Zoé salió del supermercado hasta el estacionamiento, subió al auto emprendiendo viaje hasta el consultorio del señor Miller. Pasaría por el señor Lee ya que ambos irían a la cafetería de la señora Miller, hoy era su última terapia con el señor Miller, había progresado mucho, y eso le hacía sentir plenamente feliz. Sabía que el señor Lee ahora estaba bien, podría volver a su vida normal como siempre debió ser.
Quedaba dos semanas más para que ambos se fueran a Corea, Zoé aún lo pensaba detenidamente, porque aunque haya firmado aquel contrato aún sentía que no estaba lista. Su hermana se había molestado, aunque el dijiera que no era por ella su "estrés", Zoé sabía muy bien que el mentía. Había escuchado a Katerine llorar la noche que les dió la notica, no los quería dejar solos pero era su sueño y estaba a nada de cumplirlo.
Confiaba en Dongmin, el le había asegurado que después de un año Podría traer a su familia, eso la hacia sentir aún más tramquila. Aunque no sabía que harían ellos sin ella todo ese año, se había prometido que trabajaría duro y hacer poder llevar a su familia con ella. Sería una gran fotógrafa y haría sentir orgullosa a su mamá. Zoé estaba feliz por aquel viaje.
Había llegado antes de lo acordado, tomo su bolsita de gomitas y salió fue hacia el jardín del señor Miller, tenía una pequeña Banca dónde podías tomar asiento y esperar el autobús. Zoé siempre lo esperaba ahí, sin embargo está vez no esperaba un autobús. Esperaba al chico que logro conquistar su duro corazón, el Señor Lee Dongmin, alias. El feo.
Iba a extrañar esto, iba a extrañar a la familia Miller, iba a extrañar caminar por estás calles, iba a extrañar a su familia. Su madre siempre le había dicho que siguiera sus sueños, luego de la muerte de ella había dicho que los sueños eran algo estúpidos, nunca se cumplían. Todo eso cambio cuando el señor Lee cruzó aquellas barreras que Zoé había construido, agradecía eso. El señor Lee había hecho que su sueño comenzará hacerse realidad.
Nunca olvidaría esto.
—¿En qué piensas?—sintió como el señor Lee tomaba asiento a su lado, y entrelazaban sus manos.
—En nada, ¿Cómo le fue señor Lee?—presto toda su atención en el.
—Bien, mira—le hizo entrega de una hoja—Estoy mejor ahora...
—Lo se, me siento como una madre orgullosa—Zoé limpio unas cuantas lágrimas, claramente falsas—Estoy orgullosa de ti Lee Dongmin.
—El sarcasmos no te sienta Zoé—ella río.
—No es sarcasmos Dongmin.
—Sí, como no...—ambos comenzaron a reír—Vamos.
Zoé caminó hacia el auto subiendo y detrás de ella el señor Lee, el viaje hacia la cafetería fue como siempre. Dongmin le explicaba que el seño Miller le había dado por fin de alta y ahora podía beber, era extraño y cuando dijo aquello recibió como respuesta un golpe de Zoé. Aún así luego de llorar un segundo, entendió porque no podía tomar en todo el viaje. Aún así, extrañaba el alcohol.
Entraron por la puerta de la cafetería haciendo sonar la pequeña campanita, Dongmin vio todo con claridad. Ahí estaban las personas en poco tiempo se habían vuelto su familia, La señor Miller quien le dió muchos consejos sobre cómo conquistar a Zoé, casi siempre termina fallando y solo necesitaba venir con la señora Miller y volver a confiar en el mismo. Ella tomó el rol de su madre mientras su estadía aquí.
Luego estaba Dafne, no llevaba mucho en conocerla, aún así se le hacía una persona muy divertida y leal, le había ayudado en muchas ocasiones al querer salir con Zoé a citas, citas que siempre terminaban en situaciones demasiado extrañas. Aún así le agradecía con todo su corazón por ser una buena amiga y compañía durante su estadía aquí.
Alice era una chica muy lista, con un gran potencial, era muy asustadiza. Le recordaba a el cuando era joven, ella también había sido una muy buena amiga, aún con su torpeza ella era perfecta. Esperaba que en algún momento llevar ese gran talento a Corea, se había encariñado con cada una de las personas de esta cafetería, ojalá y algún día podría llevarse a las personas que lo ayudaron a salir en lo que estaba se estaba hundiendo.
Santiago es un chico algo extraño, su sueño es algo loco, no sabe cantar, ni bailar, aún así Dongmin esperaba que en algún momento el cumpla sus sueños, iba hacer una gran persona en un futuro. Lo sabía, lo presentía mejor dicho, y confiaba en él y en lo que podía hacer. El su familia eran muy especiales para el.
Katerine, una chica algo sería, loco en ciertas ocasiones, con problemas hacia la limpieza muy avanzados, persona a quien el, le pegó un chicle por accidente y a causa de eso el fue quien comenzó aquella tercera guerra dónde salió regañado. La extrañaría, era una gran chica, con un gran potencial, la única chica que había logrado conquistar el corazón de su mejor amigo, sabía que ella lo ayudaría a ser mejor persona en un futuro. Había dejado Katerine en buenas manos, decía lo mismo hacia Minhyuk.
Zoé, la persona que busco por tanto tiempo, la persona de quién estuvo enamorado todos esos años. Estaba ahí, con una sonrisa para el, esperando por el. No podía ni imaginar lo feliz que se sentía al saber que ella había aceptado trabajar para el, ahora estarían juntos. El estaba bien, podía ser su lugar segura, no dudaba de eso ni un segundo. Muchas cosas infantiles pasaban por su cabeza, aún así mantenía sus pies sobre la tierra. Cuando ambos llegarían a Corea, el le sería honesto.
Le diría que el es Cha Eunwoo.
Ya había tomado la decisión.
Todo saldría bien.
Nunca le gustaron las despidas.
¿Está era una?.
No lo sabía.
Ni lo quería descubrir.
☕☕☕
Katerine termino de acomodar los últimos botones de su camisa, vio por última vez el reloj en la mesita de noche asegurándose de que aún fuera temprano. Hizo una leve coleta en su cabello y coloco un poco de brillo labial colocándolo en sus labios, tomo su cartera junto con algo de dinero y sus audífonos. Salió de su habitación hasta la planta baja, su hermana no estaba. De seguro fue por el señor Lee.
Salió y comenzó a caminar hacia la parada de autobús más cercana, antes de ir su horario laboral en la cafetería de la señora Miller, pasaría primero por un supermercado a comprar cosas de primera necesidad para ella, si bien sabe su hermana está en desacuerdo en eso. No era orgullo lo que sentía Kat, simplemente quería comenzar a caminar sin sostener la mano de su hermana, sería difícil. Sin embargo no imposible.
—¿Katerine?, Hola...¿Cómo estas?—giro sobre sus talones al escuchar su nombre.
—¿Valery?, Hola.. Bien, ¿Y tú?. No te eh visto—Kat sonrió.
—Si, bueno eh estado ocupada últimamente. Santiago me contó que te graduaste hace una semana, Felicidades.
—¡Gracias!, Es extraño...—comenzó a jugar con sus dedos.
—Lo sé, la última vez que supe de ti fué...—Kat suspiro—¿Cómo está Zoé?.
—Esta bien, tu sabes su trabajo la mantiene ocupada casi siempre.
—La entiendo...
—¡Amor!, ¡Lo encontré....!.
Katerine abrió sus ojos con exageración al ver quién venía corriendo hacia ellas, su hermano al verla se detuvo. Era una situación demasiado incómoda, Katerine no se quedaría ni un segundo más ahí, no cuando su hermano está ahí. Pago las cosas y salió a toda velocidad, sin embargo fue detenida por la mano de Santiago, intento irse, no lo logro.
—Kat, mira....Yo...
—¡¿Que me dirás?!—exclamo—¡¿Que te casaste a escondidas?!, ¡¡Por dios Santiago eres un egoísta!!, ¡¡¿Tanto nos odias?!!...¡¡Zoé nunca haría algo así!!, ¡¡Me mentiste!!.
—¡Ya Katerine!, ¡Ya no soy un niño por dios!, ¡¡Deja ya tus berrinches!!, ¡¡No me hablas!!, ¡¡Llevo días llamándote y me ignoras!!.
—¡¡No contesto por no quiero hablar contigo!!, ¡Nisiquiera has llegado a casa!...
—¿Y para que llegaría?, Zoé está a nada de irse. No entiendo porque quieres que acepté tal estupidez.
—Para ti es una estupidez, paro para ella es su sueño Santiago. ¡Entiéndelo!.
—¡Y lo entiendo!, ¡¿Pero porque se va?!, ¡Estará sola!, ¡Sin nosotros!.
—Es su decisión...
—Sabes que Zoé está mal, lo sabes Katerine y aún así estuviste de acuerdo....
—¡Sahaira ya no está Santiago!, ¡Se fue!, ¡No volverá!, ¡Zoé debe cumplir su sueño!.
—¿Estás así...?, ¿Porque Zoé tuvo algo que ver?... Katerine...
—¡¡Cállate!!, ¡¡¿Cómo puedes decir eso?!!, ¡¡Zoé nunca me haría daño!!—comenzó a empujar el cuerpo de su hermano, mientras soltaba unas cuantas lágrimas—Zoé está bien...Lo se, Sahaira no volverá...
—Kat...¿Aún sientes miedo hacia Sahaira?...
Ella nego.
—Tienes miedo, lo sé...
—Tu no sabes nada de mi Santiago, la única que ha estado aquí es Zoé...Tu me mentiste, confíe en ti, ¿Y mira como me fallaste?. Al final no debo reclamarte, mamá ya no está papá tampoco...Estoy sola, de nuevo Santiago....
Tomo sus cosas y comenzó a caminar a paso rápido, ignorando el hecho de su hermano la llamaba. Se sentía como la peor persona. Sabía que nada de esto era su culpa, y sabía que su hermano ya estaba demasiado grande para tomar sus decisiones, tal vez no era el simple hecho de que el le haya mentido sobre su doble vida. Kat confiaba mucho en el, era su luz en la oscuridad en muchas ocasiones, y saber que casi siempre que lo necesitaba el no estaba por ir con ella, le dolía. Aún así lo entendía.
Era una egoísta.
Necesitaba un abrazo.
Necesitaba a Rocky.
—¿Porqué lloras niña bonita?—levanto la mirada para ver quién era. Sonrió de lado.
—Lían, ¿Que haces aquí?. Pensé que te habían transferido...
—Regrese a hace una semana, extrañaba a mi mejor amiga...
—¿Así?, Pues ella no—comenzó a reír—Has cambiado este último año.
—Si, lo se. Crecí más, soy más apuesto...
—¿Mmm?, No tanto.
—Eres mala, Kat..
—Algo...¿Cómo me encontraste?.
—Santiago es demasiado manipulable...Es fácil sacarle información.
—Que chistoso, ¿Cuanto piensas quedarte?.
—No me volveré a ir.
—Que alegría, no estaré tan sola después de que Zoé se vaya.
Ella sonrió.
Había pasado todo el camino hacia la cafetería de la señora Miller hablando con Lían, se contaban cosas de ellos durante el año que no estuvieron juntos. Kat sonría al ver las locuras que hacia su mejor amigo, sabía que el estando en la cuidad no se aburriría si Zoé no regresaba en un año. Además en seis meses podría ir a visitar a Rocky.
Había olvidado lo que era hablar con su mejor amigo, había perdido contacto luego de ese año. Nunca había hablado de sus sentimientos, y ahora podía entender que todo ese tiempo que pasó según ella enamorada de Lían, solo había sido un inocente amor, uno de adolescentes. Ahora podía estar junto a el, sin ponerse nerviosa o pensar en muchos escenarios con el, y su perfecta relación. Todo era diferente ahora.
Y sus sentimientos hacia Minhyuk, eran cada vez más claros.
Todo había cambiado.
Y seguía cambiando.
☕☕☕
—¿Porqué no salen?, Es viernes deberían salir.
—Señora Miller, es agradable estar aquí. Además, el señor Lee no puede tomar—Zoé dió un sorbo a su vivida.
—Haces que pierda toda la diversión, Zoé—Dafne suspiro.
—No saldremos, es mi última palabra...
—Zoé, la señora Miller tiene razón. En toda la estadía del señor Lee no lo has llevado a conocer la cuidad de noche...
—Dafne...
Zoé suspiro, llevaban más de media hora intentado convencerla sobre si salir con el señor Lee está noche, claramente quería salir pero no dejaría que ellos se dieran cuenta fácilmente. Quería llevarselo lejos y así poder sacar provecho de el, no en el mal sentido. Si lo vendía ganaría mucho dinero, era una idea muy tentadora.
Nisiquiera supo cuando lograron convercerla, sin embargo ahí se encontraba en su habitación con tres chicas totalmente locas buscándole algo de ropa para lucir bella ante la mirada del señor Lee, ellas estaban locas. Nisiquiera sabía porque había aceptado esto, era una completa locura.
—Te vez hermosa.
—No lo creo....
—Confía en ti misma—susurro su hermana.
Suspiro, no podía negar que no se veía nada mal sin embargo no sabía si usar esto era lo adecuado, no le tomo importancia y salió junto con sus amigos. Irían a uno de los barres cerca de la playa, a petición de su hermana y el señor Lee. Está noche algo cambiaría.
Zoé lo presentía.
Y si lo presentía.
Algo pasaría.
Algo terrible.
O bueno eso no lo sabían hasta que la mirada de todos estaban sobre ella. Nisiquiera tuvo tiempo de reaccionar cuando vio a su hermana lanzarse sobre el cuerpo de aquella chica y comenzar a golpearla o eso parecía. Ella sabía que haber traído a Zoé aún lugar así no fue una opción.
¿Ahora que harían?.
Nada.
Solo dejar que Zoé sea ella misma.
Pobre chica.
—Alice...
—¿Si?.
—Zoé...
Dongmin quiso detenter a Zoé, no lo conseguio cuando vio ella ya estaba tirada en el suelo con la chica debajo de ella. No podía separarlas, sabía que si lo hacía el saldría perjudicado. Sus amigos le habían advertido de esto, nunca pensó que fuera tan real. Lo pensó de muchas chicas de esta cuidad, pero nunca de Zoé. No conocía a la Zoé que tenía a sus ojos.
Ella no era su Zoé.
Su Zoé no hacía eso.
¿O sí?.
—¡Zoeeeee!, ¡Déjala Zoeeee!.
Los gritos se hacían presentes, Dongmin abrió sus ojos con exageración al ver cómo Zoé se levantaba del suelo con su cabello despeinado y en sus manos un gran mechón de cabello de aquella chica. Antes de irse le guiño el ojo. Dongmin suspiró.
Regla 200.
No poner celosa a Zoé.
Mucho menos dejarla beber.
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