NARRA ANA:
Sentí como me arrebataron mis audífonos e instintivamente alcé mi mano para tomarlos. Era Cinco, me los quitó.
Ana: - Oye! Devuélvelos.
Subió su mano y me tuve que acercar a él para estirarme y alcanzarlos.
Ana: - Cinco!
Cinco: Ana!
Me cansé y solo lo miré enojada, él sonrió y acercó su cara a mí, no me podía mover, estaba en shock y él solo me besó.
Ana: - Cinco...?
Cinco: - Shhh, buenas noches Ana. - Se acostó y durmió.
Ana: - Buenas noches.
Luther: -¿Qué rayos acabamos de presenciar? - Volteé aún en shock, estaban Diego y Luther con cara de bobos.
Ana: - Ni yo sé. Fue un error, está borracho.
Diego: - Te aprovechaste de él! Atrevida!
Ana: - No, así no fue como pasó. Él me besó, yo no... Ahhhhh. - Me paré de la cama y le quité la bolsa de tacos a Luther.
Luther: - No nos digas que no sentiste nada.
Ana: - No sentí nada. Hay una posibilidad de que no recuerde nada mañana, así que éste será nuestro secreto. ¿Entendieron?
Diego: - MODO CINCO! - Se comenzaron a reír y yo solo los ví enojada.
Luther: - No te preocupes, no diremos nada. - Me fui al baño a lavarme las manos y procesar todo.
CON LUTHER Y DIEGO:
Luther: - Tomaste foto?
Diego: - Claro que no. Tomé video. - Luther le dió un golpe de " bien hecho".
Luther: - No se lo muestres a Ana, que no se entere.
Diego: - ¿Me crees idiota? No contestes.
Luther: - No diremos nada, pero quizás alguien vea algo.
Diego: - No lo sé. Ana se enojaría. Lo dejaremos solo para nosotros. Si terminan juntos lo mostraremos.
Luther: - Hecho! Es raro, él es un viejo y Ana una chica. Supongo que para el amor no hay edad.
NARRO YO:
Ana salió del baño, cenaron en silencio, nadie quería comentar nada al respecto del beso. Ana se acostó en el pequeño sillón y al poco tiempo se quedó profundamente dormida. Diego quitó a Dolores de la cama y empujó a Cinco hasta la pared, Luther cargó a Ana y la acostó en la cama. Cinco y Ana se daban la espalda.
Diego: - Cinco se ve... Tierno, no lo puedo creer. - Bajó una manta y tapó a Ana y Cinco.
Luther: - Ana nos va a matar.
Diego: - Sé que nos lo agradecerá en el fondo.
Todos se durmieron. Diego casi en la madrugada salió en busca de la detective Patch, quien estaba buscando a Klaus, ya que lo habían secuestrado Hazel y Cha Cha. Diego llegó para darse cuenta que ella estaba muerta. Klaus se llevó el maletín para viajar en el tiempo y se fue toda la noche.
NARRA CINCO:
Desperté y lo primero que ví fue a Ana, estaba dormida junto a mi. Estaba destapada y hecha bolita, parecía tener frío. Era tan adorable, me transmitía paz y unas inmensas ganas de sonreír, de despertarla con un beso en la frente.
Luther: - Linda, cierto? - Me sobresaltó que Luther estuvo viéndome.
Cinco: - Hay más lindas. - Me dió la espalda en modo de desagrado y me apuré para tapar a Ana.
Luther: - Recuerdas algo de ayer?
Cinco: - Todo.
Luther: - ¿Qué es todo?
Cinco: - Me encontraron en la biblioteca, caminamos hasta aquí, ayer atacaron la academia, me dolía la cabeza y... - Me detuve a pensar si lo del beso fue un sueño o pasó realmente.
Luther: - ¿Y?
Cinco: - Y me quedé dormido. - Lo omití ya que me pareció tonto.
Luther: - De hecho. - Tenía la ligera esperanza que me dijera que la había besado. - Eso fue lo que pasó. ¿Es todo lo que recuerdas?
Cinco: - ¿Hay algo más que deba recordar?
Luther: - No...
Luther comenzó a prepararme un café y me senté en la cama. Ana bostezó tiernamente y se giró de tal manera que ya no me daba la espalda, tenía el cabello revuelto. Comencé a quitarle el cabello de la cara, tenía una linda piel suave, acaricié su mejilla y ella abrió los ojos.
Ana: - ¿ Qué haces? - Dijo estirándose.
Cinco: - Te estabas comiendo el cabello, era asqueroso. - Ella se paró de la cama rápido avergonzada, fue gracioso pero conservé mi seriedad.
Cuando se paró de la cama se tropezó con la gigante pantalonera que arrastraba, Luther le dió la mano, ella se quejó y tomó el café que Luther me había preparado, le dió un sorbo.
Ana: - Ewww, no tiene azúcar. - Sacó la lengua.
Cinco: - Es que me gusta negro sin azúcar.
Ana: - Es tuyo? Lo siento. - Me levanté y le quité la taza, tomé del mismo lugar que ella .
Se me quedó viendo algo raro, yo solo pensaba en lo ridícula que se veía con esa ropa.
Ana: - Querido Luther, ¿Quieres explicarme qué hacía en la cama?
Luther: - Dormir...
Ana: - Si, yo me dormí en el sillón. Les dije que no quería dormir en la cama.
Luther: - Fue por el espacio, yo dormí en el sillón, Diego y yo no cabíamos con Cinco en la cama. Lo siento.
Ana: - No, está bien. - Me miró como si esperara que yo le dijera algo.
NARRA ANA:
No sabía si Cinco recordaba algo, así que leí su mente.
*Se ve ridícula con esa ropa*- pensó.
Me dió vergüenza y me fui a bañar, al parecer no recordaba nada, tal como lo imaginé. Me puse la misma ropa que ayer ya que era lo único que tenía.
Salí y Luther me dió desayuno, algo sencillo. Estaban serios, mientras me bañaba escuché como Cinco le platicó de La Encargada y los asesinatos que había cometido. Me quedé seria.
La puerta se abrió de golpe, era Diego enojado, iba contra Cinco. Lo empujé un poco con la telequinesis y Luther lo tomó con fuerza hasta que se calmó.
Ana: - Oye!! ¿Qué te sucede?
Diego: - Los amiguitos de Cinco mataron a mi amiga, ella encontró a Klaus, quien estaba secuestrado, pero la mataron! - Gritó.
Ana: - Lo siento tanto. ¿Y Klaus?
Diego: - No lo sé.
Cinco: - Lo lamento, ellos me buscan, La Encargada los mandó a matarme, es mi ex empleadora. Quiere detenerme. Es mi problema.
Diego: - Ahora también es el mío.