Capítulo 49 "Recuerdos pasados"
Funciono, si, por favor dime que funciono, subí un poco mi mirada encontrando con aquellos ojos azules mirándome penetrantemente, maldición, creo que no funciono, rasque mi mejilla.
"Gracias"
"¿Eh?"
Su mirada se relajó, su mirada penetrante se desvaneció y se convirtió en una suave, welf, eres el mejor, si funciono, el ramo de rosas y el chocolate, descarte el beso, porque aún no era lo suficientemente valiente como para dar uno.
"Y l-lo siento por lo de la otra semana"
Ella se inclinó, disculpándose.
"¡Ah!, no te preocupes, me lo merecía, no te sientas culpable, soy un tonto que no piensa en las consecuencias de sus actos, lo siento mucho por no discutir eso contigo"
"Bien, pero que no se repita, ¿sí?"
"Entendido"
Ryuu-san me sonrió y después se fue, una vez me asegure de que se fuera, di mi mejor sonrisa y mientras saltaba alce mi puño en señal de victoria, le escribir a Welf agradeciéndole por esa información dada.
Baje las escaleras de un salto, esto ya se había hecho costumbre, y de cierta forma me gustaba esa sensación de peligro al saltar, por el momento no me caí de cara o algo peor.
"Esto es una tormenta"
Mire por la ventana, la nieve que hace unos minutos caía como una hoja, ahora caían con fervor en el suelo, causando que una leve capa de nieve creciente apareciera, bueno no era el único observando.
"Valla, parece que tendré que quedarme"
Eina llevo su mano a su mejilla y suspiro, el ver por mas allá de la reja de la mansión era casi imposible, el cielo estaba cubierto de nubes que daba la sensación de ya ser de noche.
"Tenemos bastantes cuartos, así que puede quedarse cuanto quiera, a mí no me importa"
"Muchas gracias, Bell-kun, pero pienso quedarme hasta que termine la tormenta, no quiero ser una molestia"
"¿Cuándo fue una molestia?"
"¿Eh?"
Quizás era por estos sentimientos, pero el hecho de que Eina se considere una molestia en la mansión chimenea, me molesta, no mucho, pero un poco sí, quiero que ella entienda que, si sucede algo, será bienvenida con los brazos abiertos.
"Eina jamás fue una molestia, podría venir a vivir aquí y con gusto la recibiría, este es su segundo hogar"
Creo que ella capto mi mensaje, ya que me sonrió aun con la mano en su mejilla, es hermosa, bueno, siempre lo supe, pero no pude evitar el hecho de repetirlo.
La navidad se acerca, y después de eso, se acaba el año, han pasado meses y la única la cual he podido corresponder a sus sentimientos fue Ryuu-san, bueno, aun no como una pareja oficial, somos amigos, no, no creo que los amigos se besen, amigos con derecho, creo que sería lo más acertado.
Tengo que hacer algo, sé que tuve bastante tiempo para hacer algo, pero es como si no estuviese pensando en algo, pero mis planes son tontos por no decir basuras.
Fuheeee.....
Miré a mi lado, solo para encontrarme que Eina se había ido, me hundí tanto en mis pensamientos que no me di cuenta que es lo que sucedía en el exterior. Mire a mi alrededor.
"Bell-sama, Nya"
"¿Que sucede?, Anya"
"¡Quiero mis caricias!"
"Hi, hi"
Anya estaba en la chimenea, caminé hasta me senté en el suelo cruzándome de pierna, Anya sentó en mi regazo, y con mis manos comencé a acariciarla detrás de sus orejas.
¿Hum?
Eso me recuerda a la primera vez que la acaricie, después de salvarla del basto invierno, ella se quedó en la chimenea, observándola con una mirada perdida abrazando sus piernas.
Eso fue hace años...
Mi nariz roja y congelada hacía que el respirar fuera complicado, a pesar de todo el peso en mi espalda seguí corriendo, este peso era una chica, una chica de cabello castaño y orejas como cola de gato.
la vi por pura suerte en toda esa oscuridad del callejón, ella estaba tan lastimada, su ropa estaba rasgada y temblaba fuertemente, sus labios tiritaban y estaban levemente morados, ella se enroscaba sobre ella misma para mantener el poco calor corporal que tenía.
"¡Solo un poco más!"
Grite para darme ánimos, estaba nevando, no era una tormenta por ahora, sabía que esto se iba a poner peor en cuestión de minutos, tome aire por mi boca y emprendí carrera hasta la mansión.
Yo también me estaba congelando, me quite el abrigo y a pesar de ser un poco pequeño para ella, la cubría lo suficiente como para calentarla.
"Lo siento"
La deje en el suelo delicadamente y con mis manos entumecidas abrí la reja de mi mansión, esta vez la cargue como una princesa, golpee levemente la reja con mi hombro para abrirla más y cuando ingrese la cerré con mi pie.
*¡¡¡Fiusshhhhhh!!!*
Un viento fuerte, me hizo cerrar los ojos, mi cabello se movió violentamente, la nieve comenzó a caer más rápido, y el cielo se cubría de nubes.
"Bien, Bien"
Una vez ingrese a la mansión, la deje en el sofá enfrente de la chimenea, en primera, fui por leña y prendí la chimenea, fui al baño y saque el kit de primeros auxilios.
"No hay..."
Mire los primeros auxilios, en el no había nada, las vendas las gaste como los parches curita, todavía tenía agua oxigenada, todavía tenía un poco de algodón, pero...
Tome el agua oxigenada y la deje en la mesa, subí a mi habitación, tome un abrigo, unos guantes y una bufanda, tome un poco de dinero, y salí rápidamente de la mansión.
"La farmacia azul..."
Busqué con mis ojos un logo de una cruz de color azul, usaba mi brazo para evitar que los copos de nieve tocaran mi rostro o me cayeran en los ojos, cuando vi aquel logo, corrí hacia él.
"¡Naaza-san por favor deme unas vendas!"
Llegue a tiempo, el establecimiento era una pequeña farmacia, esta estaba a punto de cerrar, pero llegue a tiempo, saque el dinero de mi abrigo y lo extendí, aquel hombre de cabellera azul me miro sorprendido.
"¿Bell?, espera, mira el clima, no deberías de estar aquí"
"¡Por favor!, ¡unas vendas!"
Al ver mi impaciencia, el solo asintió, busco por un momento en su farmacia y tomando el dinero me entrego 4 rollos de vendas, ¿porque cuatro?, simple, uno nunca sabe cuándo las iba a utilizar.
"Ten cuidado Bell"
"Si, lo tendré"
Cubrí mi nariz con mi bufanda, y corrí, mi corazón latía fuertemente, pero no me detuve, apenas podía ver lo que había delante de mi, si me detengo, lo más posible es que me entierre en nieve o me congele.
"¡Cof...! ¡Cof...!"
Me quite la bufanda y me quite el abrigo lleno de nieve, dejándolo en el suelo, tome las vendas, y las deje en la mesa, tome un pequeño balde, y rocié un poco de agua oxigenada en ella.
¿Qué iba hacer?, iba a remojar las vendas en agua oxigenada, el agua oxigenada es un buen desinfectante de heridas, camine hasta el sofá.
"¿Eh?, ¿Dónde está?"
La busqué con mi mirada, pero, con el rabillo del ojo la vi, enfrente de la chimenea, abrazando sus piernas, mirando perdidamente y con las orejas bajas la llama que se expandía a medida que la leña se carbonizaba.
"Etto..."
Me acerque a ella.
"Hola"
No respondió, ella solo miraba la llama, bien, internet, no me falles, mis manos se levantaron e inseguro comencé a acariciarla en su cabeza, su cola comenzó a moverse de manera relajada y sus orejas se alzaron.
"¿Porque te detienes?"
"T-tus heridas, se ven graves, al menos déjame..."
"No te detengas..."
"Pero..."
"¡Por favor!, te lo suplico, no te detengas"
Seguí con las caricias, de reojo veía como sus heridas se abrían y chorreaba un poco aquel liquido rojizo, llamado sangre, aprete los dientes, no puedo hacer nada, apenas deje de acariciarla, ella tomo fuertemente mi mano.
"Por favor.... no te detengas"
"Está bien, si eso te hace feliz"
"¿Feliz?, que palabra tan curiosa, como se sentirá.... ser feliz"
Ella soltó mi muñeca y volvió nuevamente a abrazar sus piernas.
"Es agradable"
"¿Hum?"
"Ser feliz, es como cuando eres abrazado, una calidez que envuelve tu corazón y te hace sonreír, eso es para mí ser feliz"
"Que envidia..."
"¿Quieres ser feliz?"
Me levante del suelo y me puse enfrente de ella, extendí mi mano, con uno de mis dedos limpie una de sus lágrimas que brotaban de sus ojos, sonreí de la mejor manera y le extendí mi otra mano.
"Si jamás fuiste feliz, entonces, quiero hacerte feliz, no, te voy hacer feliz, si no tienes un motivo para sonreír, entonces déjame ser uno, por favor, déjame ser el motivo de tu felicidad"
"¿Eh...?, t-tu planeas cuidar de Anya"
"Si"
"Sin importar que... sin importar quien sea yo, ¿quieres hacerme feliz?"
"Si"
"Jamás me vas a dejar sola"
"Lo prometo"
"¿Eh?, p-porque estoy sonriendo, ¿q-que es esto?, nya"
Reí levemente, bien, ahora lo importante, desenvolví un poco de las vendas y las remojé en el agua oxigenada, Anya se levantó del suelo y tomando una silla se acercó mí, exprimí las vendas, y después de uno segundos ahora estaban húmedas.
"Hum..."
Envolví un poco de las gazas de uno de sus tantos cortes, así pasé aproximadamente veinte minutos, en cual el silencio reinaba en ambos, no era incomodo, más bien era reconfortante.
"¿Como te llamas?"
"Me llamo Bell, Bell cranel"
"¿Bell?, Bell-sama"
"Puedes llamarme como a ti te guste"
"Bell-sama, nya"
Acaricie su cabeza nuevamente, después de eso, Anya se sentó enfrente de la chimenea, pero esta vez, sus ojos tenía aquel brillo característico y había una sonrisa en su rostro.
......
"Bell-sama, Nya, siga acariciándome"
"Perdón, perdón, estaba pensando en algo"
Una vez regrese a mis pensamientos, anya me dio pequeños golpecitos para que siguiera acariciándola.
"¡Yo también quiero!"
"Chloe"
"Tu.... nya"
Chloe me abrazo por la espalda, y con otra mano también me encargue de acariciarla, Anya inflo las mejillas del enojo, todavía recuerdo cuando fue su primera pelea.
..........
"¿Te sientes mejor?"
Abrí la puerta y me asome un poco, sentada en la cama, una chica de cabellera oscura, orejas y cola de gato del mismo color, junto a unos hermosos ojos verdes me miro, ella sonrió al verme.
"Si"
Me acerque a ella y al estar mas cerca.
*Boing*
Sus brazos me envolvieron apegándome a su pecho, su mirada se volvió extraña, y su respiración se había vuelto fuerte, sus pupilas eran.... ¿Corazones?
"E-eres mi pequeño héroe"
*¡Clack!*
Vi un leve chispazo, en un momento, la mujer gato de cabellera negra saco una daga, ella no iba a atacarme, ella me estaba defendiendo de... ¡¿Anya?!
"Bell-sama, Nya, ¡Aléjese de ella!, ¡Es una cazarrecompensas!, nya"
"¿Eh?"
Sus armas se mantuvieron conectadas y ambas se miraron con rabia, vi otro chispazo, esta vez anya levantaba una daga sobre su cabeza y La mujer gato de cabellera negra atacaba a su estomago
"¡Deténganse!"
Ambas se detuvieron, la daga de anya estaba a punto de tocar a mujer gato de cabellera negra, y la daga de la antes nombrada estaba a unos segundos de tocar el estómago de anya.
"P-pero, Bell-sama Nya, ella podría lastimarlo, Nya"
"Bell, si, Bell, Ella también es una cazarrecompensas, no sé qué dijo esta tipa, pero miente, seguramente le pagaron para matarte, déjeme acabar con su pútrida existencia"
Anya me miro, el brillo de sus ojos desapareció, seguramente ella esperaba mi rechazo, sin embargo, una promesa es una promesa, jamás dejare a Anya sola.
"Te lo prometí, ¿No?, Anya, estaría contigo sin importar quien seas"
"¡B-Bell-sama!"
Anya salto hacia mí, frotando su cabeza contra mi mejilla, olvidándose por completo por la mujer gato de cabellera negra estaba detrás de ella, yo solo reí un poco, la pelinegra me miro.
"Soy Chloe rollo, solo dime chloe, ¿Okey?, cariño"
"H-hi"
"Y bien, que haces tú con este chico, Vana afli"
"Debería de preguntarte lo mismo, Gato negro"
Ambas se miraron con ferocidad, pero la puerta se abrió, mostrando a la otra chica que rescate hoy.
"¡Puño negro!"
"¡Ustedes!"
La chica de cabellera color crema, preparo un puñetazo, anya se quitó de encima mío y me empujo para evitar que el puñetazo me diera, la chica me miro y extendió una de sus manos... ¿Protegiéndome?
"¡Aléjate de Bell-sama!, Nya"
"¡Si!, ¡Puño negro!"
*¡Clank!* ¡Clank!* *¡Pum!* *¡Pum!* *¡Crash!* *Clank*
"¡¡QUE ES TODO ESTE RUIDO!!"
.....
El recordar ese momento me helo la sangre, sacándome de mis recuerdos, recuerdo como las tres fueron noqueadas y fueron obligadas a usar un traje de sirvienta si es que querían quedarse a Vivir.
Finn del capítulo 49