Amnesia

By alnela_santana

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¿Qué pasaría si creyeras que el amor de tu vida se fue por tu culpa?¿Qué sucedería si es que te la vuelves a... More

Advertencia
Introducción
Eremofobia
Recuerdos dolorosos
Zu Hause
Vergangenheit
Drugged
¿Lisnér? ¿Bist du?
El cofre de los sentimientos
ich würde gerne wissen
eine Erinnerung an dein erstes Mal
Ich will es wissen
lass mich dir sagen
Überraschung
Moment der wahrheit
Hilf mir
Falsch
Hermanos Neumann
Mein tod
Was kann schon
Auf wiedershen

Familie

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By alnela_santana


Antes de leer: Debo aclarar que el capítulo pasado era el antepenúltimo, este es el penúltimo, solo que me equivoqué xd, ahora si.
Penúltimo Capítulo

Capítulo 19.

Estamos en Sao Paulo, rumbo al lugar en donde tienen a mis hijos y a mi madre.
Por fin voy a conocer a mi madre... a mi verdadera madre.

Schein sigue nervioso mientras estamos en el auto del Detective Schmidt.

—A 500 m del objetivo.—informa el detective a través de la radio.—¿Posiciones listas?

—Grupo Blanco en posición.—Le responden por la radio.

—Grupo Naranja en posición.—Vuelven a responder.

—Recibido. Grupos Negro y Rojo, repórtense, estamos a 400 m del objetivo.—demanda
—Grupo Negro en posición.

—Grupo Rojo en posición.—Les responde.

—Recibido. Prepararse para el golpe.—Deja la radio en su lugar y acelera metiéndose en un túnel.

Admito que estoy nerviosa por lo que pueda llegar a pasar.

Pasan algunos breves minutos y el detective vuelve a hablar por el radio.

—A 130 metros del objetivo, Grupos Rojo y Negro, por la parte de atrás de la vivienda, Grupo Naranja por la derecha, Grupo Blanco por la izquierda, confirmen sus posiciones, ahora.

—Grupo Blanco, en la izquierda. Posición confirmada.—Ya me estoy poniendo nerviosa.

—Grupo Naranja, en la derecha. Posición confirmada.—Respira Lisnér, respira.

—Grupos Negro y Rojo en la parte de atrás, confirmado.—Pánico, pánico, pánico.

Miro a Schein que está sentado a mi derecha, nervioso por la parte siguiente del plan que nos incluye a nosotros.

—Paso uno del plan, ahora.—El detective ve por el espejo retrovisor y asiente dándonos una clara señal de que ya debemos proceder.

—Con cuidado y no levanten sospechas, nuestra gente los está vigilando, ¿Ya tienen el chaleco antibalas?—Pregunta.

—Sí, está camuflado con los sacos que traemos puestos.—Responde Schein por mí.

—Vayan, ya es hora.—Dice el detective y Schein es el primero en abrir la puerta.

Estoy nerviosa por tres cosas. Uno: Conoceré a mis hijos, por fin, Dos: Conoceré a mi madre, Tres: Mi vida y la de Schein.

Schein baja y me extiende la mano, salgo del auto y lo primero que veo es un viejo edificio abandonado de color blanco, bueno un intento de blanco porque está todo manchado con ventanas rotas. Luego bajo la mirada y veo un gran portón negro, es por ahí que debemos entrar, admito que estoy nerviosa.

Schein y yo nos tomamos de la mano y seguimos caminando hasta llegar al gran portón negro.

—Voy a tocar—me dice Schein, pero toco yo.—Terca.

—Es lo que soy—digo orgullosa para matar los nervios.

El ambiente se siente pesado y frío, nada que ver con el tiempo que pasamos Schein y yo hace algunas semanas, o meses.

La puerta tarda en abrirse y vuelvo a golpear esta vez más fuerte.

—Digan que vienen a hablar, que vienen en son de paz, pero esa puerta debe ser abierta a como dé lugar.—Demanda el detective a través de mi auricular.

—¡Falsch!—Grito—¡Venimos en son de paz!
—¡Abre la puerta!—Sigue Schein.

Pasan minutos y nada.

Schein es demasiado impaciente y temperamental, cosa que en este caso nos perjudicó.

—Ponte atrás mío—Me dice Schein agarrando mi brazo, colocándome detrás de él y protegiéndome con su otro brazo.

—¿Qué vas a hacer?—pregunto y microsegundos después, la puerta emite un sonoro sonido producto del tremendo patadón que dio Schein.

—¡Mis hijos, Falsch!—Vuelve a patear.

—¡Schein basta!—grito, pero no puedo hacer nada, está demasiado cabreado.

—¿Qué mierda hace? Está jodiendo el plan, Señora Neumman, arréglelo—demanda el detective por el auricular.

—Schein...—No termino la frase porque la mitad del portón se abre y Schein entra.

—Amor, vamos por nuestra familia, no soporto este lugar.—Me dice mientras camina y yo lo único que hago es seguirlo.

Subimos por una escalera que nos conduce a...
—¡Baja eso de una vez, Neumman!—¿Neumman?, pero si Schein está conmigo.

—¿Dijo Neumman?—me dice Schein.
—Al parecer si.—Nos disponemos a buscar de qué cuarto vino esa voz.

—Esa debió ser Falsch, sonó a ella.—Concuerdo y asiento.

—...solo mía!—La voz se me hace conocida... y proviene de la derecha.

—Vamos hacia la derecha, ya.—Le ordeno a Schein.

—Yo voy adelante, ya te perdí una vez, no te voy a volver a perder.—Me pone atrás de él.
—Dramático.

Schein empieza a caminar delante de mí y yo lo sigo, llegamos a una puerta roja y...

—¡No!—Se escucha ese grito seguido de dos balazos... fue una mujer, pero ese no es el sonido de la grave voz de Falsch... no. Mi madre... mi mamá, esa tiene que ser mi mamá.
—Patea la puerta... ¡Ya!—le ordeno a Schein y él obedece.

La puerta se abre de golpe y... ¿El que hace aquí?
—¿Mahinus?—decimos Schein y yo al unísono.
—Lis... te... tengo a Falsch.—Agarra a Falsch del brazo y la apega a ella con brusquedad.
—Suéltame, niñato.—Ella lo empuja y se safa con brusquedad.

—¿Qué mierda haces aquí Mahinus?—pregunta Schein con brusquedad.
—Vine aquí por Falsch.—¿Acaso está... mintiendo?
—Ay ya cállate mocoso estúpido, es obvio que es mi cómplice—Dice Falsch enojada.—¿Tan idiotas son para dudar?—ríe.
—Cierra la puta boca, Falsh—digo por fin.—Te vas a pudrir en la puta cárcel por suplantación de identidad e intento de homicidio, maldita psicópata.—miro a mi alrededor y no encuentro ni a mi madre ni a mis hijos. Mierda.

—¿Dónde están ellos?

—Muertos, ¿Por?—contesta Falsch mirándome a los ojos con una divertida sonrisa.

—Dime la verdad, maldita perra.—Me acerco a ella—¿Dónde-está-mi-familia?—pronuncio cada palabra con detenimiento para que se dé cuenta que lo estoy diciendo en serio.

—Mira zorra—da un paso al frente y sujeta mi rostro entre una de sus manos con brusquedad. Cuando Schein y Mahinus intentan hacer algo, ella saca un arma de fuego de su cinturón y los apunta.—Un paso más y les vuelo la cabeza a los dos, me llevo a la puta y la prostituyo, ustedes deciden pedazos de mierda.—Me voltea bruscamente y me pone contra su pecho colocando el arma en mi cien, así que presiono disimulada y rápidamente  el botón de emergencia que tenía el chaleco antibalas en la parte de abajo. Ya llamé a los refuerzos, así que no creo que me pase nada.

—Suéltala Falsch, esto no era parte del trato.—Dice Mahinus. ¿Trato?¿Qué trato?
—¿De qué mierda estás hablando?—Schein le dirige una mirada asesina a Mahinus.
—No te importa, quiero salvar a Lisnér.—Mahinus vuelve a dirigir la mirada a mí.

—¿Quieren saber de qué está hablando? Bien, se los contaré porque soy una buena madre.—Dice Falsch haciendo fuerza en su agarre.—Este imbécil me dio la idea de hacerte pasar por muerta porque está tan loquito que te quería solo para él y no soportaba la idea de verte con su hermanito.—Esto no me puede estar pasando.

—¿Qué mierda dices?, loca eres una loca, no le creas Lisnér...—Mahinus me pone una mirada triste y yo no puedo confiar en él, no puedo simplemente no.

—¿Por qué mentiría?—sigue Falsch—Si tú no pudiste hacer solo un trabajo de matar a la perra de la mejor amiga, entonces te mato a la novia y todos felices.—Falsch vuelve a sujetarme con fuerza, pero esta vez sube su mano de mi cuello a mi cabello tirando fuertemente de él.

—¿Por qué haces esto?—Batallo con mis ojos para que no salgan lágrimas, pero se me hace imposible.

—¿Por qué?¿Quieres saber por qué?—Dice Falsch y se empiezan a escuchar a la gente del detective ingresar a la habitación.

—Busquen a mis hijos y a mi suegra... a la verdadera, ¡Los quiero buscándolos, ya!—Grita Schein mientras le colocan las esposas a Falsch.

—Porque tu padre nunca debió tenerte, Claudia nunca debió meterse en su cama, él y yo íbamos a ser felices hasta que Claudia llegó—solloza—Claudia es una perra, ella debería irse a la verga contigo, maldita niña.—Agachan a Falsch para llevársela pero los detengo, quiero escuchar más.

—¿De qué estás hablando?
—Tu padre y yo estuvimos en una relación de dos años, hasta que conoció a tu puta madre. Él se la tiró y esa estúpida salió embarazada de ti, maldita imbécil, yo fingía que nunca me enteré, pero sí lo sabía, yo siempre lo supe... lo supe porque esa perra, es mi hermana. Mi hermana se tiró a mi novio y saliste tú, feto mal hecho.—Empieza a llorar— Estaba a punto de matarla cuando estaba embarazada de tí, era el plan perfecto...—¿Está riendo o llorando?—Hasta que tu padre me descubrió y yo le propuse no ser su pesadilla si se quedaba conmigo, quería que se quedara conmigo a toda costa, pero él ya no me quería como me quería antes de Claudia, así que oculté a Claudia en un lugar desconocido, él no sabía dónde estaba Claudia.—Entonces... ¿Dónde está mi padre?—Él estuvo de acuerdo conmigo cuando le dije que te hagamos pasar por muerta porque si yo no era feliz, un producto de una infidelidad tampoco lo sería, y en especial si esa infidelidad era la de mi relación.

—¿Dónde está mi padre?—pregunto.
—¿Tu padre?—se ríe—¿Acaso no has escuchado la mitad de lo que te he dicho, pedazo de puta? Si no era mío, no era de nadie.—No...
—¿Tú... tú mataste a mi padre?—Mis ojos se llenan de lágrimas y mi pecho se empieza a contraer de dolor.

—Leí una vez en un libro, una frase que me gustó demasiado, y ya era hora de aplicarla.—ríe—"Si vas a tener un arma en tus manos, úsala, no la uses solo para dar miedo" o algo así, no recuerdo en realidad—ríe y yo le doy una bofetada sonora, pero ella sigue riendo, ríe escandalosamente.

—¿Lo de Mahinus, es cierto?—Ya sé la respuesta, pero mi mente no quiere aceptarla.
—Por supuesto que sí, imbécil—Mi pecho vuelve a sentir la misma punzada de dolor de la vez que me enteré que Falsch no era mi verdadera madre.

—¿Dónde están mis hijos?—vuelvo a preguntar y ella solo se sigue riendo sin parar, me pone de los nervios.

—Llevensela—ordeno a la gente del detective.
Mahinus, ¿Por qué tú?

—No te quiero ver cerca de Greteld, no te quiero ver en mi casa, ni con mis hijos, ni cerca de mí, ni de Schein, quiero que desaparezcas de mi vida.—demando y le hago una seña a Schein para ir a acompañar a la gente del detective a encontrar a nuestros hijos y a mi madre.
—No eres nadie para alejarme de Greteld.—responde.

—¿Perdón?—volteo y agarro a Schein del brazo.—Retírate, voy a hablar con él.
—Pero...—Intenta responder y ahora no estoy de humor para competir con aires de macho alfa.

—Retírate dije, deja de contradecirme.—Lo miro seria y el asiente yéndose de la habitación.—¿Cómo dijiste?—Vuelvo con el idiota de Mahinus.

—Que no eres nadie para alejarme de ella, ella tiene boca para hablar.—responde dando un paso adelante intentando intimidarme, obvio está mal de la cabeza si piensa que con esas estupideces me va a intimidar.
—¿Eras tú el de las llamadas con Falsch desde Berlín verdad?—Es imposible que sea Greteld, además él estaba saliendo de la casa a cada momento.

—No sé de qué mierda estás hablando Lisnér, estar juntándote con el imbécil de Schein te afecta un poquito.—Pone un dedo en su sien a modo de burla y yo le doy la cachetada de su vida.

—A mí no me vengas con estupideces, confiesa de una puta vez.

—¿Por qué? ¿Tienes miedo que sea ella la que te estaba delatando? Que poca confianza, Lis—sonríe y me enoja el doble.

—Abre la puta boca porque te juro que me la llevo lejos de este país.—amenazo y el me toma del cuello.

—No empieces con amenazas porque sino no te digo dónde están tus engendros asquerosos... —Le doy un fuerte golpe con la rodilla en las bolas que lo hace retorcerse de dolor en el piso.
—Habla de una vez.—digo sacando mi teléfono.—Porque pienso llamarla justo ahora.
—Tú la llamas... y mato a tus hijos.—dice parándose del suelo.

—Tienes dos opciones, o me dices si eras tú el de la llamada y dónde están mis hijos, terminas con Greteld sin que ella se entere del por qué... o puedo decirle todo y que te odie por el resto de su vida, tú decides.—amenazo sonriendo.
—Ella no se va a enterar de nada, de eso me encargo yo, así tenga que llevarla al fin del mundo... ella no me va a odiar.—dice con un tono seguro dándome una mirada que me causa escalofríos. Exactamente en segundo, él ya está disparando a los cuatro guardias que estaban conmigo y me da un puñetazo en la nariz llevándome al piso... duele como la mierda, intento ver un poco, pero lo último que veo es a Mahinus saliendo por la ventana del edificio y a guardias corriendo tras él, hasta que todo se vuelve negro.

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