—Dame un poco —Le pedias a Jimin quien tenía un helado en su mano que recién había comprado.
—¿Qué? —Jimin fingía no escucharte.
—Que me des un poco, por favor —Pedias más educadamente.
—Siento que alguien me habla, pero creo que es mi imaginación —Jimin miraba la calle.
—¡Oye! —Le pinchabas repetidas veces su brazo con su dedo.
—Auch —Jimin se quejaba.
—Dame solo un poco —Rogabas.
—No _____ —Se le salía un berrinche involuntario— Cómprate uno
Jimin solía ser alguien generoso, pero cuando se trataba de su helado favorito o algo que le gustara mucho, no se lo compartía a nadie.
—Jimin, no quiero un helado entero, solo quiero una probada
—Dame una razón lógica por la cual debería darte un poco de mi helado —Decía mientras lo comía en pequeñas cantidades.
—Solamente porque me quieres y ya
—No me convence —Jimin reía cubriendo su boca con su otra mano como ya era su habito.
—Pero Jimin, dime una razón por la que no me das —Devolvías el golpe.
—No
Y comenzaron a luchar por el helado para que luego...se saliera del cono y cayera al suelo.
Jimin miro hacia el ahora su helado en el piso y comenzó a reírse con su sonora pero tierna risa.
—Oye —Jimin dejaba caer un poco de su cuerpo en ti mientras reía— Mi helado jamás había estado en el suelo.
—Es una pena —Decías sarcásticamente.
—Ahora me compraras uno nuevo —Jimin te tomaba por los hombros y te giraba en dirección a la heladería y te empujaba suavemente.
—Pero —Tratabas de detenerte— ¡Déjame! —Comenzabas a reírte.
—Y lo quiero con extra chispas y salsa de chocolate —Jimin decía riendo y empujándote.