Más allá del mercado del pueblo en el reino Karasuno, un jovencito se encontraba en el campo recolectando fresas en una cesta de mimbre que, cuyos cabellos naranjas desordenados se movían al compás del viento, esperaba el regreso de su hermana menor, pues se requería de su presencia para obedecer una orden de la CSR.
Aquella orden fue dada hace tres semanas, en la cual se mandó a un pintor famoso a dibujar el retrato de una doncella que se había hecho muy famosa en toda la región debido a su gran belleza. El artista emprendió un viaje hacia el reino Karasuno en busca de la joven y cuando encontró su vivienda pidió permiso al hermano mayor de la joven antes de pintar, además de mostrarle el pergamino con el sello de la CSR.
A la llegada de la doncella, le explicaron la situación y sin oponerse ella accedió a la petición. Amablemente el hermano de la chica le brindó un espacio tranquilo y amplio al pintor y se alejó un poco para no interferir en su trabajo, sentándose en un pequeño tronco detrás de su hermana.
—¿Podría pintar a mi hermano en vez de a mí? —pidió la campesina de cabello naranja sentada en el banquillo.
—Lo siento, pero me ordenaron que fuera un retrato de usted. Necesita ser una pintura de una doncella y eso es lo que haré —le respondió el artista.
—Mmm, entonces dibuje el rostro de mi hermano en vez del mío, todo lo demás puede tomarme como referencia.
—Señorita, —suspiró— no puedo hacer eso, si me descubren van a decapitarme.
—¡Oh vamos! Mire bien a mi hermano, ¿acaso no le parece que su rostro es perfecto para un arte tan espectacular como el suyo? Este tipo de oportunidades no se dan casi todos los días —le seguía intentando persuadir, obligándole a que viera a su hermano.
—Bueno, yo... —el pintor miró detenidamente al muchacho pelinaranja que observa tranquilamente el cielo.
Cuando el joven se percató de que su hermanita también lo observaba desde lejos, volteó para verla y sonrió. Solo eso fue suficiente para hacer sonrojar al pintor y sentir un flechazo directo al corazón, no podía negar el hecho de que el chico tenía un aura encantadora, era realmente precioso.
—¿Tenemos un trato? —preguntó la muchacha, convencida de la respuesta que le darían.
—¡Trato! —dijo el artista sin vacilar.
—¡Yeih~! —aplaudió satisfecha la pequeña, pues así era ella, nunca perdía la oportunidad de promocionar a su adorado hermano mayor.
Y así fue como aquel retrato se convirtió en una combinación de ambos hermanos. El rostro del joven y el cabello largo y vestimenta de la doncella.
¿Pero quiénes eran estos plebeyos cuya presencia se hacia notar como los rayos del sol?
Bueno, aquí comienza la aparición de nuestros protagonistas: Los hermanos Hinata.
Su vivienda se ubicaba dentro de los campos de cultivo del reino Karasuno, eran propietarios de una cabaña humilde con una basta plantación de fresas, y por supuesto, a la luz del intenso sol, pero refrescante brisa, Hinata Shōyō trabajaba cada día labrando la tierra y recolectando los frutos de sus siembras en un cesto de mimbre tejido a mano por su padre.
Este muchacho era conocido por todo el pueblo por ser una persona alegre y bien parecido. Era agradable para cualquiera, su amabilidad describía su mayor cualidad, sus buenos modales nunca faltaron, siempre fuerte cuando hacía falta y un corazón demasiado bondadoso para el mundo.
Desde que tenía memoria, se hizo cargo de su hermana pequeña, pues su padre murió de una enfermedad, dejándolos a ambos solos a muy corta edad. El señor Hinata le enseñó a Shōyō a trabajar en el campo desde muy joven porque vivían de las ganancias de los frutos sembrados, fue siempre cariñoso con su hijo y sobreprotector con su amada y delicada hija.
Antes de morir, le encomendó a Shōyō cuidar de su hermana y tomar decisiones en base al bienestar de lo que más amaba. Ante la pérdida, el pelinaranja no tenía tiempo para llorar, pues una personita más pequeña dependía de él. La crio con mucho amor y sencillez, además de enseñarle a defenderse siempre que cualquiera tratara de hacerle mal.
La jovencita creció llena de gracia, su belleza siempre se hizo notar entre los pueblerinos, comerciantes y algunos nobles de palacio. Pero por ser bonita no quiere decir que lo obtuviera todo fácil, todas las muchachas del pueblo le tenían tanta envidia que ninguna quiso ser su amiga, pasaba sus días deprimida por no tener a alguien más que su hermano con quien conversar.
Sin embargo, a Shōyō le era imposible estar todo el tiempo con su hermanita puesto que tenía que salir a trabajar, entonces decidió conseguir dos leales amigos para ella a como diera lugar. Con su alta habilidad de comunicación primero los atrajo a él, y cuando hubo aprobado su comportamiento los llevó con su hermana para que se hicieran amigos y la cuidaran mientras él no estaba. Dos problemas resueltos de un solo tiro.
Desafortunadamente le aguardaba un problema mayor que los dos anteriores, la mayoría de solteros esperaban ansiosos a que Natsu cumpliera la mayoría de edad para desposarla y cuando ese día al fin llegó, la noticia se extendió como plaga por toda la región atrayendo hasta visitantes de todos los reinos quienes viajaron hasta Karasuno para proponerle matrimonio a la chica.
Lo que no sabían estos caballeros que anhelaban pedir la mano en matrimonio de la joven, era que primero debían pasar por el mismísimo infierno para obtener permiso y la aprobación del hermano mayor. Hinata Shōyō era extremadamente sobreprotector con su hermana pequeña (incluso más que lo que fue su padre), y no le importaba empuñar cualquier arma a su alcance o preparar cualquier tipo de sabotaje para impedir que cualquier hombre lo separara de su hermanita. Y vaya que disfrutaba hacer que todos salieran despavoridos del susto que se llevaban, se había convertido en su máxima diversión en la vida.
Por desgracia, ese no era el caso para un hombre en especial, pues desde hace un tiempo, un noble del reino Wakunan había viajado a Karasuno para comprar unos encargos de su rey, y al toparse con una belleza ante sus ojos, dejó todo lo que estaba haciendo sin importarle el tiempo que le tomara regresar a su reino para cortejar a semejante hermosura.
Todos los días, a la puesta del sol, tocaba la puerta de la casa de los hermanos Hinata para proponer matrimonio de distintas maneras.
—¡Por favor! ¿Me harías el gran honor de concederme el casarme contigo? —decía.
Pero cada vez que ese noble llegaba...
—¡Casémonos hoy! ¡Compartamos el lecho de amantes! —gritaba.
...Hinata le cerraba la puerta en la cara.
A pesar de que el pelinaranja intentó de todo para hacer que se rindiera: lodo, abejas, agua sucia, estiércol, y muchas otras cosas más, nada le hizo retroceder a sus peticiones a ese hombre.
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Cuando Natsu regresó a casa después de hacer las compras de alimentos junto con sus dos amigos Ikejiri y Himekawa, como ya era costumbre, entraron a beber un poco té con Shōyō mientras conversaban.
—¡Dame una oportunidad! ¡POR FAVOOOR! ¡NUESTROS CUERP-ejem- ALMAS SE NECESITAN! —suplicaba aquel noble desde afuera de la casa, estaba de rodillas con un ramo gigante de flores.
—Ugg... ya no lo soporto —dijo Shōyō con un gesto de desagrado.
—En serio que ese de allá afuera no se rinde, ¿qué no tiene dignidad? —dijo Himekawa —Por cierto ¿Cómo dijiste que se llamaba?
—Nakashima Takeru —respondió el pelinaranja, sorbiendo su té algo malhumorado.
—Bueno, al menos Takeru tiene muchas agallas, eso hay que reconocerlo — dijo Ikejiri— Aunque a este paso tendrás que aceptarlo como tu cuñado.
—¡Pfft! ¿Cuñado? ¡Jajajaja! —Casi se ahoga Natsu con el té por reírse fuerte.
—¿Qué? ¿Ahora que dije de gracioso? ¡No me hagas bullying de nuevo! —reclamó el muchacho.
—No es eso Jiri, es solo que, —Natsu se limpió las lágrimas en sus ojos— Takeru no está detrás de mí, sino de mi hermano.
...
—¡AJAJAJAJA! ¡¿QUEEE?! —No paraban de carcajear los dos jóvenes castaños.
—¡NO SE BURLEN! —gritó el anaranjado algo avergonzado— ¡NATSU! ¡NO TENÍAS POR QUÉ DECIRLES, ME JURASTE QUE GUARDARÍAS EL SECRETO!
—Lo siento, es que... —la pequeña trataba de contener la risa, pero no tuvo éxito— ¡Jajajaja! ¡No puedo con tanto!
—Ya, ya, no te enojes —dijo Ikeriji— a tu cara le podrían salir arrugas y ya no le vas a gustar a Takeru.
—O le vas a gustar aún más —se burló Himekawa.
—¡JAJAJAJA! —rieron los tres presentes.
Entre tanta carcajada, de pronto se escuchó un fuerte ruido sordo. La cabeza de Shōyō estaba sobre la mesa y se notaba en su cara como si le hubiera abandonado su alma, lo cual asustó un poco a aquellos tres.
—¿Shō...Shōyō? —pregunto Ikejiri.
—Está bien ya no nos burlaremos más, pero no te pongas así —dijo Himekawa.
—Hermano... —se sintió algo culpable Natsu.
—¡YA NO SÉ QUÉ HACER! —exclamó de repente el pelinaranja casi llorando— ¡He intentado de todo para que se aleje de mí, pero nada funciona! ¡Incluso ayer me dijo que le encantaba que me hiciera el difícil y que le gustaría que yo lo dominara!
—¡Pff! —trataron de aguantar la risa los tres de nuevo.
—Nos salió masoquista el tal Takeru —comentó Ikeriji.
—Brutal —respondió Himekawa.
—Yo creo que tu única opción es soportarlo hasta que tenga que irse, —agregó Himekawa— de seguro su rey ya debe de estar muy enojado con él por quedarse en estas tierras tanto tiempo.
—Sí Shōyō, ya verás que pronto se irá y podrás descansar en las tardes —le alentó Ikejiri.
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Pasaron unas cuantas semanas más y justo lo anterior fue lo que pasó. Takeru fue llevado arrastrado por soldados del reino del que provenía, su rey estaba furioso con él, quién sabe si lo volverían a ver vivo algún día, pero gracias a eso la vida llena de calma de Hinata había regresado.
Felizmente, el pelinaranja se dirigió al mercado en busca de sus mejores amigos para distraerse un poco de todo y ya no pesar más en lo que le había sucedido por culpa de el loco de Takeru. Para Shōyō no existía nada mejor que estar con Izumi y Kōji para olvidar sus penas.
Para iniciar, expliquemos quienes eran estos dos nuevos personajes:
Kōji fue el primer amigo de la infancia de Shōyō, el negocio de su familia era la venta de fruta y por esa razón le compraban a la familia Hinata las excelentes fresas que cosechaban. Izumi fue el segundo amigo que hizo desde su niñez, su familia se dedicaba a la venta de manzanilla, azucenas y margaritas, siendo en su puesto en el cual el padre de Hinata compró las flores cuando se casó con su esposa. Casualmente los puestos de ambos chicos se encontraban casi enfrente, estos dos se conocían, pero solo pueden tener la oportunidad de cruzar más que palabras de cortesía porque sus familias no se llevaban bien.
Cuando el anaranjado al fin hubo llegado al puesto de Kōji, se sentó junto a él un rato para charlar un poco antes de ir a hablar con su otro amigo.
—Aaah... —soltó un suspiro el muchacho de cabello marrón— Izumi es tan lindo.
—¿Y por qué no se lo dices? —le cuestionó el pelinaranja con los brazos cruzados, aunque ya sabía la razón aún no entendía por qué su amigo era tan indeciso.
—¡¿Estás loco?! Sus padres no me quieren cerca de él, tengo suerte de a veces poder hablarle gracias a que tú estás presente... Creo con eso ya soy afortunado, pero hay algo tan fuerte que siento dentro de mí que no puede conformarse solo con eso.
—Es amor, idiota. Deberías tener valor para declarártele primero y luego para enfrentar a sus padres.
—¡Y-Yo lo haré! —afirmó Kōji parándose firme— ...pero no hoy —se acobardó al final y se sentó de nuevo.
—¡Jajaja, sigues siendo un miedoso~! —bufó Hinata, mientras golpeaba repetidas veces el estómago de su amigo.
—¡AAGG BASTA! —trataba el muchacho de defenderse, haciéndole cosquillas al naranja quien reía a carcajadas.
Por su notorio alboroto, el castaño del otro puesto se fijó en ambos, alegrándose de que se estuvieran divirtiendo tanto como dos niños pequeños. Sin embargo, le pareció extraño de que Hinata estuviera jugando tan campante en el mercado después de lo que él había visto hace poco tiempo, procediendo a acercarse y averiguar si su anaranjado amigo estaba consciente de ello.
—Shō-chan ¿Qué haces aquí?, pensé que estabas recibiendo a la gran caravana de nobles que se dirigían a tu casa —le dijo Izumi.
—¿Caravana de nobles...en mi casa?... —el pequeño se quedó estático por un momento. Abriendo los ojos por una aterradora idea que pasó por su cabeza, exclamó—: ¡Hay no! — y corrió a toda prisa hacía su hogar, pues qué otra razón tendrían los dichosos nobles para ir personalmente hasta su casa si no era por Natsu.
Entretanto, desde las tierras de Fukurōdani, dentro del palacio más grande de toda la región Vabo-chan y las mismas instalaciones de la Corte Suprema Real, se encontraban reunidos completamente a solas el líder de la CSR y el secretario.
—Akaashi... —dijo sentado con una imponente figura en el trono principal, la mayor autoridad que podría existir en toda la región: El emperador Bokuto Kōtarō.
—Sí señor —le respondió Akaashi Keiji cabizbajo, su secretario personal.
—Quiero que me traigas a esos seis simplones ante mi presencia, AHORA.
—Como ordene mi señor —procedió el azabache a retirarse inmediatamente para cumplir la orden luego de una rápida reverencia, aunque se notaba que lo que más quería era salir de ahí lo más pronto posible antes de que su señor comenzara una de sus rabietas.
—Pero antes, —interrumpió su intento de fuga el joven de cabello grisáceo— ven aquí Keiji.
El pelinegro trago la última saliva que sentiría caer por su garganta, caminó hasta Bokuto, quien le dirigía una mirada aterradora, y se colocó pocos centímetros frente a él.
AVANCE
—Solo hay una forma de hacerlo —afirmó Oikawa.
Tras pensar en la misma idea, todos los reyes dirigieron la vista hacia el chico de anaranjado cabello, sus ojos parecían clavarse en su objetivo con un brillo rojo aterrador, lo que hacía instintivamente retroceder poco a poco a Shōyō.
—¡Atrápenlo antes de que se escape! —gritó Kogane, como señal de inicio a su cometido.
Los seis jóvenes corrieron hasta el pequeño sin darle la más mínima oportunidad de escapar y lo tumbaron en el suelo agarrándole de las manos y pies para comenzar a bajarle los pantalones.
—¡No, esperen! ¡ESPEREN! —el más bajo pataleaba y trataba de zafarse con todas sus fuerzas.
¡HORA DE LA TRIVIA!
🍒 Datitos 🍒
Soy fan del shipp Kōji-Izumi (se parecen a otro shipp de otro anime que es super tierno 🥺)
Ya tenía este capítulo hecho hace mucho, pero a última hora decidí cambiar el rumbo de la historia y tuve que adaptarlo 😅 Así soy yo:
~ I M P R E D E C I B L E ~
Se me habían olvidado los nombres de los personajes, que bueno que hice el reparto 😂
Ten una bonita tarde, noche, día 🍓