—... Y por eso ya estoy aquí. —Terminé de contar a los nuevos algodones de azúcar.
—Y nosotros pensando que ya no querías hablarnos. —Rió Nahoya mirando a su hermano.
—¿Y fuiste culpable o no? —Cuestionó Souya con un gruñido.
—Nop, porque cuando el tipo estaba en el suelo, vieron que tenía mi cartera en sus bolsillos, así que por eso me dieron poquito tiempo.
—¿Poquito? ¡Estuviste un año en el reformatorio por culpa de un imbécil! —Exclamó Souya levantándose.
—Pero ya estoy aquí, creo que aprendí lo que no había aprendido en mis primeros ocho años de vida. —Reí nerviosa. —Además, ahora sé tejer y bordar.
—Oye Moe, ¿Tú habías ido antes a la escuela?
—Pues cuando Draken me encontró, me ayudó a poder leer y saber cómo hablar correctamente, y luego de un año pude entrar a la escuela, pero claramente desde primaria. Pero luego se dieron cuenta que era algo así como una niña genio por eso me mandaron al grado donde debería ir desde el inicio. Pero no es cierto lo de niña genio, en realidad soy de fácil conocimiento.
—¿Y ahora a qué escuela vas a ir? —Preguntó Nahoya curioso.
—Uhm, yo tenía planeado abandonar los estudios para ir a trabajar, pero Draken dijo que la escuela es muy importante y por eso voy a ir a la misma escuela que él y Mikey.
—Esos Draken y Mikey, casi siempre los mencionas pero no los conocemos... —Dijo Souya pensativo. —¿Los conoceremos alguna vez?
—Espero que si, pero ahora no creo que se pueda, será el cumpleaños de Mikey y necesitan organizar algo bueno para él.
—Entonces nos avisas después para quedar todos y conocernos. —Sonrió feliz Nahoya.
La mamá de los gemelos me invitó a comer y obvio acepté con gusto, era lindo verlos convivir como familia aún cuando su padre estaba en el gimnasio trabajando.
Me gustaría haber tenido una familia, pero si no me hubieran abandonado, yo jamás habría conocido a Draken.
Después de eso nos pusimos a ver películas, y yo me entretuve haciendo dos trencitas de un mechón de cabello a los gemelos, y les había quedado muy bien.
Eso hasta que Draken llamó y pensé que se había molestado por la hora.
—¿Aloo? —Pregunté con miedito.
—¿En donde estás?
—Con los gemelos, en su casa.
—Bien, ¿Está su mamá ahí o alguien?
—Si, iré por ella.
Luego de encontrar a la mamá de los gemelos, le pasé el celular y ella comenzó a hablar con Draken, al final me devolvió el celular pero cuando quise hablar ya había colgado Draken.
—Gemelos, harán una pijamada con Moe, así que vayan a la tienda por papitas o algo. —Dijo la señora dándoles dinero. —Moe, te quedarás está noche con nosotros, Draken no va a estar y no confía en que te quedes sola en tu casa.
—Pero si me sé cuidar. —Hice un puchero. —Pero al menos habrá diversión.
—Ven, veré algo cómodo que puedas usar. —Los gemelos salieron de la casa y la señora me guío hacia la habitación de los gemelos, pasándome una playera de Souya y un pans de Nahoya.
Para cuando volvieron yo estaba escogiendo una película, nos sentamos a ver la película pero comencé a dormirme.
Al otro día, la mamá de los gemelos nos estaba despertando, al parecer los tres nos quedamos dormidos pues la tele aún estaba encendida.
Fuimos a desayunar, a Souya se le cayó la cara en el plato de cereal por el sueño que aún tenía, Nahoya se estaba sirviendo jugo pero lo derramó al quedarse dormido. Obviamente la señora se enojó y los mando a darse un baño para despertarse.
—¿Me dirá que pasó con Draken? —Pregunté con un puchero.
—Bueno... No sé cómo haya estado la cosa en realidad, pero tú hermano me dijo que habían tenido un problema con unos de sus amigos, y que ni un tal Mikey ni él iban a estar. Mencionó que algo pasó con ese Mikey y un hermano, pero no me quiso decir mucho. Ah, y dijo que pasaría hoy en la tarde por ti.
Los gemelos llegaron y desayunamos juntos, pero después escuché la moto de Draken y pronto el timbre sonó.
La señora fue a abrir y me llamó, ahí estaba Draken, él le dio las gracias por haberme dejado dormir ahí, y tras despedirnos nos fuimos.
—¿Qué pasó con Mikey? —Pregunté.
—Es algo muy difícil de explicar, Moe. —Dijo. —Mikey tiene tres hermanos, Emma, otro chico del que no sé mucho y Shinichiro... Ayer... Ah, será mejor que nos detengamos.
Fuimos a un parque y yo me quedé callada esperando que Draken dijera algo, pero sin presionarlo tanto.
—Ayer Kazutora y Baji fueron a una tienda de motocicletas, para conseguirle una nueva moto a Mikey como regalo de cumpleaños. —Dijo y yo lo escuché atentamente. —Pero no iban a comprar nada, lo iban a robar. La cosa es que no se dieron cuenta de que la tienda era del hermano de Mikey, Shinichiro, y él los descubrió... Kazutora golpeó a Shinichiro y lo mató. Se llevaron a Kazutora al reformatorio. Ahora la familia Sano está velando a Shinichiro.
—¿Y cómo está Mikey? —Pregunté.
—Sigue en shock, es mejor darle su espacio para que se desahogue.
—¿De qué hablas? Deberíamos ir con él, a algunas personas no les gusta estar solos en su duelo.
—No, Mikey me dijo que lo dejara solo.
—A veces las personas dicen que quieren estar solos, pero en realidad no lo quieren.
—Moe, él está con su familia, no está solo.
—Pues no sé tú, pero yo iré a verlo. —Dije levantándome para ir a la salida del parque. —Pero me llevas tu y ya si no quieres estar pues te vas.
—Moe no seas terca. —Bufó siguiéndome.
—Bueno, no iré, pero en el futuro no me digas que soy mala amiga por no acompañar a quienes me necesitan.
—Ya estás siendo manipuladora.
—¡No es cierto! Sólo te estoy advirtiendo, por lo que me enseñas.
—¿Te estoy enseñando yo?
—Si, eres como mi ejemplo a seguir desde que te conozco, así que ya me diste otro ejemplo. Descarto ser buena amiga, a ser mala amiga.
—Vamos pues. —Dijo cansado.
—¡Yey! —Exclamé subiendo a su moto.