Los campanarios de la ciudad más grande del país, la capital sagrada donde la luz reinaba.
Se escuchaban a kilómetros y dejaban al mundo saber el destino de su hogar.
Del corazón del reino santo que estaba siendo apuñalado por los salvajes vecinos de este país.
Las murallas de la ciudad ardían y se podían ver desde el cielo a las hormigas pelear entre sí.
Era casi como ver a una colonia de hormigas pelear contra otra a muerte por un insecto más grande muerto.
Algo que el Deminio conocía muy bien ya que los seres poderosos de este mundo no eran diferentes a los insectos o animales.
Estaba en la naturaleza de las razas diferentes matarse entre sí por poder, territorios, política, tesoros o mero placer por destruir a otros.
El ser que veía todo este teatro sonrió feliz a medida que susurro ajustando sus gafas por la brillantes de su señor.
- Como se esperaba de Ainz-Sama...Supongo que ella es la blanca....Esto es interesante....Ainz-Sama seguramente querrá saber sobre esa espada...
Comentonel siervo del dios de la muerte viendo el destello blanco que surgía en el paisaje en las murallas.
De entre todo el caos la hoja blanca enpuñasa por la mujer más peligrosa del reino.
Corto la carne y hueso como si nada mientras el infierno a su alrededor de manifestaba.
Soldsdos morían cada segundo que pasaba y los enemigos se multiplicaban sin fin.
-Remedios: ¡¿Donde está ese bastardo de jaldabaot?!
Grito furiosa cortando a un Bafolk en dos sin problemas tras cortarle un brazo y partirlo en dos literalmente.
- ¡No ahí ningún demonio cerca capitana!
Grito uno de los paladines desde la torre cercana avisando mientras que disparo una flecha a la cabeza de un Goblin.
-Remedios: ¡Resistan! ¡La luz nos da fuerza!
Anuncio a medida que la guerrera cargó hacia los enemigos.
Un bafolk cubierto de una armadura de madera con placas leves de metal atacó con su hacha dando un barrido vertical pero ella no era un simple soldado.
Remedios usando su espada la cual era más grande y pesada, en un movimiento rapido el cual balanceo su arma de forma horizontal.
Desviando el hacha y dejando al Demi-Humanos con su guardia baja, solo para darle un golpe con su puño en el torso.
El sonido de la madera rota y algo que se quebró dentro del Bafolk que grito casi como una cabra.
- ¡Aaaaahhh! ¡Maldito humano!
Grito pensando que ella era un hombre, muchos Demi-Humanos y No-Humanos no sabían diferencias hombres y mujeres de su raza.
Lo que enfureció a Remedios la cual viéndolo retroceder, grito a medida que sentía la fuerza de su cuerpo aumentada.
-Remedios: ¡Arte Marcial! ¡Corte Pesado! ¡Fuerza Aumentada!
Sus músculos se expandieron y la velosidad de su ataque se volvió casi 3 veces más rápido.
Con el enemigo no alcanzando a usar su hacha como escudo y detener el ataque.
Al final, el cadáver sin una parte de el brazo derecho y rostro calló sin vida al suelo.
Ella miró el cadáver antes de que un grito desgarrador se generara detrás suyo.
- ¡Aaaaahhh! ¡Ayudenmeeeeee!
Al voltear, miro a un soldado raso en llamas con su cuerpo encendido como una antorcha.
Se estaba quemando vivo y gritaba en busca de ayuda la cual nadie le daba por la batalla.
Ella miró en shock la escena mientras el pobre hombre, se acercó demasiado a las almenas y callo de la muralla.
30 metros le mataron y dejaron el cadáver destrozado además de aún estar siendo consumido por el fuego.
Estos eran los horrores de la guerra, la cual no era para nada algo noble como relataban los cuentos.
Aquí un solo corte de un arma enemiga podía poner fin a la vida de uno, los sentidos de la capitana se veían afectados por las explosiones, gritos y ataques mágicos en toda la muralla.
Miro con un zumbido en su oído derecho el paisaje ante ella, los soldados siendo masacrados.
Paladines que apenas mantenían a raya al enemigo, torres siendo tomadas y una oleada interminable de enemigos.
Remedios apretó sus dientes y sujeto fuerte su espada a medida que anunció recobrando el juicio.
-Remedios: ¡RETIRADA! ¡AL SEGUNDO ANILLO! ¡ABANDONEN LOS MUROS!
Al dar tal orden, uno de los paladines de la orden sujeto un cuerno en su cintura e hizo sonar este.
El sonido del mismo alerto a las tropas humanas que bajaron de las murallas en una retirada masiva, las tropas Demi-Humanos aprovecharon para atacar a los cobardes en retirara.
Matando a muchos mientras la mujer humana más fuerte se mantuvo en la muralla siendo la última que de quedo hasta que los últimos soldados bajaron.
En las calles, los civiles huían despavoridos en busca de esconderse de los salvajes tribales.
Mientras que la capitana de la orden grito a sus paladines que iban en una columna de unos 300 detrás de ella rumbo a el segundo anillo.
-Remedios: ¡Debemos buscar a la reina y sacarla de la ciudad! ¡No podremos ayudar al resto de ciudades de momento! ¡La capital no importa! ¡La reina es la prioridad! ¡¿Entendido?!
Ordeno a sus tropas y subordinados que sin pensarlo dos veces, gritaron su respuesta.
- ¡Si Capitana!
Los paladines avanzaron rápidamente por el camino a través de la zona cercana al muro.
La muralla había caído y ahora los Demi-Humanos se podían ver bajando de las murallas pero siendo retenidos por los arqueros santos.
Que disparaban desde casas y calles para retrasar a los enemigos.
Viendo el caos de la batalla y la capital que seguramente caería dentro de poco, ella grito limpiando la sangre de su rostro dejada por su último enemigo.
-Remedios: ¡Tenemos que....!
- ¡Cuidadoooooo!
La mirada de todos fue en la redireccion que señaló uno de los soldados más adelante viendo algo detrás de los guerreros de élite y causó todos de congelaran por un momento.
Era una enorme pieza de la muralla, la cual caía a una velosidad lenta para algunos o rápido para otros.
Pero aterradora sin importar que tan rápido callera, la torre de casi 60 metros de altura descendió callendo sobre la línea de 300 guerreros de élite.
Cortando a la mitad las filas de Remedios la cual sintio la sacudida al igual que todos aún que menos gracias a sus ítems.
Una nube de polvo se generó cuando la enorme estructura de piedra y madera se desplomó a un lado de su posición fija.
Matando a muchos de los paladines y soldados de la capitana que abrió sus ojos tras unos segundos.
La tormenta de polvo y fuego consumia sus alrededores y su armadura había recibido lo peor de las rocas enormes.
Disparadas por la torre, a su alrededor sus compañeros yacían ya sea destrozados por la torre y las rocas disparadas al impactar la estructura.
O noqueados, heridos y apenas concientes.
Muchos se pusieron de pie y algunos recobraron la conciencia en unos segundos.
Solo para ver a su alrededor la enorme pila de escombros que cortaba la calle con casi 5 metros de altura.
La capitana sintiendo la rabia y furia de este evento tan desafortunado, no pudo evitar dejar salir su rabia.
-Remedios: ¡AAAAAAAAAAAAAAHHH!
La capitana iba a cargar, a salvar a los suyos. A sacarlos de los escombros y a ayudar a los otros que estaban detrás de la torre caída.
Pero algo la sujeto de su brazo y volteo con sus ojos rojos de ira mientras el paladín, uno de los suyos y aterrado por su líder.
Dijo tratando de decirle lo que muchos detrás de ella no se atrevían.
- ¡La puestas an caído! ¡Debemos irnos! ¡No ahí nada que hacer señora! ¡Ellos no lograron sobr....!
Grito entre cortado el joven paladín sujetando la mano de su líder pero esta le dio un puñetazo en la cabeza, sacándole el casco que se abolló debido a su fuerza monstruosa y haciéndolo caer al suelo aturdido.
-Remedios: ¡Callate! ¡Aún quedan soldados del otro lado de esa barricada!
La capitana miró impotente la barricada llena de escombros de la torre y a los Demi-Humanos que se asomaban sobre la misma.
Con sus armas ensangrentadas y sonrientes, felices de matar a todos los humanos que pudieran.
-Remedios: ¡Malditos Demonios!
Griro la bestia en forma de mujer sujetando fuerte la espada blanca en sus manos.
El brillo de la misma con los rayos del sol causaban que la gente mirara mientras huía a la guerrera santa.
Con esta maldiciendo a las bestias que mataban a su pueblo, en medio del caos.
Nadie sabía que iba a pasar, paladines luchando en todas las calles junto a los soldados que eran masacrados.
Los civiles huyendo de la capital a través de las calles, atestadas de enemigos que les mataban sin piedad.
Torres callendo de las murallas, bolas de fuego lloviendo desde el cielo, gritos en todas las direcciones y una rabia apoderándose de la joven capitana.
Ella iba a cargar contra los malditos Demi-Humanos y dio su primer paso para correr pero una mano nuevamente la sujeto de su mano derecha.
- ¡No Capitana!
Ella giró para atacarlo pero al ver detrás de si, un viejo amigo el cual siempre estuvo a su lado apareció.
Un hombre adulto con cabello castaño y ojos marron oscuro, bronceado y extremadamente cansado.
Su armadura había sufrido muchos daños y se encontraba cansado debido a la batalla.
Se suponía que debía defender la puesta oeste, proteger a los civiles del distrito comercial y que no debía estar aquí.
El al ver la reacción sorprendida de la capitana sonrió antes de caer de rodillas debido a sus heridas, siendo atrapado por ella que le gritó preocupada por su amigo.
-Remedios: ¡¿Que haces aquí?! ¡¿Por qué abandonaste la puerta oeste?!
Los paladines rodearon a los dos mientras los soldados con arcos dispararon a los goblins que salían de los edificios.
-Gustab: La...La...Puerta callo capitana....Todo mi batallón murió defendiendo....La puerta...
Dijo entre cortado con sus pocas fuerzas antes de que el, escupiera un chorro de sangre que manchó las túnicas de ella.
El Vice capita sujeto a Remedios de su túnica en la zona del cuello y dijo de forma seria además de suplicante.
-Gustab: ¡Proteja a la Reina! ¡Ella está en la plaza central! ¡Ahí está el último baluarte! ¡De....Debe....!
El se desmayó en el pecho de ella a medida que la capitana guardó silencio y miró si el respiraba, colocando su oído cerca del rostro de el paladín.
Escuchando una leve respiración acompañada de esfuerzos por seguir vivo.
-Remedios: Esta bien....Vamos....
Susurro ella cargando a el Gustab en su hombro isquierdo y gritando a los soldados así como paladines presentes que quedaban vivos en el lugar.
-Remedios: ¡Retirada! ¡Debemor ir con la Reina!
Grito la capitana abandonando el lugar junto a sus tropas mientras el paladín joven de antes, cerca de ella.
Miro a su líder y ella, ante sus anteriores acciones no se disculpó y siguió avanzando a medida que las campanas.
Seguian sonando y avisando a todo el mundo que se escondiera o abandonara la capital para salvarse.
Las murallas habían caído y no había esperanza de retomar la ciudad con los números que tenían.
Ella molia sus dientes que parecían que se quebraron bajo la presión de su mandíbula.
-Remedios: Resiste Calca....Vamos en camino...
Susurro Remedios Custodio a su mejor amiga mientras que los paladines corrían a su lado.
En la dirección donde se supone que la reina estaba, esperando a sus dos amigas para ya sea montar una última defensa.
Un último baluarte dentro de la capital o huir lo más rapido pisible de la ciudad condena.
En esos mismos momentos, la Reina Santa. Calca Bessares se hallaba de pie delante de su guardia real la cual se mantenía con sus espadas listas.
El aura tensa se manifestó en la plaza central donde una atmósfera siniestra se generó.
Rodeado de cuerpos de soldados rasos caídos, aventureros, algunos paladines e incluso guardias reales.
Se hallaba el ser causante de todo este caos y el que dijo alegre dando una leve inclinación ante la Reina Santa.
- Saludos su santa majestad reinante Calca Bessares-San....Es un hermoso día ¿No le parece?
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