My Hero #1 (Endeavor)

By OwObooop

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Tras ser rescatada, Yue se ve orillada a vivir a escondidas un tiempo con el héroe #2 Endeavor... •No sé escr... More

| Prólogo |
| Capítulo I |
| Capítulo II |
Capítulo IV | pt.2
Capítulo V
Capítulo VI
ANUNCIO

|Capítulo III| pt. 1

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By OwObooop

—¡Ya está nevando!—exclamó Yue apenas abrió los ojos y miró por la ventana, no tardó más de dos segundos en ponerse de pie y mirar más de cerca.—Enji, Enji, mira, ya está nevando.

—Mmmmgh, aún es muy temprano...—se quejó el mayor, giró sobre si mismo y se acostó boca abajo, tratando de volver a dormir, no había descansado en lo absoluto, debido a los sucesos acontecidos el día anterior.

La menor se montó sobre su espalda y dió pequeños brincos, tratando de despertarlo, estaba con ánimos.

—Aaah, vamos, despierta, ¿Ya eres un anciano?—le susurró al odio a la par que depositó un beso en su nuca, el pelirrojo se estremeció, ni siquiera le molestó el comentario, pues le agradaba tenerla sobre él.—¿Lo eres?

El mayor sonrió antes de actuar, la derribó sobre la cama y se posicionó sobre ella, acorralándola contra el colchón, la azabache quedó muda ante el acto, y repentinamente se puso nerviosa.

—¿Un anciano podría hacer esto?—le cuestionó con voz profunda, acortando la distancia, disfrutando de las reacciones de la menor, quién tan solo atinó a sonrojarse y negar.—Eso creí, ahora a dormir, niña malcriada.

—Eso sí es algo que diría un anciano...—murmuró siguiéndole el juego, llevó su mano hasta el cuello del mayor y lo acarició con suavidad, tentando qué tan lejos podía llevar.

«Nunca me había sentido así de cómoda en estás situaciones...», pensó mientras seguía con las caricias, detrás de la oreja y por la mandíbula.«en las "otras" veces ni siquiera pude disfrutar.»

—Te gusta jugar con fuego...—dijo bajando la voz, acercándose aún más, queriendo besarla, ninguno estaba dispuesto a ceder en el pequeño reto que se había creado, fue la emoción y exitacion de lo prohibido lo que tal vez impulsó a Enji a acercar un poco más sus caderas, rozando levemente sus intimidades.

—Me gustaría más poder...quemarme...—alzó sus caderas, eliminando cualquier distancia y sintiéndose finalmente en su totalidad. Sin pudor se alzó y lamió el cuello del mayor, quién tan solo rió por lo bajo.

—Me vas a volver loco...—murmuró antes de separarse por completo, se puso de pie y se estiró, ignorando el bulto que comenzaba a formarse en sus pantalones de dormir.

La menor se sentó a medias y lo miró con el ceño fruncido.—No puedes irte así como así...—se quejó, ella quería continuar, no podía dejarla con las ganas de algo más, y claro que notaba la situación en que él había quedado.

Enji se giró, la tomó de la mandíbula y estampó sus labios contra los de ella, en un beso brusco, dominante, no le dió tiempo a llevarle el ritmo e introdujo su lengua, paseándose a su antojo, llevando sus manos hasta las caderas de la menor, para proporcionarle caricias y apretones de doble intención, arrancándole el aliento y pequeños gemidos.

—Tendrás que confirmarte, pequeña...—le dijo sin más antes de dirigirse al baño para ducharse, ignorando aparentemente el estado de la menor, quién se quedó perpleja en la cama, con la respiración acelerada y sin saber qué había hecho el pelirrojo para mojarla de aquella manera con solo un beso.

Respiró hondo, tratando de apasiguar su temperatura, sin embargo todo su cuerpo pedía más, se dejó caer hacía atrás y llevó su mano hasta el interior de sus muslos, suspirando y acariciando su piel, imaginando que aquellos toques eran proporcionados por Enji, recorrió su intimidad por encima de la ropa y jadeó, su cuerpo parecía arder, como si realmente tuviese la necesidad de copular, la mente se le nubló y simplemente se dejó hacer por su deseo profundo de ser saciada, llevó su mano libre hasta sus pechos y comenzó a acariciarlos, aprovechando de no llevar sostén.

Su cuerpo se mostraba sensible y dócil ante el tacto, animándole a seguir, pese a escuchar la regadera abierta, poco le importó que pudiese verla en aquella situación, introdujo su mano bajo sus shorts negros y comenzó a tocarse sin más ropa que le estorbara, cada caricia era única, combinado con sus dedos que jugueteaban con sus pezones, que la hacía sentirse muy bien, apresuró los movimientos de su mano baja, queriendo llegar al climax, mientras su imaginación maquinaba la imagen de Enji siendo quien la hiciera sentir así, necesitaba más, lo necesitaba a él.

De puso de pie y se despojó de short y bragas, caminó con las piernas temblorosas hasta el baño, visualizando en el camino su reflejo por la ventana, notando que dos orejas de gato habían crecido de su cabeza, indicando solo una cosa, el celo le había llegado, no tenía cabeza para pensar por qué en aquel momento, pues se suponía que debía llegar a primavera, y no prendía detenerse a averiguarlo.

Se adentró en el baño, pasando por alto su sentido común, al instante Enji se giró, el vapor del baño le impedían ver demasiado, aunque poco le importó para acercarse al mayor.

—¿Yue?¿Estado bien?—le cuestionó al mirar sus mejillas rosadas y las orejas felinas, ella no pensó mucho y se adentró en la ducha con él, lo miró desde abajo y colocó sus manos en su pecho.—¿Qué pasa?

Poco a poco su blusa se transparentó, dejando ver sus pezones erectos, ella se estiró cuánto pudo y lamió su cuello, deseosa de él.

—Te necesito...—le suplicó. Enji pudo jurar que aquella voz se volvería en su favorita, pues solo requirió decir aquello para que su masculinidad comenzara a despertar.—...estoy ardiendo, te necesito Enji...

El mayor mandó al carajo su sentido común, no pudo resistir más, la imagen frente a él habían puesto a prueba su cordura, y había salido perdiendo. La pegó contra la pared, y se acercó más, buscó su boca necesitado, la besó con posesión, como queriendo grabarse cada pequeña parte, ella correspondió a duras penas, pues le era difícil seguirle el paso, dejó de prestar atención al beso cuando las manos del mayor recorrieron sus caderas hasta perderse en sus glúteos, los masajeó y amoldó entre sus manos, sin dejar de besarla, le dió una nalgada sin más, arrancándole un gemido sonoro, invitando a que probase más.

—Quiero follarte...—le dijo con voz ronca al separarse en busca de aire, cerró la llave del agua sin alejarse de ella, y comenzó a besar su cuello.

—Fóllame...

No lo pensó mucho y la cargó, sosteniendola con fuerza y volviendo a besarla, la llevó hasta la habitación y la posicionó sin mucho cuidado sobre la cama, no puso miramientos y de un tirón rompió su camisa, dejando paso a sus senos, le pareció perfecta, en todos los sentidos, y no tardó mucho en comenzar a devoraron sus pezones de manera intensa, así era él, brusco. Yue solo atinaba a gemir al sentir el cóctel de emociones que la invadían. Quiso hacer algo con sus manos, pero Enji la retuvo, inmovilizándola.

—No te permití moverte.—musitó con una sonrisa ladina mientras bajaba, repartiendo besos y lametones por su abdomen, soltó sus manos y sin pensarlo mucho la giró, colocándola en cuatro, Yue jadeó sorprendida ante el acto, aunque no pudo decir mucho, pues el pelirrojo alzó sus caderas y bajó su espalda hasta ponerla tal cual él lo quería.—Quieta.—le advirtio.

Separó su culo y lo miró, admirando sus pliegues, y logrando ver cómo la humedad comenzaba a sobrepasar sus límites, le propinó una sonora nalgada, marcando su mano en su pálida piel, bajó su rostro y lo hundió en su intimidad, aspirando, degustando de la sensación, avergonzandola.

—Ahhh, mmm n-no hagas eso...—pidió ente gemidos, sintió como Enji apartaba su rostro, creyendo que le haría caso, pero solo recibió una nalgada un poco más fuerte como respuesta, sus ojos lagrimearon de placer al sentirlo, no era consciente de cuánto le gustaba ser tratada así.

—No te he dado permiso de hablar.—llevó dos de sus dedos hasta su intimidad y los paseó a su antojo, mojandolos para poder continuar, comenzó a acariciar su clítoris con el índice mientras introducía el pulgar en su vagina.—A partir de este momento solo responderás "sí, amo"

Tragó duro, y más allá de molestarse se excitó muchísimo más, mordió sus labios y asintió, Enji aumentó la velocidad con malicia antes de volver a hablar.

—¿Cómo se dice?

—Ahhhhh, s-sí am-aaaaah—gimió son poder controlarlo, las piernas ya le temblaban, y sentía que no podría ni con su propio peso.—Sí a-amo.—giró su rostro, y apreció la vista, viendo que él había retirado sus dedos.

Enji los miró, notando como escurrían de la escencia de Yue, se inclinó un poco y los acercó hasta su boca.—Abre.—le ordenó, ella no dudó y abrió su linda boquita, comenzó a lamer los dedos del mayor, probando su propio sabor.

Tras unos segundos Enji retiró sus dedos, la giró con facilidad, dejándola boca abajo, y bajó hasta su entrepierna, en cuestión de nada colocó las piernas de la menor sobre sus hombros y comenzó a lamer, probando cada parte de ella, disfrutando de cada centímetro, del olor, el sabor y la vista. Yue arqueó la espalda y gimió con mayor fuerza al sentir sus piernas temblar, era un experto en lo que hacía, logró hacer que ella se corriera sin necesidad de más, dejándola temblorosa y con perlas de sudor sobre su piel.

[Recuerden que Yue posee un Quirk felino, es por ello que entra sus "desventajas" se incluye el celo sjjsjs nos estaremos leyendo pronto, no olviden votar y comentar, los quiero<3]

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