【𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐗𝐕:𝐔𝐍 𝐕𝐈𝐄𝐉𝐎 𝐀𝐌𝐈𝐆𝐎】
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Unos meses después...
Después de que Kenny me secuestrara todo cambió para mí. Mis días se resumían en: ataques de pánico, ansiedad e insomnio.
Sentía que todo lo que había pasado era por mi culpa y durante un largo tiempo cuestioné mis acciones sintiendo que era una carga para Levi a pesar de que él nunca decía nada al respecto.
Poco a poco traté de sepultar aquel traumático recuerdo que perturbaba mi existencia. Me sentía deprimida, exhausta y devastada, pero Levi fue quien me sacó de caer nuevamente en las penumbras.
—Apresúrate, llegaras tarde— gritó el azabache desde la puerta principal, guardé todas las cosas en mi mochila y miré por última vez aquella foto impresa de nosotros dos en la playa que estaba asegurada en el espejo del baño con un pedazo de cinta adhesiva.
Y desde aquella vez, todo cambio para mejor en ciertos aspectos, incluyendo la convivencia en el departamento. Nunca hicimos oficial nuestra relación, pero consideraba que con el hecho de compartir la cama, ducharnos juntos, entre otras actividades no era sinónimo de amistad.
Nunca pasó por mi cabeza el hecho de aquel hombre se convirtiera en alguien tan importante para mí.
A pesar de que me lo cuestioné en varias ocasiones, finalmente entendí que su trabajo iba más allá de bienes raíces, él nunca hablaba de ello y aunque me diera mucha curiosidad sabía que no debía meter mis narices dónde no me habían llamado.
— ¿Estudiaste para tu examen? —preguntó el azabache aun con la mirada fija en el camino.
Me quedé en silencio un par de segundos tratando de encontrar una excusa convincente ya que la noche anterior no había hecho nada más que perder el tiempo haciendo cualquier cosa menos estudiar.
—Sí, por supuesto —abrí mi mochila en busca de mi libro de anatomía.
—No me gusta que me mientas.
—Lo sé, pero no lograba concentrarme —me excusé.
Comencé a leer por encima página por página, aquella tranquilidad que tenía se había esfumado por completo en el momento que la información parecía estar en un idioma completamente desconocido para mí y con cada segundo que transcurría el pánico me dominaba cada vez más y más.
En el momento que el vehículo se detuvo, levanté la mirada y me percaté de que habíamos llegado al campus.
Mierda, no había logrado memorizar nada.
Inmediatamente cerré el libro y lo guardé en mi mochila deseando que por alguna u otra razón cancelaran aquella prueba aunque era prácticamente imposible que eso sucediera, pero no quería perder las esperanzas.
—Quizá la suerte esté de mi lado y por alguna razón el profesor llegue tarde —sonreí con malicia.
—No cantes victoria, mocosa—señaló con su dedo índice hacia el frente y allí se encontraba el profesor caminando entre el pasto, bajo su brazo derecho portaba una carpeta en la cual probablemente se encontraban nuestros exámenes y con su mano libre iba saludando a los que se iba encontrando.
Aquella sonrisa que tenía inmediatamente se desvaneció. Para ese momento ya me había dado por vencida, no había manera de que aprobara este examen y la única culpable era yo.
—Tranquila, confío en ti —posó su mano en mi pierna—. Sé que tienes un as bajo la manga.
Aquellas palabras de aliente provenientes del azabache nuevamente me hicieron sonreír y me animé un poco más para presentar aquel examen a pesar de que no sabía absolutamente nada.
No quería irme sin antes despedirme bien de él, así que me acerqué hacia dónde se encontraba él y deje un cálido beso en sus labios, me aparte por un par de minutos para verlo directamente a los ojos y sonreír.
—Es hora de que me vaya —susurré cerca de sus labios sin muchos ánimos de retirarme.
Al no escuchar protesta alguna por parte de Levi, retrocedí hasta la puerta y justo cuando iba abrirla, una objeción por parte del azabache me detuvo.
—Espera... —me tomó con delicadeza de la muñeca y me acercó lentamente hacia él dejando un beso en mi frente como de costumbre— Suerte en tu examen.
Sonreí ampliamente y me bajé del vehículo con una sonrisa de oreja a oreja, me sentía la mujer más afortunada del planeta por simplemente tenerlo a él.
Sentía que nada me podía detener en aquel momento, tanto sus palabras como sus besos me sirvieron de motivación para atravesar aquel campus con mucha seguridad en mi misma. Por suerte no tardé mucho en ubicar el aula asignada para presentar la prueba y mientras más me acercaba más rápido podía distinguir a mis compañeros quienes se encontraban charlando entre sí.
—¡________! — Hitch anunció mi llegada con mucha alegría en su voz.
Inmediatamente todos voltearon a verme y me saludaron. Comenzamos a hablar referente al examen y me di cuenta de que no era la única que estaba nerviosa, ciertamente el profesor daba muy bien las clases, pero sus pruebas solían ser muy complejas.
—Chicos, lo mejor será que entremos ahora antes de que se haga más tarde, saben lo estricto que es en cuanto a la puntualidad —propuso Armin mientras señalaba con su dedo pulgar la puerta que se encontraba a unos pasos tras de él.
El rubio sostuvo la puerta hasta que cada uno de nosotros pasó, una vez que se aseguró que era el último cerró la puerta a sus espaldas y fue a tomar asiento.
[...]
Durante el examen, las palmadas de mis manos sudaban haciendo que el lápiz se resbalara a cada rato de mis dedos. Había respondido un par de preguntas, pero la otra mitad de la hoja permanecía en blanco y eso me frustraba demasiado, ¿en qué demonios estaba pensando en aquella clase y por qué no preste atención?
Debatí conmigo misma un largo rato hasta que decidí tirar la toalla y entregar el examen así cómo estaba. No podía negar que estaba muy decepcionada, pero no podía hacer más nada y ciertamente sentía que quería llorar ya que me sentía incapaz de lograr lo que me proponía.
—Deberíamos ir a un bar a celebrar—sugirió Hitch con algo de sarcasmo mientras se estiraba, parecía ser la menos preocupada entre todos.
— ¿Celebrar qué? —Preguntó Boris enarcando una ceja —Nos acaban de destrozar en aquella prueba. En vez de gastar su tiempo y dinero en alcohol, deberían prepararse para el taller de parasitología.
Hubo un incómodo silencio. Hitch estaba de brazos cruzados y sabía que en cualquier momento aquel arremetería contra Boris.
—No hay nada de malo en ir a un bar para despejarse y celebrar que estamos juntos —agregó Armin para alivianar la tensión que había en aquel sitio.
—Como sea —respondió el chico de cabello plateado mientras se colocaba la mochila y luego se retiró sin decir más.
—Que aguafiestas —dice Hitch mientras pone los ojos en blanco. — En fin, ¿Ustedes irán o no?
—Lo siento, Hitch. Tengo planes para esta noche, pero otro día estaría bien — Armin nos regaló una gentil sonrisa antes de despedirse de nosotras y marcharse.
Lo pensé dos veces, no quería dejar sola a Hitch y también quería despejar la mente de aquel tormentoso día, mientras nos pusimos en marcha hacia aquel sitio le envié al azabache un mensaje no muy detallado porque sabía que si leía la palabra bar se enojaría.
''Hitch me invitó a pasar el rato en un sitio en la 95, ¿podrías pasar luego por mí, guapo?''
El mensaje le llegó, pero no lo leyó inmediatamente por lo que imaginé que estaba ocupado.
Durante todo el trayecto hacia nuestro destino, conversamos de todo un poco. Hitch era una persona muy agradable, fue la primera amiga que hice y desde entonces somos muy unidas. Siempre admiré su personalidad y la manera en que lograba sobresalir entre las demás personas, solía ser muy independiente y divertida, a pesar de que en ciertos momentos se dejaba dominar por la pereza.
No tardamos más de cuarenta y cinco minutos en llegar hasta dicho establecimiento. La rubia era consciente de que ninguna de las dos contaba con la edad suficiente para beber, pero a nadie parecía importarle cuantos años teníamos, así que en cierta parte me tranquilicé.
No tardé en detallar el lugar por dentro, tenía un ambiente rustico en el cual predominaba un nauseabundo olor a cerveza rancia y en un vistazo rápido alcance a calcular unas veinte personas las cuales se encontraban bebiendo alcohol como si no hubiera un mañana.
Nos sentamos en la barra e inmediatamente el bartender se acercó para ofrecernos algo de beber.
—Una cerveza para mí... — habló la rubia y luego guardó silencio esperando que pidiera algo.
—Coca-Cola, por favor —respondí luego de pensarlo por unos minutos.
En la cara de la rubia se podía notar claramente lo confundida que estaba, parecía como si estuviese tratando de aguantar la risa.
—Es broma, para ella una cerveza también.
—En seguida, Hitch — respondió el hombre luego de memorizar aquella pequeña orden.
Una vez que las cervezas estaban en la barra, la rubia le agradeció y el chico le respondió guiñándole el ojo para luego irse a atender a otros clientes.
Miré detalladamente la botella y sin pensarlo dos veces di un pequeño sorbo, pero me arrepentí inmediatamente ya que el sabor no es como me lo imaginé.
Mientras seguíamos charlando perdí por completo la noción del tiempo. Hablamos de todo un poco, desde cosas de la universidad hasta llegar a los romances y por lo poco que se ofreció a contar, parece que le había ido muy mal en el amor, pero nunca se detuvo por eso y siguió adelante ya que quería enorgullecer a sus padres y hombre no sería un obstáculo para lograr su meta.
— ¿Ese hombre es tu pareja? —preguntó la rubia mientras me observaba con una pícara sonrisa.
—Oh, bueno... —tartamudeé mientras sentía como mis mejillas se ruborizaban, sin embargo, antes de que pudiera responder nuestra charla se vio interrumpida en el momento que la contraria recibió una llamada.
Se alejó por un momento y me quedé allí viendo a todos lados esperando que volviera lo más pronto posible, estaba un tanto cansada y probablemente no tardaría más de media hora en aquel lugar.
— ¡Págame lo que me debes, Eren! —gritó un hombre a nuestras espaldas con furia e inmediatamente voltee.
Mi corazón se aceleró con fuerza al escuchar aquel nombre, veía que a lo lejos se encontraban dos hombres discutiendo. Me levanté de mi asiento y me acerqué hacia aquel sitio para confirmar si mis sospechas eran ciertas, una vez que estuve más cerca y vi a Eren pateando una y otra vez el cuerpo del contrario me quedé anonadada, ese no era el chico de ojos verdes que yo conocía.
Me sentía asfixiada, necesitaba salir de allí, pero Eren notó mi presencia e inmediatamente dejó de patear al otro sujeto.
Estaba realmente impactada por lo cambiado que estaba, desde la última vez que nos vimos. Parecía como si su mundo se hubiese venido abajo, aquel chico lleno de sueños y esperanzas había sido cruelmente asesinado por otro más agresivo y sanguinario.
¿Qué te hicieron Eren? Fue lo único que pasó por mi cabeza mientras lo miraba de pies a cabeza.
Al ver que el show había culminado, todos se retiraron hacia sus mesas dejándonos a Eren y a mí frente a frente. Negué un par de veces con la cabeza tratando de asimilar lo que estaba sucediendo pero era muy difícil para mí.
Justo cuando quise decir algo, sentí que me tomaron con fuerza del brazo y en el momento que voltee me di cuenta que se trataba nada más y nada menos que Levi quien no parecía estar de muy buen humor.
— ¿Qué mierda haces en este sitio? —habló entre dientes mientras apretaba cada vez más y más su agarre.
—Suéltala, la estas lastimando —fuimos interrumpidos por Eren quien puso una mano en el hombro del azabache, en cuestión de minutos el chico de ojos verdes se encontraba tendido en el suelo gracias a Levi—. Rivaille, ¿tanto te costó encontrarme? —comentó de manera burlona.
Sé quedo en silencio por un par de segundos y me volvió a tomar del brazo para sacarme a rastras de aquel lugar.
— ¿Qué te pasa? ¿Qué ocurre contigo? —Reclamé alzando un poco la voz mientras me subía en aquel vehículo el cual no tardó en poner en marcha— ¿Por qué te llamó así?
— ¿Lo conoces? —Ignoró por completo mis preguntas— ¿Conoces a ese idiota? —repitió algo irritado.
No sabía que responder así que solamente me quedé en silencio tratando de asimilar todo lo que había ocurrido hace unos instantes.
—Lo único que te pediré es que te alejes de él —añadió.
— ¿Por qué?
—Eren Jaeger no es de fiar.
En el momento que soltó aquellas palabras mi piel se erizó, por lo visto ambos se conocían y de allí surgió la teoría de que quizá Levi estaba en aquella fiesta clandestina en busca de Eren, pero ¿por qué?
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Buenos días, gente linda. ¿Comieron? ¿Tomaron agüita? ¿Cómo les fue la última semana?
Les informo que hoy ando cumpliendo 18 añitos uwu
¿Les gustó el capítulo? Quería decirle que sé que hay algunos huecos en la trama, sin embargo, son hechos apropósito y se irá hablando de ellos poco a poco, sed qué quizá es un poco tedioso los saltos en el tiempo, pero realmente eran esenciales para la trama así que una disculpa chiquitos.
Gracias por votar y comentar, siempre ando leyendo sus comentarios. uwu
Espero les haya gustado el capítulo, los amo mucho. ♡♡
➥ 𝐆𝐀𝐋𝐄𝐑𝐈́𝐀: