Ashley
Las siguientes semanas no volví a sacar el tema de Axel con Noah, porque las veces que lo había hecho por probar, la expresión de mi novia había cambiado al completo.
Pasaba de estar animada y sonriendo a estar completamente seria, y asintiendo como si no le interesase, notandose descaradamente que no se sentía cómoda con ese tema.
Y yo tampoco con tener que animarla después de haberlo sacado, así que me dije a mí misma que no volvería a hablarle de él a ella.
Mientras, en clase, le iba conociendo más y nos íbamos haciendo amigos.
- ¿Qué escuchas? - Me quita un auricular y se lo pone él.
Le sonrio por tener compañía, todavía no había llegado ninguna de mis amigas y estaba esperando en la entrada con los auriculares puestos mientras miraba instagram.
- ¿Joji? No me decepcionas.
- ¿Qué te esperabas? ¿Qué estuviese escuchando Ariana Grande?
- Quién sabe, en algunas de tus historias a veces has puesto Harry Styles...
Rio negando con la cabeza.
- Es por Lucy, es una completa obesesa. Pero tranquilo que no es mi estilo.
- Se ve, eres toda una ghostgirl.
Sonrio por ese apodo que para mí me parecía todo un honor. El término de Ghostgirl lo utilizaba Lil Peep para referirse a su chica.
- Gracias, tú eres un hellboy.
Él sonrie ampliamente y se queda mirándome.
Sinceramente, era muy atractivo, y sus ojos grises me atrapaban al completo.
Pero si quería seguir siendo su amiga debía mantener una línea para que no se hiciese otra idea equivocada.
Aunque supongo que sabrá que tengo novia por mis fotos e historias.
Veo a Michelle llegar y me despido de él, aunque ahora nos volveremos a ver por estar en la misma clase, uno sentado al lado del otro.
- Joder como te mira, se nota que le molas - Es lo primero que dice mi amiga, directa como siempre.
- Buenos días también.
Ella rie pero mantiene el tema.
- ¡Es que es verdad Ashley! ¡Date cuentaaa! - Me da un golpe en el brazo tras otro, insistente.
- Claro que me doy cuenta. ¿Pero qué coño quieres que haga? Tengo novia.
Ella asiente lentamente y nos quedamos en silencio.
...
Jessie
Había decidido ir andando cada día a clases, mi cabeza no aguantaba más el apretado casco de la moto.
¿Pero en qué momento pensé que sería una buena idea?
Ya eran en punto y yo acababa de salir de casa.
Y si los profesores piensan que voy a correr para llegar temprano un lunes por la mañana: Están equivocados.
Michelle no deja de mandarme mensajes, preguntando donde estoy y cuanto me queda.
Le miento diciendo que estoy apunto de llegar, quería que me siguiesen esperando en la puerta.
Y conociendo a Lucy ya estaría histérica y deseando entrar para no llegar tarde, pero mi mejor amiga me esperaría sí o sí.
Al llegar, reconozco solo a dos personas.
Son Devin y ella, parecen estar cuchicheando de algo ilusionados.
- ¿De qué habláis?
Mi novio pega un salto por el susto, e incluso un grito.
Mi mejor amiga le asesina con la mirada rápidamente durante unos segundos.
- De los primeros exámenes - Responde asintiendo.
Será la mejor mentirosa, pero a mí no me engañaba, le conocía demasiado bien.
- Ya, claro - Clavo la mirada en Devin - Dime la verdad.
- Na- eh nada... - Retrocede nervioso.
- Devin... - Frunzo el ceño y me cruzo de brazos.
- ¡Estás muy guapa, adiós! - Grita con voz aguda y sale corriendo.
Resoplo y miro a Michi, pidiendole con la mirada que me lo cuente ella.
Sonrie y me abraza.
- Ya te lo contaremos, pero más adelante.
- ¿Cuándo?
- No seas impaciente.
Suspiro, que me lo pidiese hacía que me impacientase más.
- Bueno, ¿me lo prometes que me lo contarás?
- Te lo prometo.
Ambas alzamos nuestros dedos meñiques y al unirlos besamos nuestro puño.
Sonreímos entre nosotras, esas promesas selladas no las rompiamos nunca.
Pero aunque Michelle promete contarmelo más adelante...
Nadie ha dicho nada de que no me pueda enterar antes por el bocazas de mi novio.
...
- ¿Me puedes llevar a casa? - Le pido enlazando mis brazos a su cuello y acariciando su nuca.
El sonrie sobre mis labios, habíamos dejado el tema de primera hora de la mañana aparcado y ya habíamos hecho todas las clases.
- ¿Llevarte a casa con la parada de la última vez? - Pregunta pícaro.
- No, pero tal vez te haga algo parecido mientras me llevas directamente...
- Hecho - Acepta sin pensarlo.
Perfecto, ya tenía al pez capturado.
- ¿Qué era lo de esta mañana? Contestame ahora y será mejor que me digas la verdad - Le suelto mirándole cuando ya ha comenzado a conducir.
- No me digas qué... ¡¿Todo era una estrategia para ganar información?!
- ¡Claro que no, no soy una puta!
Devin suspira con sus músculos tensos, volviendo a crecerle los nervios.
- No te lo puedo contar Jess...
- No me llames Jess si me ocultas cosas - Me cruzo de brazos y miro hacia otro lado.
- Venga, no seas así - apoya su mano en mi pierna y la pasa por encima de ella.
Cuando llegamos a mi casa, se acerca para darme un beso de despedida, el cual evito alejandome.
- Jessie... - suspira y pone ojos de cachorro.
- Si no me lo cuentas creeré que es que sigues enamorado de Michelle... - Utilizo mi última carta.
Y por la mirada que pone, me dice completamente que eso no es.
- No te engañes a ti misma, sabes que solo te quiero a ti - Me consigue robar un beso y esta vez no me separo.
Su respuesta me ha gustado, no me la esperaba tan buena...
Va aprendiendo.
- Eres lo peor - Digo desabrochandome el cinturón y saliendo del coche - Sigo enfadada.
Aclaro y él suelta una pequeña risa negando con la cabeza, esperando para verme entrar a casa e irse.
¿Qué coño será eso que me ocultan?
Michelle
"¿De verdad que no se lo puedo contar? Se lo necesito soltar ya"
Leo el mensaje de Devin y ruedo los ojos.
Jessie podía estar tranquila, su novio jamás podría engañarla.
"¡No! Como estropees su puta sorpresa de cumpleaños por bocazas te aseguro que te corto el *ejem* y no vuelves a hacerlo con mi mejor amiga en tu vida"
Le dejo claro y apago el móvil resoplando, ¿tan difícil era?
Jessie cumplía los diecisiete en noviembre, y aunque todavía faltase dos meses, Ashley, Lucy y yo habíamos empezado a organizarlo para darle una buena sorpresa.
El plan era una fiesta de pijama entre nosotras, solas las cuatro, como en los viejos tiempos.
Y en la noche llegaría Devin...
¡En un coche para mi mejor amiga!
En solo una semana habíamos conseguido convencer a sus padres para que se lo regalaran, todo gracias a mis dotes de persuasión y lo mucho que me adoran.
Así nuestra amiga ya no tendría que volver a ir andando a clases, ni tener que usar los cascos de moto que tanto odia.
Iba a tener su propio coche, y aunque podía ser preocupante por dejar a la loca de Jessie de piloto... A la mierda, se lo merecía.