La Hija Del Caos: La Venganza...

By viiictoriia_

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La historia del payaso y el ángel todavía tiene un largo camino. Llegan a una universidad en la que ninguno... More

Capítulo 1: La Última Despedida
Capítulo 2: La Universidad
Capítulo 3: El Chico De La Capucha
Capítulo 4: Las Pruebas
Capítulo 5: El Hijo De La Guerra
Capítulo 7: El Partido De Fútbol
Capítulo 8: La Fiesta
Capítulo 9: ¿Aarón?
Capítulo 10: La Ruptura
Capítulo 11: En Busca De La Verdad
Capítulo 12: El Bibliotecario
Capítulo 13: Te Voy A Superar
Capítulo 14: Papá...
Capítulo 15: Huyendo De La Verdad
Capítulo 16: La Reunión De Los Dioses
Capítulo 16.2: Destino
Capítulo 17: Volver A Ser
Capítulo 18: Te Juro Que Te Voy A Cuidar
Capítulo 19: Halloween
Capítulo 20: La Carta De Aria
Capítulo 21: Adiós Abuelita
Capítulo 22: La Feria
Capítulo 23: Hola Papá
Capítulo 24: El Cuento De Hades
Capítulo 25: Bienvenido A Casa
Capítulo 26: Una Horrible Tentación
Capítulo 27: La Visita De Un Dios
Capítulo 28: Reviviendo El Pasado
Capítulo 29: La Oscuridad De Logan
Capítulo 30: El Bebé Del Amor
Capítulo 31: La Verdad De Atenea
Capítulo 32: ¡Logan!
Capítulo 33: Corazón Sin Vida
Capítulo 34: Un Grito De Auxilio
Capítulo 35: No Puedo Decirte Adiós
Capítulo 36: La Despedida En El Aeropuerto
Capítulo 37: Si Quiero.
Capítulo 38: Epílogo
Nota Autora

Capítulo 6: La Historia Del Hombre De Negro

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By viiictoriia_


Comencé a abrir los ojos despacio, la luz del sol me daba directamente sobre ellos y hacía que me marease.
Me incorporé en la cama y me senté en el borde, me llevé las manos a la cabeza que aún me daba vueltas. ¿Qué me había pasado? ¿Cómo había llegado allí? Sentía como si me hubiesen dado una paliza, me costaba moverme y me dolía el cuerpo entero. Y esta vez no era por Aarón.

Miré el reloj, marcaban las cinco de la tarde. Me levanté de la cama y salí de la habitación agarrándome de la pared.

Comencé a intentar recordar algo de lo que había pasado. Me levanté por la mañana, desayuné, me despedí de Aarón, entré en clase... y nada más, no recordaba ni siquiera haber visto al profesor entrando por la puerta.

Me apoyé en la pared y me llevé las manos a la cabeza. Estaba cansada, recuerdo un cansancio, a lo mejor me fui a la cama por no haber dormido y caí muerta, pero... ¿por qué seguía tan cansada con todo lo que había dormido?

Me dejé caer por la pared pensando, intentando recordar algo, cualquier cosa cuando noté que alguien se ponía enfrente de mi separándome las manos para verle.

-¿Estás bien? ¿Te ocurre algo? ¿Te llevo a la enfermería?

Abrí los ojos para encontrarme con Logan, el niño que conocí el primer día que me dio el folleto para el club de música.

-No te preocupes, estoy bien.
-¿Segura?
-Si. Tranquilo.

Notaba en sus ojos verdes una gran preocupación hacia mi pero no entendía bien por qué.

-¿Qué te ocurre?
-Si te digo la verdad... no lo sé. Me duele la cabeza y estoy algo mareada.
-¿Seguro que no quieres que te lleve a algún sitio?
-No, lo digo de verdad.

Logan me ayudó a levantarme y comenzó a andar conmigo, me ayudaba para no caerme. Me sentía muy débil.

-Se lo que necesitas.

Me llevó hasta la cafetería y me sentó en una silla, al rato llegó con un batido de fresa para mi y uno de chocolate para él.

-Muchas gracias, no tenías por qué hacerlo.
-Ya, pero quiero.

Miraba a Logan como si fuera un misterio, aunque realmente lo era. Sentía que le conocía de toda la vida, había una conexión mágica entre ambos.

-Al final... ¿Te presentaste a las pruebas de canto?
-Oh, no. No pensé que eso fuese para mí. ¿Y tú? ¿Vas a algún club?
-No que va, no me interesa ninguno.
-¿Y qué te interesa?
-Otras cosas.

Comencé a reírme, eso fue lo que le dije yo el primer día cuando nos conocimos.

-Podríamos abrirnos un poco más y dejar de ser tan misteriosos.
-Podríamos, pero el misterio siempre lo hace todo más emocionante, ¿no crees?

Sonreí, no entendía nada de lo que me decía pero me hacía gracia. Era un chico muy simpático.

-¿Puedo hacerte una pregunta?
-Claro.
-¿Nos conocemos de algo? Es decir...antes de la uni.

Logan dejó de beber el batido de chocolate que tenía en los labios, tragó con dificultad y negó con la cabeza.

-No, no te he visto en mi vida. ¿Por qué?

Sabía que me mentía, quería entrar en su mente pero había algo que me bloqueaba al igual que con Hugo, ¿quiénes eran estos dos chicos?

-Tonterías mías.
-No, di. Explicate.

Me encogí de hombros.

-Siento una conexión contigo, como si nos conociéramos de algo.
-Puede que hayamos sido amigos en otra vida.

Reí ante su comentario, era algo que hubiese dicho Tomás.

-Puede ser. Dos almas que se encuentran muchos años más tarde.
-Sería genial, ¿no crees?
-Puede.

Logan miró por encima de mí hombro y se le borró la sonrisa de su cara, dejé mi batido y me giré cuando Aarón apareció detrás mía.

-¿Dónde estabas Aria? ¿Para qué tienes el móvil? Me tenías preocupado, te he buscado por todas partes.

Me quedé callada, no sabía cómo explicarle dónde había estado porque era muy complicado decir que no sabía porque no recordaba nada.

-Lo siento. - dije agachando la cabeza.

Logan contemplaba la escena mirando mal a Aarón, temía que en cualquier comento le pegase por gritarme. En cambio Aarón tiró de mi y me abrazó.

-No seas tonta, no pasa nada. Solo pensé que te había pasado algo porque no dabas señales de vida ni respondías a los mensajes. Ahora que sé que estás bien me quedo tranquilo.

Me dio un beso en la frente.

-Tengo entrenamiento, ¿quieres venir?
-Si claro. - me giré hacia Logan-¿vienes conmigo?
-Claro, ¿por qué no?

Agarré de la mano a Aarón y salimos del edificio camino a los campos.
Me senté en las gradas con Logan viendo como entrenaban y corrían. Tenían partido el sábado y querían empezar bien la temporada, por eso era tan duro.

-¿No tienes celos?
-¿De qué?
-De ellas.

Sabía a lo que se refería. Miré hacia abajo y me encontré a las animadoras gritando y animando a Aarón.

-No.

Logan me miró extrañado.

-¿Por qué no?
-Confío en Aarón. Se que me quiere.
-¿Pondrías la mano en el fuego por ese chico?
-Pondría el cuerpo entero y aun asi no me quemaría.
-Jugar con fuego es peligroso Aria.
-Lo sé, y él es el puro fuego.

Noté un odio que provenía de abajo hacia mí, bajé la cabeza y vi a Mireia mirándome con asco y rabia. En muy poco tiempo había conseguido que dos personas de la universidad me odiasen y ni siquiera sabía por qué lo hacían.

-Ten cuidado con esa.

Me giré hacia Logan que la miraba cabreado.

-¿Por qué?
-Es una víbora.
-¿La conoces?
-No, pero confía en mí. Ten cuidado.
-Lo tendré.

****

Logan

Dejé a Aria con Aarón y se fueron agarrados de la mano. Realmente me encantaba verla feliz. Notaba como amaba a ese chico con locura y me daba envidia. Yo jamás había amado a nadie y tampoco creía que pudiese llegar a tener lo que ellos tenían. Eran una relación perfecta con sus imperfecciones.

El día que la vi apoyada en el árbol el corazón me dio un vuelco, me acerqué a ella para hablarla, tenía miedo de como reaccionaría al verme pero en cuanto me sonrió el miedo se evadió. Tenía ganas de conocer por fin a la pequeña niña de la que todo el mundo hablaba. De la que mi padre tanto había intentado proteger.

Me fui pensando con ilusión en las palabras que me había dicho en la cafetería, ella había notado la conexión que teníamos pero... ¿por qué no había podido decirla la verdad? Quería contárselo todo, contarla mi pequeño plan y ver si se unía a mi. Ambos podríamos contra todo y sé que ella no me fallaría.

Comencé a caminar sin rumbo hasta que le vi. Miré a mi alrededor, no había nadie por lo que me lancé sobre él casi sin pensar. Cuando se quiso dar cuenta ya era tarde, le lancé por los aires con mi magia y le pegué a la pared mientras intentaba escapar. Pero no podía, yo era más fuerte.

-¡Suéltame puto niño!

Miré al chico que estaba indefenso a pesar de todo el poder que tenía.

-O qué, ¿llamarás a tu papá? ¿Crees que me das miedo?

Hugo me miraba con rabia y asco intentaba liberarse pero no podía, yo era demasiado fuerte para él.

-¿Por qué no me matas de una vez?

Sonreí victorioso, me tenía miedo aunque intentaba ocultarlo. El hijo de la guerra tenía miedo de mi.

-Porque así no es como quiero hacerlo.
-¿La quieres a ella no?

Comencé a apretar más fuerte con mi magia hasta que él se puso a gritar.

-No te vuelvas a acercar a ella, ¿me entiendes? La próxima vez no voy a ser tan bueno.
-No sé de qué me estás hablando.

Apreté aún más fuerte y me acerqué a él quedando a centímetros.

-Déjate de tonterías conmigo, se que la has drogado o algo parecido, estaba muy débil. No te lo voy a volver a repetir, aléjate de ella.
-El que debe alejarse eres tú. No sabes lo que estás haciendo. Solo eres un niñato que cree ser poderoso.

Le solté dejando que cayese al suelo.
Le agarré del pelo e hice que me mirase. Veía en sus ojos la rabia y el asco que me tenía pero siendo sinceros, el sentimiento era mutuo.

-No es que crea que sea poderoso. Es que lo soy. - notaba el miedo en sus ojos y le solté del pelo - Ahora ve corriendo con tu padre y cuéntale todo, dile que estoy aquí y que no me voy a ir.
-Te vas a arrepentir de esto.
-Oh no, los que os vais a arrepentir sois vosotros. Vais a sufrir.

Le dejé tirado en el suelo, me metí las manos en los bolsillos y seguí mi camino a clase.

No iba a dejar que nadie se acercase a Aria. Se que cuando le contase la verdad ella me apoyaría y me ayudaría, querría venganza al igual que yo y acabaríamos de una vez por todas con ellos.

****

Hugo.

Vi como Logan se alejaba. Una rabia comenzó a apoderarse de mí. Me había pillado con la guardia baja y había podido conmigo, me había dejado en ridículo. Cerré el puño y me mordí el labio, ese chico pagaría por todo esto pero aún no era el momento. Más vale que se andarse con cuidado porque estaba jugando con fuego y a ninguno nos daba miedo quemarnos.

Me levanté del suelo, me puse la capucha con los cascos y caminé en sentido contrario hacia donde se iba Logan.
¿Cómo cojones habían dejado que ese ser escapara? ¿No había seguridad en el infierno o qué? Una rabia y una impotencia crecían en mi, ¿cómo mi padre permitía esto?

Llegué al cuarto que buscaba y llamé con unos golpes fuertes. Crucé los brazos y puse mala cara cuando la pequeña demonio me abrió la puerta.

-¿Me vas a dejar entrar o qué?

Ahí estaba Aria, mirándome con asco como yo hacía.

-No quiero, pero no me queda más remedio.

Se hizo a un lado y entré por la puerta. El cuarto estaba bastante recogido, algo que me sorprendió. En Moonlight era muy desordenada, supongo que estoy sería cosa de Aarón.

-¿Vas a sentarte o prefieres registrar mi armario?
-No me interesa. - dije haciéndome el indiferente.
-Pues siéntate.

No quería sentarme, a mi nadie me mandaba. No quería seguir sus órdenes pero acabé haciéndolo, teníamos trabajo por delante.

Sacó el portátil y se puso a escribir con sus manitas en el teclado. Me hacía gracia porque intentaba ocultar que era bruja cuando yo ya lo sabía. Sabía todo de ella.

La miraba con misterio, esa niña tenía algo que te envolvía y no te soltaba. Tan pequeñita y con tanto poder. ¿Cómo era eso posible?

Llevábamos la mitad del trabajo, hablábamos poco o casi nada. Solo lo primordial. Estaba aburrido ya de estar sentado en esa silla.

-¿Te aburres o qué?

Me giré para ver a la pequeña demonio que parecía que me había leído la mente aunque no podía.

-Esto es un coñazo.
-¿Por qué elegiste estudiar enfermería?

La miré sorprendido, ¿qué intentaba? ¿Mantener una conversación? Cogí la carrera por ella, para estar más cerca y controlarla. No me interesaba para nada acabarla, solo espiarla y volver a casa.

-Porque si.

Aria suspiró derrotada conmigo y se llevó las manos a la cabeza.

-No te aguanto, no me aguantas. Pero intento que esto sea lo más ameno posible entre nosotros. Aún nos queda un rato.

Se hizo el silencio entre los dos, pasé mi lengua por mis labios para ver si los miraba y ponerla nerviosa. Pero para mí sorpresa no lo hizo, esa chica pasaba de mí, tenía a su Aarón y el resto le daba igual. Me daba rabia. Nadie pasa nunca de mi.

-Me gustaría llegar a salvar vidas. - mi respuesta la dejó sorprendida.
-Si no te gusta la gente.
-No, no me gustas tú que es distinto.
-No te veo nunca con nadie, estás solo siempre o siguiéndome a pesar de que muchos han intentado hablarte.
-Elijo a la gente con cuidado, no me gusta juntarme con cualquiera.
-Ya veo...

Dirigió su vista al portátil y siguió metida en el trabajo.

-¿Y tú?
-Mi amiga Eli murió y no pude salvarla. - me sorprendió que me lo contase, pensaba que no lo haría-el hermano de mi novio murió, y no pude salvarlo. Les perdí... y tuve que aprender a vivir con mi dolor, a vivir sin ellos y seguir hacia delante. ¿Sabes lo que se siente? - negué, nunca había perdido a nadie - es un sentimiento que arde y no se va. Me prometí que si podía no iba a perder a nadie más. No mientras pueda.

Aunque sabía lo que había pasado la sangre se me heló, lo contaba con una sinceridad y un sentimiento que dolía.

Se le pusieron los ojos llorosos y se limpió las lágrimas disimuladamente, pero ella no era nada disimulada. Se mordió el interior de la boca y siguió buscando en Internet.

-No sé para qué te cuento esto.
-Porque no somos amigos. - me miró extrañada- no me conoces, somos dos desconocidos. A veces es más fácil hablar con extraños.
-Puede ser. Aún así te odio.

Solté una pequeña risa.

-No te preocupes, es mutuo.

Ella sonrió, me sonrió a mi haciendo que mi corazón diese un pequeño vuelco, ¿qué me estaba haciendo esa niña? Me quité la tontería de la cabeza, puse mis brazos en cruz y seguí mirando el trabajo cabreado. Aria al verme hizo lo mismo, se acabó la paz.

De repente alguien abrió la puerta con la llave y se metió en el cuarto. Era el novio de la pequeña demonio. Iba sudando con su traje de fútbol. Al verme me miró extrañado pero después se dirigió hacia Aria que, por alguna razón, se puso feliz de verle y le besó sin importarle el sudor.

-¿Qué tal ángel?
-Bien, haciendo un trabajo con Hugo.

Aria puso mucho énfasis en mi nombre, le habría hablado de mi y no creo que precisamente cosas buenas. Aarón se giró y me miró mal. Le devolví la mirada. ¿En qué momento todos se habían vuelto tan valientes para ir con esos aires y sin miedo?

-Si te toca destrúyele. Yo te ayudo después a esconder el cuerpo.
-Eso si le da tiempo, ¿no? - respondí a Aarón contraatacando. Este se comenzó a reír como si hubiese contado un chiste y me dio unas palmadas en el hombro
-Qué gracioso eres. No me dijo Aria que tuvieses tan buen humor. Me voy a duchar ángel.
-Vale payaso.

Se fue camino a la ducha mientras Aria le miraba como si fuera una niña pequeña el día de reyes. Tenía una ilusión y un amor en los ojos que daba asco.

-¿Qué? - me preguntó borde.
-Dais asco.
-A eso se le llama envidia.
-Si tú lo dices...

Comenzó a entrarme calor a pesar de que la ventana estaba abierta, me arremangué las mangas y cuando me di cuenta Aria me miraba las muñecas asustada. Me giré hacia donde ella miraba y lo vi. Cuando Logan me agarró me hizo herida en el brazo, no era mucho pero si tenía la marca y estaba algo hinchado.

-¿Cómo te lo has hecho?
-Jugando.

Aria me miró asustada.

-No quiero jugar a tus juegos.
-Yo creo que te lo pasarías bien.

La pequeño demonio me miró como si fuera gilipollas, aunque siendo sinceros, comenzaba a sentir que lo era. Fue a agarrarme de la muñeca con determinación pero antes de que pudiera la paré.

-¿Qué cojones haces preciosa?
-No me llames preciosa en tu puta vida, eso solo me lo llama mi mejor amigo.
-Entonces te llamaré pequeño demonio que te queda mejor. ¿Vas a responder a mi pregunta?
-Iba a curarte imbécil. Eso tiene que doler.

Miré a Aria sin comprender, dejé que hiciera lo que quería hacer y observar hasta dónde llegaba su poder.

Cogió su pequeña manita y la puso sobre mi herida, cerró los ojos y de su mano comenzó a salir magia morada. Sentía una sensación de calor, era agradable, no había maldad, solo cariño y amor. Cuando quitó la mano la herida desapareció y siguió con su trabajo.

-¿Cómo lo has hecho?
-Yo también tengo mis secretos.

La miraba fascinado. Hasta donde yo sabía ella era la hija de la muerte, era la destrucción del mundo. Pero jamás nos dijeron que también era salvación y paz. Por eso pudo traer a los niños, por eso trajo de vuelta a Eli y a Eric. Ella no era como pensábamos.

-Pues trabajo terminado, se lo envío a Gabriela y todo solucionado. ¿Estás bien? Solo te he curado no es para tanto.
-Si, no te preocupes. Será mejor que me vaya.

Me levanté justo cuando Aarón salía de la ducha.

-Adiós.

Salí por la puerta corriendo hacia mi cuarto. Aarón le puso el nombre perfecto, ella era un ángel pero también un demonio.

Nada más y nada menos que la hija del caos.

****
Aria.

El agua hirviendo caía por mi cuerpo, relajaba mis músculos que aún estaban en tensión por todo lo que había ocurrido en ese día. Demasiadas cosas, demasiados pensamientos y ninguno encajaba en mi mente. ¿Qué cojones me ocurría?

Noté como Aarón abría la puerta del baño y comenzaba a lavarse los dientes. Terminé de enjuagarme, abrí la puerta de la ducha y Aarón me tendió una toalla, la toalla que se me había olvidado coger pero que él se había acordado.

-¿Por qué eres tan atento?
-¿Y tú por qué tan despistada? - dijo escupiendo la pasta de dientes.
-Ojalá fuera más como tú.
-A mi me gusta como eres, nos complementamos.

Me puse una camiseta, y me tumbé en la cama, estaba agotada.

-¿Cómo puede ser que tengas sueño con todo lo que has dormido?
-No lo sé pero no puedo moverme.

Aarón se tumbó sobre mi culo, lo mordió y volvió a apoyar su cabeza en él. A mí me hacía cosquillas.

-¿Qué pasó ayer Aria?

Le miré extrañada.

-¿Cuándo?

Aarón dejó mi culo, se levantó y comenzó a mirarme cabizbajo.

-Cuando estábamos en el bar. De repente te pusiste blanca, te levantaste y saliste corriendo. ¿Qué ocurrió?

Me levanté suspirando, me apoyé en la pared y comencé a contarle.

-Te vas a asustar.
-No lo haré.
-¿Por qué estás tan seguro?
-Después de todo lo que ha pasado no creo que nada me pueda dar ya miedo.
-Pues nada, tú lo has querido. - cogí aire y suspiré mirando a esos ojos café que estaban deseosos por conocer mi historia-Desde que soy muy pequeña veo a un señor que va todo de negro y tiene la cara tapada vigilándome. Por alguna razón jamás he sentido miedo, al contrario, siempre he tenido curiosidad por ver quién había debajo. No me transmitía maldad solo curiosidad.
-¿Hacía algo aparte de mirarte?
-No. Mis padres creían que era imaginación mía porque nadie más podía verle. Pero no lo era y no lo es.
-¿Alguna vez has hablado con él?
-No exactamente, un año me fui con mis padres de camping, tendría diez años y me perdí. Comencé a dar vueltas y a gritar pero mis padres no me encontraban y yo a ellos tampoco. Entonces me giré y le vi, enfrente mía andando hacia donde me encontraba. Tendió su mano y por alguna razón se la cogí. Tenía la piel fría. Caminaba con él intentando averiguar qué era o quién era. Ninguna duda se resolvió.
Llegamos hasta mis padres, me soltó la mano y desapareció dejándome allí.
-Joder... ¿qué crees que puede ser?

Me encogí de hombros.

-No lo sé, realmente no lo sé. Cuando estuve en Moonlight nunca apareció, pensaba que me había abandonado o quizás es porque ahí él creía que no le necesitaba. Pero el último día de vacaciones volví a verle. Estaba lejos y de la nada desapareció. Por eso cuando ayer le vi corrí hacia él. Busco respuestas de quién es y de por qué huye de mi.
-¿Crees que huye?
-Estoy segura de ello. Si no, ¿por qué me ayuda un día y desaparece el resto? - miré a Aarón que me miraba sorprendido - ya lo sé, estoy loca.
-Puede-Aarón comenzó a acercarse, tiró de mi y me subió encima de él - pero eres mi pequeña loca.

Le di un beso suave en los labios, luego estiró el brazo hasta el cajón de la cómoda y me dio una cajita.

-Es un regalo para ti.
-¿Por qué? No es mi cumpleaños.
-No, es verdad. Pero no hace falta que sea tu cumple para querer regalarte algo. Ábrelo anda.

Cogí la cajita con ilusión, la abrí con cuidado y al verla me llevé la mano a la boca.

-Dios Aarón, es preciosa.

Cogí con cuidado la cadenita de oro. Era un colgante con una A².

-Es para que la lleves contigo, para que te acuerdes siempre de mi. Estaremos juntos para siempre.

Aarón cogió la cadena y la pasó por mi cuello. Me aparté el pelo para que pudiese atarla y cuando la colocó le acaricié la cara. Mi pequeño payaso, el niño de los ojos café que quería con toda mi alma, me volvía cada día más loca.

-Te quiero demasiado Aarón.
-Y yo a ti ángel.

****

Uiii!!! Qué estará pasando entre Hugo, Logan y Aria? Qué esconden esos chicos?

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