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"Xichen", jadea Jiang Cheng, "Xichen, ayúdame a levantarme".
Una nota alta atraviesa el aire y Jin Guangyao grita y balancea los brazos ante una amenaza que no está allí.
"No te muevas", responde Xichen aturdido. Jiang Cheng había visto las manos de su esposo sangrando, pero ahora que las presionó contra su pecho, no puede decir de quién es la sangre. "Te estás desangrando, no te muevas".
Parece que han pasado años desde que Jiang Cheng pudo ser abrazado por su esposo. Está un poco disgustado porque la primera vez que lo hacen después de tanto tiempo es de esta manera. Pone una mano en el hombro de Xichen e intenta levantarse, siseando cuando el esfuerzo de Xichen por detener su sangrado ejerce una fuerte presión sobre su herida.
"Lo siento, lo siento", jadea Xichen, incluso cuando usa la incapacidad temporal de Jiang Cheng para reajustar su agarre. Presiona su mano firmemente contra la herida en el pecho de Jiang Cheng.
"Xichen" Agarra la muñeca de su esposo. "Xichen, escúchame".
La mirada frenética de su esposo se levanta de la herida para encontrarse con sus ojos. Jiang Cheng puede ver su reflejo en el brillo reluciente de las lágrimas de pánico de Xichen.
"Necesito ver qué está pasando, solo déjame ver qué está pasando, mi amor".
Xichen niega con la cabeza, pero gira a Jiang Cheng para que su espalda esté contra su pecho, logrando que pueda visualizar la habitación.
A primera vista, Jiang Cheng tiene que parpadear varias veces para comprender que aún no había perdido suficiente sangre para nublar su visión. Puede que esté mareado, pero todavía no pierde la vista: en cambio, la habitación se ilumina con los movimientos de lucha. Los pocos discípulos supervivientes y Su She pelean con Wen Ning y Lan Wangji, con sus túnicas blancas y negras destellando salvajemente. Alrededor de él y Xichen están sus sobrinos, rodeándolos en una postura defensiva y luchando con los discípulos de Jin que se acercan demasiado. Lo único en toda la habitación que no se movía era Wei Wuxian. Permanece inmóvil, con la flauta en los labios y una melodía aguda y oscura que fluye de las yemas de sus dedos. A sus pies, Jin Guangyao se retuerce en el suelo y se encoge de miedo, la sangre sale por sus ojos y por la nariz, las gotas cayendo sobre en el suelo.
Jiang Cheng siente que su corazón se aprieta. Quiere que Jin Guangyao se vaya tanto como cualquier otra persona, pero ¿si es a costa de su hermano que acaba de regresar con él?
Abre la boca para llamar la atención de Xichen y jadea cuando una fuerza fría lo recorre de repente, aliviando los dolores agudos de su herida y comenzando a arder donde la carne se vuelve a unir. Mirando hacia abajo, comparte una mirada atónita con su esposo cuando se dan cuenta de que el sello del poder espiritual de Xichen se ha desvanecido.
Su esposo no pierde el tiempo en ponerlo en práctica, enfocándose en aliviar el dolor y lograr que la sangre y la piel vuelvan a juntarse. Es un soplo de aire fresco, pero si Xichen recupera su poder espiritual, él es el único que puede poner fin a esto. Jiang Cheng toma su muñeca y la aparta de su herida.
"Xichen, tienes que ayudarlo".
Xichen se sacude la mano y la empuja de regreso sobre la herida, provocando una conmoción de dolor cuando comienza a curarlo de nuevo. Sus labios se fruncen. "Tú primero."
Jiang Cheng niega con la cabeza y alcanza la mejilla de Xichen. Obliga a su esposo a apartar la mirada de la herida y mirarlo, una línea de su propia sangre mancha el pómulo de Xichen. Jiang Cheng deja atrás el grotesco odio a sí mismo por provocar un dolor tan profundo en el rostro de su esposo.
"Xichen", trata de parecer lo más convincente posible. "No puedo perderlo de nuevo".
Lan Xichen traga, provocando que el hilo de sangre se deslice desde su mejilla hasta su garganta, pero antes de que pueda decir algo, una canción diferente inunda el templo.
La melodía es baja y pesada, se hincha como ráfagas de niebla por el suelo y se filtra en los cuerpos de los monjes y discípulos. Las venas negras suben por sus gargantas y sus ojos se abren repentinamente, revelando agujeros negros. Wen Ning no se inmuta y continúa luchando contra ellos a medida que vienen y los vuelve a tirar más rápido, hasta que una sombra salta de las vigas y cae sobre sus hombros, golpeando al General Fantasma y enviándolo a toda velocidad contra un pilar, atravesando la madera como si fuera papel.
Frente a él, Jin Ling corta a un discípulo, uno de sus propios discípulos convertido en marioneta, y mira hacia arriba justo a tiempo para quedar sin palabras. Todo su cuerpo se queda quieto. A su lado, Lan Sizhui se congela. El hijo de su hermana sisea: "Oh, mierda"
Wen Ning es empujado hacia la línea de visión de Jiang Cheng y está bloqueando los golpes duros con una espada que logró levantar en algún lugar entre ser arrojado a través de un pilar y reaparecer. Es imposible confundir el arma contra la que el General Fantasma lucha con tanta valentía, Jiang Cheng la reconoce tan fácilmente como lo haría con su propio reflejo y, por la forma en que Xichen se tensa a su alrededor, significa que él también lo hizo.
Nie Mingjue tiene ojos negros, y venas negras a juego que se extienden por su garganta. No necesita ver la cara de Xichen para saber que se ha puesto pálido, sus manos temblorosas son suficientes para darse cuenta.
Las nuevas marionetas se elevan al compás de la música, impulsadas por una energía resentida a descargar su enojo con quienquiera que se encuentren, y hacerlo con una violencia inhumana ahora que no están forzados por su propia mortalidad. En el fondo de la habitación, mantenida fuera de su alcance, una bruja conocida sonríe salvajemente mientras hace títeres de los numerosos cadáveres, ya no es una cultivadora demoníaca principiante y ya no tiene problemas controlar los restos del Hierro Yin.
Un cadáver se lanza hacia ellos. Jiang Cheng anticipa un golpe que nunca llega porque Lan Sizhui gira hacia ellos, cortando el cadáver y pateándolo. Luego se arrodilla frente a ellos, confiando en que Jin Ling y Lan Jingyi mantendrán su espalda protegida.
"Tío", dice Sizhui, "el General Fantasma me contó cómo lo manipularon poniendo clavos en su cráneo. Chifeng-Zun está bajo el mismo poder. Si podemos sacarlos, es posible que podamos ayudarlo".
"Está tirando a Wen Ning como si fuera una muñeca", Jiang Cheng se limpia la barbilla en un esfuerzo por mirar un poco más lejos de la muerte. Se congela y luego retira su mano, bajando su mirada hacia su mano.
Jiang Cheng arranca a Zidian de su dedo y saca la mano de Xichen de su pecho. Ahora sangra lentamente, la herida es mucho más pequeña y manejable. No va a morir y eso tendrá que ser suficiente para Xichen.
"¿A-Cheng?"
Jiang Cheng desliza el anillo en el dedo de Xichen e inmediatamente cobra vida, ansioso por pelear ahora que puede aprovechar la energía.
"Ponlo bajo control", Jiang Cheng usa la voz reservada para los discípulos, un tono con el que no se puede negociar. "Si puedes mantenerlo quieto, puedes sacarle los clavos".
Xichen comienza a negar con la cabeza, por lo que Jiang Cheng extiende la mano y se aferra a Sizhui. Su sobrino lo agarra con facilidad, acepta su brazo alrededor de su hombro y obedece su orden silenciosa de sostenerlo.
"Eres el único que puede detenerlo", dice Jiang Cheng. "Eres su única esperanza. Es tu hermano, Xichen, hazlo por él".
Una sola lágrima sale de los ojos de Xichen, arrastrando una línea limpia a través de la sangre en su mejilla. Xichen cierra los ojos y toma aire.
Cuando los abre de nuevo, toma la mano libre de Sizhui y una de Jiang Cheng y las presiona contra la herida en su pecho.
"Mantén la presión de esta manera", le ordena a Sizhui. "No quites la mano de allí, ¿entiendes?"
"Sí, tío", asiente Sizhui y Xichen asiente en respuesta, un entendimiento entre ellos que haría que Jiang Cheng ponga los ojos en blanco en circunstancias habituales. Xichen fija los ojos en su objetivo y se levanta, solo para que Jiang Cheng agarre su muñeca y tire de él hacia abajo.
"Xichen"
Jiang Cheng sostiene su mano por un momento más, mira esos ojos tristes y perdidos por otro segundo.
"Sabes que siempre voy a encontrarte"
La línea decidida de la boca de su marido vacila por un momento, luego vuelve a multiplicarse por diez. Levanta la mano de Jiang Cheng hasta sus labios y le da un beso en sus nudillos.
Zidian se desliza fuera de su forma completa. Xichen lo usa para despejar el camino hacia Nie Mingjue y desaparece tan rápido como uno de los latigazos de Zidian.
Apenas se ha ido por más de un momento cuando otro cadáver aprovecha la oportunidad para arremeter contra ellos. Jiang Cheng planta sus pies en el suelo y los mueve hacia un lado, logrando desenvainar a Sandu a tiempo para rasgarlo, aunque eso provoca puntos negros bailando alrededor de su visión. Aprieta los dientes y espera que no haya estirado la herida lo suficiente como para volver a abrirla.
"¡Jiu-Jiu!"
Jin Ling aparece frente a él, la línea marcada en su garganta aplasta el corazón de Jiang Cheng peor que cualquier cosa que haya sentido en mucho tiempo. También tiene un corte fresco en el brazo. La sangre de Jiang Cheng se incendia con intenciones asesinas.
Lan Jingyi aparece como una maldita comadreja inmortal, aunque su rostro es decididamente menos alegre. "¿Qué vamos a hacer?"
La cabeza de Jiang Cheng golpea con dolor cuando lo último de la curación de Xichen se desvanece. Se apoya un poco más en Sizhui y está agradecido de tenerlo junto a él. Jiang Cheng asiente con la cabeza hacia Wei Wuxian, que todavía está envuelto en destrozar a Jin Guangyao y convertir los cadáveres lo suficientemente valientes como para atacarlo y convertirlo en polvo.
Mira a los sobrinos que tiene enfrente.
"Ustedes dos despejen el camino. Sizhui y yo vamos a convencerlo de que recupere su sentido común".
El rostro de Jin Ling adquiere una mirada oscura y decidida. Jiang Cheng tiene la sensación de que está mirando su propio reflejo. Jingyi asiente, "Podemos hacer eso".
Las palabras apenas salen de su boca cuando sus sobrinos entran en acción. Hay una oleada de orgullo que reemplaza la ira de Jiang Cheng cuando ve lo bien que se mueven juntos, el tipo de trabajo en equipo que fuerza imágenes de su propio pasado detrás de sus párpados. Guarda esos sentimientos para más tarde y da un paso adelante con un brusco "movimiento".
Está medio curado pero no se está muriendo e incluso aún tiene que apoyar algo de su peso en Sizhui mientras arrastra al pobre niño a través del claro en los cadáveres hechos por sus sobrinos.
Wei Wuxian continúa tocando como si ignorara el caos que lo rodea, como si no le importara lo que suceda, siempre que pueda vengarse de Jin Guangyao. El líder de la Secta Jin tiene los puños enterrados en el cabello, sacándolo en mechones del cuero cabelludo, la sangre y las lágrimas le caen por las mejillas y la barbilla. Es un hombre completamente destrozado.
"Wei Wuxian", llama Jiang Cheng. "¡Deja de tontear!"
Wei Wuxian, de hecho, no detiene su tortura.
"Maestro Wei", intenta Sizhui mientras se acercan a trompicones. "¡Escuche al Líder de la Secta Jiang!"
Tienen que detenerse bruscamente cuando un cadáver se desliza detrás de Wei Wuxian, bloqueando su camino. Levanta dos espadas sobre su cabeza, con la intención de atacarlos, pero Jiang Cheng las esquiva lo suficientemente rápido para que ambos se salven. Rueda sobre su costado y empuja hacia arriba sobre sus palmas justo a tiempo para ver un segundo cadáver deslizarse junto a Jingyi y lanzarse hacia Sizhui.
"¡A-Yuan!" Lanza a Sandu, logrando quitar el brazo dominante del cadáver antes de que pueda causar algún daño. Jiang Cheng deja escapar un suspiro de alivio y solo entonces se da cuenta de que Wei Wuxian ha dejado de tocar.
Todavía como una piedra, su hermano mira a Sizhui con los ojos muy abiertos. Él susurra: "¿A-Yuan?"
Los propios ojos de Jiang Cheng se agrandan cuando lanza su mirada entre su sobrino y su hermano y ve el reconocimiento en cada uno de sus ojos. Jin Guangyao yace inmóvil detrás de Wei Wuxian, ni siquiera un tic para indicar su estado.
"Wei Wu-"
Jiang Cheng jadea y se acurruca sobre sí mismo, un dolor agudo recorre su espalda. Una patada en la cabeza lo envía rodando, exponiendo su frente y permitiendo que un enorme cuervo negro hunda sus garras en su pecho, graznando en su cara. Con su pico aún abierto en un molesto chillido, Jiang Cheng lo golpea en su pecho en un movimiento completamente desagradable pero efectivo con un "hijo de puta" murmurado.
Antes de que pueda sentarse, un pie desciende sobre su pecho, presionándolo y manteniéndolo en su lugar mientras el tacón de una bota se hunde en las marcas de garras y la herida de espada reabierta. Gruñe y agarra el tobillo, más que dispuesto a romperlo cuando la persona deja caer todo su peso sobre él, sentándose sobre su pecho y sosteniendo sus brazos contra el suelo con las rodillas.
"Te pusiste guapo en este tiempo".
Jiang Cheng escupe un poco de sangre a un lado y mira hacia la cara de la bruja, la misma que él y Xichen habían cazado hace tantos años. Quien los Jins habían mantenido viva para usarla en su propio beneficio.
Un dedo recorre la línea de su rostro. Jiang Cheng la fulmina con la mirada. Sus uñas se clavan en su mandíbula y lo obligan a mirarla.
"Escuché que te casaste con un Lan", continúa. "Qué lástima."
Él resopla, sacando un poco de su cabello fuera de su cara. "¿Por qué todos ustedes hablan tanto?"
La bruja frunce el ceño y lo golpea en la cara con la flauta, enviando su cabeza a una vertiginosa espiral cuando lo obligan a ponerse de lado.
La bruja suspira con satisfacción y le da una patada en el pecho, lo suficientemente fuerte como para romperle una costilla. Se lleva la flauta a los labios y sonríe. "Vas a hacer un premio bonito".
Tiene una serie de respuestas coloridas a esa amenaza en particular y todas se convierten en un silbido cuando el cuervo se lanza hacia él nuevamente, sus garras apuntando a su garganta.
Ella planea convertirlo en una marioneta.
Con un poco de esfuerzo, rueda sobre su estómago, llevándose otra garra enterrada en la espalda pero evitándose la muerte súbita. Levanta la cabeza.
Lan Xichen está más lejos de él, iluminando el extremo derecho del templo con Zidian, una sombra blanca pálida en una luz púrpura oscura. El látigo envuelve a Nie Mingjue, sujetándolo rápido a pesar de las luchas del cadáver muy poderoso. Lan Xichen tiene la espalda protegida por su hermano y el General Fantasma. Lan Wangji y Wen Ning están comenzando a avanzar en el número de marionetas ahora que no están ocupados tratando de mantener a Nie Mingjue alejado de sus espaldas. Lan Xichen tiene su mano en la parte posterior de la cabeza de Nie Mingjue, sacando los clavos que lo mantienen bajo el canto de sirena de la bruja.
Más cerca de él, llenando el centro de la habitación, Jin Ling y Lan Jingyi son tormentas gemelas, impulsados por la protección que proviene de una familia fuerte y la valentía que proviene de la juventud. Son extensiones el uno del otro, tanto un arma como un escudo, técnicas de espejo aprendidas de las Sectas Jiang, Lan y Jin.
Los más cercanos son Wei Wuxian y Lan Sizhui. Su sobrino, al igual que su padre, está defendiendo la espalda de Wei Wuxian mientras el Patriarca Yiling empuja hacia él, tirando a un lado las marionetas que intentan matarlo primero. Jiang Cheng sonríe.
Si esto es así... no puede irse hasta que garantice la seguridad de su familia, pero...
Si esta es la familia con la que deja a Jin Ling, sabe que puede irse en paz. Ni siquiera la bruja con todos sus trucos podía sacarle algo de resentimiento, no ahora.
El cuervo se lanza de nuevo hacia él, pero es mucho más rápido. Lanza su puño en el último segundo y logra golpear al pájaro, enviándolo a chocar contra el azulejo donde puede poner sus manos alrededor de su cuello. El pájaro se agita y, antes de que Jiang Cheng pueda agarrarlo lo suficientemente fuerte como para romperlo, se aleja cuando una mano se hunde en su cabello y lo tira hacia atrás. Una daga, no muy diferente a la de Liu An, se coloca en su garganta expuesta y la bruja se inclina, su boca susurrando justo al lado de su oreja.
"Cuando seas mío", dice, "haré que mates a tu sobrino primero".
Casi podía sonreír, la sangre brillaba en sus dientes. Cuando se vaya, no lo traerán de regreso.
Hay un golpe y un grotesco chapoteo sobre él. La hoja en su garganta cae hacia el suelo y el cuerpo en su espalda se encorva. Se apresura a quitarse de encima a la bruja y cuando se gira, ve unos ojos vidriosos mirándolo fijamente, con la garganta cortada. Los ojos de Jiang Cheng se elevan y se encuentran con-
"¡Jiang Cheng!"
Se queda mirando mientras Jin Guangyao cae hacia atrás, con una cuerda de guqin manchada que se afloja en su mano. Wei Wuxian lo toma de debajo de sus brazos y lo levanta. "¿Estás bien?"
Si no estuviera mirando tan ineptamente los cuerpos frente a él, probablemente habría tenido algo ingenioso que ofrecer. Jin Guangyao, con sangre filtrándose de su boca, de su nariz, de sus ojos, mira a Jiang Cheng. Se miran a los ojos. Jin Guangyao deja escapar un suspiro tembloroso y se encorva, dejando caer la cabeza al suelo.
Nie Mingjue deja escapar un grito masivo y llama su atención hacia el otro lado de la habitación. Xichen hace retroceder a Zidian y se arrodilla frente a él, sosteniéndolo en posición vertical. Cuando Nie Mingjue abre los ojos, están descoloridos pero familiares. Su amo está muerto y los clavos controladores se han ido. Ahora no es diferente a Wen Ning.
Nie Mingjue mira a los ojos de Xichen y hay reconocimiento, un alivio que Jiang Cheng no sabía que lo pondría de rodillas. Wei Wuxian lo acompaña, soportando su peso mientras el resto de los títeres se encuentran con la espada de sus sobrinos. Mientras cae, Xichen ayuda a Nie Mingjue a ponerse de pie y Jin Ling va a su lado, ayudándolo a mantener el equilibrio mientras recupera el control de sus propios pies. Wen Ning revolotea por la habitación como una sombra, destruyendo el resto de las marionetas con una letalidad hábil.
Xichen y Jin Ling llevan a Nie Mingjue hacia adelante mientras Wei Wuxian atrae más de su peso sobre él, colocándolo de pie. Cuando los hermanos jurados reunidos espían a Jin Guangyao en el suelo, vivo pero roto, los ojos de Nie Mingjue se entrecierran. Sacude a Jin Ling y Xichen y empuja a Baxia hacia adelante. Nie Mingjue coloca la punta de la espada en la garganta de Jin Guangyao, una muerte extrañamente suave del Maestro de la Espada Roja, un espejo de su propia muerte como se muestra en la línea oscura de su propia garganta.
Jiang Cheng no ve el final de Jin Guangyao. Todos sus nuevos dolores y molestias lo abruman y, cuando el impacto de todo esto tira de la alfombra debajo de sus pies, cae inconsciente contra su hermano.