S E P T I E M B R E
Un largo verano, sesenta y dos días en la cuales se había divertido con sus amigas, y como no, Daniela Calle había irrumpido en sus pensamientos cada vez que podía (ósea, casi todo el tiempo).
Poché había planeado olvidarla, pero, ¿Cómo hacerlo? Solo podía pensar en su beso, la atormentaba todos los días y en las noches soñaba con él. Sus labios, su sabor, su tacto, todo seguía en su memoria y lo añoraba aún más, pero sus amigas siempre le recordaban que Daniela tenía novio y que, en todo caso, estaba jugando con ella.
Poché sabía que tenían razón, pero, la forma en que Daniela la había besado, era diferente. Igual le alegraba que ahora su amiga Lara no pudiese reñirla, ya que ella también estaba colada por la capitana del grupo de las plástico, Valeria.
Cuando alguna de las dos caía en depresión siempre se consolaban entre ellas. Laura durante el verano lloró varias veces y pasó la noche encasa de Poché, las dos juntas mirando películas románticas y comiendo helado mientras se abrazaban. Poché amaba a Laura y Laura a ella, sufrir de amor por unas idiotas había fortalecido aún más su amistad. Kim lamentaba el momento en que sus tres amigas cayeron rendidas por unos idiotas, Juli no podía parar de hablar de Abisambra tampoco. Estaban en el carro de Joxi, hablando tranquilamente, y listas para su primer día de clases. Lala estaba nerviosa, pero tenía en claro que iba a ignorar rotundamente a Valeria.
-Te apuesto que al final del día, está hablando con ella- le dijo Julia Kim y las dos apostaron.
-Pues perderán, no le voy a hablar. Está decidido, la superaré a como dé lugar- dijo Lala muy decidida desde el asiento trasero, junto a Poché, Juliana estaba de copiloto con su hermano.
-Descuida, chica. Cuando tú superes a la latina, será el mismo día que Poché deje de babear por Calle- dijo alegremente Johann, causando las risas de su hermana y Kim, las otras dos no estaban muy felices.
Poché bufó, frustrada. Ella también tenía su lucha interna, ya que después de dos meses del beso compartido con Daniela, la iba a volver a ver. No estaba segura de sí la castaña actuaría como si nunca hubiese ocurrido o se vengaría de ella, haciéndole la vida imposible.
Llegaron hasta el estacionamiento y se bajaron del coche. Laura dio un portazo, aún furiosa, mientras sus amigas se reían de su reacción.
-Vamos, Lala. No te enojes- le decía Kim colgándose de su cuello y Laura la ignoró.
-Poch ¿vamos entrando?- preguntó a su amiga con una cálida sonrisa, ignorando por completo a Kim, quien chillaba.
-Claro- respondió Poché y los cinco comenzaron a caminar hasta la puerta.
Ahora, Poché tenía dieciséis años y estaba lista para superar este año escolar, pero para lo que aún no estaba preparada, era para Daniela. Y allí estaban.
-Mierda- murmuró antes de detenerse a unos pasos de la entrada, Juli siguió sus ojos y también la vio.
-Tendrás que pasar a su lado de todos modos- le dijo en un susurro mientras los cinco veían a la castaña.
Junto a los mesones de piedra estaba el grupo de Daniela, allí estaba ella, hablando con una amiga y se veía increíble. Su cabello suelto y largo con algunos mechones oscuros y un lazo adornándolo, la piel un poco más clara, unos jeans de mezclilla y una camisa gris manga larga que dejaba ver su abdomen. Calle sonreía alegremente y la cabeza de Poché estuvo a segundos de sufrir un cortocircuito. Estaba hermosa y Poché sentía las piernas temblarle, la castaña hablaba con una amiga sentada en la mesa y parecía no haberla visto aún.
-Cierra la boca, que estas babeando- se burló Kim mientras Juliana y Johann se reían.
-Cállense- les dijo, molesta, viendo como Laura buscaba a alguien en el grupo, fue hasta donde ella y la tomó del brazo -No la busques Lala, es mejor evitarla.-
-Aún no ha llegado- suspiró un poco triste, para luego asentir -Vámonos, antes de que nos vean-
-¿Quién diría que las chicas estúpidas estuvieran tan buenas?- comentó Joxi y las cuatro lo miraron con reproche -Yo sólo decía-
Unos amigos le llamaron y él se despidió, antes de irse con ellos, volvieron a quedar las cuatro solas contra el mundo. Poché creyó que tendría una buena racha, si lograban entrar sin que las vieran, todo cambió cuando sintió un golpe en la cabeza.
No fue un gran impacto, pero sí que le había dolido.
-¡Ouch!- dijo sobándose y en el piso había un balón de fútbol americano, frunció el ceño.
-¿Estás bien, Poch?- le preguntaron sus amigas un poco preocupadas, Poché escuchó una voz familiar e irritante.
No era una buena forma de iniciar el día.
-¡Oye, rarita, pásame el balón!- le gritó la asquerosa voz de Samuel.
Estaba riéndose con sus amigos y vestía su chaqueta de fútbol, mostraba una mueca burlona mientras que hacía señas para recibir el balón, Poché lo miró con unos ojos asesinos.
-¡Vamos, no es para todo el día!- le gritó.
-Po, no tienes que hacerlo- dijo Kim preocupada, pero Poché negó.
Recogió el balón y observó a Samuel, le estaba haciendo señas para que se acercara y Poché fue hasta el pequeño grupo, seguida de sus amigas. Estaba nerviosa ya que todos la miraban, vestía unos jeans y una camiseta bajo una chaqueta, no estaba tan mal. Al llegar, Samuel se cruzó de brazos y la repasó de pies a cabeza.
-Parece que cada año estas más rara, Garzón- dijo despectivamente y Poché gruñó, lanzándole el balón a su estómago. Él la recibió un poco sorpresivo, pero la agarró a tiempo -Buen lanzamiento-
Poché lo observó frunciendo el ceño y Samuel se río de ella.
-Mientras más hagas eso, más vieja te pondrás- intentó rodear la cintura de Daniela con su brazo, pero la castaña ni se percató de aquella acción, sus ojos avellana estaban clavados en Poché.
Poché al fin la observó y casi se río ante la escena. Samuel le hablaba al oído a su novia y ella lo ignoraba por completo mientras veía a Poché fijamente. El rostro de Calle se veía completamente ruborizado y sus labios estaban entreabiertos, Poché duró un buen rato devolviéndole la mirada y le sorprendió ver que, en realidad, Daniela parecía nerviosa.
-¿Qué miras tanto, rarita?- le preguntó Samuel un molesto, percatándose del rostro colorado de su novia, intentó cubrirla.
-¿Yo? Nada- dijo la ojiverde sarcásticamente, mientras una sonrisa se le formaba lentamente en sus labios.
Fue increíble, incluso más para Kim, pero las tres amigas de Poché miraron fascinadas como Calle soltaba un profundo suspiro y seguidamente se le formaba una sonrisa estúpida en sus labios, mientras veía a la ojiverde.
No era la misma sonrisa hipócrita de siempre, parecía una risueña de esas que sólo se ven en las niñitas enamoradas de su cantante favorito. (Mensaje subliminal)
Poché también se sorprendió al ver a Daniela sonriéndole de ese modo, Samuel se dio cuenta de ese detalle y tomó el rostro de Calle, acercándolo al suyo y murmurando unas cosas que la castaña sólo lograba asentir con la cabeza, ya que parecía estar en las nubes.
-Joder- murmuró Juli, aún más contenta de lo que debería y tomó a Poché de la mano, antes de arrastrarla junto con las otras chicas al edificio.
Las cuatro entraron al pasillo aún muy aceleradas, el corazón de Poché latía felizmente en su pecho y sentía que la sonrisa le iba a partir el rostro.
-Por Dios, ¿vieron lo mismo que yo vi?- preguntó Juli, observando a sus tres amigas y más a Poché, quien mostraba una cara embobada de amor.
-Yo creo, ¿tal vez fue una alucinación?- preguntó Lala, un poco dudosa, pero Kim abrió los ojos y levantó los brazos, agitándolos.
-¡Yo si lo vi! Calle miraba a Poché, con la misma cara tonta con la que Poché la mira a ella- dijo muy ansiosa, tomando a la ojiverde de los hombros -¿Qué crees que signifique eso, Laur? ¿Está en sus días?¿Tomará drogas?-
(Mafe le compartió el porro)
Poché miró a su amiga y quiso decir lo que pensaba, pero en realidad ella no sabía que en creer, así que se encogió de hombros.
-No sé, tal vez le pareció graciosa mi cara- dijo con una sonrisa y Juli también le sonrió.
-¡Algo está tramando! Debe ser eso, esa perra... - comenzó Kim, pero Poché frunció el ceño.
-No le digas así- la retó y Kim apretó los labios, rodando los ojos.
-Esa niñita nunca te ha visto de esa manera y de un momento a otro actúa así ¿Tendrá fiebre?- preguntó, un poco horrorizada.
-¿O estará enamorada de Poché, también?- propuso Juli un levemente divertida y las tres la miraron como si estuviera de color azul -¿Qué?¿Acaso no puede?-
-Estás loca- Nunca en su vida.-Es la reina de la heterosexualidad-finalizó Poché, soltando un suspiro -¿O no ves cómo se come a su novio?- (Daniela hetero, ríanse conmigo)
-Pero, por algo te besó ¿verdad?- preguntó la castaña, haciendo dudar alas tres chicas, y Poché fue la primera en ser sensata.
-Todas las chicas en algún momento quieren experimentar, y ahora ella podrá decir que besó a una chica, alguna vez en su vida- dijo muy convencida de su teoría y sus amigas la miraron con tristeza -Descuiden, no me importa- (Me dolió)
-Aww, te amo Poché- le dijo Lala abrazándola y sus otras dos amigas también lo hicieron.
-Nosotras también te amamos- dijeron sus dos amigas y Poché sonrió.
-Yo también, chicas. Ahora, vamos a clases- dijo aun sin soltarse del abrazo mientras las cuatro caminaban juntas, tropezando torpemente, y se reían.
Juli aún no podía creer que sus amigas fueran tan ciegas. Daniela, aunque fuera mucho mejor enmascarando sus sentimientos, era muy obvia para ella y desde el año pasado. Pero era mejor no decir nada y dejar las cosas avanzar a su paso.
(Juliana sabe, bitch)