-GABRIEL!-Yo sentí que el mundo debajo de mis pies se derrumbaba en cámara lenta. Fue alzar la vista para controlar a mis residentes y ver a Gabriel en el punto más alejado de mi que le permitía el perímetro donde estábamos trabajando. había estado haciendo eso toda la maldita noche, incluso después de que les grité que no se apartaran, el sitio era un maldito campo minado pero el me seguía evitando y en su afán por hacerlo se había metido debajo de ese edificio, exactamente lo que los bomberos dijeron que no hicieramos, se suponía que nos mantuvimos lejos de las construcciones inestables, lo que allí eran todas. En lo que había ido de la noche yo había tenido que asistir a dos bomberos que terminaron heridos por ayudar a sacar cuerpos. uno había muerto en un derrumbe. Todo parecía hecho de inestable papel, una ficha mal sacada en el jenga y se caía.
yo vi el momento en el que todo se caía sobre Gabriel y el alma se me cayó al piso. Fueron segundos, malditos segundos. yo no pensé antes de moverme sobre el derrumbe.
-Gabriel, maldita sea, Gabriel.-lo llamé sintiendo el polvo pegarse a mi rostro. alguien gritó, creo que la chica Thomas, se habían hecho bastante cercanos, los había visto cuchicheando varias veces.
yo ni siquiera estaba pensando lo que hacía, solo tomé un bloque de escombro e intenté apartarlo de allí, era estupido, en realidad no servía de nada, pero yo necesitaba hacer algo.-¡Gabriel!
nada.
yo no estaba seguro de lo que pasaba a mi alrededor estaba entrando en panico, en una horrible visión de tunel donde al final solo estaba la imagen del niño muerto por kilos de escombros. Era demasiado joven, el enrealidad lo era, solo no...
-Aquí, estamos bien.-Escuché su voz, había dolor en ella, pero estaba vivo.
-Jesus Gabriel.-me quejé acercando mi rostro al montículo, no podía verlo.
-¿Dr. Jones?
-sí, soy yo, ¿cómo estás? ¿Cuál es la historia?
-La niña está bien, está asustada, pero la tengo.-Dijo y yo podía oir el sollozo quedo de quien está acostumbrado a llorar en silencio, yo no quería descubrir por que la niña lloraba de esa forma, pero en estos momentos hubiera sido peor que se desesperara. -hay una viga sobre nosotros, está conteniendo el peso. no se cuanto tiempo resista.
-mierda.-Alcé mi vista encontrando la cara preocupada de uno de los rescatistas.
-No te muevas.
-no puedo, mi pierna está atrapada.
-bien, te sacaremos ¿estás sangrando? ¿dime cómo estás?
-no lo creo, no lo sé, tal vez mi pierna, no puedo moverla, y creo ...-Sentí un gemido adolorido y fue como si el dolor me estuviera golpeando a mi en ese momento.-Creo que me disloqué el hombro.-Entonces el hizo una admisión, una que me rompió el maldito corazón en mil pedazos.-Tengo mucho miedo. no quiero mo...
-No lo digas gabriel te lo estoy ordenando y soy tu jefe.
-si la viga sede...
-no lo hará, Gabriel.-dije intentando mostrarme seguro, pero lo cierto es que no había nada que yo pudiera asegurarle en ese momento. pero admitirme a mí mismo que estaba aterrado no hubiera sumado más que pánico a la ecuación.
-quiero llamar a mi mamá, por favor. --Miré al bombero el tipo asintió eso era una mala señal .
no, me negaba a la posibilidad de que gabriel no saliera de allí. yo no iba a aceptarlo.
-Vas a llamar a tu mamá, vas a hacerlo, cuando te saquemos de ahi.
-Por favor...
-no.no, no digas una sola palabra más, no vas a despedirte, no así, hay un maldito montón de personas aquí para ayudarte, te sacaremos. ¿si? Voy a sacarte de ahí gabriel -Dije miré al bombero que estaba a cargo.-Saquenlo de ahi. - y no pude evitar añadir un.-Por favor.-No sé que cara tenía en ese momento pero debió delatarme, porque el hombre apretó mi hombro.
-Lo sacaremos de ahi, dr.-Dijo.-volverá con usted.
yo asentí, ni siquiera me importaba lo obvio que pude ser en ese momento, no me importaba que todo el maldito planeta se enterara de lo mio con Gabriel. Cargaría luego con las consecuencias, en ese momento yo solo quería a Gabriel de vuelta conmigo.
Fueron minutos eternos, en realidad yo era lo suficientemente conciente de que no podía concentrarme en ayudar a nadie más en ese momento. Había hecho lo que podía, pero ahora solo podía pensar en gabriel, en el miedo en su voz.
-Estará bien.-Giré mi rostro siguiendo la voz de Cass, su rostro serio. Cali y Cass se habían quedado cerca alrededor. No pude obligarlos a volver al trabajo, claramente su cabeza estaba en su amigo.
Asentí. Mi relación con Cass era estrictamente profesional, en realidad él no me agradaba y yo tampoco le agradaba a él, había demasiadas asperezas que limar, y ninguno de los dos quería hacerlo, en realidad yo no había querido que quedara a mi cargo, pero tampoco iba a castigarlo por acostarse con Romeo, asi que lo acepté luego de que fuera eso o quedar fuera del programa de residencias, yo podía separar una cosa de otra, pero en este momento me sentía demasiado sensible para tirar de la cuerda.
maldita sea. Gabriel tenía que estar bien, era un buen chico, con una familia que lo amaba, lo había visto ese dia, su madre en realidad lo adoraba, esa clase de chicos no podía morirse asi de joven, no ayudando a otros, me negaba profundamente a creerlo. si existía algún tipo de justicia divina, entonces esa maldita viga resistiría el tiempo suficiente para que lo sacaran de allí.
Yo recé, en realidad, dios y yo nunca nos encontramos en buenos términos, pero juré y recé y pedí a cada dios y deidad que conocía en las siguientes 2 hs, porque no se estuviera muriendo desangrado mientras quitaban los escombros suficientes para hacer un hueco.
La primera en salir fue la niña, fue un alivio, pero en realidad no sentí que el alma me volvía al cuerpo hasta que Gabriel no salió del hueco, estaba cojeando, tenía un corte y sujetaba su brazo dañado con el bueno. Yo corrí hasta él y lo examiné de pies a cabeza.
-Estoy bien.-Repetía él pero lo ignoré.
-¿tu cabeza? ¿te la golpeaste?
-no, estoy bien.-El detuvo mi mano antes de que siguiera inspeccionandolo. Lo observé un segundo a los ojos, el me mantuvo la mirada.-Estoy bien.
-De acuerdo. -- Di un paso atrás.-Recoge tus cosas y vete a casa.
-Aun puedo ayudar, hay muchos pacientes.-El lanzó una rápida mirada pero lo detuve.
-Estas fuera.
-¿que quieres decir?
-Estás fuera del programa, Gabriel. Estás despedido.
Gabriel abrió su boca para protestar, no se que vió en mi rostro pero volvió a cerrarla. Entonces se puso de pie aún cojeando pasó por mi lado dandome un empujón en mi hombro con el suyo sano.
Lo dejé, dejé que se fuera se fuera molesto. Pero era lo mejor para ambos.
No podía tener un doctor que no me hiciera caso, yo no podía ser tu jefe si él no separaba lo personal de lo profesional.
había sido una noche dura, cuando amaneció yo ni siquiera podía creer que habían pasado más de 12 hs. Estaba agotado, el equipo volvió al hospital en algún momento para atender a los trasladados, y cuando el turno se terminó yo volví a casa después de pasar a visitar a Eric, el panorama de su esposo no era muy alentador. en realidad.
Cuando llegué al departamento me encontré con Romeo despierto, estaba leyendo las noticias en su tablet, había café y masas en la mesa de café frente al televisor y la escena era tan tentadoramente adorable que me dejé caer en el sillón a su lado. Él separó sus piernas y me abrazó con ellas acariciando mi cabello, yo dejé que me sujetara, porque en ese momento, era todo lo que tenía y estaba agotado física y mentalmente.
-¿cómo fue?-Preguntó en un susurro, habíamos iniciado terapia de pareja, fue recomendación de mi terapeuta, yo no había dicho mucho sobre mis problemas con Romeo, no me gustaba hablar de ello, en realidad evitaba por completo el tema, pero ella pareció darse cuenta que algo estaba mal allí, solo que ella no podía tratarnos por separado a ambos por lo que nos envió con una jovencita con rostro de duende que parecía haberse recibido el dia anterior.
Romeo al principio había discutido conmigo, sobre que no necesitabamos ayuda, pero al final aceptó "por mi" yo quise decirle que si yo necesitaba ayuda era porque el tambien estaba arruinando nuestro matrimonio, pero no discutí, acepté como una victoria el que me acompañara. Uno de los ejercicios que nos dio la muchacha era este, preguntarnos por nuestro dia a dia. se suponía que debíamos responder honestamente y siempre comenzar con un "yo siento" decir que todo estaba bien estaba prohibido al menos que pudieras justificarlo, se sentía casi como un jodido examen con altas probabilidades de ser reprobado cada vez que estábamos juntos en el sofá de su consultorio. En realidad yo odiaba estar allí.
-Escuché lo de chinatown, salió en todas las noticias.
-Fue duro. Yo... Me siento agotado.-admití- El esposo de Eric no despierta y despedí a uno de mis residentes.
-¿cual ? ¿quieres hablar de ello?
-no quiero.-Admití. la sinceridad, había dicho que era importante decir como nos sentiamos.-pero fue a Gabriel.
-Está bien.-él acarició mi cabello.-despediré a Noha-Noha era el muchachito del trabajo con el que se había estado acostando.
-No lo hice por nosotros, no tienes que hacerlo.
-lo sé, pero quiero hacerlo por ti.-El besó mi frente.-Sabes que haría cualquier cosa por ti.
Quise volver a insistir que no era necesario, en realidad, que no lo estaba haciendo por mi, si lo hacía no era por mi, pero estaba demasiado agotado, mis párpados se sentían demasiado pesados, y simplemente yo me dormí en sus brazos.
al dia siguiente y con más calma decidí darle a gabriel la oportunidad de pedir un traslado, era mejor para su curriculum que renunciar o ser despedido
-Te recomendaré.-Le dije cuando él me dejó su solicitud para el memorial, no era un mal hospital, tampoco uno tan bueno, sus ojos marrones estaban fijos en mi-Lo siento.
-también yo.-dijo
El lamento haberme involucrado contigo, estaba implícito, en realidad yo podía oírlo diciendo "lamento el día que te conocí incluso sin palabras"
-Realmente lo siento.
El solo asintió y se fue. No volví a saber de él en varios meses ¿de acuerdo pero eso no significó que yo hubiera dejado de pensar en él. Estaba solo, muy solo, Eric se había ido con su esposo después de que se recuperara lo suficiente para ser trasladado.
Sabía que estaba bien, de hecho, a veces hablabamos, pero aun no conseguíamos limar esa aspereza incomoda entre nosotros. Éric estaba agradecido por que no me hubiera rendido con Jesse, yo lo sabía, pero aun se sentía incómodo conmigo. Tal vez era bueno para él apartarse de todo un tiempo.
Después del accidente yo me había dado cuenta que él estaba fuera de mi liga, el ya no me quería, no me amaba al menos ¿de acuerdo? Edd seguía sin hablarme. había pasado casi un año de que no me perdonaba, de hecho no me había dejado conocer a mi sobrina, sabía por monica que se llamaba Ainsley, tenía un par de meses, por el instagram de Amanda vi un par de fotos, era una cosita preciosa y rubia, como sus padres.
Will me llamó cuando se publicó su primer foto.
-¿Crees que hubieran sido como ella?-Fue lo primero que me dijo. Yo no necesitaba saber a que se refería. Después que le dieron el alta ella solo se había ido y retomado su vida como si sus bebés no hubieran significado nada para ella. Yo sabía que mentía, en eso Will y yo eramos expertos
.
-yo.-jugueteé con mi móvil en mi oreja.-en realidad no pude ir a verla.
De hecho su padre no quería que Ains supiera nada de mi, me lo había dejado claro cuando intenté llevarle un peluche de bienvenida al mundo. él peluche ahora era de Eddy.
-Lo siento.
-no puede odiarme para siempre.-Le dije y esperaba que no lo hicera, joder. No podía creer que él aún no lo superara.
-Extraño cuando éramos niños.-Suspiró Will.
-Lo sé.-Y en realidad lo entendía.
Estábamos rotos, la panda que alguna vez fuimos se había desintegrado, cada cual había hecho su vida y todo por enamorarnos de las personas equivocadas. Will y yo no intercambiamos mucho más esa noche, los dos sabíamos la verdad, éramos un grupo de amigos que se había desintegrado, en realidad en esos momentos no quedaba nada.
en realidad en esos momentos yo estaba completamente solo.
Hello mis amores, como están? Los amodoro