Isabella Jones.
─ De verdad no puedo creer que nunca hayas visto una película de Barbie ─soltó Gael mientras me acariciaba el cabello.
─ Es la séptima vez que me lo dices, ahora cállate que Ken está yendo a buscar a Barbie a París.
Nos encontrábamos en mi habitación del hotel era la tercera película que nos veíamos, ahora estabamos viendo "Barbie: moda mágica en París", Gael había insistido en pedir unos tacos una comida típica de Mexico, tarde en aceptar pero como siempre él tenía sus métodos para convencerme.
─ Es patético.
─ Tú querías verla así que te aguantas ─le contesté.
─ De hecho quería darte un poco de cultura, ¿qué persona no conoce a Barbie?, ¿con qué jugabas cuando eras niñas.
Ruedo los ojos al ver que no se iba a callar.
─ No jugaba con muñecas o con esas cosas que son siempre para niñas ─le respondí.
─ ¿Y entonces?
─ Digamos que yo era más de los juegos al aire libre.
─ ¿Cómo por ejemplo?
─ Siempre iba a actividades que debía estar en movimiento a cada rato, tomé algunas clases de vóley durante el instituto, trataba de estar fuera de casa.
─ Te imagino como una de esas chicas irritantes que se creían mucho con su escuadrón de tres sin cerebros y sin olvidar que tenía un novio popular.
Me incorporé un poco sobre su pecho para observarlo con una mirada de confusión.
─ ¿Acerté? ─preguntó reprimiendo una sonrisa.
─ No, ni siquiera un poco, para tu información era una estudiante normal, no era popular ni nerd, simplemente me ocupaba de estudiar y de leer.
─ Supongamos que te creo, ¿cuántos novios has tenido? ─Gael apartó un mechón de mi rostro y me observó fijamente.
─ Dos.
─ ¿Sólo dos?, creí que tendrías más ─soltó una suave risa.
─ No sé que crees que iba a hacer al instituto porque ligar no estaba en mis planes.
─ Ya ya, ¿por qué los dejaste?
Entrecerre levemente mis ojos y me acomodé en su pecho para poder observarlo mejor.
─ El primero fue porque era una relación tóxica y el segundo fue porque no me sentia cómoda.
─ ¿Cómoda en qué sentido?, ¿te hizo algo que no querías? ─preguntó con curiosidad.
─ No, de hecho fue muy buena persona conmigo pero creo que no me sentia preparada para meterme en una relación seria...me di cuenta que me gustaba estar sola.
─ ¿Y nunca volvieron?
─ No, porque hubo una situación que me incomodó mucho.
─ ¿Cuál?
Mordi levemente mi labio inferior bajo su atenta mirada.
─ Cuando nos separamos, a las dos semanas tuvimos una fiesta en casa de uno de sus amigos, había un poco de tensión entre nosotros, y entre todos los que éramos había una chica que me detestaba y yo a ella, eso no lo voy a negar ─sonreí levemente─. Él sabía que nos llevábamos mal, pero eso no importa, durante la madrugada algunos se fueron a unas habitaciones a besarse entre ellos.
─ ¿Y te quedaste con ellos tres? ─preguntó Gael con una leve sonrisa en sus labios.
─ No, este chico me invitó a acostarme con él, no en el sentido de tener relaciones, sino a estar juntos ─me apresuré a explicarle─. Obviamente acepté porque era quedarme con él o con la chica que me odiaba.
Gael me observaba atentamente como si le gustara el pequeño chisme que le estaba contando.
─ Nos besamos varias veces, todo iba a bien y nos volvimos a nuestras casas cuando amaneció, pero, las cosas se tambalearon un poco cuando me enteré que antes de ir a acostarme con él, le había mandado un mensaje a la chica que me odiaba para que vaya en mi lugar.
─ Osea, ¿qué le quitaste el lugar de besarse entre tu ex y con la chica que te cae mal? ─cuestionó incrédulo.
─ Exacto...en esos momentos no le di mucha importancia porque ya no éramos pareja y él podía estar con quien quiera ─acomode un mechón dentras de mi oreja ─. Pero a los días me sentía mal, porque de alguna forma fui segundo plato. Él no quería que yo vaya en un principio, él quería a la otra chica.
─ No deberías haberte sentido así Isa.
─ Ya lo sé, sólo fue por un pequeño tiempo después lo tome normal.
─ ¿Y qué es lo que te molestaba entonces?, ¿qué haya elegido a otra antes que tú?
─ No, él podía estar con quien quiera no estábamos juntos, simplemente me hubiera gustado que él me lo haya dicho de un principio y no haberme enterado por una amiga.
─ ¿Lo has hablado con él?
─ No, ya lo había olvidado y no me importaba así que no era importante que le pida alguna clase de explicaciones.
─ De acuerdo, supongo que tiene sentido.
─ ¿Tú cuántas novias has tenido? ─le pregunté tratando de cambiar un poco del tema.
Gael hizo un mohín como si estuviera pensando.
─ Creo que unas cinco.
─ No está mal.
Él soltó una leve risa.
─ No, cinco novias cada año.
Abri mis ojos sorprendida y tarde en responderle.
─ ¿Qué?, ¿le eras infiel a todas?
─No genia, con algunas estaba dos meses y luego terminábamos nunca me fui infiel a nadie.
─ Típico de los bad boys.
Gael soltó una carcajada antes de observame y noté que en sus ojos había un leve brillo.
─ Algo así, pero sólo dos me habían importando de verdad.
Un leve cosquilleo me recorrió por la espalda.
─ ¿Y por qué no has seguido con alguna? ─le cuestioné.
Gael se había quedado en silencio por unos minutos, ya no sonreía, sin embargo, el brillo en sus ojos no había desaparecido.
─ ¿Gael? ─lo observé ─. No hace falta que me lo cuestes si no te sientes cómodo.
Él se revolvió levemente el cabello y sonrió levemente saliendo de sus pensamientos.
─ Se llamaba Daisy, nos conocíamos de pequeños y nunca nos habíamos visto con otros ojos que no sea de amistad, hasta que empezó el anteultimo año del instituto ─comenzó a contarme ─. Trabajamos en varios proyectos juntos y pasábamos todo el tiempo juntos y después empezó a surgir poco a poco nuestro pequeño romance.
Se tomó una pequeña pausa antes de seguir.
─ Salimos varios meses hasta que me enteré que me estaba engañando desde un principio con un chico que era un año menor a nosotros.
Observé su rostro con atención.
─ No me molesto que me haya engañado, ni que lo haya preferido a él, de hecho nunca hizo algo que me haya molestado como para odiarla o que no me caiga bien ─acaricio suavemente mi cintura ─. Pasaban los meses y me di cuenta que el chico la maltrataba.
Estiré una de mis manos y aparté un pequeño mechón de su frente su mirada estaba perdida.
─ La ayude a hacer la denuncia, se separaron y todo, pero a los meses volvieron, y obviamente no volví a meterme en su relación porque ya no quería problemas. Una noche ella se subió a un auto con él e iban discutiendo por el camino ─respiro hondo ─. De alguna forma, él la ahorcó y la mató en minutos.
─ Joder ─susurré.
Mordi mi labio y aparte mi mirada de la suya.
─ La policía tardó una semana en encontrar su cuerpo, la había tirado en un descampado bastante lejos, su familia estaba destruida y de alguna forma a mi también me había afectado.
─ ¿Qué ha pasado con el chico? ─le pregunte luego de unos minutos en silencio.
─ No resistió a la prisión y durante la misma noche que lo encerraron se quitó la vida, como lo haría todo un cobarde.
Estaba sin palabras, no sabía que decirle y el que haya confiado en mi para contarme algo tan importante lo sentia como si una pequeña barra desapareciera entre nosotros.
─ El mundo es una mierda Isa, y más para las mujeres, siempre pienso en el peligro que puede correr si algún día tengo una hija ─conectó su mirada con la mía causando algo en mi ─. No protegí a Daysi y es algo que me pesa porque siento que en el fondo podría haber evitado que llegara tan lejos.
Acaricié suavemente su mejilla.
─ Lo siento mucho, de verdad, a veces queremos hacer cosas que están fuera de nuestras manos, pero lamentablemente eso esta en manos de la justicia que casi nunca sirve, porque si hubieran actuado desde un principio, las cosas serían distintas.
─ Lo sé.
Me acomodé a su lado dejando un pequeño espacio entre nosotros y observé el techo. Nos quedamos un rato en silencio y lo único que quería saber era que ocurría en su cabeza.
─¿Quieres saber qué pasó con la segunda chica? ─soltó Gael.
─ Si tú te sientes cómodo ─le contesté mirando una pequeña mancha en el techo.
─ Claro que si ─se quedó unos segundos en silencio─ es una chica demasiado bonita que hasta el momento pienso que me hizo un amarre para que empiece a quererla tan de golp...
Reí levemente interrumpiendolo.
─ ¿Esas cosas funcionan?
─ No lo sé pero déjame seguir contándote de ella.
─ De acuerdo...
─ No sé como hace pero siempre huele a vainilla, tiene ojos verdes claros y siempre debo estar acomodando mechones de su cabello.
─ ¿Dónde la conociste?
─ En un club ─soltó causando que me riera ya que lo había dicho de una forma bastante rara.
De un momento a otro Gael se acomodó encima mío sin dejar todo su peso, apoyando sus brazos al lado de mi cabeza.
─ Canta como los dioses, tiene una sonrisa hermosa y probablemente me esté enamorado de ella.
Sonreí.
─ Muy romántico de tu parte.
Él me devolvió la sonrisa y se quedó callado unos segundos.
─ Quiero protegerte Isa, quiero mantenerte a salvo, no del mundo en sí, sino del mundo que estamos metidos ambos, porque esta industria es peor que el mundo real ─dijo observando fijamente.
─ No quiero que por lo que pasó antes con Daysi quieras protegerme y que eso de alguna forma de haga sent...
Gael me interrumpió antes de terminar de dar mi opinión.
─ No me siento así y no lo haré para sentirme bien conmigo mismo, es la realidad, me importas, me gustas y desde el primer momento que me invitaste a tu hotel tuve la necesitadad de crear muros alrededor tuyo para que nadie te lastimara.
─ ¿Sabes el riesgo de tus palabras?
─ Si y me importa un carajo, ambos tenemos una carrera y se bien que nada será fácil para los dos, pero nada ni nadie va a cambiar el hecho de que me gustes y quiera protegerte.
Intente hablar nuevamente pero me volvió a interrumpir.
─ Que sea publico o no es tu decisión, voy a darte siempre tu esp...
Me vi obligada a callarlo de una vez tomándolo del cuello acercandolo para terminar uniendo nuestras bocas, el beso ya no era suave como los de siempre este era con ganas de ambas partes y con mucho deseo.
Sus dientes capturaron mi labio inferior estirandolo levemente para seguir besándonos.Él separó un poco sus labios de los míos cuando ambos notamos el rumbo que estaba tomando todo.
─ No quiero presionarte a nada Isa. ─susurró mezclando su aliento junto al mío.
─ No lo haces. ─le contesté de la misma manera.
─ ¿Segura? ─sus ojos analizaron cada rincón de mi rostro buscando una indicación de inseguridad.
─ Segura.
Gael volvió a juntar sus labios con los míos con un beso cargado de más, sentía la necesidad de tenerlo más cerca, aunque no pase ni un poquito de aire entre nosotros, sentía que había aún varias barreras entre los dos y quería desaparecerlas.
No iba a arrepentirme y deseaba que él tampoco lo haga, tomé la iniciativa tirando del borde de su remera obligándonos a separarnos unos segundos para que le permitiera quitarse la camisa y ayudarme con la mía.
Esta vez no volvió a mi boca sino que decidió repartir varios besos con pequeñas mordidas sobre mi cuello ocasionando que tirara mi cabeza hacia atrás para darle más espacio, dirigí mis manos a su espalda al mismo tiempo que mi boca soltaba un leve jadeo.
Cada segundo que pasaba sentia como el ambiente se llenaba de mucha tensión, Gael bajaba y yo no me oponía porque estaba más concentrada en el placer que me generaba tener su boca o sus manos recorrer mi cuerpo. Él parecía saber lo que hacia, no iba a ser mi primera vez así que no estaba nerviosa, confiaba en él hasta que llego el punto que no hubo más barreras entre nosotros y lo había disfrutado muchísimo.