Fudge por fin acepto que Voldemort regreso. Sirius era libre. El gafotas estaba en casa de sus tíos durante una semana aunque se fue enfadado porque no quería ir.
Altair para su desgracia no volvía a Azkaban como se dijo en el acuerdo sino que además tenía que ser una espía para Dumbledore.
Por lo que hay estaba esperando a Bella jugando con Piquers.
-Hola- dijo al sentir su presencia.
-Cambias de bando.- podía oír la sonrisa en su voz. Ella solo asintió.- ¿Por qué?
-En la batalla del ministerio me di cuenta que era inútil ganar con un chico busca problemas- la miró viendo exactamente su gran sonrisa- Que mejor que estar en el bando vencedor.
Bellatrix solo asintió y ambas caminaron hasta donde sea que la llevase.
-¿Sabes? Creo que he mejorado escribiendo- le dijo feliz por qué cuando ella iba a enviar la carta se enteró que se había escapado- También volví loca a todos en la escuela siendo insufrible, justo como me enseñaste.
-Eso es genial mocosa, ahora podemos ser las dos insufribles al señor Tenebroso.
-¿A Valdemoro?- Bella asintió- Sabía yo que no te quedarías tranquila sirviéndole. A ti nadie te manda.
Soltó una pequeña risa. Ambas se adoraban y se soportaban en Azkaban.
*
-¿Entonces planeas unirte a nosotros después haber roto la profecía?- Altair mantuvo la cabeza recta ella no se intimida fácil.
-Aunque este rota sigue funcionando- ella ya había escuchado la suya tenía muy claro que hacer.
-Es una pena que este rota así no podía escucharla con todos mis mortifagos por mucho que quiera.
-No puedes hacerlo, si alguien más que tú la escucha muere por que ya fue escuchada una vez en grupo.
-Bien dejemos de todo eso aún lado y dime por qué debería hacerte morifaga.
-Soy un obscurial- había repasado el plan con Dumbledore y Severus al menos unas cinco veces.- Imagina tenerme de tu lado con todo ese poder para tí y solo para tí.
Podía ver su siniestra sonrisa. Estaba armando un plan pero ella también tenía uno sobre todo después de oír la profecía.
-En ese caso será un placer tenerte como mortifaga pero antes de hacerte la marca debo ponerte a prueba.
Ella solo asintió.
Los planes dan comienzo y solo uno debe funcionar para ganar.