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mundo sin quirks, engaño
del bueno(?
◌ 3381 palabras.
— ¿Recuerdas el vestido de la otra vez?. —Asentiste al recordar aquel vestido corto de color rosa y bastante pedrería.— Junte mis ahorros.. ¡Y hoy decidí comprarlo!. —Viste lo emocionada que estaba al percibir pequeños destellos brillar en los orbes ámbar.— Ojalá siga ahí, si no lo veo, mi esfuerzo habrá sido en v- Uy, y ese guapo. —Te hizo señas de aquel sujeto que se encontraba de espaldas a ustedes, unos cuantos pasos más adelante.— Que lindo trasero. —Susurró.
Sin darte cuenta, la joven de orbes ámbares ya se estaba acercando por detrás de el chico, junto a tí, ya que, llevabas tu mano enrollada en tu brazo, jalándote consigo a su ataque tan sinvergüenza de su parte.
Sin darle tantas vueltas al asunto, y sin saber sus intenciones, la joven nalgueo al chico de hebras cenizas y se echó a correr como alma que lleva el diablo, y tu quedando perpleja, sin posibilidad de moverte.
Viste como aquel alto muchacho se volteo en su lugar y posicionó su mirada bermellón en ti, tanta fue la sorpresa al ver aquellos orbes inyectados en sangre, que decidiste desviar la mirada al piso con tu celular en la oreja derecha, tratando de escapar de la acción de tu mejor amiga.
Pero no contabas con que, tu celular estaba en la otra mano y la mano que tenías en la oreja no llevaba absolutamente nada, más que solo una seña.
— Oi, oi, oi. —Escuchaste su profunda voz, que te hizo flaquear un poco las piernas, pero seguiste ignorando hasta que sentiste una fuerte presión en la muñeca, obligándote a parar tu caminar.— ¿Qué diablos crees que estas haciendo?. —Cuestionó una vez que te tenía con el rostro mirándolo.
— ¿Eh?, no se de qué hablas.. —Quisiste seguir pasando de largo, pero viste como te hizo una seña de teléfono móvil, y te quedaste pegada en tu lugar sin entender.
— Tu mano, ¿Por qué haces esto?. —Nuevamente hizo la seña "🤙" qué tenías en la mano.— ¿Estás tratando de escapar con un teléfono invisible?. —Viste una pequeña mueca de burla mientras fruncía levemente el ceño.
— ¿Qué?. —Miraste la mano que él minutos antes había cogido por la muñeca y viste la extraña seña. Quisiste huir de la vergüenza que sentías, pero en lugar de eso, una pequeña risa nerviosa se escapó de tus labios._ Ah, lo siento. —Hiciste una pequeña reverencia mientras cubrías tu boca con la otra mano libre. Las ganas de hacerte bolita en el suelo no faltaban.
— ¿Por qué hiciste eso?. —Cuestionó una vez que te soltó de la muñeca. Se extrañaba lo raro que se estaba comportando, no la había explotado apenas la vió.
— No, no se de que hablas. —Te hiciste la desentendida por un momento, no sabías porque debías pagar por lo que tu amiga hizo. Simplemente, la regañarias una vez la encontrarás.
— ¿Segura que no sabes de lo que hablo?. —Se acercó a tu oído y con una voz más grave pronunció.— Si no lo sabes, entonces no hay problema si te lo hago recordar.. —Una vez concluyó su hablar, pasó su mano por tu cintura, muy leve, pero te mandó un estremecimiento, haciendo que este soltara una muy pequeña risa de victoria. Alejando su mano después de eso.
Si, tu rostro estaba levemente pintado de un pequeño color rosado en las mejillas, pero, por dentro estabas preguntandote: ¿Qué mierda con el tipo?.
— Sabes, como qué ya recordé lo que pasó. —Aclaraste tu voz. Tu actitud estaba rara, estabas actuando muy pasiva frente a un hombre, demasiado raro en tí.& Fue mi amiga.
— ¿Cúal amiga?. —Él lo que veía, es que estabas sola, a menos de que seas una loca y tengas amigos imaginarios.
— Este, se escapó.. Yo no sería capaz de hacer eso. —O tal vez si, pensaste.— En fin, una disculpa en nombre de ella. —Querías irte ya, la pena no podía contigo.
Hiciste nuevamente una reverencia, y con paso firme te encaminaste a uno de los arbustos que estaba muy al fondo del lugar. Sabías que estaba ahí, y también sabías que él te seguía con la mirada, una muy curioso mirada.
Suspiraste irritada al ver a la pelirosa detrás de ese arbusto con una sonrisa coqueta. ¿Y ahora que mierda le pasaba?.
— ¿Y bien?, ¿Para cuando la cita?. —Se levantó de su lugar y te observó desde su altura. Maldita enana, pensaste
— ¿Cuál cita?.. ¿Sabes lo avergonzada que me sentí ante tu estupidez, mujer?. —Pusiste tus manos en tus caderas y la miraste con recelo.— Y yo pensando que sólo veníamos a comprar un maldito vestido, joder. —Removiste tu cabello, tratando de quitarte él estrés.
— Mm.. Seguro que para la próxima si es una cita. —Y seguía con eso.
— ¿Cuál próxima?.. Yo ya no pienso venir a este centro comercial. —Te dejaste recostar sobre el tronco de aquel árbol que tenías al lado.
— ¿Quién dijo que vendríamos al centro?.. _____, él es uno de mis amigos de la Academia, así que él sábado vas a conocerlo y también a los demás. —Se rió en tu cara como si tu expresión fuera lo más gracioso del mundo.— Oh bueno, ¿Qué tal hoy?. —Señaló algo a tus espaldas.
— ¿Qué?. —Volteaste la mirada hacía donde ella señalaba, y te encontraste con el chico de hace rato junto a otros, mirándolas. Corre perra corre, pensaste. — Oh. —Fue lo único que tus labios lograron formular antes de permanecer tiesa en tu lugar.
— ¡Hola chicos!. —Saludó con energía la pelirosa una vez había pasado de tu lado para sonreír a su grupo de amigos.— No pensaba encontrarlos por aquí.— Aclaró una vez en frente de ellos.— Ah, ¿Se acuerdan que les hablé de una amiga que esta bien guapa y que esta más soltera que mi tía?. —Habló sin vergüenza alguna para luego sujetar de uno de tus brazos, jalandote hacia ella.— ¡Pues, esta es Tsuki-
La golpeaste por detrás de la nuca haciendo que se inclinase hacía delante aún con una sonrisa y una pequeña risa burlona, tú sólo le mandaste una mirada filosa.
— Ashido. —La llamaste por su nombre con un tono molesto, mientras te cruzabas de brazos totalmente en desacuerdo con lo que tú querida amiga dijo. Te molestaba, era claro que si, pero hay una gran parte que también te vale madres.
— Amargada, bah. —Te sonrió mientras se acariciaba la nuca, si que le dolió.— En fin, ella es Tsukimori _____, _____, él es Kirishima Eijirō, Hanta Sero, Kaminari Denki, y la rubia con cara de perro rabioso, Bakugō Katsuki. —Se escuchó un chaqueo de lengua.— ¿A que si te acuerdas de él, no?. —Te mando una sonrisa pícara mientras sujetaba de nuevo tú brazo.
— Aja. —No te gustaba que te molestara, y menos en ese tipo de situaciones en las que pasaste vergüenza. Que lo haga, pero solas, no en frente del condenado Dios griego que se cruzó en tú camino.— Es un gusto, pero ya me tengo que ir.. —Excusas, pensaste.— Mis padres me necesitan en casa, así que, será hasta la próxim-
— ¿Cuáles padres?, si tú ni tienes. —Te hizo un puchero mientras te sujetaba con más fuerza del brazo y te ponía ojitos de cachorro regañado, no caerías.
— Gracias por recordarmelo. —Comentaste con desinterés mientras mirabas un puesto de helados al frente.— Tengo sueño, ¿Ahora si me dejas ir?. —Levantaste una ceja.
— Sufres de insomnio, apenas y duermes. —Te dejó al descubierto nuevamente, la querías mucho, pero ya querías patearle la cara.. Con cariño.
— Ashido. —Usaste un tono de voz más grave y la miraste de manera fría. Eso significaba peligro, y ella lo sabía.— Tengo cosas que hacer, si salí contigo hoy es porque solo compraríamos un supuesto "vestido", si no es para ello, no tengo que seguir perdiendo mi tiempo.. Sin ofender. —Hablaste no con mucha seguridad de tus palabras, pero al ver la sonrisa de aquel pelirrojo del medio, te calmó un poco.
— ¡El gusto es mío!, espero conocerte mejor, y podría ser amigos. —Oíste la voz de aquel pelirrojo, y dentro de tí aquella forma de hablarte, te llenó de calidez, sacandote una muy pequeña sonrisa.— Espero el sábado hablar más, no te preocupes por lo de hoy, sólo veníamos a por una película, y por lo que veo, ustedes seguirán juntas.. ¡Nos vemos el sábado, Tsukimori-chan!. —Sujetó de la camisa del cuello a un rubio que quiso acercarse a tí de manera extraña, quién sabe para que, y te dedicó una sonrisa muy linda.— Hasta la próxima, chica-
— Ya camina, joder. —Viste a aquel rubio con el que te cruzaste hace unos minutos, golpeando con su hombro la espalda del chico, y de esa manera dirigirse dentro del establecimiento, junto al pelinegro.
— ¡Bye!. —Se despidió por última vez, y junto al de hebras rubias intensas, se dirigió detrás de los otros dos chicos.
— El Chan, ¿Verdad?. —Preguntó una vez se alejaron y te quedaste callada con un pequeño ceño fruncido.
—Si, vamos por el vestido de una vez, no tengo todo el día. —No sabes con que paciencia logras soportar todas sus cosas, pero lo que si sabes, es que la quieres mucho.
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— ¿Me pasas tu número?. —Habló por décima vez el rubio con un parecido a Pikachu.
— No. —Sorbiste tu café con suma tranquilidad, pero mirándolo de manera fulminante.— No, es un no, Kaminari. —Posicionaste nuevamente aquella taza de vidrio en la mesa de madera que tenías al frente.
Llevabas más de 2 meses conociendo al grupito de Mina, y te habían caído bien, pero Denki no se rendía con facilidad al pedir tu número.. Lo querías mucho, pero sabías que con su actitud, te mandaría muchos memes, igual que Sero.
— Vaaamos, _____. —Sujeto de tu brazo y empezó a sacudirlo con un movimiento suave, para no llegar a lastimarte.
— No.
— PERO-
— ¡Joder!. —Escuchaste la voz de Bakugō a un lado de tí. Las venas se le marcaron en el cuello, y un poco en la frente.— ¡Ya te dijo que no, deja de rogar!. —Hizo un puchero con el ceño fruncido.
Era verdad, Katsuki esa mañana comentó —de manera muy tranquila— que estaba con un pequeño malestar de cabeza, o bueno, solo dijo: "Me duele la puta cabeza".
No lo dijo gritando, así que.. ¿Cuenta como una actitud algo tranquila?.
— Ay Bakugō-kun, pero no te pongas así.. —El otro rubio también hizo un puchero, pero dirigió su mirada a tí nuevamente.— Claro, como tu ya tienes el número de Tsukimori, no tienes porque quejarte. —Concluyó, posando su mentón en la mesa, mientras suspiraba y se daba por vencido su nuevo intento de conseguir el número de su amiga.
— No te lo da porque jodes mucho, yo apenas y le habló, ja. —Comentó con una mueca de hastío en su rostro.
— O bueno, te deja en visto.. —Añadió Sero, sorbiendo lentamente de su café con leche, mirando de manera cómplice a un pelirrojo, el cual, estaba apenado por haber husmeado aquel día en el teléfono móvil de su mejor amigo.
— Eso no es de hombres.. —Susurró el dueño de hebras rojas achinando los ojos y haciéndose bolita a tu otro costado.
— ¿Qué dijiste?. —Dejó su café amargo en la mesa y dirigió su penetrante mirada en el pelinegro. Éste solo sonrió de manera avergonzada y río un poco.
— No, nada, nada. —Siguió tomando de su café y desvío la mirada del joven explosivo.
— En fin. —Tomó de su jugo de fresa para luego mirar de forma aburrida a sus demás acompañantes.— Tengo hambre. —Aclaró la pelirosa antes de dejarse caer en la mesa.
— Pero, acabas de comer hace un par de minutos.. —Tomaste la última gota de tu café, y lo dejaste nuevamente en la mesa, mirando de forma curiosa a tu amiga.
— Es que, te veo y me da ganas de comer. —Levantó sus cejas de manera juguetona una vez que te observó.
Y no, ni siquiera lo viste venir.
Aquellos cuatro chicos por la sorpresa de las palabras de la pelirosa, escupieron el líquido que con anterioridad tomaban con tranquilidad.
Absolutamente todos los que estaban en esa mesa, salieron empapados de café.
— Eso sonó muy sexual.. —Dijo una vez que logró asimilar la situación. Kirishima llevaba un pequeño color carmesí en las mejillas, combinando perfectamente con el color de su cabello.
— Que mierda.. —Susurró el cenizo mientras cogía un par de servilletas y trataba de limpiarse el desastre en su ropa.
— Haré como que te refieres a que te doy hambre.. —Aclaraste, recibiendo una vez más la misma acción de los chicos con el café.— Mierda, eso sonó de la misma forma. —Fulminaste a los chicos una vez que cojiste una de las servilletas que Bakugō trajo.
— O peor. —Tomó nuevamente de su café el menor de los Kaminari.
— Ja, eso no es nada. —Se limpió el rostro con otra servilleta.— Le he dicho cosas más subidas de tono, malditos vírgenes. —Esta vez, sólo se atoraron con el café Sero y Kaminari.— ¿Qué?, yo no voy a desaprovechar la oportunidad de coquetearle a esta belleza, y más teniendola como mejor amiga. —Concluyó la pelirosa.
— Pero, ¿Eso que tiene que ver con que seamos vírgenes?. —Hablo con algo de vergüenza el de dientes de tiburón.
— Ejem, que se ponen como idiotas cuando digo algo que no es para nada sexual. —Aclaró mientras se acomodaba el cabello.— Si quisiera decir algo más subido de tono, sería tipo.. Que bonitas piernas tienes, como que me dieron ganas de rompertelas. —La que se atoró ahora fuiste tú, llamando la atención de tus amigos.— Ah, sólo que eso se entendería mejor si fuera hombre. —Se hizo bolita en su lugar.
— ¿Nos das clases- —Kaminari se acercó un poco más para el lado de Mina, pero no pudo continuar al ser cruelmente golpeado en la cabeza por parte del ceniza.— Auch.
— No necesitamos ni una de tus mierdas, ya dejen de hablar estupideces, par de idio-
— Por cierto, _____. —Lo interrumpió la pelirosa una vez que dejó de hacerse bolita.— Desde ayer te noto caminar extraño, ¿Qué te pasó?. —Te habló de forma pícara mientras juntaba sus manos en la mesa, esperando por tu respuesta.
— No es lo que están pensando. —Aclaraste al ver todas las miradas sobre tí.— Un idiota de mi Universidad me empujó contra una de las mesas de los comedores, y nada, sólo me golpee en el estómago. —Tomaste con tranquilidad de la taza que robaste de Kirishima minutos atrás.
— Uh, eso hasta a mi me dolió.. —Se hizo nuevamente bolita, cambiando su rostro de una pícara a una dolorosa.— ¿Aún te sigue doliendo?.
— Ah.. ¿Si?. —La verdad es que si te dolía, pero no las piernas, si no, sólo la parte de la pelvis interna. El dolor era tanto que a veces no lo soportabas y te agachabas en el suelo para que se te pasara un poco. No tienes idea de como le hiciste para llegar a la cafetería.
— Oh, ¿Por eso me pediste que vaya a tu departamento y te trajera en mi auto?. —Ah, ahí estaba tu transporte, siempre contando con tu mejor amigo.
— Por un momento me olvidé que me trajiste, y si, fue por eso. —Le dedicaste una pequeña sonrisa al pelirrojo para después acomodarte en su hombro.— Ah, y por si las dudas de que si soy virgen, hace años la perdí. —Aclaraste, metiendote un pedazo de pan a la boca.
Notaste el repentino silencio que se creó en la mesa, junto a miradas avergonzadas y mejillas coloradas.
¿En serio no habían tenido ningún tipo de contacto con alguna chica o chico?.
— Apuesto a que ni siquiera han tocado a una chica. —Comió del mismo pan que tu segundos atrás comías.
— Yo si, a _____. —Habló Kirishima, ganándose todas las miradas.— ¿Un abrazo y mimos cuentan?.
— Ahg, me refiero a otra cosa, más.. ¿Intimo?. —Miro a todos los chicos sabiendo que apenas y tenían una idea de lo que decía la de orbes dorados. Que inocentes, pensó.— Piernas, muslos, estómago, cuello, pechos, trasero, vag-
— Mucha información por el momento. —Interviniste al ver como el rostro de tus amigos empezaban a competir con el cabello de tu ahora mejor amigo, Eijirō, excepto un cenizo, que ni su rostro podías observar al estar mirando a otro lado.— Creo que ya lo entendieron.
— Ah, consiganse una novia, solterones. —Se tiro a su silla nuevamente con desilusión. Ya quería que sus niños crecieran, porque si, los trataba como tal.
— O un novio. —Mordiste tú labio inferior una vez que sentiste las miradas de los chicos en tí.— ¿Qué?, ¿Quién sabe?. —Hiciste señas con las manos para restarle importancia a lo que dijiste.
— La que debería conseguirse uno, eres tú.. Babosa. —Aclaró su garganta una vez que vió pasar a un chico por su lado.— A mira, aquí hay muchos chicos lindos, ¿Por qué no vas y usas tus encant-
— No gracias, no me interesa ningún tipo de relación o un enredo con alguien en estos momentos, así que soltera me quedo. —Mencionaste de la manera más rápida para cortar la frase de tu amiga. No te gustaba que se metiera tanto en ello.
La observaste hacer un puchero y cruzarse de brazos al escuchar lo que dijiste.
Si, era cierto que eras bonita y le llamabas la atención a muchas personas, pero, no querías nada con nadie, sentías que solo te usarían como un accesorio al cual presumir delante de los amigos.
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— ¿Y quién fue el idiota que se atrevió a empujarte?. —Escuchaste susurrar con un tono burlón a tu novio quien caminaba junto a tí detrás de su grupo de amigos.
— Cierra la boca, Katsuki. —Susurraste en el mismo tono que él. Si bueno, no fue tanto una mentira lo que dijiste.. Realmente si te había empujado contra una mesa, pero no precisamente por casualidad y esa persona no era un compañero..
— ¿Por qué?.. ¿Acaso no quieres que repita lo que te hice esa tarde?. —Sentiste su aliento en tu cuello, causando que pusieras piel de gallina mirándolo de manera acusatoria.
No fue ni siquiera en tu Universidad, fue en el departamento del chico que luego de que las hormonas se le alborotaran de verte con un simple short —cosa que no hacías mucho— te empujó contra su escritorio y te llenó de besos toda la maldita tarde. Y bueno, no es necesario saber que fue lo que pasó después, ¿No?.
— En ningún momento dije que no, solo, cállate.. Nos van a escuchar. —Ciertamente, fue idea de él mantener la relación secreta. Pero, llevaban bastante tiempo y tú también te habías acostumbrado a eso.— No quiero que se en-
— Oigan chicos, cómo que están muy callados, ¿N-
Tu mejor amiga y los demás presentes se quedaron boca abiertos al presenciar la escena delante de ellos.
¿Tú y Bakugō se estaban besando?.
Si, tú y Bakugō se estaban besando.
O bueno, él te estaba besando, porque tú estabas tiesa en tu lugar al sentir repentinamente sus manos en tu nuca.
— Ajá, si estamos callados o no, ese no es tú maldito problema, ojos de mapache. —Se alejó de tí y frunció él ceño al tener todas las miradas de sus amigos sobre ustedes.— Joder, quiten sus putas miradas. —Gruñó.
Ahora las miradas fueron a tí, cosa que por producto de la impresión y vergüenza evitaste rápidamente.
¿Eso significaba que ahora ya no lo ocultarían?.
— ¡PERO, AAAAH! —Chilló una pelirosa mientras saltaba como conejo de un lado al otro.— ¡KIRISHIMA, MI SHIPP ES CANON!. —Chilló nuevamente.
— Págame Denki. —Habló un pelinegro mientras sonreía con malicia al rubio.— Sabía que ganaría.
— Ah, joder. —Suspiró derrotado el de cabellera rubio intenso.— Fue más pronto de lo que pensé, ah.
— Ven aquí, me tienes que explicar muchas cosas. —Fuiste tomada de la muñeca por parte de Mina y te llevó a quien sabe donde.
— Ahora lo entiendo. —Se acercó un pelirrojo al ceniza.— Con que, ella.. Era ella. —Le sonrió con una ceja alzada a su mejor amigo.
— Tks, como sea. —Desvío la mirada.
— Si.. ¡Pero ella es como mi hermanita!, ¿Por qué no me lo dijiste?.. Me lo hubiera pensando dos veces en aconsejarte. —Lo sacudió por un par de segundos.— Aunque, no me quejo.. Se que la cuidarás, bro.
El rubio ceniza solo hizo una sonrisa cerrada muy pequeña, para luego mirar por el lugar por donde minutos atrás te fuiste.
— Si, lo haré..
¡Hola!.
No se si sea de su agrado, pero espero lo sea. Prometo que los que se aproximen estarán con cada costa de mi inspiración, ¿Va?. ♡
Espero lo hayan disfrutado, y si fue así, no se olviden presionar "★", para más, nos vemos a la próxima mis drops. 😣💕