Dark Times

By milvecesilusa

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Un matrimonio destruido por el odio de terceros. El trato hostil entre dos mujeres. El sufrimiento de un niñ... More

Capítulo I
Capítulo II
Capítulo III
Capítulo IV
Capítulo V
Capítulo VI
Capítulo VII
Capítulo VIII
Capítulo IX
Capítulo X
Capítulo XI
Capítulo XII
Capítulo XIII
Capítulo XIV
Capítulo XV
Capítulo XVI
Capítulo XVII
Capítulo XVIII
Capítulo XX
Dark Times; El día del asesinato de Valentina
Dark Times; El día del asesinato de Valentina
Capítulo XXI
Capítulo XXII
Dark Times; Germán Calle
Capítulo XXIII
Capítulo XXIV
Capítulo XXV
Capítulo XXVI - Final
Dark Times; El verdadero final
Dark Times; ¡Boom!
¡¡VOLVÍ!!
Dark Times; ¿Quién morirá?
Dark Times; Ruleta Rusa
Dark Times; Un adiós definitivo
D.W
...
Dark Times

Capítulo XIX

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By milvecesilusa

POV Daniela Walsh

¿Muerta?

No. No puede ser.

No puedo perderte, Poché. A ti no.

Me acerqué a mi hijo. Él sostenía la cabeza de su madre con delicadeza, mientras lloraba y temblaba.

-Creo que mami no respira.- repitió con la voz totalmente rota.

-Tranquilo, bebé.- le susurré y besé su frente.

Moví con cuidado la cabeza de mi esposa, tenía miedo de que se lastimara más. La sangre era demasiada. Tanta, que cubría su rostro en su totalidad.

Lloré al ver su estado. Con mis manos temblorosas, llevé mis dedos a su cuello para comprobar su pulso. Suspiré en señal de alivio al sentirlo. Era muy débil pero ahí estaba.

En ese momento sentí pasos detrás de mí, al girarme vi a Connor y Frank.

-Ahora fue que obtuvimos la ubicación.- dijo Frank agitado- ¿Qué pasó?

-No hay tiempo para hablar. Debemos llevarla a un hospital, su pulso está muy débil.

Inmediatamente Frank la cargó en brazos, y yo tomé a Nathan en los míos. Fuimos hasta el ascensor nuevamente.

-¿Tu estás bien, Dani?- me preguntó mi hermano.

-¿Conoces a ese tal Germán Calle?- su rostro se descompuso.

-Creo que ya es hora de que sepas la verdad. Pero debemos llamar a papá.

-No.- dije y las puertas se abrieron- Ahora solo quiero que Poché esté bien, y que mi hijo descanse.- comencé a correr hasta mi auto, mientras mi amigo me seguía.

-

Llevábamos alrededor de una hora en la sala de espera del UCSF Medical Center. Según los que nos dijo el doctor, mi esposa había sufrido varias fracturas en su rostro y costillas. Y que esta última por su gravedad, necesitaba intervención quirúrgica.

Minutos atrás me habían atendido mi pierna, que no era nada grave ya que la bala había salido. Por lo que no causó más daño que un vendaje, un leve cojeo, y un dolor algo intenso.

Connor se había llevado al niño a casa, para que comiera y duermiera un poco, a pesar de sus quejas. Él quería esperar para ver a su madre. Pero ya había sido demasiado para él en una misma noche.

-¿Investigaste lo que te pedí?- pregunté a Frank, que estaba sentado al lado mío en esas incómodas sillas de hospital.

Más de media hora sentada ahí era realmente tortuoso.

-Sí, lo que encontré en los registros me confundió bastante.- me dijo leyendo algo en su celular- Es sobre tu madre.- lo miré rápidamente.

-¿Qué tiene que ver Germán con mi mamá?- pregunté alarmada.

-Según los registros tu mamá y ese hombre estuvieron casados.- abrí los ojos com sorpresa.

-¿Qué?- asintió- Dime fechas.

-En los archivos que encontré, se divorciaron hace treinta y dos años.- no puede ser.

-Eso no tiene sentido.- moví mi cabeza en negación- Connor tiene treinta y ocho, y Dylan y yo tenemos treinta y cinco. Mi madre no pudo haberse divorciado de ese tipo tres años después de mi nacimiento. No puede ser.

-Yo solo te informo lo que encontré, Daniela. Me dijiste que Germán te dijo que le pidas explicaciones a tu padre.- asentí- Pues ahí lo tienes. Debes hablar con John.

-Primero que nada está la salud de Poché. Pero ten por seguro que pediré explicaciones.

En ese momento el doctor salió del quirófano, con un rostro cansado.

-¿Doctor, cómo está mi esposa?- me levanté enseguida y pregunté.

-Su esposa es una guerrera, Daniela.- dijo sonriendo, y me contagió el gesto- La cirugía no fue nada fácil. A pesar de que solo fueron unas fracturas, su organismo no está en un estado óptimo.  No le mentiré, ella sufrió un paro respiratorio.- mi rostro cambió a uno preocupado en segundos- Pero como le dije, todo salió bien. Solo que sus pulmones estaban afectados desde antes. Al parecer ella estuvo consumiendo drogas por mucho tiempo.

-Así es. Pero ya no consume desde hace unos meses.

-Lo noté.- sonrió- El desgaste muscular que provoca el síndrome de abstinencia es notable, y al parecer ella lleva un tiempo sufriendo los síntomas de este.

-No.. Nunca me lo dijo.- me sentí culpable en ese momento.

-Al parecer no quería preocuparla.- colocó su mano en mi hombro en señal de apoyo- Ahora ella solo necesita su compañía, y su amor. Sé lo que es, mi hija pasó por lo mismo.

-Muchas gracias, doc. ¿Cuándo podré verla?- le pregunté ansiosa.

-Acaba de salir de una cirugía dónde sufrió un paro respiratorio, lo mejor es que descanse. Por eso está sedada, y dormirá por lo menos doce horas más. Le aconsejo que vaya a descansar y regrese mañana.- hasta ese momento noté su marcado acento italiano.

-Está bien. Muchas gracias, otra vez.- el solo sonrió, y me miró con sus ojos verdes aceituna parecidos a los de Poché.

-

Después de despedirme de mi amigo, y agradecerle por todo, regresé a mi auto.  Conduje por las calles de San Francisco apreciando la bella vista nocturna de la ciudad. Amaba demasiado esa ciudad.

Mientras conducía un vacío en mi pecho apareció, fue una angustia inexplicable, como un mal presentimiento. Además de unas ganas inmensas de ver a mi hermano mayor.

En ese momento mi teléfono sonó anunciando una llamada. Coloqué el altavoz, se trataba de mi padre.

-¿Dónde estás?- me preguntó con su voz tan neutra como siempre, en eso se parecía mucho a Dylan, en su capacidad de no demostrar sentimiento alguno.

-Conduciendo a mi casa.- le respondí de la misma forma- Necesito que hablemos.

-Lo sé. Hablé con Connor.- respindió y suspiró- Muévete, te estoy esperando en tu casa. No tengo tu tiempo.

Y colgó.

-

Llegué a mi casa, y al entrar estaban mi padre y mis hermanos sentados en la sala de estar.

-Te estábamos esperando.- dijo Dylan.

-¿Y mi hijo?- pregunté de inmediato.

-Llamé a Laurel y está con él en su habitación. No quería dormir solo.- asentí.

-Iré a verlo...- hice el amago de ir hacia las escaleras pero mi papá me detuvo.

-No, Nathan está dormido ahora. Vamos hablar en este instante.- me rendí a su petición y me senté en el sofá.- Pregunta lo que quieras.

-Lo primero que quiero que me expliques es como en el momento en el que mis hermanos y yo nacimos mi mamá estaba casada con ese tal Germán.- mi papá me miró con sorpresa- Si, lo sé. ¿No se supone que ustedes llevaban ma vida entera casados?

-Entoces sabes más de lo que deberías.- me dijo- Así que no hay nada que esconder en este momento.

-Te escucho, papá.

-Tu mamá estaba casada con ese hombre cuando me conoció.- miré a mis hermanos, Connor se veía tranquilo, y Dylan... ¿enojado?

-¿Le fue infiel contigo, y tuvieron a Connor? No entiendo como fue esa relación, no entiendo. Se supone que ellos se divorciaron cuando yo tenía tres años.- le reclamé.

-¡¿Me vas a dejar hablar?!- me habló fuerte y asentí- Yo conocí a tu mamá un quince de diciembre, hace treinta y cinco años.

-¿Qué? Pero ese... ese día nacimos Dylan y yo. Connor ya había nacido, papá.

-Exactamente.- fruncí el ceño confundida- Yo también estaba casado con otra mujer en esa época. Connor no es hijo de Mafe, pero lo crió como tal. Lo amaba como si fuera suyo.- lo miré y estaba totalmente tranquilo, eso solo quería decir que él lo sabía. Connor me había mentido.

-¿Dónde está esa mujer? ¿Se divorciaron?- preguntó Dylan, aún se veía enojado.

-Ella murió también ese quince de diciembre.- bajó la mirada.

-¿Cómo es posible que hayas conocido a mi madre el día que nací, papá? No tiene sentido.- seguí insistiendo.

-Esa noche llevé a la que era mi esposa a urgencias. Estaba embarazada, y había comenzado a sangrar, lo que no era normal, así que corrí con ella al hospital.

-¿Embarazada?- dije y mi papá asintió- ¿Dylan y yo...? ¿Me estás queriendo decir que esa mujer que murió es nuestra verdadera madre?

-De uno de ustedes sí.- lo miré totalmente confundida de nuevo- Al mismo tiempo que llegué con ella a urgencias, otra mujer embarazada con fuertes contracciones también llegó, era Mafe.- sonrió nostálgico- Las atendieron a las dos al tiempo, y la diferencia de los nacimientos de los bebés fue de escasos minutos. Pero mi esposa, la mamá de Connor, estaba en un estado grave y no sobrevivió al parto. Nuestro bebé necesitaba ser amamantado, y Mafe se ofreció a ser quien lo alimentara, ya que su bebé no comía tanto como el mío. Las enfermeras estaban asombradas por el parecido que tenían los ojitos de los niños, al igual que su cabello. Hacían chistes de que podrían pasar por mellizos, ya que habían nacido casi al mismo tiempo.- no puede ser, no puede ser- En los días que estuvimos en el hospital, ella me contó que había huido de su esposo, que la maltrataba y golpeaba demasiado, y así la misma noche que llegó a San Francisco rompió fuente. Estaba sola en la ciudad. Le ofrecí trabajo como la nana de mis hijos, a cambio de tener donde vivir y comida para su bebé. Y... en ese tiempo nos enamoramos perdidamente.- mis ojos se aguaron- Lo que comenzó con besos, y una fuerte atracción, terminó con dos corazones completamente enamorados. Así que le propuse matrimonio, pero ella ya estaba casada. Por lo que busqué a su esposo, un infeliz pueblerino, que aunque tenía dinero, no me llegaba ni a los talones. Le quité gran parte de lo que tenía y lo obligué a firmar el divorcio. Germán juró vengarse, y es justo lo que está haciendo ahora.- me miró al terminar su discurso, y yo llevé mis manos a mi rostro.

-¿Me estás queriendo decir que Dylan y yo no somos mellizos? Y...- suspiré tomando fuerza para decir lo siguiente- Y que uno de nosotros no es tu hijo.

-Exacto.- respondió con simpleza, su tranquilidad me llenaba de ira.

-Imagino que Daniela es tu hija, y yo soy hijo de ese Germán.- sonrió irónicamente Dylan- Por algo siempre fue tu favorita.

Yo llevé la mirada a mi... a Dylan, y luego a mi padre. Hizo un leve movimiento de negación y mi mundo se vino abajo.

-No, Dylan, tú eres mi hijo.- el aludido abrió los ojos con sorpresa- Daniela es biológicamente hija de Germán.- comencé a sollozar.

-Solo no entiendo por qué ese tipo me quiere muerta si se supone que yo soy su hija.- mi voz estaba quebrada por los sollozos.

-Germán siempre fue un machista. Y siempre dijo que su primer hijo debía ser un varón, no una "estúpida niña que no mantuviera su apellido".- me reí sin humor, que irónico todo- Por eso nunca preguntó, siempre dio por hecho que Dylan es su hijo. Daniela yo te amo...

-¡No! ¡No me hables ahora!- lo interrumpí- Es increíble como viví en una mentira desde que nací. Tú no eres mi padre, y ellos no son mis hermanos..- los miré, mi alma dolía- Mi vida entera se destruyó en unos segundos.

-Yo sí soy tu padre, Daniela. No digas estupideces. Yo te crié, te di todo lo que tienes.- eso me había enojado.

-¿De eso se trata? Pues si quieres te devuelvo todo lo que has invertido en mí.

-No es eso, hija. Te amo desde que te vi en el hospital cuando naciste. Eres mi niña, eres mi orgullo y lo sabes. Siempre te lo dije.- dio unos pasos hacia mí y yo retrocedí.

-También estaba orgullosa de que fueras mi padre, a pesar de todo. Pero con una mentira convertiste todo ese orgullo en decepción.

-Hermana...- esta vez me habló Connor.

-¡No soy tu hermana!- le grité con dolor- No soy nada tuyo. Tu también me mentiste, Connor. ¡Te odio!- sus ojos se abrieron sorprendidos- Váyanse los dos de mi casa. ¡Ahora mismo!

John se fue sin decir una palabra.

Connor me observó por alrededor de tres minutos, esperando alguna reacción de mi parte. Pero no hice nada.

Y llorando se fue de mi casa.

Yo reprimí mi impulso de abrazarlo, no debí haberlo hecho.

Debí haber gritado su nombre y correr a sus brazos, como cuando éramos niños. Debí abrazarlo con todas mis fuerzas mientras le decía que lo amaba.

Pero no lo hice.

-

Al siguiente día me desperté muy temprano y fui a ver a mi hijo. Él estaba de mejor ánimo y me pidió que lo dejara ir a la Academia de su madre a recibir sus primeras clases. Obviamente acepté, y su tía Laurel se ofreció a llevarlo.

En el momento del desayuno no tenía hambre, así que me preparé mi infaltable té de las mañanas. Sentí su sabor más fuerte de lo normal, pero supuse que se debía a que las bolasas eran nuevas.

Luego de eso me dirigí al hospital, donde me esperaba Frank.

-¿Y esa cara? ¿Le pasó algo a Poché?- le dije alarmada.

-No. Se trata de Connor.- mi semblante inmediatamente cambió.

-No me importa nada que tenga que ver con él.- el suspiró- ¿Te contó?

-Sí. Y lo regañé muy fuerte por eso. Pero aún así el te ama, Daniela. Y por muy enojada que estés, sé que lo adoras también.

-No quiero hablar de él.

-Debes escuchar esto.- rodé los ojos fastidiada.

-Dime.

-Él llevaba tiempo investigando la golpiza, y el incendio de las oficinas.

-Lo sé. Pero no me extrañaría que todo sea obra de Germán.

-También lo pensamos. Pero él cree que alguien cercano estaba dando información sobre los negocios de tu p...- lo di una mirada intensa- de John. Y por lo tanto esa persona puede ser cómplice de Germán.

-¿Y por qué precisamente alguien cercano? Todo el mundo sospecha de la familia Walsh.

-Porque es un trabajo de años, Daniela. Cualquiera no lo pudo hacer.

-¿Dónde está Connor ahora?- su mirada cayó.

-Fue a ver a Germán.

-¡¿Lo dejaste ir solo?!- asintió- Ese tipo nos odia.

-Sabes como es. Le encanta hacer todo solo. De todos modos le pedí que me hablara cuando saliera de verlo...- justo en ese momento sonó su celular- Aquí está.- cruzaron un par de palabras, el rostro de Frank parecía preocupado- Quiere hablarte.

-¿Qué quieres, Walsh?- le dije de mala forma.

-Vamos, hermanita. No me digas que sigues enojada.- se rió- Sabes que no me gusta verte de una manera que no sea sonriendo feliz.

-Las mentiras no me hacen precisamente feliz, Connor.

-Se que no debimos ocultarte esto. Pero para mí no tiene ninguna relevancia, tu sigues siendo mi hermanita consentida. - eso logró robarme una sonrisa- Siempre te voy amar, Dani. Siempre.

-¿Por qué no vienes al hospital y hablamos mejor?- le respondí, y ese vacío en mi pecho volvió.

-No creo llegar hasta allá. Mi auto tiene un pequeño desperfecto.- se rió.

-Estaciónate, y ven en taxi o lo que sea. Necesito verte en persona.- en realidad lo que necesitaba era un abrazo de él.

-Justo no creo poder estacionar. El desperfecto lo tienen justo los frenos.- mi corazón se agitó, y mi preocupación aumentó- Parece que Germán mandó a sus matones a darme este regalito mientras hablábamos, pero al menos confirmé mis sospechas.

-¿Connor, te voy a volver a ver?- mis ojos comenzaron aguarse.

-Tienes muchas fotos mías, idiota.

-¿Puedes dejar tus malditas bromas un segundo?- lloré aún más.

-Eres muy amargada. Bueno, solo te llamaba para decirte que te amo. Y que tu si eres mi hermana, me importa una puta mierda lo que diga la biología, la genética o lo que sea. Te aguanté treinta y cinco malditos años, así que no tengo dudas de que eres mi hermana. Y me diste al mejor sobrino, que lo amo demasiado también.- mis lágrimas eran cada vez más- Tú y Dylan por favor, cuídense y no hagan locuras, ahora ya no podré limpiar su mierda.

-No te despidas de mí, maldita sea.

-¿Quién dice que me estoy despidiendo, Daniela Walsh? Esto es un hasta luego. Como decía mamá, ninguno de nosotros llegará a viejo.- volvió a reír- ¿Algo que decir, hermana?

-No te odio. Lo que dije anoche es mentira, yo no te odio.- sollocé con fuerza.

-Eso lo sé, tranquila. Sé que me amas.

-Te adoro muchísimo, estúpido.

-Más respeto para el hermano mayor.- se rió- Te amo.- me aferré al teléfono como si con eso pudiera sentirlo mas cerca- Quiero decirte algo de Poché y Va...

Y un estruendo fortísimo se escuchó del otro lado, hasta que el sonido que indicaba el fin de la llamada apareció.

-¡Hermano! ¡Hermano!- grité y mi cuerpo se desplomó, pero Frank me sostuvo- Connor, no. No me dejes, hermanito. No.

Y ahí, ahogada en llanto me arrepentí de no haberle dado ese abrazo la noche anterior.

Ese abrazo que hubiese sido el último que iba recibir de mi hermano mayor.

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¿El siguiente es Nathan?

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