Año 1982, Washington city.
Joaquin colocó su sacó blanco, completando el traje. Ingresó al bar más cercano, no le importaba que fuera omega.
Solo quería ahogarse en alcohol para olvidar las penas, el dolor y la culpa que lo perseguía todos los días de su miserable vida.
Se sentó en una de las mesas algo cercana al escenario donde solo había músicos tocando.
Una señorita, una omega de aroma dulce se acercó a él —¿qué desea?
—La botella de vodka.
La señorita la sacó de una cubeta y se la dio. —¿Solo eso?
Joaquin asintió, sirvió el líquido en un vaso de shot bebiendo de un solo trago esté.
Sus pies se movían rápidamente por la ansiedad que le daba el recordar el accidente de hace casi un año donde perdió lo único que tenía, sí tan solo hubiera podido evadir ese tráiler, ahora su prometido y su bebé estarían vivos.
Colocó sus manos en su cabello lleno de dolor y culpa que le estaban carcomiendo el alma, nunca se había sentido tan miserable como ahora.
Pensó la forma más rápida de aliviar su dolor, para siempre. Tomó de la misma botella otro tragó decidido a levantarse pero alguien llegó con un traje rojo vino.
Joaquin no presto mucha atención pero se detuvo inconscientemente.
—Perdón la tardanza, hubo problemas con el tráfico.
El alfa que ingresó al restaurante subió al escenario donde le fue entregado un micrófono inalámbrico. Cosa que era muy cara por que apenas se habían empezado a comercializar.
El chico aclaro su garganta, pronto los músicos comenzaron una tonada rítmica. Pero al iniciar la voz de ese chico fue algo que erizo la piel de Joaquin .
—Cuando los ritmos de marimba comienzan a jugar
Baila conmigo, hazme balancear
Como un océano perezoso abraza la orilla
Abrázame de cerca, balanceame más.
Elevó su mirara viendo su rostro con determinación, sin darse cuenta sus pupilas se agrandaron y brillaron.
Tenía una acanelada pero brillante piel, una sonrisa y mirada coqueta llena de sensualidad y carisma.
Su voz era gruesa y varonil, tan afinada y acorde a la música. Hizo su corazón latir a un ritmo sorprendente.
—Para todos los bellísimos omegas que hoy nos acompañan.
El chico hizo contacto visual con Joaquin el cual se sorprendió y sonrojo sin querer.
El alfa bajó del escenario camiando entre las mesas, Joaquin observó que se dirigía hacia el, así que se levantó con nerviosismo caminando a la salida pero su muñeca fue tomada.
—Otros bailarines pueden estar en el suelo
Querido, pero mis ojos te verán solo.
Sólo tú tienes esa técnica mágica
Cuando nos balanceamos, me pongo débil.
Su cuerpo fue jalado pagándolo al del chico, sus manos y piernas temblaron y sus nervios se pusieron de punta. Nunca había sentido algo parecido.
El chico le sonrió coqueto guiando su cuerpo para que bailara con el al ritmo de la música. Algunos aplaudieron a su baile.
El omega no sabía porque se fijó en alguien que se ve tan destruido como el. El chico tomó descaradamente su cintura y tocó su cuerpo bailando de manera pasional como si fueran una pareja.
Lo que no sabía es que el desconocido chico cantante estaba sintiendo una chispa en su cuerpo cuando pudo tocar su cintura y manos, cuando pudo ver su angelical rostro a detalle, esos rojos labios pero su mirada triste y desolada.
—Mi alfa.
—Mi omega.
Ambos se exaltaron al mismo tiempo, el omega pudo ver confusión en la mirada del carismático chico. Sintio el clímax de la canción aproximarse.
—Como una flor doblándose en la brisa
Agáchate conmigo, balanceate con facilidad
Cuando bailamos, tienes un camino conmigo
Quédate conmigo, balanceate conmigo.
Su cuerpo fue inclinado, hasta hacer su espalda quedar en una perfecta curva. Sus rostros quedaron a milímetros de distancia, mientras relajaban sus respiraciones.
Los comensales aplaudieron la pasional canción, Joaquin se enderezó con su corazón saliendo de su pecho, mirando a ese chico a los ojos los cuales eran de color miel.
Bajo su vista sonrojado —disculpa.
Dijo huyendo de el y saliendo rápidamente del bar, el contrario se quedó en un momento shock cuando su alfa hablo.
—Emilio , oye...
Dejando a algunas personas con sus agradecimientos decidió seguir a ese omega de piel blanca como la nieve.
Salió del bar viendo a este cruzando la calle, corrió hasta el nuevamente tomando su muñeca y girándolo.
—Espera Joaquin ...
Este abrió sus ojos —¿cómo sabes mi nombre?
Emilio apretó sus labios sin saber que decir pero unos señores borrachos pasaron a su lado empujándolo y haciendo que sus labios encajaran perfectamente con los de Joaquin .
El omega no sé apartó debido a la gran sorpresa. Pero algo, algo le hizo empezar a mover sus labios cuando la manos del contratio se afirmaron en su delgada cintura.
Emilio también correspondió con una explosión de emociones en su corazón.
Así es como empezaba su corta pero hermosa historia de amor en otra vida.
¿FIN?
¿Esto será el fin, o el comenzó de una nueva aventura?
¿2° TEMPORADA?
CONTINUARÁ..................
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