Kill Me Slowly

By RiversAndLoveLetters

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Wang Haoxuan es un asesino a sueldo que trabaja para una de las dos grandes cabezas de la mafia en Hong Kong... More

Nota importante.
La misión.
Guarda silencio.
Que empiece el juego.
Solo un día.
Baila para mí.
Un latido del corazón.
Celos y dolor.
Justo a la persona equivocada.
Solo un beso.
Un momento fugaz.
Lágrimas de sangre.
Castigo y placer.
La cruda verdad parte 2.
Reencuentro.
Epílogo.
Extra.

La cruda verdad.

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By RiversAndLoveLetters

Durante toda la mañana habían estado golpeando la puerta, pero ninguno de los dos reaccionaba, los empleados preferían no insistir más.

Más tarde llego una visita inesperada, así que llegó el turno de Yai, este sabía que así el pelinegro lo viera con ganas de matarlo y le dijera una que otra mala palabra, él ya estaba acostumbrado, mientras que otra persona podría sufrir graves daños a su autoestima.

Yai golpeaba una y otra vez, sus nudillos ya estaban rojos.

—¡Maldita sea! Voy a matar al que se pegó en la maldita puerta —se escuchaba maldecir al pelinegro mientras venia hacia él; entonces abrió la puerta.

—¡Hola Xue Yang! —dijo el rubio, cuando fue tomado con brusquedad por el cuello de su camisa.

—¡Maldita sea ruso! ¿Qué putas vienes a hacer tan temprano? —Haoxuan suelta su camisa empujándolo hacia atrás.

Yai miró hacia adentro en la habitación, vio que todo estaba tirado en el suelo, a lo lejos, se podía ver en la cama al castaño que dormía boca abajo, su espalda y pies descubiertos, Yai bajo la mirada.

—¿Qué estas mirando? ¿se te perdió algo allí adentro? —Haoxuan entrecerró la puerta saliendo hacia el pasillo. Traía una bata que se abrió en el área del pecho, Yai no pudo evitar mirarlo, vio algunas equimosis* seguramente causadas por el castaño, y más abajo su vendaje, Haoxuan se quedó serio observando como Yai lo miraba—, si no supiera que no soy tu tipo, creería que me estas comiendo con la mirada.

—¡jajajaja! Como crees —hizo una risa nerviosa.

—Entonces —levanto las cejas— ¿Qué diablos quieres?

—¡Ah! es cierto, el joven Yuchen está esperando hace un rato a Jiyang en la sala —Haoxuan dio un par de pasos de lado a lado.

—¿A que habrá venido? —Ok, dile que, si quiere verlo, tendrá que esperar; aún sigue dormido, además tiene que ducharse, si dice que tiene prisa, entonces dile que se valla al carajo y que venga otro día —Haoxuan no espero a que Yai respondiera, entro en la habitación y luego cerró la puerta. Tomo su teléfono y tenía un mensaje:

Mañana.

El mensaje había sido enviado la noche anterior, pero por su pequeña sesión de sexo, no se había dado cuenta, ya era casi medio día y siempre tenía que reportarse muy temprano, algo no andaba bien.

Tendría que ir donde su padre y esperar que no se hubiera enterado de su pequeña pelea en el bar, si lo había hecho, probablemente no volvería a ver al castaño.

—Bebé, te están buscando, anda despiértate... también tengo que salir por un rato —le corrió un poco el cabello y le dio un beso en la sien —luego entró a ducharse.

Jiyang estaba listo para recibir su visita, se puso algo cómodo, un pantalón de sudadera color gris claro y un suéter oversize de lana color rosa palo con cuello alto, para cubrir las marcas en su cuello. Cuando salió del baño, Haoxuan ya se había marchado sin responder su pregunta.

A paso lento iba hacia la sala, era la primera vez en toda su vida donde se sentía tan magullado, durante la noche todo había sido pasión y felicidad, pero al abrir los ojos, todo su cuerpo dolía, sus músculos se resentían, como si hubieran hecho ejercicio por todo un día, tenía equimosis por todo el cuerpo, y ni hablar de su pobre cadera que casi hacen polvo.

Yuchen al verlo llegar de esa manera, pensó que estaba enfermo y fue a ayudarle a sentar.

—¿Qué te paso? ¿Estas enfermo? —pregunto preocupado.

—No te preocupes, estoy solo un poco cansado, nada que no repare unos días de descanso —sonrió haciendo sus ojos pequeños, luego empezó a tomar agua de una botella, se sentía algo deshidratado — ¿Qué te trae por acá? ¿No me digas que otra vez vienes a molestar a mi escolta?

—¡Ah! jajaja —se rasca la cabeza— lo vi salir hace un rato.

—¿Supongo que otra vez te rechazo?

—Te equivocas, esta vez me beso apasionadamente antes de irse —Jiyang escupe el sorbo de agua que se había acabado de llevar a su boca, luego empieza a toser—, es broma, es broma, ya sabes que no me soporta.

—Tan gracioso —ironiza—, no entiendo porque Ha... por qué Xue Yang parece odiarte si apenas se conocen, creo que tienes un mal qì*, tienes mala suerte, por eso eres hijo de tu padre, ¡jajajajaja!

—Pero mira nada mas quien está de buen humor, ¿y tú qué?

—Definitivamente tengo más suerte que tú, mi padre apenas sabe que existo. Además, mi suerte empieza a mejorar.

—Si claro, por eso casi te ahogas con tu agua... Ahora entiendo porque estas tan enfermo —hace un gesto de comillas con sus dedos—, mira nada más como te volvió, tengo que hablar con ese hombre para que me de sus secretos, ¿Ya te viste los labios? —Jiyang sonríe mientras se pasa la mano por los labios.

—No molestes, ¿estas celoso?

—¡Ja...! Porque me dejen igual que tú, ¡jamás! ya sabes que yo soy el que da —ambos hombres empiezan a reír—, cambiando de tema, venía a invitarte a Macao para que fuéramos a apostar un poco, pero veo que estas bastante mal.

—¡Que lastima! Tal vez otro día, además sabes que no me gusta mucho eso de las apuestas, pero si puedo acompañarte la próxima vez.

—Es solo que... me voy en los próximos días, sabes que no volveré pronto.

—¡¿Hm?! ¿no te ibas el próximo año?

—Mi papá complica todo, ahora ni siquiera puedo pasar la navidad acá.

—¡Que lastima! Juraba que esta navidad iba a ser la mejor de mi vida, mi mejor amigo, y la persona que amo, ¿Qué más podría pedir?... Está bien, espera me pongo algo más adecuado y nos vamos, tomare un par de analgésicos y en un rato no dolerá tanto —Jiyang se levantó del sofá y empezó a caminar hacia su habitación— espérame acá, no tardo —le dice a Yuchen—, Marco, dile a Tian que se prepare, ustedes dos irán conmigo —dice a uno de los escoltas parados en el pasillo.

—¿Por qué solo dos escoltas? —pregunta Yuchen.

—Hubo recorte de personal —responde— ¿y tú? También vienes con dos.

—Papá necesitaba el personal en la casa, parece que tenía una visita importante.

—Para necesitar a todos sus escoltas, parece que más bien le tiene miedo a esa visita —empieza a reír, Yuchen sonrió.

—Creo que sí.

Jiyang camino hacia su habitación, busco un par de analgésicos, que tomó inmediatamente. Entre su clóset, busco algo adecuado para poder irse con Yuchen hacia los casinos.

Los cuatro hombres conducen en la camioneta hacia Macao, pasan la frontera sin problemas, toda su documentación estaba en orden, aunque no se hubieran tomado el tiempo de revisarlos. No habiendo más que hacer, llegan directo a un casino.

Jiyang miro la hora en su reloj, marcaban las 2:30 pm.

Después de perder y ganar en cuanta cosa miraba Yuchen en el casino, Jiyang no aguanto más.

—Sera mejor que nos vallamos, mira, son más de la cuatro, debo ir a casa antes de que anochezca.

—Tienes razón, es hora de irnos —responde Yuchen.

Los cuatro hombres suben nuevamente en la camioneta y se marchan.

—¡Lo siento Jiyang! —dice Yuchen poco después de arrancar.

—¡Maldita sea! ¿Por qué no mire el teléfono ayer? No me hubiera excedido —masculla el pelinegro mientras se termina de vestir—, bebé, ya me voy, vuelvo en la noche —le grita a Jiyang que se encuentra tomando una ducha.

—Ok, que te valla bien, pero no me has dicho a dónde vas —dijo Jiyang desde el baño. Haoxuan solo sonrió y salió de la habitación.

En la sala de la mansión aun esperaba Yuchen.

Cuando finalmente llego a la mansión de Xiu Quing, ya habían pasado un par de horas, miro el reloj que marcaba la 1:50 minutos; entonces siguió hacia la oficina de siempre.

Al entrar vio a alguien familiar esperando sentada a un lado, sus piernas cruzadas, usando un vestido que no dejaba nada a la imaginación, allí, como la mujerzuela que era.

—Xiu Quing —dijo Haoxuan mientras hacia una reverencia.

—¡Por fin te dignas a aparecer! —dice dando vuelta a su silla en la que todo el tiempo estuvo de espaldas.

—¿Para qué me necesita señor Xiu? —pregunta Haoxuan aun en reverencia.

—Mírame —Haoxuan se pone erguido y lo mira sin ninguna expresión—, ya no es necesario que sigas en la mansión de los Song.

—Pero aún no he terminado la misión —dice el pelinegro.

—No te preocupes, alguien se está encargando de eso, justo ahora.

—Jiyang —dice en voz baja mientras gira su cabeza hacia la salida.

—Hiciste un buen trabajo desasiéndote de sus escoltas —mientras dice eso, un par de escoltas armados se hacen presentes en la puerta.

—Más te vale que no le pongas un dedo encima a Song Jiyang —advierte el pelinegro—, o te juro que me vengare por ello, me importa una mierda que seas mi padre.

—Cuida tu boca, o eres hombre muerto —dice mientras le apunta con un arma.

—¡Vamos! ¡mátame!, ¿crees que le tengo miedo a la muerte?

—Si no fuera porque Yuchen me pidió que te perdonara la vida, ya serias hombre muerto.

—Es usted tan generoso señor Xiu Quing —dijo irónico.

Haoxuan sabía que, al haber llevado a esos hombres al bar esto podría pasar, aunque no pensó que tan rápido, su ira en esas últimas semanas lo cegó y no lo dejo ver con claridad. Su plan era poner a salvo a Jiyang para después enfrentar a su padre, pero todo se había ido al carajo.

—¡Maldita puta! —dice Haoxuan viendo a aquella mujer con total desprecio—, te haya prometido lo que te haya prometido, te juro que voy a matarte, no importa cuánto me tarde —la mujerzuela allí sentada solo pudo reírse.

—Tu padre debe estar tan decepcionado —dice con altanería—, de que su hijo sea un maricón.

—Me importa muy poco lo que hagas con esa puta —interrumpe Xiu Quing—, tampoco me importa que hagas con tu vida, o con quien te revuelcas, a menos de que esa persona sea un objetivo.

—Pero señor...

Haoxuan saca su navaja de la parte trasera de su pantalón, le da un giro en su mano para abrirla, da solo un par de pasos para terminar enterrando su navaja justo en el corazón de la mujer, con tal precisión que la mujer pierde la vida en el acto, apenas pudo mover sus manos para tratar de frenarlo, pero quedo sin vida allí sentada, mientras su sangre caía por su cuerpo, la silla y luego empezaba a gotear en la costosa alfombra del señor Xiu Quing.

—Maldita bocona, debí arrancarte la lengua hace tanto tiempo.

—Podías haberla matado afuera, ¿por qué aquí? mi preciosa alfombra esta arruinada.

Haoxuan saco un pañuelo de su bolsillo, limpio sus manos, la navaja, y volvió a guardarla. Miraba hacia los lados pensando en qué podría hacer para escapar del lugar; mirara a donde mirara, no había salida, se encontraba completamente rodeado.

—Siéntate Haoxuan, no hay nada que puedas hacer, en dos días te vas para San Petersburgo, necesito que te encargues de algunos trabajos que te diré después —tomo un puro y empezó a fumarlo—, ¿Qué deberías responderle a tu amo?

—Como ordene —respondió el pelinegro, suspiro profundo, saco un cigarro y empezó a fumar, después de terminar su cigarro, pregunto tranquilamente—, ¿Cómo te sientes por quitarme las dos únicas personas que he amado en la vida?

—Haoxuan, lo de tu madre fue una desgracia, pero no tuve nada que ver con eso —dice recostado en su silla, el humo blanco saliendo por su boca—, y con respecto a Song Jiyang, fue tu culpa, él era tu objetivo —lo señala con el puro entre sus dedos—, no debiste involucrarte con él, ese fue un error muy grave y fue tu culpa, no la mía, se te entreno para encargarte de la basura, no para que te revolcaras en ella.

Haoxuan tragó saliva, frunció el ceño, estaba dispuesto a tirar veneno, pero en cambio, se tranquilizó, se recostó en su silla y continuo.

—No creas que no sé, qué mi madre vino a suplicarte que la ayudaras para su tratamiento, sabía que yo me quedaría solo, tuvo que humillarse ante ti, ¿para qué? para que simplemente la ignoraras —Haoxuan saca otro cigarro y sigue fumando mientras habla—, con respecto a Jiyang... sí, tienes razón, no debí involucrarme con él de la manera en que lo hice, pero fui más tonto en pensar que tal vez lo dejarías vivir si yo te lo pedía, se me olvido que solo soy un arma en tus manos, solo sirvo para matar —mira el cadáver de la mujer que aún sigue en la silla y deja salir un aro de humo de su boca— ¿Hasta qué horas piensas dejarme encerrado aquí?

—Hasta que estés en camino hacia Rusia —Xiu Quing se levanta de su silla, va hacia la coctelera y se sirve una copa de Whisky— ¿Quieres? —pregunta a Haoxuan que niega con la cabeza—, no te preocupes, en un tiempo ni siquiera lo recordaras.

—Jiyang es tan estúpido, todavía creía que podía ser amigo del hijo de un hombre como tú —Haoxuan baja la mirada mientras sigue fumando— tan inocente como para enamorarse de un hombre como yo —dos lágrimas empiezan a salir de sus ojos, mientras dice en voz baja, casi para él mismo— así que las cosas terminaron entre los dos de esta manera, no pude despedirme de ti castaño, no me dejaste contarte quien en realidad soy, no me dejaste decirte que en realidad me enamoré de ti, espero que algún día me perdones —se seca sus lágrimas con el dorso de la mano, luego hace la cabeza hacia arriba dejando escapar el humo.

Haoxuan estaba por terminar su caja de cigarros, apenas se movía para cambiar la posición o para botar las colillas.

Miro su reloj nuevamente y eran las 5:10 pm, Xiu Quing recibió una llamada, luego un par de mensajes.

—¿Está hecho?... ¿enviaste video como te lo pedí?... deshazte del cadáver y te espero en la mansión, hoy cenaras con tu hermano, creo que tienen cosas de qué hablar.

Xiu Quing cuelga la llamada, empieza a mirar los mensajes que recibió, un par de fotos y un video que empieza a reproducir, después de unos cuantos segundos se escuchan tres disparos, Haoxuan bajo la mirada y trago saliva al escuchar las detonaciones. Después de ver el video guarda su teléfono nuevamente y se sienta.

—Estas muy tranquilo Haoxuan, ¿qué piensas hacer?

—¿Qué pretende que haga? puedo matar a la gente, no traerla de vuelta a la vida, si fuera así, estaría con mi madre ¿no lo cree? Solo tengo que continuar, Jiyang fue un error que no pienso volver a cometer.

—Así me gusta, eso es lo que quiero escuchar de la persona que forme.

—Me voy, no pienso comer con ustedes, podre seguir sirviéndole, pero sigo odiando esta maldita familia... y yo no tengo un hermano con el que necesite o quiera hablar, si lo veo, tal vez le atraviese mi navaja en su cuello.

—Haoxuan, si quisieras matar a tu hermano, ya lo hubieras hecho —hace señas a dos escoltas para que se acerquen—, llévenlo a la habitación que se le preparo, ¡y ya desháganse de ese cadáver! Haoxuan, de esta casa solo saldrás directo al aeropuerto cuando te vayas a Rusia.

—No se atrevan a ponerme un dedo encima —advierte a los dos escoltas que pretendían tomarlo por las manos— yo los sigo, después de todo no tengo a donde ir.

"Damas y caballeros, bienvenidos a bordo de este Boeing 237 serie 800 de Emirates, con destino San Petersburgo, Rusia. El tiempo estimado de vuelo es de 26 horas, con escalas en Suvarnbhumi, Dubái, y Moscú, llegando al aeropuerto internacional Púlkovo. La tripulación le agradecemos por elegir nuestra compañía para su viaje..."

—¡Combien de déchets! (¡cuánta basura!) —dice el pelinegro en francés.

Su compañero de asiento volteo a mirarlo, aunque no parecía haber entendido lo que había dicho, Haoxuan miro una última vez su teléfono, antes de apagarlo y ponerlo en su bolsillo.

Los dos días que permaneció en la mansión de Xiu Quing, estuvo vigilado las 24 horas del día, inclusive ahora, su compañero de asiento es otra de las marionetas de su padre, alguien que enviaron para hacer el trabajo con él.

No había hablado con nadie, apenas comía, no le interesaba compartir la mesa con ningún miembro de esa familia, mucho menos mirar el rostro de Yuchen.

Ahora sus costillas dolían más desde que había estado con el castaño, el dolor que le ocasionaban era poco, para el dolor que sentía por recordar el motivo por el que su lesión había empeorado, imaginar al castaño sobre él, era un recuerdo que le quemaba por dentro, aunque le hubiera dicho a Xiu Quing que lo olvidaría, eso era algo que jamás podría hacer, siempre iba a estar clavado en su corazón como una espina que nunca podría sacar.

Seguir con su vida era lo mejor que podía hacer, siempre lo supo, siempre estuvo seguro que no podría salir de ese mundo, la única manera de salir de allí era muerto, y esa era una idea que rondaba en su cabeza con más frecuencia estos dos últimos días.

Después de 27 horas de un insoportable vuelo, por fin estaba en San Petersburgo, allí se encargaría del negocio de su padre, la compra de algunos armamentos. Tardarían un par de meses antes de que estuviera completa, lista, y en un embarcadero con rumbo hacia Hong Kong.

No era algo que no pudiera hacer de un día para otro, lo único que quería hacer Xiu Quing era alejarlo por un tiempo de Hong Kong, estando lejos podría olvidar fácilmente lo que había pasado y no tomar represalias contra sus hijos.

Como si eso hubiera sido una opción.

Haoxuan pensó que después de tantos años, por fin podría celebrar lo que llamaban navidad con un ser amado, ni siquiera con su madre había podido hacerlo, en esa época, si tenían para comer, ya era mucho, pero otra vez estaba como solía hacerlo, solo, sin nadie que lo ame, y a nadie a quien amar.

—¡¿A quién quiero engañar?! —dijo de repente.

—¿Qué dices? —pregunto su compañero.

—No estoy hablando contigo —respondió, tomo su maleta y empezó a subir hacia el apartamento en el que vivirían por un tiempo.

(3 meses después)

—¿Tienes los papeles listos? —pregunto el pelinegro por el teléfono—, ok, entonces cuando valla a ir por ellos, vuelvo y me comunico —cuelga la llamada.

Durante esos tres meses, todo había transcurrido con normalidad, los negocios que se hacían con la mafia rusa, estaban andando como se debía, las armas estaban casi listas, solo ultimaban detalles para el transporte en barco de dichas armas.

Durante esos tres meses, no hubo una sola noche en la que el pelinegro no soñara con Song Jiyang, su recuerdo lo atormentaba y no lo dejaba ni respirar, haberse enamorado fue lo peor que pudo haber hecho. Con todas sus fuerzas trataba de olvidarlo, pero día con día se hacía imposible.

—¿Ya estás listo? —pregunto Bao, su compañero de viaje.

—Vámonos —toma un bolso de mano color negro con unos cuantos fajos de dinero, y se van.

Ese día tendrían que reunirse en una bodega en la que lo venían haciendo. Haoxuan siempre era el que intervenía, su compañero de viaje solo hablaba inglés.

Cuando todo parecía ir con normalidad, Haoxuan hacía entrega del dinero, de repente se empiezan a escuchar disparos desde afuera, tanto Haoxuan como Bao toman sus armas y buscan refugio.

—Policía federal de Rusia, están rodeados —se escucha un policía hablar por megáfono.

—¡Maldita sea! —maldice el pelinegro—, por acá —le indica a Bao para que lo siga.

Haoxuan busca una posible salida, parece despejada, solo se escuchan disparos en otra dirección, ambos hombres huyen por ese lugar, pero al salir empiezan a escuchar los disparos que van hacia ellos, se ocultan evitando los disparos, luego responden con algunos disparos, de repente, llegan más rusos con los que negociaban, tratando de huir por el mismo lado, había un cruce de disparos entre ambas partes. Varios hombres alcanzan a huir.

Los hombres huyen entre el bosque nevado, corriendo sin parar y sin mirar atrás. Varios de los que habían logrado salir, se habían dispersado, Haoxuan, Bao y otros dos hombres iban juntos, cuando parece haber huido lo suficiente, y que no los perseguían más, Haoxuan se detiene.

—¿Qué pasa? No podemos detenernos, tenemos que seguir —dice Bao.

Haoxuan se pone una mano en el área del vientre, después la retira y atreves de su abrigo, queda la mancha de sangre, Haoxuan cae de rodillas en el suelo apoyando sus manos en la nieve, deja salir una bocanada de sangre salpicando la hermosa nieve blanca, luego cae inconsciente boca abajo en ella.

Uno de los hombres se acerca y le toca rápidamente el cuello.

—Está muerto, vámonos antes de que nos atrapen.

Bao se acerca, toma rápidamente las cosas que trae en sus bolsillos: llaves, teléfono, algunos billetes y empiezan a correr nuevamente.

A Bao le tomo cuatro horas llegar al apartamento en el que vivían, entro a buscar los documentos que tenían allí, por ese motivo tomo las llaves de Haoxuan y el teléfono, nunca cargaban los documentos, al quitarle las pertenencias con lo que podrían identificarlo rápidamente, le daba algo de tiempo para huir del país.

—Señor Xiu Quing, el negocio se cayó, nos encontró la policía en el lugar en el que estábamos haciendo negocios —dice con el teléfono entre el hombro y su oreja, mientras empaca a toda prisa—, parece que alguien se torció y nos vendió a la policía... Haoxuan murió, la policía le disparo y tuve que dejarlo en el bosque... sí señor, completamente seguro.

Dos horas después, se encontraba Bao en el aeropuerto internacional Púlkovo, con rumbo hacia Hong Kong.

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