Cuando pensé que necesitaba ayuda nunca pensé que estos serían los que estarían dispuestos a ayudarme. Ni siquiera sabía que esto era posible, o siquiera si no estoy imaginando esto, pero aquí están. No en los papeles que he producido o en el arte que he solicitado, sino en la vida real. Y ahora que están, no sé qué les quiero preguntar.
Liz me miró unos segundos antes de espetar.
– ¿Qué estás mirando?
– No sé... ¿eres real?
– ¿Qué te parece?
Estalló en risas. Ella es tal cual lo imaginé. Junto con ella está Raidah, con mirada melancólica. Quizás mi mundo le trae nostalgia de su realidad. No sé qué versión es la que tengo enfrente... cuales de las aventuras que he escrito en ella ha vivido, cuáles de los desafíos ha superado. ¿Cómo está? ¿Me tendrá bronca por hacerle la vida tan difícil?
– ¡Hola! ¿Quién eres? – me pregunta una joven adolescente. No me sorprende la curiosidad de Anna, es lo esperable. Su historia está aún incompleta... y ella tiene mucho para aprender. Está junto a Ryan, así que aún están juntos... me alegra eso... aunque sé que no van a durar.
Julius está detrás de Liz, junto con Jean. No sé cómo puedo descifrar cuál versión de ellos son las que tengo enfrente... tan solo lo siento. Quizás el multiverso me permita conocer muchas facetas de estos que conozco, pero estoy seguro que me quedan muchas por conocer.
Miro atrás de ellos a una docena de personajes más, cuyas caras son difusas. Supongo que son aquellos personajes cuyas historias aún no he conocido, aquellas que no he relatado. Entre ellos, está el que quizás más me gustaría conocer.
Con una libreta en la mano, el periodista se acerca. Acomoda sus lentes antes de preguntarme.
– ¿Te conozco?