Dos años después.
Jayden.
Imagina esto: te encuentras frente a un majestuoso castillo iluminado por las luces de Navidad, con la emoción en el aire. Tomo tu mano y te guío dentro, donde las paredes están decoradas con hermosos dibujos fosforescentes. Pero lo más emocionante es lo que descubres en cada esquina: fotografías de nosotros y de nuestros seres queridos, colgadas en las luces navideñas.
No puedo evitar sonreír al ver tu reacción de sorpresa. Quiero que sepas que esto fue un esfuerzo de todos los que nos rodean, quienes han dejado su huella en nuestra historia. Cada uno de estos momentos ha sido mágico y ha fortalecido nuestro amor.
En una semana, celebras tu vigésimo cumpleaños, pero mi mente viaja por todos los momentos especiales que hemos compartido juntos. Cada uno de ellos ha forjado nuestra conexión única y ha demostrado que juntos podemos superar cualquier obstáculo. No puedo imaginar descubrir secretos con nadie más que no seas tú.
Confía en mí cuando digo que te amo, y sé que las palabras son limitadas para expresar mis sentimientos. Pero quiero preguntarte algo muy especial. Volteo hacia el balcón y siento la brisa fría acariciar nuestros rostros.
El cielo siempre nos ha fascinado, y quiero que sea testigo de este momento. De repente, los fuegos artificiales llenan el cielo nocturno, formando palabras que te dejan sin aliento. "¿Seguiremos descubriendo secretos hasta que la muerte nos separe?".
Me acerco a ti, sosteniendo un hermoso anillo de compromiso. Te miro a los ojos con amor y emoción. "¿Quieres casarte conmigo, amor?"
Sé que sería una locura si dijeras que no, y mi corazón se acelera mientras espero tu respuesta. Finalmente, afirmas con una sonrisa radiante y nuestros labios se unen en un beso lleno de amor y promesas.
Nos tomamos nuestro tiempo, saboreando cada momento, sabiendo que no hay prisa. Pongo el anillo en tu dedo y nuestras manos se entrelazan, sellando nuestro compromiso de amor eterno.
Todos tenemos secretos, algunos que ocultamos incluso de nosotros mismos. Pero esta historia se formó a través de los secretos que nos rodean, recordándonos que, juntos, podemos enfrentar cualquier cosa. Somos parte de una colección única de pequeños secretos, algunos destinados a permanecer ocultos para siempre.
Me siento agradecido y honrado de tenerte a mi lado y decirte que te amo. Porque, en este momento increíblemente romántico y emocionante, puedo afirmar sin duda alguna que te amo más de lo que las palabras pueden describir.
Nuestra historia está llena de promesas y aventuras por descubrir. Y juntos, estoy seguro de que nuestro amor continuará floreciendo, porque estamos destinados a ser felices para siempre.
Un año después.
El sol brillaba intensamente sobre el reino de Bélgica mientras Madie, junto a Jayden, caminaba hacia el majestuoso castillo. Su corazón latía con fuerza, lleno de emoción y determinación. Habían enfrentado innumerables pruebas y desafíos, pero finalmente habían llegado al momento decisivo. Madie estaba lista para abrazar su destino como reina.
A medida que se acercaban al castillo, una multitud jubilosa los recibió con entusiasmo. La gente agitaba banderas y aplaudía mientras Madie y Jayden avanzaban. La ceremonia de coronación estaba por comenzar, y todos reconocían el coraje y la determinación de su futura reina.
El coro de celebraciones resonaba en el aire mientras Madie subía al imponente trono del reino, sintiendo una fuerte mezcla de emoción y responsabilidad. A su lado, Jayden sonreía con orgullo, sabiendo que juntos estaban a punto de cambiar el destino de su amado reino.
En la majestuosa sala del trono, toda la corte y los ciudadanos del reino se habían reunido para presenciar un evento histórico.
La emoción y el entusiasmo llenaban el aire mientras se esperaba ansiosamente el comienzo de la ceremonia.
Madie, una joven valiente y decidida, había demostrado no solo su coraje en tiempos de adversidad, sino también su determinación y amor por su pueblo. Su historia se había convertido en un símbolo de esperanza, un faro de luz en medio de la oscuridad, y su reinado marcaría el comienzo de una nueva era para el reino.
Vestida en un deslumbrante vestido de gala, Madie avanzó con elegancia hacia el trono real, acompañada por su séquito de leales servidores y consejeros. A medida que caminaba, los vítores y aplausos resonaban en la sala, expresiones de gratitud y felicidad por el liderazgo que estaba por venir.
El arzobispo, adornado con ricas vestiduras, se acercó a Madie con el cetro real en sus manos. Con una voz solemne, pronunció las palabras sagradas que consagraban a Madie como la legítima reina del reino. El cetro fue colocado con delicadeza en sus manos, simbolizando el poder y la autoridad que ahora ostentaba.
El gran salón del castillo estaba lleno de personas de todos los rincones del reino. La emoción y el orgullo fluían en el aire, mirando a su amado Jayden al lado. Ambos se prometieron gobernar juntos, construyendo un reino basado en la equidad y la prosperidad para todos.
los coros de la corte entonaron una melodía gloriosa, elevando sus voces en alabanza a la nueva reina. Las lágrimas de emoción brotaban en los ojos de muchos, testigos de la culminación de un viaje lleno de desafíos y superaciones personales.
El silencio descendió sobre la multitud mientras el sacerdote real comenzaba a pronunciar las palabras sagradas. Madie sentía los ojos de todos sobre ella, pero en lugar de sentirse abrumada, se llenaba de confianza. Sabía que estaba lista para este momento, para liderar y guiar a su pueblo.
Cuando llegó el momento de colocar la corona sobre su cabeza, Madie sintió una oleada de energía recorriendo todo su cuerpo. Sus ojos brillaban con determinación y sus manos temblaban ligeramente. Mientras la corona se asentaba sobre su cabeza, una mezcla de emociones la invadió: gratitud, emoción y un sentido renovado de propósito.
La multitud estalló en aplausos y vivas mientras Madie y Jayden se tomaban de la mano y se dirigían hacia el balcón, donde el sol se estaba poniendo, dejando tras de sí un escenario pintoresco.
El cielo se tiñó de naranja y púrpura, como si la naturaleza misma celebrara su coronación. Desde el balcón, Madie observaba a su pueblo reunido en la plaza principal. Sus sonrisas y rostros radiantes la llenaron de gratitud y determinación. Sabía que no sería un camino fácil, pero estaba dispuesta a luchar para hacer realidad el mundo de igualdad y prosperidad que había imaginado.
En ese momento, una voz suave pero poderosa se elevó en la multitud. Era Derek y Logan, quienes habían estado junto a Madie en cada uno de sus desafíos. "¡Que reine la justicia! ¡Que reine la igualdad! ¡Que reine Madie, nuestra valiente reina!".
Las lágrimas llenaron los ojos de Madie mientras se dirigía a la multitud con una voz llena de emoción. "Mi amado pueblo, prometo ser su voz, su protectora y su guía. Juntos construiremos un reino donde todos tengan la oportunidad de florecer y ser felices. No importa de dónde vengamos, todos somos parte de esta gran familia".
La multitud aplaudió y aclamó, llenando el aire de una energía abrumadora y esperanzadora. Madie sabía que este era solo el comienzo de su reinado y el camino por recorrer. Pero también sabía que tenía a Jayden y a su pueblo a su lado, listos para apoyarla en cada paso del camino.
Con los últimos rayos de sol derritiéndose en el horizonte, Madie levantó sus brazos en un gesto de unión y gratitud. Los fuegos artificiales estallaron en el cielo, iluminando la noche oscura y celebrando el nuevo amanecer del reino.
La historia de Madie y Jayden se convirtió en una leyenda eterna, contada de generación en generación. Su amor y determinación se convirtieron en un ejemplo para todos, recordándoles que los sueños pueden hacerse realidad si luchan por ellos.
Y así, Madie y Jayden trabajaron incansablemente para cumplir su promesa de un reino justo y próspero. A través de su liderazgo sabio y compasivo, su reino floreció como nunca antes, convirtiéndose en un faro de esperanza y un modelo a seguir para otras naciones.
El final de la novela no marcaba solo el final de una historia, sino el comienzo de un legado sin igual. Madie y Jayden demostraron que el coraje, la determinación y el amor podían cambiar el destino de un reino y marcar el comienzo de una nueva era de paz y prosperidad para todos.