, Horancito. –sonreí en su pecho.
Me separé de él y sonreí tímidamente.
- Cuando estábamos en el baño... ya sabes. –reí señalando mi nariz hinchada.- ¿Tu ibas a decirle a Harry sobre nuestro beso?
- ¿Qué?
Tragué saliva. –Es que tú... dijiste que él no sabía nada acerca de nosotros y por un momento pensé que le dirías.
Niall miró arriba tal vez intentando acordarse de lo que había dicho, pero luego sacudió su cabeza y tocó levemente mi nariz.
- Tal vez lo hice y no lo recuerdo. –se encogió de hombros.- Lo siento, cuando estoy enojado digo cosas que no debería. De todas formas no te agradecí por recibir el golpe que era para mí.
Reí y golpeé su hombro. – Tonto.
- Respecto a Rosie... -rascó levemente su nuca con cierto nerviosismo.- Terminé con ella hoy, después de ver lo que te hizo.
Engrandecí los ojos.
Eso no era clásico de Niall Horan.
Sobre todo después de que me dijo que la amaba, entonces... ¿Había mentido?
- ¿Enserio?
- Si... -suspiró.- No pude aguantar ver tus pequeños ojos humedecerse, Anna. Le dije que no se metiera contigo incluso cuando Olivia se lo ordenara.
Por un impulso me puse de puntillas y dejé un beso corto en sus labios que lo dejo sorprendido y a mí completamente avergonzada.
¿Qué es lo que me estaba pasando últimamente con Niall?
- Niall... -comencé a decir tímidamente.- Tu... tu puedes besarme las veces que quieras. Es decir... tú eres la única persona con la cual... podría practicar más y... ya sabes, tomar por sorpresa a Harry con mis agiles labios.
Al escuchar mis propias palabras me sentí realmente como una idiota. ¿Quién es su sano juicio diría algo como eso? No terminaba ni siquiera de entender como me sentía con él o con Harry.
Niall me miró por un momento sin decir ninguna palabra, pero no tenía brillo en los ojos. Incluso me atrevería decir que lucía un poco sombrío, su humor había decaído con mis palabras.
- Está bien, Anna. –besó mi frente y me pegó a su pecho.- Sabes que yo nunca te lastimaría. Nunca. Nadie es suficiente para ti, tú eres demasiado buena.
En su pecho nuevamente simplemente palmeé su cabeza y ambos reímos.
- Déjame disfrutar este abrazo, Horan. –dije con humor.
Pero detrás de mi humor habían muchos sentimiento encontrados. Estaba completamente confundida. Son muchas emociones que necesito tratar de entender.
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Siempre suya: WENDILU.