Quiero ser tu esclavo, quiero ser tu amo.
Maneskin
Joselyn G.
Adonis sonríe al verme, el da una perfecta reverencia con elegancia que siempre lo caracterizó a la perfección.
—Mi reina Luna—. Toma mi mano derecha para depositar un beso en ella.
Sus ojos se cruzan con los míos y me pone a sudar frío ahora mismo. Sus ojos mar me observan con tanta delicadeza.
—Adonis un gusto volver a verte ¿tu eres el sobrino del emperador? —. Pregunto intrigada al verlo aquí.
No puedo creerlo, yo iba saliendo de a high school y el apenas iba entrando a primer año.
Recuerdo que me gustaba, se me hacía demasiado lindo y siempre era muy caballeroso y guapo. Pero nada más, nunca hicimos nada, jamás, era guapo porque no somos ciegos pero nada más.
El nombre Adonis le viene perfecto a el.
—Lo soy mi reina Luna—. Su voz sale tan varonil y fuerte.
Ha madurado, tiene rasgos más fuertes, tiene una ligera barba que va desde sus patillas y cerrada totalmente. Su rostro jovial y fuerte, un cabello sumamente rubio con tintes castaños y su mirada azul como el mismo océano.
—Vaya, quien lo diría—. Sonrío y el da un paso más cercas de mi.
—Adonis, veo que ya conociste a mi esposa Joselyn. La reina Luna—. Aparece Horus y Adonis cambia a un semblante más serio.
No se porque sentí un leve enojo de saber que me interrumpió. Tanto a mi como Ádonis, la mirada de Adonis es fría y la de Horus es la de un animal enjaulado con ganas de romper su encierro.
Adonis da una sonrisa. —Ya, una esposa muy inteligente—. Dice viéndome y no puedo evitar sonrojarme un poco.
Paso una mano por mi cabello para tener algo que hacer. Es un Elfo, con razón es tan bello, tan guapo y tan varonil a la misma vez.
—Lo es. Es una mujer maravillosa. Dejaremos que te pongas cómodo, te veremos en la cena—. Dice Horus cortando conversación enseguida.
Yo quiero quedarme, Horus toma mi mano para subir las escaleras las dos pero yo no me moví. No se porque no me moví.
Horus voltea como si le hubiera puesto un rifle en la cabeza que volaría su cabeza ahora mismo.
—Hay algo que tengo que hacer—. Digo y Horus no dice nada cuando sube las escaleras.
No se fue sin antes mirar Adonis con advertencia.
—Un alfa con carácter posesivo—. Dice Adonis y su mirada está centrada en mi persona.
Volteo hacia atrás, parece que no ha cambiado nada cuando en realidad cambió todo. Ya no es un adolescente, para nada.
Es mucho más alto que yo, me siento diminuta en este palacio donde todos miden 1.70.
—Puede ser—. Digo y pongo una máscara de frialdad enseguida. —Lo dejo que ponga cómodo.
—¿La veré en la cena? —. Me toma por sorpresa su pregunta.
—Sí—. El da una sonrisa llena de ternura y complaciente.
—Estaré ansioso de que llegue la cena—. El comentario me deja sin que decir ahora mismo.
Mejor no decir nada antes que decir una imprudencia.
Paso por su lado y pude oler su fragancia crítica que cargaba encima. Hasta parece que se quedó en mi ropa, avanzo al patio para encontrar a Liliana.
¿Qué hará Adonis aquí?
Recuerdo mi tiempo de estudiante de high school hace tanto tiempo atrás.
Vaya tiempo atrás, veo el pueblo de lobos y siguen sus actividades comunes de siempre. Me gustaría saber que opinión tienen de Horus ahora que se sabe esto, que piensan, que sienten, como perciben a Horus.
Horus, no la he visto tan seguido, desde el beso ella y yo nos hemos distanciado y es mejor así. Si bajo la guardia seré yo la afectada, me ha engañado, me mintió en la cara, me insultó, es obvio.
Llego a la cabaña que Lily comparte con Ruby, Lily es un caso, aveces duerme en el palacio otras veces acá y por hoy me siento feliz de que sea acá.
Me abre con una sonrisa y yo la abrazó enseguida. Cualquiera diría que rompo el protocolo de ser afectiva pero el protocolo me lo paso por el trasero.
—Cuéntame todo, no te dejes nada, me nutro del chisme—. Ambas entramos a la cabaña.
Doy una sonrisa viendo lo que preparo Lily, vino y muchas chucherías para comer.
—Antes que nada está Adonis aquí—. Le digo y ella no entiende.
—¿Qué Adonis? No recuerdo—. Dice ella sirviendo las copas de vino.
El Adonis que me gustaba atrás pero nunca hice nada, al cual rechacé.
—El de Atlantic, el príncipe griego, el que tomo mi lugar en la presidencia del consejo estudiantil—. Lily parece que se le vino todo como si fuera una película.
Tomo unos chocolates y ella deja la copa de vino a mi lado y ella mantiene la suya en sus manos. Siempre he dicho que Liliana siempre ha sido muy bella, al punto que puedes perderte en su piel, siempre se ha visto muy suave.
—Ya lo recordé. Todas querían con el, ponía temblar a media escuela, incluso la mayoría de nuestro circulo de amigas querían estar con el. Es un elfo. Su gran belleza parte de ahí, también esa hombría que te excita parte de que su padre es un pantera—. Hago una mueca al oír lo último que dijo.
—No estoy excitada—. Digo con sorna.
El sexo para mi es nada, puedo vivir perfectamente en el celibato. Para mi el sexo es una distracción que te quita el estrés, una liberación pero nada más. No lo veo como una necesidad.
—Cariño, tu carita es la de una gatita en celo que vio el gato que le gusta. Aparte tu y Horus, no tienen nada, no son nada y es natural que tu cuerpo te pida algo, que te palpite la vagina cuando lo veas—. Suelto una carcajada al oír eso.
Dios, Lily un día me va a matar con la cantidad de idiotes que puede soltar de su boca.
—Que vulgar eres Lily. Ya te dije, el sexo para mi no es nada. Es guapo, antes estaba bello, ahora es más varonil, derrocha masculinidad en cuanto lo ves pero nada más—. Digo recordando el como sus labios de presionaron contra mi mano derecha.
Observo mi mano por un momento y luego recuerdo los veces de Horsu, luego los de Liam, luego los de Lee Dong-Jung. Maldición.
—Te sigue atrayendo—. Lily me señala y sonríe con amplitud.
—Bueno ya, no hablemos de el por favor—. Le pido y le ruego porque no me interesa.
No me gusta Adonis, no lo hace. Estoy casada y no pienso jugar chueco, no me educaron para ser así.
Me gusto en su momento pero nada más. Y si digo que esta guapo no tiene nada de malo, no somos ciegos, la belleza siempre resalta en todo ser vivo y no hay que escandalizarse por eso.
—Vale—. Lily toma un brownie y comienza comerlo.
—Me siento mal conmigo misma ahora mismo. Enferma, esa es la palabra. Odio esto con todo mi ser—. El rostro de Horus viene a mi mente y me dan unas ganas de darle un par de bofetadas.
La habitación se hace más pequeña y eso que es una mansión esto, Lily le exigió a Horus que le diera una cabaña Royal.
—¿A qué te refieres? Habl...
—Me bese con Horus—. Digo rápido y Lily se mantiene seca.
Su rostro es como una piedra, no dice nada, no hace nada, no parece hacer algo ahora mismo. Cierra sus ojos y parece tomar paciencia, enciendo un cigarro, no cabe duda que tanto los juegos de amor como de pasiones es algo terrible para toda persona.
—Esta bien pendeja y es la verdad cariño. Pero ¿ella te besó? ¿Te forzó? —. Lily se pone alog violenta al preguntar eso.
Lily es la clase de amiga que te defendería de quien sea. Ella casi le da un sartenazo a Steven una vez, mi ex novio me tomo muy fuerte de mi brazo y no me soltó y Lily tomo el sarten y amenazo hasta con matarlo si no me soltaba y lo hizo.
Desde ese día Lily y Steven nunca se llevaron bien de nuevo. Tanto así que Steven me quiso obligar a terminar esa amistad lo cual lo mande a la verga, no es quien para prohibirme eso.
Pienso en las preguntas de Lily, aún siento los labios suaves de Horus, esos labios que besaban todo mi cuerpo con locura y pasión. El como sus manos esa noche me acariciaba con tanto deseo, esas manos que me desnudan y me tomaban mis mejillas.
Yo dejé que lo hiciera, deje que me abrazara, que me tocara, que pusiera sus labios sobre los míos. Yo di ese consentimiento, estoy segura que hubiéramos llegado a más de no ser porque recordé el infierno que me hizo vivir.
—No, no me forzó. Yo di el consentimiento de ello. Deje que me besara, deje hasta que me acariciara, deje que su cuerpo fuera una prisión del mío, deje que me abrazara, yo lo deje que hiciera de nuevo todo lo que me juré que no dejaría que sucediera—. Digo al borde de la histeria.
Mi voz apenas si fue un susurro lleno de dolor, me siento como esas mujeres que se enfrenten a un divorcio con años de matrimonio.
Que idiota fui, de verdad que lo fui. Pongo ambas manos en mi cabeza y niego con la cabeza tratando de sacar a Horus de mi cabeza.
—Yo te lo pregunté si estabas sintiendo algo por Horus y lo negaste con toda libertad Joss. Que gatita eres—. Dice Lily con seriedad.
Sabe que no estoy para sus bromas, no estoy para nada de ello. Ahora mismo no necesito más problemas como para agregarle la sátira de Lily.
—Lo sé pendeja, lo sé perfectamente muy bien que te lo negué. Pero joder, no voy a decir "estoy enculada de Horus" no mames, osea voy a ponerme la soga al cuello otra vez. Hasta parece que no aprendo—. Digo enojada pero conmigo misma.
Maldita Horus cara de... me da mucho enojo toda la mierda que me hizo. No se donde quedó mi dignidad, me doy asco como mujer.
—Ya lo dijiste—. Lily le da un trago al vino.
—Pasa que paso mucho tiempo con Horus y luego hace cosas lindas por mi que me hace que me gusta. Que este esa tensión, que haya ese vínculo, de tanto dormir a su lado está surgiendo efecto, eso pasa. Necesito que Horus me trate de la patada—. Tomo un trozo de pastel para comer y evitar mi ansiedad de tomar un cigarro.
¿Qué pasaría si le doy una oportunidad a Horus?
Será un desastre, yo soy muy desconfiada, si ya me lo hizo una vez, me lo haría una segunda, una tercera, una cuarta, una quinta, una sexta. La gente no aprende ni una mierda y me incluyo yo no aprendo que no debo de confiar en el lobo que me tiro la mordida.
—No. La gente que te puede tratar bien todo el tiempo y eso no genera lazos cariño. Y lo sabes bien, tu y Horus tienen un problema. Me duele decirlo pero no se como puedes convivir a veces con tanta naturalidad con la persona que te hizo mierda hasta el punto que te hizo odiar tu cuerpo, te lleno de inseguridades y que todavía tienes, puedo verlas. Te comparas hasta con la sirena que vino, con Curie, con toda mujer que aparece—. La voz de Lily sale tan comprensiva.
Tiene razón, no deseo ser tóxica, no deseo vivir con ese odio y discutiendo pero no al punto de llevar su anillo de matrimonio, no al punto de dormir en una cama, no al punto que estamos.
—Lo sé. Debí de haberme divorciado de Horus en el momento. Tal vez no sea tan tarde para pedírselo—. Me siento tan desdichada.
Lo digo y lo sostengo, Horus es como un niño chiquito quiere el juguete cuando no lo tiene y cuando lo tiene lo trata de la mierda.
—¿Y qué vas hacer luego? Los hombres de Horus te van a despreciar. Y lo peor de todo es que los necesitas. Pero tal vez no, con eso que ya tienes una familia de tu lado puedes recuperar tu legado familiar y adiós Valentini—. Tomo otro panecillo.
Yo era ten feliz con Horus, antes, he de admitir que a veces extraño lo que fue y añoro lo que pudo haber sido.
—Cuando Horus me engañó sentí que realmente yo no valía la pena. La gente se ríe, se burla, pero una infidelidad duele más que un golpe. El golpe se cura, pero la infidelidad es un fantasma dentro de ti, un núcleo de inseguridades y celos. No se que pasara Lily, no se absolutamente nada. Nunca te conté como estuvo ¿verdad? —. Digo recordando todo.
Es como si hubiera pasado ayer, como su hubiera pasado hace unos minutos.
Cuando te ponen cuernos, te vuelves insegura, te duele el alma, el cuerpo, te llenas de inseguridades y te preguntas ¿qué tiene ella que yo no tenga? Y luego la guerra de celos, de desconfianzas.
Yo si creo capaz a Horus de meterse con Curie. Cuando se encerraron en el despacho para hablar hasta conté el tiempo que tardaron hablando y comparé el tiempo que Horus y yo durabamos haciéndolo.
—No—. Susurra Liliana.
—Fue en el bautizo de mi hijo. En la noche, Horus dice que es trabajo, no le creí, traté de creerle. La señora Jessica me marca, me pide vernos. Me confirma mis sospechas, me da el numero del hotel, la tarjeta. Y encontré a Suzy en las piernas de Horus besándose. Ya lo después fue la ruptura. Agradezco a la señora Jessica por hacer lo que pocas madres hacen, me dijo la verdad. Y se lo agradezco, no merecía vivir creyendo en Horus, a veces siento que en eso Horus se parece a su padre. El señor Bruno que en paz descanse tuvo a varias amantes y Horus hizo lo mismo y se que lo hará de nuevo—. Mi rostro se hace triste.
Mis lagrimas bajan de manera lenta, unas lagrimas de despecho, de enojo, de ira, de temores, de inseguridades.
—Horus no te merece. Jamás lo ha hecho y jamás lo hará. No merece tus lagrimas, no merece ni que le hayas dado un hijo, no merece nada de ti—. Noto a Lily enojada pues sus palabras salieron con tanto desprecio.
Limpio mis lagrimas y me niego a llorar más. Apoyo mi cabeza en su hombro con delicadeza.
—¿Y si mejor nos casamos tu y yo? —. Le pregunto a Lily con una ligera sonrisa tonta.
Lily suelta una risa amable, mi mejor amiga. Lo que es Lily y mi padre jamas me fallaron, jamás me dejaron caer una sola vez.
Solo ellos dos, solo Lily y mi padre fueron constantes en mi vida al punto que verlos es una necesidad.
No hay día que vea una foto de papá y no hay día que no necesite mi mejor amiga.
—Casemonos. Seamos esposas, tu sabes que si. Tendremos una casa en Beverly Hills, voy a querer a Samuell como si fuera mi hijo. Tendremos dos perros y mi zorro, también una piscina enorme y seremos muy felices las dos juntas—. Me agrada mucho esa idea.
Cierro mis ojos con una sonrisa. Lily y yo pactamos un día que si llegamos a los 30 solteras ella y yo nos íbamos a casar. Es idiota, lo sé pero tenía sentido cuando lo pactamos.
—Nuestra luna de miel será Hawái, quiero una boda hermosa. Y mi vestido largo y hermoso—. Digo enseguida y nos sirvo lo poco del vino que queda. —Eres mi mejor amiga. Y te amo con todo mi ser.
—Yo te amo más. Ven aquí—. Ambas nos rodeamos un abrazo confortable. —Mira, sea lo que sea, decidas lo que decidas, yo te voy apoyar. Si no deseas volver con Horus, seré la primera en apoyarte y te contrato hasta abogado. Y si regresas con Horus te voy apoyar, solo que no te maltrate porque la mato, tomo algo de aconito y se lo meto por un lugar no tan grato. Y si te vuelve a fallar aquí estaré para ti. Pero si al final todo resulta para bien, que Horus cambie yo seré la primera en apoyar tu felicidad.
Ojalá todas las mujeres tengan una amiga como Lily. El solo tenerla me calma tanto.
Horus V.
No me siento a gusto, no me siento feliz, no me siento tranquila como quien diría. Tengo un sabor amargo en la boca, desde que paso lo que paso tengo meses sin dormir bien.
Observo al niño que está jugando en mi escritorio. Es un niño con tanta inocencia que se entretiene con lo que sea que le des.
Entra Zachary y Adele al despacho, Samuell se les queda viendo por un largo momento y luego regresa su mirada a un juguete que tenía ahí.
—No me agrada la presencia de Adonis aquí—. Digo enseguida.
La forma en la que me observo, la manera que le sonrió a Joselyn, esa forma de ser de el me inquieta mucho. Su carita de niño bueno me fastidia mucho.
—Horus nunca te ha agradado nadie que sea guapo y sea un rival en potencia. Tu y Adonis tienen su historia—. Dice Adele tomando asiento y carga a Samuell para jugar un poco.
Le hace una ligera cosquilla y el niño se ríe a pulmón entero.
Me recargo en la silla, yo y Adonis hemos competido más de una vez en algo. Como Ventura no tiene hijos, el emperador de los Elfos no ha encontrado a su pareja y no tiene hijos, su único heredero a su dinastía es Adonis. Hijo de su fallecida hermana y su cuñado también fallecido.
—No es eso. Solo que es extraño que venga el y no Ventura. Aparte Ventura quito su apoyo y viene Adonis, es raro—. Eterno no deja de gruñir dentro de mi.
Yo no me tranquilizo, no he llegado a dormir porque no se ni como hablarle a Joss de nuevo.
Y luego las putas cuevas, problemas en el río y todavía el fantasma de Lee me atormenta y me hace llenarme de una gran ira.
—Mi reina, yo vengo a darle noticias de las cuevas. Su esposa desea cambiar al supervisor y poner a su tío Miguel—. Zach habla y me toma desprevenida aquella información.
Eso sería muy riesgoso para Miguel, si yo tengo al pendejo de Pascal ahí no es por gusto. Es mi conejillo de indias en ese lugar, sería el primero en morir, Joss está arriesgando a perder a Miguel.
No se me notifico, no me gusta cuando Joss no me pide mi opinión en estos temas tan importante que pueden influir de gran manera en el reino.
—Okey. Ya te puedes retirar—. El asiente y me deja a solas con Adele.
Hay un tema que tengo que hablar pero no frente a mi tía. Es algo poco ético dado el parentesco pero a veces hacemos cosas terribles.
—Estas tensa. Desde ese día, ya ni sales, ni te interesa lo que le pasa a tu pueblo—. Me regaña mi tía pero yo no digo nada.
Me mantengo al margen de eso, se escucha feo pero nada que no se ganen a pulso. Estoy tan harta de vivir con ese señalamiento.
—Me puse a leer a Maquiavelo y creo que prefiero ser temida que ser amada—. Digo con desprecio.
Ya no me interesa ser aceptada por alguien.
—Te engañas a ti misma. Sabes que no es cierto, pero te dejaré creerlo. Y si te sigues comportando de esta manera fría perderás a Joss, te he visto interactuar con ella y eres terrible—. Adele deja a Samuell en el escritorio sentado y se marcha.
De no estar mi hijo hubiera partido en dos el puto escritorio. Todos se meten en mi vida opinando cosas que no le pido. A Joss la perdí hace mucho tiempo atrás.
[◇◇◇]
Me siento tan fuera de la atmósfera ahora mismo. Joselyn conversa tan bien con Adonis, que ni deseos de hablar tengo.
Adonis porta un saco rojo carmesí oscuro, camisa oscura debajo, un pantalón del mismo tono que el saco. Una sonrisa grata que porta ahora mismo.
—Veo que se conocen muy bien. Me pueden de decir de donde—. Tomo la palabra y corto algo de carne.
Adonis me observa como si nada y da una sonrisa mostrando sus dientes blancos y perfectos.
—Estudiamos juntos en el Atlantic. Pero yo iba cursando el último año y el apenas entraba a primero—. Dice Joss con una sonrisa alegre.
Esas sonrisas ni me las da a mi, suelto un suspiro amargo. Con razón, se me había olvidado que el estudiaba en el Atlantic.
Un colegio de niños ricos donde solo entran futuros herederos de una gran dinastía. Si entras ahí y te graduar de ahí tienes el poder asegurado.
Mamá una vez me dijo que me metiera a estudiar ahí. En el Atlantic pero lo rechace, no me interesaba convivir con humanos.
—Ella era la presidenta del consejo estudiantil. De hecho ella me cedió el puesto a mi, después yo fui el presidente de consejo estudiantil—. Adonis sonríe y se lleva algo de vino a la boca.
No puedo evitar sentirme algo irritada por todo esto. Yo y Adonis jamás nos hemos llevado bien y tenerlo aquí lo hace peor de lo que ya es.
—Y bien ¿qué te trae aquí? —. Basta de rodeos.
Se hace un silencio y Joss me ve con cierto reproche dada mi falta de tacto. Adonis y yo no nos llevamos bien y no me interesa en lo más minismo.
El elfo sonríe y su mirada se torna la de un guerrero fuerte, toma el cuchillo y corta de manera fina la pechuga.
—Vine hacer negocios que le pueden interesar a Joselyn—. Observo a mi esposa enseguida.
—Reina Luna—. Lo corrijo antes de que le tire el primer golpe.
—Yo le concedí el permiso para que me hable de tu. El no es ningún extraño ante mis ojos—. Joss y yo entramos en un duelo de miradas al vernos.
Prácticamente me mandó a la mierda ahora mismo. Adonis se mantiene serio y no quita la mirada de Joselyn.
—Entiendo. ¿Qué tipo de negocios? —. Le pregunto al elfo.
Tomo una postura intimidante al ver la postura coqueta de Adonis con mi esposa.
Aún sigue siendo extraño todo para mí. Hay cosas que no me quedan claras cuando le fui infiel a Joss, yo no quería hacerlo pero era una fuerza que me obligaba hasta discutir con Joss.
Adonis me reta pues el también se sienta como si fuera su palacio.
—Energías renovables. Apenas esta incursionando en ese ámbito pero necesita un impulsor, un socio y ese socio pienso ser yo. Aparte conozco este negocio mi familia se dedica a empresas sustentables —. Joss parece encantada con la idea de trabajar con el.
No puedo meterme, aunque lo desee y anhelo no puedo. La empresa es de Joss, la idea es de Joss.
—¿Tu tío sabe de esto? —. Ventura el elfo mayor es quien más me preocupa.
Ventura no es conocido por ser un hombre comprensible. Es muy orgulloso al punto de que si tiene un arma en la cabeza y le piden solo saludar, prefiere el balazo antes de ser cortés con alguien que no le agrada.
—No, pero yo soy muy independiente de mi padrino—. Chasqueo la lengua con una sonrisa.
Tío Ventura estará furioso de ver a su heredero ante los lobos nuevamente y menos sin su permiso.
—¿Qué es lo gracioso Horus? —. Me preguntan Joss con indiferencia.
—Que no veo futuro en su convenio. Ya que Ventura, el emperador de los Elfos está enemistado con la corona. Nos ve como sus enemigos y nosotros no lo somos pero si el lo desea—. Digo con frialdad dejando las emociones de lado.
Adonis capta la indirecta rápido y suelta una ligera sonrisa.
—Mi padrino tiene su carácter. Claro que lo tiene y más cuando hay vidas de por medio que murieron por una causa nula—. Adonis pierde el suelo pues se está enfureciendo.
—Cuidado Adonis. Es mi esposa, se hizo lo que se hizo porque secuestraron a Joss y a mi hijo, no es una causa nula—. Joss hace una mueca y Adonis se dio cuenta que la cago.
Los ojos de Adonis viajan a Joss y Joss aparta la vista. Sabe que la cago.
[◇◇◇]
Quito mi saco y lo lanzo al sofá con fuerza. Me siento tan estresada y enojada, tengo unas ganas de enormes de golpear algo.
—¿Aceptaras trabajar con Adonis? —. Le pregunto a Joss entrando al baño.
Ella enjuaga su boca con agua y deja el cepillo de dientes ahí.
Las dos parecemos extrañas ahora mismo desde que nos besamos las dos, estamos en ceros. Ni altas, ni bajas, solo neutral. Todo es frío.
—Mañana veré sus programas pero lo más probable es que si lo haga. Su familia está muy bien cimentada en estos negocios que ser socia de el sería un gran acierto—. Joss se acerca a mi y se cruza de brazos.
Empiezo a sentir un profundo deseo por ella, un profundo amor por ella. Ese amor oscuro que hay en mi.
—Bien. ¿Por qué deseas cambiar el supervisor Joss? —. No me responde porque Samuell se despierta y comienza a llorar.
Joss me aparta y yo la dejo avanzar. Toma al niño en brazos, es increíble que solo Joss lo toma en brazos y el deja de llorar. Siempre es así, solo lo toma en brazos y como por arte de magia el niño no tiene nada.
Samuell se talla sus ojos y luego se aferra a Joss.
—No me agrada la presencia de Pascal. Y mi tío es de más confianza que el, hable con mi tío. Dijo que el me ayudara en todo y que esta bien, que el se hace cargo—. La veo caminar y aparto la vista pues no puedo evitar notar su sensualidad.
Sus rastros felinos al andar.
—Lo tengo ahí por algo. El es como un chico expiatorio. Será el primero en morir en caso de problemas Joss. No metas a Miguel en eso—. Le aconsejo y espero que lo tome.
Tomo algo de ropa para darme una ducha que mi cuerpo necesita para relajarse.
—¿Dormiras aquí? —. Joss me pregunta antes de entrar al baño.
Volteo a verla.
—¿No puedo? —. Le cuestiono con acidez.
—Claro que puedes. Solo me tomo por sorpresa es todo—. Entro a la ducha enseguida.
Lleno la bañera con agua fría y me desnudo con rapidez.
Adonis Findel
No se cuanto llevamos yo y Joselyn hablando de negocios. Es un cerebro impresionante, sabe que el futuro son las energías renovables y entre más rápido se muden a esa nueva modalidad mejor.
Es una mujer muy hermosa, siempre lo dije. Y es que conozco a muchas, las mujeres elfas son preciosas al punto de comparación con la misma Afrodita.
—Todo va bien. Pero, primero enfócate en pequeños distritos, no comas al mundo entero. Porque impulsar las energías renovables es mucho dinero y mucho empeño—. La comienzo aconsejar.
Los países de primer mundo son una opción para cimentar ahí. Luego irnos mudando a países más bajos en pequeñas localidades con pequeñas cosas.
—Lo pensé pero me inquieta las empresas más grandes. Que vean debilidades—. Joselyn habla de manera severa y me gusta.
No toma riesgos sin estar segura. No da un paso sin estar asegurada de dos más.
—Convenios. Un convenio con Dynasty Rybak y Enterprises Findel—. Eso le puede ayudar abrir más fronteras y las grandes empresas no podrán intervenir.
—Mmm lo pensaré—. Doy una sonrisa.
Eso es bueno, la ve como una opción y la considera.
—Y dime ¿cómo te ha tratado la vida? —. Le pregunto con una sonrisa dejando el trabajo de lado.
Quiero ponerme al corriente con los detalles de su vida. Me hubiera gustado en el pasado mínimo ser amigo suyo, era un conocido y todavía pero nunca su amigo.
Nunca me dejo acercarme, ella y su grupo de amigas eran las inalcanzables para nosotros. Y yo era de nuevo ingreso.
—Mi vida es muy pública. Fui secuestrada, yo y mi hijo, soy reina, soy esposa y soy madre—. Hago una mueca.
Veo sus ojos, noto infelicidad en su rostro. No soy idiota, no es feliz a lado de Horus, no he visto aún al bebé y como es con el pero con Horus, aparentan ser enamoradas pero no me lo creo. Noto ese hielo que hay. La falta de deseo, de amor, de ternura y de pasión hay en esa relación.
—Lo que dije en la cena no es cierto. Lamento si te hice sentir mal, la causa no era nula. Pero me deje cegar por el enojo, yo y la reina Alfa nunca nos llevamos bien. De hecho yo también lo hubiera hecho—. Se produce un silencio entre los dos y no puedo evitar ver sus labios.
Sus ojos, su piel expuesta, su cabello que cae por sus hombros, huele a fresas, como en el colegio. Ella era quien desprendía el mejor olor, tenía esa belleza sin igual. Y por el Creador que su inteligencia me fascinaba.
—No te disculpes. No hiciste nada malo. Cualquiera en tu lugar, como representante de tu especie se enojaria al ser usado así. Yo no quería Adonis, te lo juro por mi padre que lo amo tanto que yo no quería una guerra, la evite a toda costa, lamento mucho cada muerte que se hizo en mi nombre y en el nombre de mi hijo—. Su rostro se hace dolor absoluto y culpa que carga en su interior se hace presente.
Me causa cierto dolor verla así, no merece cargar con algo del cual no tiene la culpa y menos un bebé. El príncipe tiene un año si no me equivoco.
—No te disculpes. Y no te sientas mal. La guerra no fue tu culpa, todos hubiéramos hecho lo mismo en el lugar de Horus. Si tu fueras mi amada y Sam mi hijo, de yo estar en el lugar de Horus, los hubiera matado a todos—. Digo con firmeza viendo sus ojos y doy una ligera sonrisa.
Mi padrino estará enojado, furioso, ardiendo en rabia de saber que estoy aquí pero no me arrepiento.
—Créeme tus palabras no son un consuelo—. Se ríe y se levanta para servirse un whisky.
Yo me levanto para caminar a su lado, ella me sirve uno y yo lo tomo.
—No pretendía consolarte. Pretendía que entendieras que la guerra era necesaria para tu recuperación y la de Sam. Príncipe, una disculpa—. Digo enseguida.
Con eso de los títulos no se juegan, si los reyes sienten que los insultas pueden cortarte la lengua. Ya ha pasado en el pasado, Astorias mando hacer una pared de lenguas cortadas, por todos los que le dijeron "Astorias" en vez de rey.
—Tal vez. Pero yo nunca estuve a favor de ella. Parece que no, pero yo evito los problemas la mayor parte del tiempo pero siempre vienen a mi, es como si me buscarán. Y deseo ser más fuerte pero siento que haga lo que haga no lo soy—. Las personas que más se dicen que son débiles resultan ser las más fuertes.
—Eso no es así y lo sabes. ¿Entrenas? Antes, bueno estabas empezando las artes marciales, luego las dejaste—. Le doy un trago a mi whisky.
Ella hacía todos los deportes sin problemas. Resaltó en natación, equitación, atletismo y más. La miraba practicar a veces, también estuvo en clases de poesía, canto, escritura, no había algo que no le saliera bien. Eso era lo que admiraba pero también admiré su dolor, en su último año ella se apagó de golpe.
Intente ser su amigo pero ella tenía una manera muy sutil de mandarte por un tubo. Era amable, no te hablaba más que lo necesario en el momento preciso.
—Estaba. Pero lo deje, me concentre en otras cosas que deseaba hacer. Y ahora me arrepiento, mi tío me tomo como su pupila, el dice que voy bien y aprendo rápido pero quiero más—. Su voz es la misma de antes.
Su voz es fría, es dura pero aún así se siente como una caricia.
—Yo te puedo ayudar. Si no fuera por Horus yo hubiera sido el mejor de la generación—. No puedo evitar que eso sonara con cierto desprecio.
Perdí ante Horus y desde ahí empezó nuestra enemistad. Luego nos gustaban las mismas chicas y eso nos hacía rabiar aún más pero yo tenía gustos más finos. Horus no.
—¿A qué te refieres? —. Tiene mucha curiosidad y eso me interesa.
—Voy a saciar tu curiosidad, solo si me acompañas mañana hacer equitación temprano. Prometo contarte todo lo que tu quieras ¿aún montas? —. Doy una sonrisa y Joselyn se ríe.
Niega con la cabeza, noto sus mejillas suaves y no me contengo cuando paso un dedo por ellas. Joss me observa con algo de confusión.
Su rostro queda tan cercas del mío, desde joven siempre tan hermosa.
—¿Qué? —. Me pregunta ella y su aliento choca contra el mío.
Sus ojos verdes son hermosos, me recuerdan a los bosques. Bosques profundos y llenos de belleza.
—Quería comprobar el porque de tu apodo, cachetitos de manzana—. Sus mejillas son suaves, sus cachetes están suaves y muy lindos.
Lily siempre tiraba de sus cachetes antes, me causaba ternura. Ahora puedo comprobar que realmente son así como decían.
—¿Y? —. Me pregunta ella y toma mi mano para apartarla con gentileza pero sus dedos no se despegan de los míos.
Las yemas de sus dedos son suaves, siento y tengo el presentimiento que su piel es muy suave.
—Presiento que no solo la piel de tus cachetes es hermosa. Bien merecido te tienes el apodo—. Joss aparta su mano de las mías y ella avanza para apartarse un poco.
Decido no avanzar y no continuar. No es bueno presionar.
—La respuesta a tu pregunta. No creo que pueda acompañarte hacer equitación, yo tengo mi hogar y una reputación que salvar, no es bueno que una mujer como yo salga con soltero como tu—. Dice ella sin verme y se que le molesta eso.
Bajo la mirada un momento y puedo sentir, esa tristeza que carga. Decido avanzar a ella.
—Tienes razón. Pero puedes llevarte un colado—. Voltea a verme enseguida y lo considera.
Da una ligera sonrisa, esa frialdad que tenía se cae. Sus ojos brillan y eso me pone feliz.
Se que le gusta la equitación y mucho ya que es algo que le recuerda a su padre. Lo dijo en una entrevista, siempre ha visto el montar como parte de ella. Tengo entendido que tienen muchos caballos y ganado.
—Acepto. Pero mañana primero vamos entrenar a las seis en punto ¿qué dices? ¿Me muestras tus habilidades? —. Yo a ella le muestro lo que ella quiera.
—Acepto.
[◇◇◇]
Pascal viene y me da un ligero apretón de manos.
—Hola ¿cómo estás? Apenas pude venir, tengo mucho trabajo—. Dice con fastidio.
Yo me mantengo neutro, nunca fui amigo de Pascal. Vine por Joss y por el negocio de las energías renovables.
Quiero hacer tratos con Dynasty Rybak. Y tengo mucho tiempo atrás deseando ver a Joselyn y con lo que hizo mi tío de no doblar la rodillas y dar la espalda a la corona menos probabilidades de verla. Pero ahora hay una excusa perfecta.
Soy joven y ella un poco mayor. Pero aún así quiero verla un poco más.
—Bien. Estoy bien—. Susurro y enciendo un cigarro. —¿Y tú?
Pascal saca un whisky y comienza a beber de la botella. Noto el estrés que carga, alzo la vista a los ventanales, la persona que está ahí es quien me roba la mirada enseguida al verla tan hermosa, parece un templo a la belleza y sensualidad.
Esta Joselyn ahí con un vestido pegado a ella y doy una sonrisa sabiendo que la puede ver.
—Cuidado con lo que hagas, se te olvida que el lobo está en el nido—. Se ríe Pascal y observo a donde el ve.
Horus está en otra ventana con un rostro cruel, podría jurar que ahora mismo gruñe y desea saltar sobre mi.
Levanto la mirada al Sol, no comprendo el motivo del porque entregan a princesas como Joss a villanos terribles como Horus.
—Vamos—. Me levanto para alejarme del palacio y ir con Pascal.
Si Horus desencadenó una guerra por ti por hacerte su esposa. Yo desatare el infierno.
Sarah E.
Entro de puntitas y sin soltar olor. No se que desea Pascal de aquí, maldición, es el laboratorio de Gaspar, busco con la mirada lo que me ordeno.
Dijo una caja, una caja como oro o algo así. Me detengo al ver una en especial, es esa, esta como un especie de circulo de sal. Los magos y sus cosas raras la tomo entre mis manos, no tiene nada de especial.
Parece que no la hab abierto, me dijo que viera que es, decido abrirla y saco mi celular para tomarle una foto. Toso enseguida, que peste. Luna que horror.
Hay un muñeco, pero nada más. Le tomo una foto enseguida y lo dejo tomo como estaba. Antes de salir me sentí observada, escucho un ligero susurro.
Volteo. Nada, es mi imaginación. Es hora de salir.
Nota de autora: nuevo capítulo, no se olviden de darle amor.💗💗
Los amo con todo mi ser.
Amo Adonis, Adonis ven a mi, te amo.
Adonis vs Horus vs Lee Dong-Jung
La soltera número uno, tiene unos cuantos traumas, es la reina de todo un continente, dueña de ejércitos, portadora de una bestia, ama la carne con todo su ser. Mascota preferida los conejos, tiene cuatros padres, dos papás y dos mamás, dos de ellos son dos astros y dioses imperiales. Los otros dos son lobos alfas, un hermano menor llamado Samuell. Ama a su familia más que a nada, da la vida de ser necesario y hace lo indispensable por tu seguridad. Hace la guerra por ti beibi.
Se dejó engañar como una idiota por Freya con sus brebajes y eso hizo que engañara a su amada. Puede ser una bruta la mayor parte del tiempo.
Frase favorita: "Nadie toca a mi nido".
Instinto protector: 100%
Les presentamos a Horus
El soltero número dos, tenemos a un médico titulado y amante de los animales. Un demonio huérfano siendo educado en un orfanato católico. Siendo pupilo de Freya y protegido de la matriarca. Bonitos sentimientos, bonita cara y bonita forma de ser para ser un demonio.
Capaz de incendiar todo un estadio por ti beibi.
Dejarse manipular por Freya para casi matar a Horus uno de sus peores errores y le ha salido caro
Instinto protector: 99%
Frase favorita: yo soy mejor ese Alfa.
Les presentamos a Lee Dong Jung.
El soltero número tres, un nuevo integrante que es un viejo conocido de Joselyn. Un hombre heredero a la dinastía Findel, un futuro emperador. Hijo huérfano, siendo adoptado por su padrino, un hombre elfo con la magia a su favor y una gran agilidad.
Instinto protector: 87%
Frase favorita: presiento que no solo la piel de tus cachetes es hermosa.
Les presentamos a Adonis Findel
Hay para llevar aquí.
¿Quien fuera Joss?
Tiene un lobo, un demonio y un elfo.
Los amo.