Jane
La cena de acción de gracias en casa de Tom estaba yendo mejor de lo que pensé. Tanto abue Cecy como los padres de Tom hicieron todo lo posible por hacerme sentir cómoda.
Nos encontrábamos en la terraza, Tom subió a buscar los anteojos de abue Cecy; un momento después Adam y Emilia llegaron para acompañarnos.
—¿Y Tom? —preguntó Adam.
—Lo mandé a buscar mis anteojos, quería hablar con Jane.
—¿No la estarás asustando verdad mamá? —preguntó Emilia.
—¿Yo? ¿Cómo puedes pensar eso de mi hija? Lastimaste mis sentimientos—llevó la mano a su pecho en señal de ofensa, aunque era notorio que lo estaba fingiendo.
—Solo estábamos hablando de la universidad y mi relación con Tom—intenté ayudar a abue Cecy.
—Mmmhh—dijo Adam viendo a abue Cecy con los ojos entrecerrados—. La comida ya está lista, ¿vamos?
—Adelántense, voy a llevar estos platos a la cocina—dijo Emilia mientras tomaba las bandejas de aperitivos.
—Le ayudo—dije.
—Te ayudo— me corrigió.
Tomé algunos platos y me dirigí a la cocina con Emilia. Los dejamos en la barra y antes de salir, ella me detuvo.
—¿Jane?
—¿Sí? —respondí.
—Quería decirte que estoy muy feliz de conocerte. Tom me habló de ti unos días después de que te conoció y al hacerlo tenía una sonrisa enorme en el rostro. Bueno siempre que habla de ti puedes notar lo feliz que lo haces—la miré a los ojos y pude notar de donde había sacado los ojos Tom. Eran de un color azul hermoso y se acompañaban de hermosos destellos cuando la luz chocaba con ellos.
›› Es la primera vez que lo veo así, si estuvo con Blair y ella es linda, pero él lo hizo más por la presión, que desafortunadamente mi esposo y yo le pusimos. Solo quiero agradecerte por devolverle la esperanza en esto del amor a mi hijo, así es como lo describe.
—¿Él dijo eso? —pregunté con ilusión.
—Si, pero no le digas que te conté—llevó su dedo índice a sus labios indicándome que esto era un secreto.
—Será nuestro secreto—añadí—, y también estoy muy feliz de haberlos conocido.
Tomó una de mis manos y la apretó de la misma manera en la que lo hacía mi mamá.
—Ahora vamos al comedor, ya deben de estar esperándonos.
La mesa estaba adornada con colores otoñales, en el centro estaba la increíble cena que habían cocinado. Pavo, pure de papas, pie de calabaza, todos los platillos típicos de este día, nos servimos un poco de todo. Hablamos de muchas cosas, pero casi al final de la cena empezamos a hablar de mi vida en Australia.
—Así que Jane, Tom nos dijo que vivías en Australia—comentó Adam.
—Si, nos fuimos a vivir hace dos años por el trabajo de mi papá.
—¿En qué trabaja tu padre? —preguntó Adam.
—Es profesor de literatura en la universidad de Sydney.
—¡Amo Sydney! La universidad es hermosa, hemos ido en varias ocasiones, que extraño que nunca te hayamos visto—añadió Emilia.
—Sydney es una ciudad grande y esa universidad también—dijo abue Cecy.
—¿Qué es lo que más te gustaba de Australia? —Adam me preguntó.
Solo he pensado en las malas experiencias que pasé al vivir en Sydney. Nunca me enfoqué en lo bueno. Australia no es malo, en realidad pasé buenos momentos. Con esa pregunta solo pude imaginar algo.
—Podría decir que los paisajes, realmente son maravillosos. Pero para mí, las personas, las amistades que hice y las experiencias que viví. Algunas buenas, algunas malas, pero de todas he aprendido algo.
—Me encanta como piensas—dijo Emilia.
Tom me dio un pequeño beso en la frente.
—Bueno, bueno. Yo quiero proponer un brindis—añadió abue Cecy—, la vida da tantos giros y entre tantas vueltas nos trajo a este ser de luz, Jane. Mi niña, no he visto a Tom tan feliz como ahora en mucho tiempo—pude ver de reojo a Tom y solo estaba sonriendo con la cara cabizbaja—, y todo es gracias a ti. Gracias por ser parte de nuestras vidas. Por Jane.
—Por Jane—dijeron todos al mismo tiempo, alzando sus copas.
—Muchas gracias a todos—podía sentir lo calientes que estaban mis mejillas—, gracias por la comida y la compañía, realmente se los agradezco mucho.
—Te esperamos aquí cada año—Emilia empezó a recoger los recipientes dónde hasta hace un momento estaba toda la comida— ¿Quién quiere postre?
—En realidad, Jane y yo esperaremos—contestó Tom.
—¿En serio? —dije con desilusión, yo si quería postre.
—Si, quiero enseñarte algo—me extendió la mano al ponerse de pie.
—Ok, pero después el postre—le aseguré.
♪♪ I'm yours-Alessia Cara
Fuimos de la mano hacia una puerta que llevaba al exterior de la casa. Comenzamos a caminar por el pasto del gigantesco jardín. La noche era perfecta, no tan fría, no tan calurosa. Simplemente la temperatura perfecta. La atmósfera solo estaba iluminada por la hermosa luna llena y las miles de estrellas.
Tom se detuvo y alzó la mirada.
—Una casa del árbol—dije al ver la estructura de madera.
—¿Quieres subir? —me preguntó señalando las escaleras.
—Claro que si—respondí cuando ya estaba trepando por esas escaleras con todo el cuidado del mundo para no caer.
No pude ver mucho al estar en la casita, hasta que Tom llegó y encendió una serie de focos que iluminaban todo con luz cálida. El espacio era mucho más grande de lo que parecía por fuera. Esto era una casita del árbol de ricos. Tenía toda clase de muebles en miniatura, una sala-comedor, una pequeña cama, una pequeña cocina; no me sorprendería que el refrigerador funcionara y que hubiera caviar en él.
—Esto no es nada como me lo imaginé—confesé.
—Lo sé—dijo al acercarse a mi—, en realidad era de mi hermana. Pero venía aquí cada vez que quería, al final se convirtió más mía que de ella.
—¿Y jugabas a la comidita? —cuestioné de manera burlona y el empezó a reír.
—La cocina y yo siempre hemos estado peleados—respondió.
Se sentó en uno de esos pequeños sillones y me invitó a sentarme junto a él. Era un poco incomodó, ya que el sillón era demasiado pequeño, pero al final pudimos acomodarnos.
—Gracias por traerme aquí—me acurruqué en su pecho.
—Solo a ti te traería.
—Ay ajaaa, seguro es tu lugar para besar.
—¿Mi lugar para besar? —dijo aguantando la risa.
—Si, ya sabes... dónde traes a chicas. Un lugar privado, para hacer cosas.
—¿Cosas cómo estas? —me tomó de la barbilla y comenzó a besarme lentamente.
El beso fue tierno y a la vez sexy, no sabría cómo explicarlo exactamente. Él se estaba entregando completamente a mí hasta que se detuvo.
—Solo a ti te traería—confesó.
—Solo dices eso porque estoy aquí.
—Lo digo en serio Jane—me vio de manera muy seria, era momento de dejar de bromear—, en realidad, solo he tenido dos relaciones serías. Blair, era una gran amiga, pero no creo alguna vez poder pensar en ella como la persona con la que quiero compartir mi vida. Me forcé para quererla de la manera en la que todos querían que la quisiera, pero entendí que el amor no funciona así.
›› Y ahora estas tú. Mi mundo cambió la primera vez que te vi. Fue como si nos hubiéramos conocido antes, tal vez en otra vida, no lo sé. Supe que eras tú, siempre lo supe. Eres perfecta, esto es perfecto. Tal vez más que eso.
—¿Esto es perfecto? —repetí intentando asimilar todo lo que Tom había confesado.
—Si la perfección existiera se quedaría deseando más al pensar en nosotros.
En ese instante entendí lo que la verdadera perfección debería de significar. No es algo utópico, algo que no se pueda alcanzar. Es mucho más que eso.
Tom y yo no siempre estábamos de acuerdo en todo, hemos peleado y simplemente tenemos errores, somos humanos.
Pero lo que nos hace perfectos, somos nosotros, el simple hecho de haber coincidido en esta vida y en este momento. Y es este preciso momento, en esta casita del árbol, en el que supe lo que el amor realmente significa...
🌚🌝
Más dulce no se puede por qué llenaríamos Wattpad de miel.
Los tortolitos son bien tiernos ¿no?
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