Eran las siete de la mañana, Lee MinHo no había podido dormir en toda la noche y a pesar de eso no se sentía cansado, estaba más que listo a primer hora de la mañana.
Vestía un kimono de color verde militar, una playera blanca algo larga y sus pantalones desgastados.
Suspiró algo frustrado, tan temprano y ya estaba con el Jesús en la boca.
Tomó de nuevo aquel celular y llamó una vez más al número de Christopher, tenía esperanzas de que esta vez contestara.
Uno, dos, tres y la contestadora de voz sonó.
—¡Maldita sea Chris! –gritó enojado y lanzó aquel teléfono al piso ocasionando que se rompiera en varios pedazos.
Gran error.
Gruñó en voz alta y caminó hasta su almacén, abrio la pequeña puerta, sacó dos armas y un pequeño cuchillo que él mismo había tallado.
Volvió su vista al frente y siguió su camino, estaba decidido a salir en busca de sus amigos, no sabía nada de ellos en muchas horas y estaba de los nervios.
Si los encontraban a ellos, lo encontraban a él.
Caminó a paso rápido queriendo salir de ahí lo más pronto posible, de pronto la puerta principal se abrió dejando ver a los tres individuos, cada uno de sus amigos cada lado de JeongIn, lo sostenían pues aún sus heridas seguían sin sanar.
Respiró aliviado viendo a sus compañeros aún con vida.
Christopher estaba enojado, su rostro reflejaba una frustración enorme, sin embargo la cara de ChangBin reflejaba tristeza, una tristeza inmensa. Ahí supo que algo no andaba bien.
—¿Q-qué paso? –preguntó MinHo confundido y temiendo por la respuesta que recibiría.
—Tenemos que matarlo –habló el moreno.
MinHo no comprendía el porque, la situación lo sacaba de sus casillas.
—¿A quién?
—A éste maldito policía.
—¡No! Primero tendrás que matarme a mí –demandó ChangBin enojado.
MinHo negó sin entender nada de lo que su amigo le decía, escuchó unos pequeños y apurados pasos llegar hasta ellos, era HyunJin.
El menor se asustó tanto al ver a su compañero de la CIA casi muerto.
Corrió hasta llegar cerca de él, ChangBin y Christopher vieron al otro policía intacto.
—Espera Lee –dijo Christopher—. ¿Sigue vivo? –preguntó sin entender.
—¿Qué mierda esta pasando? –preguntó ChangBin algo conmocionado—. Si HyunJin sigue vivo, entonces JeongIn seguirá vivo, nadie lo matará.
—¿Qué? ¿matarlo? –preguntó HyunJin de golpe y sorprendido por lo que acababa de escuchar.
—Haber, nadie matará a nadie de acuerdo –dijo MinHo—. Ahora pueden explicarme que paso.
Christopher suspiró enojado.
—JeongIn tiene un rastreador justo en donde está la herida, una de dos, o lo matamos o nos matan.
MinHo bufó enojado al igual que su amigo.
—Llamaré a SeungMin.
ChangBin sonrió contento.
—¡Sí! Gracias Min.
Lee le sonrió a fuerzas, sin embargo no estaba tan convencido de todo esto, un rastreador siendo bloqueado por la herida, en cuanto la presión que tiene gracias al pañuelo sea quitada, la CIA tendrá de 10 a 5 segundos para localizarlos y debido a la distancia tardarían menos de quince minutos en llegar.
MinHo no sabía que hacer, SeungMin era listo, podía bloquear la señal en menos de dos segundos y salvar a JeongIn, pero no estaba tan seguro sobre si eso saldría a la perfección.
La alarma roja sonó por todo el cuartel de Lee Know, todos abandonaron sus respectivos puestos, las compuertas de la zona se cerraron automáticamente a excepción de la puerta principal.
—No estoy muy seguro de esto, MinHo.
—Claro que lo estás SeungMin, sólo hazlo –dijo el mayor algo frustrado.
—Mira Lee, sino puedo hacerlo toma en cuenta que estás acabado –dijo el pelirrojo.
—Mierda serán los quince minutos suficientes para salir de aquí –dijo MinHo y acto seguido le entrego un arma a SeungMin.
—¿Qué es esto? –dijo sin entender la situación.
—Un pene –contestó MinHo con sarcasmo a la pregunta tan estúpida de SeungMin.
—¡Ya sé que es un arma! Me refiero al porque me la das.
—Amigo mío, eres parte de nosotros ahora –dijo Lee tocando su hombro y dándole una sonrisita.
—¡¿Que?! No, no, no –dijo de manera alterada—. Yo dejé esto hace mucho tiempo.
—Eres el mejor puto doctor que tenemos, evidentemente vendrás con nosotros –contestó MinHo–. Ahora por favor, vamos con el policía.
Cuando estuvieron todos dentro de aquella pequeña habitación en la que estaba recostado el policía sólo se detuvieron a estar alerta.
Sabían que el plan de MinHo podría o no funcionar, así que tenían que estar al tanto.
SeungMin se dedicó a curar primero las otras heridas del menor, dejaría la más peligrosa para el final.
—Hyung –susurró HyunJin cerca de su oído, el mayor hizo una señal de que lo escuchaba—. ¿Qué pasa si esto no funciona?
—Tendremos que huir.
HyunJin lo miró un poco triste, el no quería que su Hyung se pasara toda la vida huyendo de la CIA, pero era evidente que si se entregaba pasaría el resto de su vida en una celda puesto que ni la condena de treinta años era suficiente.
Le dolía no poder ayudarlo, pero no tenía mucho que aportarle.
El mayor notó la tristeza del pequeño que tenía a su lado.
—Hey, tranquilo –dijo tratando de sonreír para HyunJin—.Tú vendrás conmigo ¿de acuerdo?
El menor no lo pensó mucho y asintió.
—Bien, quiero que por favor dos personas agarren del cuerpo de este niño, le dolerá mucho lo que haré y no quiero que se mueva porque puede salir mal –pidió el pelirrojo, MinHo y Christopher fueron los primeros en levantarse, ChangBin sin pensarlo mucho enredó su pequeño cuerpo en el brazo de HyunJin, estaba asustado y el policía pudo notarlo.
—Estará bien –dijo HyunJin tratando de tranquilizarlo.
—Tengo miedo, no quiero que nada le pase –dijo ChangBin con un brillo en los ojos.
HyunJin sonrió algo feliz, se había escuchado muy sincero.
—Bien, sostengánlo mientras quito el pañuelo –dijo y por impulso se persigno antes de quitarlo, Christopher y MinHo soltaron una risita.
El pelirrojo estaba nervioso, no quería fracasar en esto puesto que la vida de sus amigos y la de él estaban en juego. Quitó unas cuantas gotas de sudor y por impulso quito rápidamente el pañuelo, el dolor se hizo presente de nuevo en aquella herida de la cual ahora salía más sangre que antes.
JeongIn trató de no moverse tanto, pero su cuerpo no lo obedecía, el ardor y sentir como toda la sangre salía de su brazo izquierdo dolía mucho.
Dos segundos pasaron para que la computadora principal de la CIA se prendiera en un codigo rojo y las letras “GPS JI Activado” se hicieran visibles ante los ojos de todos en aquel edificio.
—¡Señor Félix! ¡El rastreador del policía JeongIn se activo! –gritó rápidamente uno de los chicos, todos se pusieron alerta buscando en sus computadoras y justo cuando aquel chico hizo click en ver ubicación su computadora marco error.
Sólo bastó un segundo para que SeungMin bloqueara aquel rastreador, rápidamente lo quitó y lo tiró para después presionar la herida de nuevo tratando de tranquilizar la presión que tenía, metió las dos agujas que tenía para detener un poco la sangre, curo un poco más la herida tratando de cocer y hechando un poco de anestesia.
JeongIn no dejó de gritar en ningún momento, pues claramente le había dolido como el infierno.
ChangBin suspiró aliviado dejándose caer al piso, estaba a salvo, su lindo zorrito estaba a salvo.
HyunJin sonrió feliz, JeongIn estaba bien, tenía miedo de que algo le pasara puesto que era su mejor amigo y compañero de trabajo. Habían convivido lo suficiente y era evidente que tenían una apegada amistad.
—Excelente, SeungMin me impresionas –dijo Christopher.
—Si bueno, ahora que nadie corre peligró volveré a casa –dijo entregándole el arma a MinHo.
—SeungMin...–dijo el mayor—, por favor ven con nosotros.
MinHo asintió dándole la razón, era cierto, su amigo y ahora doctor especialista, había sido uno de los grandes en su tiempo, a pesar de que es una persona muy joven, SeungMin había comenzado con su "mala vida" desde los trece años.
Sin duda era el mejor, no sólo con las armas pequeñas, sino siendo un gran francotirador.
—Por cierto, el pobre debe descansar ya fue mucho para él.
—Por favor, quédate –insistió de nuevo MinHo—. Algo más puede pasar y es más que obvio que necesitaremos de ti.
SeungMin sonrió con orgullo, vio la mirada de suplica en MinHo y supo que no podía dar un no por respuesta. MinHo siempre fue un buen chico con él y sabía cuando necesitaba ayuda, así que sin pensarlo mucho esta vez asintió.
—Bueno, pero déjenme fuera de sus planes de matar –comentó el pelirrojo.
—¿Que cojones has dicho? –preguntó—. Me estás diciendo que ahora tu plan es tener a HyunJin y huir para que la policía no los encuentre.
—Algo así.
—¡¿Y que mierda quieres que haga?! –gritó MinHo sintiendo que la cabeza le explotaba.
—¡No lo sé! Pero en definitiva ese plan suena estúpido.
—Chris... de verdad no sé que hacer, no quiero perderlo.
Christopher lo golpeó en la cabeza haciendo que el pálido se enojara más.
—No hagas nada ¿fácil no? sólo sigue con el plan de JungWoo y listo, una vez que eso pase pueden ir a donde quieran, pero si JungWoo se entera claramente nos querrá matar.
El rubio asintió dandole la razón.
—Creo que lo mejor será ir a dormir ¿sabes cuantas noches he pasado despierto? –dijo MinHo.
Ambos chicos rieron, caminaron unos cuantos pasos para llegar cada quien a su respectiva habitación.
Sin embargo el rubio paró en seco, miro a su al rededor de manera casi tranquila, con sigilo saco su arma, Christopher al ver su actitud supo que algo andaba mal.
Eran al rededor de treinta hombres los que entraban en aquella mansión, todos con armas de fuego y bombas realmente potentes, llevaban sus rostros cubiertos pero con un pañuelo rojo en el hombro derecho.
Y cómo si su pensamiento lo hubiera llamado, el gran chico de cabello oscuro apareció entre todos ellos.
—Mierda, es JungWoo –susurró Christopher observando cuidadosamente desde la planta alta.
Podían ver el rostro de aquel chico, tenía plasmada una gran sonrisa de oreja a oreja.
—¡Lee Know! –gritó queriendo llamar la atención de todo aquel que lo pudiera escuchar—. ¡Mi querido Lee Know! ¿Qué crees? Creo que nuestros planes se vieron afectados ¿sabes?
Christopher y MinHo comenzaban a acercarse poco a poco sin ser descubiertos.
—Unos policías desgraciados se metieron en nuestro terreno–dijo riendo de nuevo—. Es gracioso ¿no lo crees? Unos malditos policías.
>>¡¿Y sabes de que más me enteré?! –gritó de nuevo a todo pulmón—. ¡De que ese puto policía está aquí! ¡Que carajos hace un policía aquí! Te diré algo... Me vale mil hectáreas de pito que sea tu maldita esposa, ¡lo voy a matar! ¡a él y a todo tu maldito equipo! –gritó nuevamente enojado.
MinHo se tensó, no, no dejaría que aquel hombre le tocara un sólo pelo a HyunJin.
Dejó caer su arma y salió ante los ojos de las treinta personas que habían ahí, comenzó a bajar las escaleras de manera tranquila. Nadie lo retaba de esa manera, mucho menos una escoria como JungWoo.
—Que increíbles huevos tienes, Lee –habló JungWoo.
MinHo detuvo su paso y habló:
—No me toques las pelotas, sabemos que esto no es un juego.
JungWoo sonrió hipócritamente.
—Oh amigo mío, esto no es un juego, nadie juega conmigo.
MinHo comenzó a reyir, no podía evitarlo.
—Te diré algo JungWoo —comentó de nuevo bajando las escaleras—. Aquí el único que tiene huevos eres tú, por venir hasta mi zona sin mi permiso —dijo MinHo—. Esto no es un juego, claramente, así que te doy cinco segundos para que retrocedas o te aseguro que el único que saldrá lastimado aquí serás tu.
—No me das miedo Lee.
JungWoo y MinHo mantenían sus ojos fijos uno en el otro.
—¿Qué es eso? –dijo ChangBin.
Estaban decididos, JungWoo no retrocedería y MinHo no se escondería, ellos podían ser más pero el rubio sabía que sus compañeros eran mil veces mejor que todos los demás, porque ellos sabían utilizar la cabeza antes que el arma.
En definitiva no dejaría que JungWoo pusiera una mano encima de HyunJin y si lo hacía MinHo iría por él contra todo.
Ahhh, hay un nuevo one shot adaptado disponible en mi perfil para que lloren un poco.
Nos vemos.