En el día siguiente, Andrea se despertó mucho mejor, había descansado bien y despejó su mente de las preocupaciones que tenía. Ella alistó una maleta con lo necesario para quedarse una semana en el departamento de Samuel.
Desayunaron juntos y ella se fue a trabajar, mientras Samuel se quedó revisando los últimos casos que faltaban en el archivo de Andrea, ya tenía una nueva lista para enviar al detective.
Pero había un nombre que él quería que fuera investigado por fuera. Desde que Andrea le había contado lo que le había hecho este miserable... La idea de buscarlo y hacerlo pagar por todo lo que le había hecho a su mujer no le salía de la cabeza. Pero también sabía que remover este pasado podría lastimar a su novia y él no quería ser el causante de un nuevo sufrimiento. Así que decidió no revelar a ella sus intenciones...
Samuel marcó el número del detective.
Samuel: Buenas tardes... Tengo una nueva lista, necesito saber todo de estas personas, archivo completo, quiero saber qué hacen, dónde viven, si tienen antecedentes crimínales, fotos actualizadas... Todo. Te estoy enviando un correo electrónico con los nombres. - Dijo serio.
Detective: Esto puede llevar algunas semanas, pero usted tendrá todo lo que pidió. - Dijo.
Samuel: Gracias... - Dijo.
Detective: ¿Algo más? - Samuel se quedó callado dudando si debería hacer eso o no... - ¿Señor Gallardo? ¿Hay algo más? - Volvió a preguntar, entonces él actuó por impulso.
Samuel: Sí... Necesito que investigues un nombre que no está en la lista que te envié. Es un encargo personal, lo que tengas de él lo enviaras sólo para a mí, ¿ok? - Dijo nervioso.
Detective: Perfectamente, ¿A quién debo investigar? - Preguntó.
Samuel: Fernando Morales de Navarro... Quiero el archivo completo de ese tipo. - Dijo con el rostro endurecido. Escuchó el ruido de la puerta y frunció el ceño al ver que su novia ya había regresado del trabajo.
Detective: Así va a ser. ¿Algo más señor Gallardo? - Preguntó.
Samuel: No eso es todo, gracias. Hablamos después... - Dijo colgando la llamada. - Brujita, ya llegaste... - Dijo suavizando sus facciones.
Andrea: Hola, mi amor. - Le dio un beso corto en los labios. - Sí, me cancelaron un par de juntas y quise venir más temprano a la casa. ¿Con quién estabas hablando? - Preguntó y Samuel se tensó, sabía que no se veía bien ocultar lo que pretendía hacer, pero no quería preocuparla.
Samuel: Con el detective, le envié la lista con los nombres de que hablamos esta mañana. - Andrea frunció el ceño.
Andrea: ¿Pasó algo más? - Preguntó mirándolo a los ojos.
Samuel: No, ¿Por qué lo dices? - Se sentía nervioso, no le gustaba ocultarle nada a ella.
Andrea: No sé... Tu mirada está distante. ¿Hay algo que te está preocupando? Puedes hablar conmigo, lo sabes, ¿verdad? - Preguntó dulcemente. Es que su brujita lo conocía mejor que nadie.
Samuel: No, todo está bien, mi amor. Sólo estoy un poco cansado. - Dijo tratando de sonreír.
Andrea: ¿Seguro, guapo? - Preguntó alzando las cejas.
Samuel: Sí, brujita. - Dijo besándola suavemente en los labios. - Te amo... Nunca dudes de eso. - Susurró después del beso.
Andrea: Lo sé, mi amor. - Sonrió, acariciando su mejilla. - Yo también te amo... Y mucho. - Dijo dulce. - Ahora voy a darme una ducha y arreglarme para la cena con nuestros hermanos. - Dijo y Samuel asintió.
Samuel: Ya dejé tus cosas en mi departamento, cuando regresarnos de la cena ya vamos directo para allá... - Dijo y ella sonrió. Samuel se quedó mirando mientras la veía caminar por el pasillo, pero no pudo evitar sentirse culpable.
Samuel ya estaba listo, estaba en la sala esperando Andrea, pero no podía dejar de pensar que tal vez hubiera cometido un error al remover ese pasado. Él y Andrea estaban muy bien, su relación era sólida y basada en la confianza mutua, hasta ya estaba decidido a darle el siguiente paso, tenerla con él en estas semanas lo hizo percibir que ya no quería más estar lejos de ella. Estaba decidido a pedir su brujita en matrimonio.
Entre ellos no había secretos, bueno, no hasta ahora... Él podría echar todo a perder y lo último que quería era causarle un sufrimiento o una decepción a Andrea, esto él no soportaría.
Andrea: Mi amor, te estoy hablando hace rato... Estás muy distraído hoy, ¿Qué te pasa, Samuel? - Preguntó acercándose a él. Samuel se volteó y la miró con una sonrisa, se veía bellísima como siempre.
Samuel: Lo siento, estaba pensando... En nuestros hermanos. - Dijo mirándola, la vio sonreír. - Estás hermosa, mi amor. - Dijo tomándola de las manos, se apartó un poco para mirarla de pies a cabeza.
Andrea: Gracias, bobito. - Dijo sonriendo. Samuel la besó tiernamente en los labios. - Tú también te ves muy guapo. - Dijo después del beso. - ¿Sabes? Ya me imagino lo que nos quieran decir... - Lo miró divertida.
Samuel: ¿Quién? - Dijo frunciendo el ceño.
Andrea: Ay, nuestros hermanos, ¿Quien más? Samuel, te conozco... Algo te está preocupando y no me quieres decir. - Dijo mirándolo a los ojos.
Samuel: Todo está bien, mi amor. No te preocupes. - La besó en los labios despacio.
Andrea: Ok, no insistiré más... Pero sabes que puedes hablar conmigo, ¿verdad? - Lo miró a los ojos y él asintió. - Vámonos, que el camino hacia el rancho de nuestros hermanos es largo. - Andrea recogió los regalos que había comprado para su hermana y su sobrino, porque estaba segura que iba a ser un niño, mientras Samuel la tomaba de la mano entrelazando sus dedos con los suyos. Él cerró el departamento de su novia con sus llaves y se fueron a cenar con sus hermanos.
Rancho de Sofía y Arturo
Sofía recibió a su hermana y su cuñado con un abrazo, mientras Arturo venía a saludarlos con un delantal de cocina puesto.
Arturo: Que bueno que están aquí, ¡Bienvenidos a nuestro hogar! - Dijo abrazando a su hermano y a su cuñada. - Pasen, están en su casa. - Dijo con una sonrisa.
Samuel: Espero que hayas hecho la receta secreta de papá. - Dijo divertido. - Te va encantar, brujita. - La miró y Andrea sonrió.
Sofía: Aún no me he acostumbrado a escucharte llamando así a mi hermana. - Dijo haciéndolos reír.
Arturo: Pero nosotros también tenemos nuestros apodos, chaparrita. - Dijo abrazando su esposa de costado y besando su mejilla.
Andrea: ¿No van a venir Flavio e Irina? - Preguntó mirando alrededor.
Sofía: Los invitamos, pero ellos están grabando un comercial. - Dijo mirándola.
Samuel: Están muy solicitados, ¿no? - Dijo sonriendo.
Sofía: Mamá está como loca porque todos los días ellos están en los programas de farándulas. - Dijo divertida.
Andrea: Les gusta el show. - Dijo con una sonrisa.
Arturo: Disculpen un momento, voy a ver cómo anda nuestra cena. - Dijo volviendo a la cocina.
Sofía: ¿Quieren algo de tomar? - Preguntó mirándolos.
Samuel: Voy a hacerme una excepción esta noche y servirme una copa, ¿Me acompañas en una copa, brujita? - La miró.
Andrea: Si, amor. Pero no exageres, que aún no estas liberado para consumir alcohol. - Dijo y él asintió sonriendo. Samuel abrió la botella de vino y sirvió dos copas, se acercó a ella y entregó su copa. - Gracias. - Besó su mejilla.
Samuel: Voy a ver si Arturo necesita ayuda. - Dijo y Andrea asintió con una sonrisa. Samuel se fue a la cocina dejando las dos hermanas a solas.
Sofía: No sabes lo feliz que me hace verte así hermana. - Dijo tomando su mano, se veía emocionada. Andrea sonrió.
Andrea: Ay Sofí, después de todos estos años de sufrimiento y soledad, me parece increíble todo lo que estoy viviendo. ¿Es como un sueño, sabes? Desde que Samuel llegó a mi vida todo ha cambiado para mejor, si hoy mi corazón está lleno de amor es gracias a él... He superado a mis miedos, mis angustias, mis inseguridades, dejé hacia atrás estos fantasmas que me quitaban el sueño, y elegí ser feliz con el hombre que yo amo, el hombre que me enseñó que el amor es algo maravilloso y que puedo volver a confiar, sé que Samuel nunca me va a defraudar. Él es el amor de mi vida, hermana. - Dijo con los ojos aguados, Sofía la abrazó.
Sofía: Lo mismo me pasó con Arturo... Es que estos hermanos Gallardo tienen algo que no sé cómo explicarlo... Son tiernos, dulces y muy apasionados. - Dijo haciendo reír a su hermana. - Nunca he sido tan feliz... Papá los iba a adorar estoy segura. - Dijo con nostalgia. - Después del infierno que pasé con Leonardo, tener a un hombre como Arturo es un sueño. - Dijo mirando a su hermana.
Andrea: Sofí, hay algo que no te he comentado... Sabes que la ex de Samuel invadió su departamento, ¿no? - Miró a su hermana.
Sofía: Sí, sorprendiste a la cabaretera en lencería en el departamento de Samuel. - Andrea volteó los ojos.
Andrea: No me gusta ni siquiera recordar este momento. - Dijo haciendo una mueca de desagrado. - Pero, no es eso lo que quería decirte, cuando fuimos a la comisaría a declarar... Descubrimos que ella había salido bajo fianza. - Dijo mirándola.
Sofía: No entiendo de estas cosas legales, pero esto es posible, ¿no? - Alzó las cejas. - Además, ella debe tener dinero para pagar la fianza... Ya que es una cantante. - Dijo mirando a su hermana.
Andrea: Sí, es su derecho. Lo que sí me dejó intrigada fue la persona que pagó su fianza. - Sofía frunció el ceño.
Sofía: Ay, pero, ¿Quién fue? - Preguntó.
Andrea: Leonardo Montalvo, hermana. Tu ex marido fue quién pagó la fianza de Patricia. - Sofía abrió mucho los ojos.
Sofía: ¿Qué? ¿Leonardo anda metido con la ex de Samuel? - Dijo sorprendida.
Andrea: No sé que relación tienen estos dos, pero en el evento de empresarios que fui con Samuel hace unos meses. Leonardo estaba allá y esa mujer también... En ese día él vino a hablar conmigo, y días después esa mujer se presentó en mi bufete a armar un escándalo... Yo no creo en las casualidades Sofía. - Su hermana la miró preocupada.
Sofía: ¿Leonardo te hizo algo, Andrea? - Preguntó nerviosa.
Andrea: Tranquila, él no me hizo nada. Pero tú sabes que nunca me llevé bien con él... - Dijo mirándola.
Sofía: Jamás me voy a olvidar su mirada llena de odio en el día que se enteró que él no iba a recibir mi parte de la herencia. Leonardo me dijo que tarde o temprano iba a hacernos pagar por eso... Él estaba con mucho odio de ti y de papá. - Dijo recordando el momento.
Andrea: ¿Por qué nunca me has dicho eso, Sofía? - Preguntó mirando a su hermana.
Sofía: Perdón hermana, en ese tiempo yo andaba muy deprimida, tenía mucho miedo de que te enfrentaras con él, o que papá hiciera algo, ya se habían peleado muy feo unos días antes... Tenía pánico de que él te lastimara, como lo hizo conmigo tantas veces. - Dijo llorando. Andrea la abrazó tranquilizándola.
Andrea: Ey, tranquila... Esto ya es pasado. Este cobarde ya no puede más hacerte daño. - Dijo acariciando su pelo. - Mejor hablamos de cosas bonitas... Te trajo un regalo. - Dijo apartándose para mirarla con una sonrisa.
Sofía: La que tenía que regalarte algo soy yo, ya que tu cumpleaños fue en el mes pasado. Pero no quisiste salir a celebrarlo... - Dijo limpiando sus lágrimas.
Andrea: Con Samuel en el hospital no podía pensar en otra cosa que no fuera su recuperación. Además, tú y Irina me llevaron un pastel de sorpresa en el hospital, para mí ya fue lo suficiente. - Dijo sonriendo.
Sofía: Me has dicho que pretendes irte a Miami... ¿Samuel se va contigo? - La miró.
Andrea: Sí, si todo ocurrir como planeo en dos meses estaremos en Miami. - Dijo con una sonrisa.
Sofía: ¿Otro viaje romántico? - Dijo sonriendo.
Andrea: Tengo que atender algunos compromisos del bufete y pensé que sería bueno quedarnos unos días lejos de aquí. - Dijo mirando a su hermana.
Sofía: Me parece muy bien. - Dijo sonriendo.
Andrea: Ahora abre los regalos. - Dijo divertida, mientras se tomaba un sorbo de su copa de vino. Sofí empezó a abrir los regalos.
Sofía: Hermana, esto es una preciosidad. - Dijo emocionada viendo el conjunto de bebé. - No puedo creer es igualita a la cadenita que nos regaló papá. - Dijo mirando la cadena que su hermana había regalado a su hijo. - Y este vestido está una belleza, y mira que nada que me pongo me queda bien. En una semana cumplo los seis meses. ¡Gracias hermana! - Dijo sonriendo.
Andrea: Me alegra que te haya gustado, hermana. - Dijo mirándola con una sonrisa.
Sofía: Oye, Samuel ya está casi recuperado, ¿no? – Dijo mirando a su hermana.
Andrea: Sí, en la próxima semana ya vuelve a trabajar... Ha estado casi dos meses tratando de la pierna. - Dijo mirándola.
Sofía: ¿Vas a volver al rancho? - Preguntó mirándola.
Andrea: No, voy por mis cosas y volveré a vivir en la ciudad. - Dijo mirando a su hermana.
Sofía: ¿Con Samuel? - Dijo divertida.
Andrea: Volveré a mi departamento... - Dijo mirándola.
Sofía: Sí, y él se quedará contigo, ¿verdad? - Dijo divertida.
Andrea: Samuel tiene su casa. - Dijo mirándola.
Sofía: Y tú la tuya... Seguro se van a quedar una semana en cada casa. - Dijo divertida, al ver como la hermana se ponía roja. - No hay nada de malo, boba. Si ustedes están felices, es lo único que importa... Deje que piensen lo que quieran. - Dijo mirándola.
Andrea: Mamá se va a creer que me voy a vivir con él... - Dijo mirándola.
Sofía: Ella ya lo piensa eso desde que se enteró que ustedes son vecinos. - Dijo maneando la cabeza divertida. Ella iba a decirle algo cuando Arturo y Samuel se acercaron con la cena.
Las dos parejas pasaron al comedor, la comida que había preparado Arturo olía riquísima. La tal receta secreta del papá de los hermanos Gallardo era verdaderamente sabrosa. Charlaron divertidos sobre sus vidas, Arturo y Sofía como hermanos mayores de sus respectivas familias contaban anécdotas de sus hermanos menores... Las parejas hablaron de sus planes para el futuro, Samuel se veía más relajado y disfrutando de la noche al lado de su brujita.
Entonces Sofía reveló el motivo de la cena para la pareja, les entregó un sobre con una ecografía del pequeño Arturo Gallardo Del Junco, sí, iba a tener un varón. Arturo y Sofía recibieron las felicitaciones e hicieron otra invitación.
Arturo: Yo y mi chaparrita gustaríamos de saber si ustedes aceptan ser los padrinos de nuestro hijo. - Dijo mirando a la pareja.
Sofía: Quiero que seas la madrina de mi hijo, hermana. - Dijo mirándola con los ojos aguados.
Andrea: Ay, no lo puedo creer... Por supuesto que a acepto, nada me haría más feliz que ser la madrina de tu hijo. - Dijo poniendo su mano en el vientre de su hermana. De pronto ella sintió un golpecito. - Te está pateando... ¿Estás contento mi príncipe? Dile, hola tía madrina... - Dijo divertida, las hermanas se abrazan muy emocionadas. Samuel las miraba con una sonrisa.
Arturo: ¿Y tú qué me dices, hermano? ¿Acepta ser el padrino de mi hijo? - Dijo sonriendo.
Samuel: La pregunta ofende. Por supuesto que acepto. - Dijo con una sonrisa fundiéndose en un abrazo fraterno. - Gracias, cuñada. - Dijo abrazando a Sofía.
Sofía: Ustedes van a ser excelentes padrinos estoy segura. - Dijo mirándolos después del abrazo. Samuel tenía Andrea abrazada de costado.
Andrea: Oye, ¿Irina y Flavio ya lo saben? - Preguntó.
Sofía: Sí y están de acuerdo. - Dijo sonriendo.
Se la pasaron celebrando las buenas noticias. Andrea y Arturo empezaron a hablar sobre el rancho que su cuñado había comprado, le ofreció ayuda ya que su padre había hecho un excelente trabajo en el rancho Del Junco y ella por mucho tiempo estuvo al frente de la administración del rancho. Andrea le enseñó algunos de los proyectos ecológicos de su padre y Arturo se quedó muy impresionado. Sin duda iba a implementarlos en su rancho.
Samuel se quedó mirando a su novia con adoración. Sofía se acercó a él.
Sofía: Estás que se te cae la baba a cualquier momento. - Dijo divertida. Samuel sonrió.
Samuel: No te imaginas lo cuánto yo amo a tu hermana. - Dijo mirándola. - Necesito hablar contigo a solas. - Dio un largo suspiro.
Sofía: ¿Pasó algo? ¿Hay algún problema entre ustedes? - Preguntó preocupada.
Samuel: No es nada de eso... - Dijo mirándola.
Sofía: Ok, vamos a fuera un momento. - Dijo y Samuel asintió. Caminaron hacia él área de la alberca. - Creo que ya puedes hablar... - Dijo mirándolo.
Samuel: En primero lugar, necesito tu ayuda... Sé que puede parecer muy temprano, pero después estas semanas teniendo a tu hermana conmigo todos los días, no puedo ni quiero estar lejos de ella...- Dijo mirando a su cuñada.
Sofía: Samuel me estás diciendo... - Decía cuando él la interrumpió.
Samuel: Yo quiero pasar todos los días de mi vida con Andrea, quiero que la mirada de ella sea la primera cosa que vea al despertarme en las mañanas... Sofía, yo quiero pedir la mano de tu hermana en matrimonio. Quiero casarme con ella. - Dijo y Sofía se abalanzó hacia su cuñado para abrazarlo se veía muy emocionada.
Sofía: No lo puedo creer... ¡Por supuesto que te voy a ayudar! - Dijo ilusionada después del abrazo. - Andrea lucirá bellísima con un vestido de novia. - Samuel sonrió.
Samuel: Voy a buscar el anillo perfecto para tu hermana, pero necesito que me ayudes... No sé sus medidas y si le pregunto lo va a sospechar. - Dijo rascándose la cabeza.
Sofía: Tranquilo, mañana voy al rancho y me meto en su habitación a secuestrarle un anillo. Después te llamo para que pases a recogerlo. - Dijo ilusionada, Samuel asintió.
Samuel: Sé que le dije que no íbamos a saltar etapas, pero me urge tener una vida con ella. - Dijo con sinceridad.
Sofía: Ella también quiere lo mismo que tú estoy segura. - Dijo sonriendo. - Dijiste que tenías dos cosas que hablar. ¿Cuál es la otra? - Lo miró con expectación.
Samuel: Bueno, estoy con remordimiento por algo que oculté a tu hermana, pero lo hice para no verla sufrir. - Dijo visiblemente angustiado. Sofía frunció el ceño.
Sofía: Ay, Samuel... ¿Qué fue lo que hiciste? Hay dos cosas que Andrea no tolera, que son las mentiras o que traicionen su confianza. - Samuel agachó la cabeza. - Dios mío, entonces es algo serio... - Dijo preocupada.
Samuel: Sofía, hoy envié una lista con nombres de personas que pueden estar involucradas con las amenazas que Andrea recibió. - Dijo mirándola.
Sofía: Ya sé, ella me lo comentó... Hasta pusiste el nombre de mi ex marido. - Dijo y Samuel asintió.
Samuel: Pero también pedí al detective para que envíe el archivo completo de... Fernando. - Dijo y Sofía abrió mucho los ojos.
Sofía: ¿Por qué hiciste eso, Samuel? - Dijo algo enojada. - ¿Sabes cuánto tiempo Andrea llevó para hablarnos de lo que le hizo este miserable? ¿Cuánto tiempo ella sufrió sola hasta buscar ayuda? Cuando mi hermana te contó su historia fue para cerrar este capítulo de su vida, fue porque decidió seguir adelante y eligió la felicidad a tu lado. ¿Por qué fuiste remover esto, Samuel? ¿Sabes lo que esto puede desatar en ella cuando se entere? - Dijo mirándolo, lo vio muy atormentado.
Samuel: Lo sé Sofía... Pero saber que este maldito le hizo tanto daño a la mujer que yo amo y que él no va a pagar por eso, me tiene mal. Me siento furioso, esto no es justo. - Dijo mirándola.
Sofía: Yo te entiendo, y créeme cuando me enteré de lo que le pasó quise buscarlo, pero Andrea pidió que dejáramos el pasado en el pasado porque ella sólo quería olvidar... ¿Y qué vas a hacer cuando lo veas? ¿Lo vas a matar? ¿Te vas a la cárcel y vas a dejar a mi hermana sola? - Preguntó, Samuel tenía los ojos aguados.
Samuel: Yo no pensé en nada, sólo en esta rabia que siento cada vez que recuerdo lo que ese miserable le hizo a Andrea. No puedo perderla, no soportaría vivir sin ella... - Dijo angustiado.
Sofía: Pues, no la pierdas, Samuel. Sé sincero y habla con ella, dile cómo te sientes... Porque si Andrea se entera por cuenta propia, va a sufrir mucho. - Dijo con sinceridad.
Andrea: ¿Entonces, están ahí? Ves Arturo, ahora andan de secretos. ¿Qué están tramando a nuestras espaldas? - Dijo divertida, mientras se acercaba a su novio, Samuel la besó tiernamente en los labios y la abrazó de costado.
Arturo: Esto sí es muy sospechoso, cuñada. - Dijo riéndose, mientras se acercaba a su esposa.
Sofía: Ay, no sean bobos, sólo estábamos hablando de nuestro hijo. - Dijo tratando de sonreír.
Andrea: Mi amor, ya es tarde. ¿Nos vamos? - Preguntó mirándolo.
Samuel: Sí, además ya me siento cansado. - Dijo acariciando el mentón de su novia con la yema de sus dedos.
Andrea: Hermana, Arturo... Gracias por la cena, estuvo todo maravilloso. - Dijo mirándolos con una sonrisa. Se despidieron con un abrazo.
Samuel: Fue una noche hermosa, muchas gracias. - Dijo abrazando a su hermano y después a Sofía.
Sofía: Pasa mañana por el anillo... Y habla con Andrea. - Dijo sin que nadie la escuchase.
Andrea manejó hacia la ciudad, casi una hora después ya estaban en el departamento de Samuel.
Andrea: Ay, qué bueno que llegamos... Necesito un baño. - Dijo mientras dejaba su bolso en la mesita.
Samuel: ¿Puedo acompañarte? - Preguntó mirándola.
Andrea: La pregunta ofende, amor. - Lo miró divertida. - Obvio que sí. - Él sonrió, Andrea se acercó y lo besó despacio en los labios. - Te espero en la ducha. - Dijo guiñándole el ojo antes de irse a la habitación. Samuel se quedó mirándola con una sonrisa.
Sofía tenía razón él tendría que hablar con Andrea, pero ¿Cómo iba a hacerlo? Le aterraba la idea de ser el causante de su sufrimiento, tal vez debería esperar un poco más. Samuel cerró la puerta de su departamento, apagó las luces de la sala y se fue hacia la habitación.