"¡No ahora!"
"Estoy roto, quebrado, aléjate"
"Estoy solo ahora"
"Pido por mi y te extraño, escucho gritos y trato de ignóralos"
"Por que se que eres tú, se que eres tú pidiéndome ayuda pero no puedo ayudarte, estoy roto por dentro."
"Te dañaré"
—S.Honey—
Me levante como era de costumbre con el crujir de las ramas que golpeteaban contra la ventana, era sonoro el eco que se escuchaba en el cuarto, el aire fresco de esta temporada era la causante del fastidioso ruido que de igual manera era cotidiano acostumbrarme. Llevaba haciéndolo por varios meses, se volvió una rutina aburrida y monótona.Los árboles predominaban gran parte de nuestro amplio hogar, nunca faltaba vida verde en nuestra casa y era la variedad de fauna la que destacaba nuestra casa de todas las demás comunes y corrientes.
Sabía a la perfección tu gran fascinación por la botánica, tu mirada brillante cuando adoptábamos muchas más plantas para cuidarlas y aún recuerdo como si fuera sido ayer que plantaste el gran árbol de cerezo enfrente de nuestro hogar. Dijiste que nos traería suerte y fortuna.
[ Dos cuerpos empapados en sudor, llenos de tierra y sus caras cansadas eran presentes en el gran jardín delantero de aquella casa recién comprada.
—Listo amor, por fin plantamos a Rosie, ella crecerá muy bella y grande. ¡Ahora nuestro matrimonio será bendecido por suerte y fortuna Yoonie!
—De acuerdo amor, vamos a dentro a tomar una relajante ducha.
—Oki Doki...]
Que ahora en este momento no eran más que troncos y ramas secas que con el tiempo de descuido llegaron a marchitarse y perder su característico brillo y aroma. Tal y como yo, me marchite, morí y todo por que mi luz y mi agua desapareció. Me destruí y fallecí el día que tú desapareciste.
Jamás serás feliz....La tortura permanecerá hasta el último día de tu vida.
Llevamos viviendo más de dos años en aquella casa color rosita en un gran vecindario tranquilo, cerca de la cuidad pero lo suficientemente alejado del bullicio de carros y movimiento, qué tú mismo escogiste por los sin fin de buenas recomendaciones. Por que nuestros trabajos quedaban tan cerca.
Perdí mi trabajo dos demandas después que deje morir a mis pacientes,amaba con anhelo mi trabajo. Pero...veo reflejado tu rostro en ellos y no puedo evitarlo.
Quise salvarlos, lo intenté y falle. Me desprecio, me odio, me detesto.
Me odio, odio, odio, dolor, sangre, no, no,
¿Sabes por que?
Por que soy la peor escoria del mundo, soy horrible, ya no soy tu persona hermosa, no soy tu bebé.
Soy feo, horrible, soy malo.
Y tu no mereces a alguien malo contigo.
Con el sueño de formar una gran familia. ¡Ja!
Mentira, mentira y mas mentiras.
—¡Cállate!—las voces eran las grandes compañías de mi rutina, nunca desaparecían.
Mire el reloj en la mesilla nocturna y comprobé que era hora de levantarme. Era hora de salir adelante otra vez, mire a mis costados y el dolor en el pecho me dio un golpe de nuevo, la brisa fresca de la mañana me ayudó a despertar de mejor manera quitando el resto de ensoñación de mi rostro.
Alce mis brazos, reconociendo el crujir de mis huesos al estirar mis extremidades como era de costumbre cada día. Gire todo mi cuerpo, quedando de frente contra la pared y sentí con dolo como mi amiga la tristeza me invadió al notar que no te encontrabas a mi lado como de costumbre. Las malditas fotografías en toda la habitación me miraban juzgadoras...sabían que yo era el culpable.
[ —¡Amor! Buenos días...—se abalanzó sobre su esposo, que aún no calará a muy bien qué sucedía en su alrededor.—¿Cómo amaneció, mi persona favorita en todo el mundo?
—Enojado...—bostezo. Sus ojos entrecerrados, la luz opacaba su vista.
—Oh, ¡claro! Besos de buenos días.—grito para iniciar un ataque de besos en todo su rostro, cálidos y felices comenzando un nuevo día en sus vidas.—¡Vamos a desayunar!]
Baje de la cama a paso lento hasta llegar al baño de la recámara, me desnudé por completo y entre a la ducha. Tenía tiempo sin entrar en esta.El agua fría era la peor sensación en un fría mañana cómo está, pero da igual de todas formas.
Desde que no estás, todo mi mundo da igual.
No daría igual...lo tenias y lo dejaste ir.
Atente de tus actos, ¡Bastardo! No lo mereces. No, no, no, no...¡Basta!
Tome la ducha más corta de mi vida en semanas, no recuerdo muy bien cuando fue el ultimo día que tome una ducha pero hoy necesitaba estar limpio por ti.
Hoy era tu fecha importante, y aunque todo me importe una reverenda mierda, este día te lo debo por completo. Prosigo a lavar mis dientes con el agua que corría por el fregadero, ahora con más calma seque mi cuero cabelludo y seguido fui a vestirme con algo cálido. El crudo invierno llegaba y tu no estabas para calentarlo como era debido, sin tus deliciosos chocolates calientes y una gran taza de bombones.
[ Entro a su hogar como era de costumbres a las ocho en punto, se quitó el saco y aflojó su corbata para dejarlos en el perchero.
Lo próximo que sintió fue un cuero saltando encima suyo, tomó los muslos interiores y lo cargó contra su cuerpo.
—¡Bebé! Me asustaste...—lo beso en la frente.—¿Parece que alguien me extrañó?
El contrario asintió. Aun pegado a su pecho con la cara enterrada en la curvatura de su cuello.
—¡Estas frío!.—Respondió el chico rubio
— ¡Hice chocolate caliente y malvaviscos para calentarte junto a todo mi amor! ]
La camisa de cuello alto negro y manga larga quedaba en un excelente contraste bajo mi gabardina de igual color acompañado de mis pantalones térmicos favoritos. Las grandes botas negras que fueron tu regalo de cumpleaños también lo agradecen.
Estuve como por unos por diez minutos mirando a la nada, esperando tu cumplido de mi manera "extraña" de combinar ropa, pero este nunca llego.
[—¡Este conjunto es...como decirlo...Uh, es un poco oscuro amor!.—el rubio lo llamo desde la cocina, mirando con adoración y amor al chico pálido con su conjunto negro.
—¡Ey! Es un gran conjunto...¡A mi me gusta!.
—A mi también Yoonie...]
El lugar parecía en su interior un basurero, desolado y con un olor indescriptible;no negaré que los primeros días me esforcé, te juro que me esforcé, tratando de salir y rehacer mi vida. Pero siempre fracasaba, echaba a quien fuera de nuestra casa. Llegaban con el estupido pretexto de ayudarme, no necesitaba de su lastima de aquella mirada que más odiaba.
Rechace tantas citas, tanto mujeres como hombres. Creo que no les quedaba claro el
"Aléjate o te romperé la nariz"
No la necesito, no los necesito...
Tu hermano Hoseok, vino innumerables veces, un día dejo de venir quizás aceptando la realidad. Estar solo ahora era mi destino.
Me sentaba en tu sofá favorito junto a la puerta a la misma hora cada día de primavera que pasaba, esperando tu llegada, tus grandes abrazos cálidos junto a tus rechonchos y rosas labios. Pero el invierno llego y fue que...
Después de ocho años me di cuenta que tú jamás volverías.
Era hora de acostumbrarse, después de todo.
¿No ibas a volver verdad?
Tome mis llaves, bolso y cartera para salir de la gran casa que por más que intento no puedo llamar hogar, sé que escuchar eso te decepcionaría pero...no estás. No tengo nada más que perder.
No queda más ya.
Abrí la gran puerta de madera, unos cuantos pasos y me atasqué en el umbral, fijé mi vista en los sin fin de stickers que acostumbrabas pegar en la manilla por que creías que era divertido y decorativo. Siguen intactos, nuevos y cubiertos con papel para que nadie ose tocarlos.
[—Amor mira, traje estos stickers para decorar la casa. ¿No crees que se verán lindos?.—el rubio abrazo por el cuello al más alto, impregnados en su aroma.—Son de gatitos.
—Me encantan cariño, vamos a ponerlos.
El agarre de su vientre jamás se soltó, caminando como pingüinos, pero decorando felices y juntos.]
Después de varios días estoy dispuesto a salir finalmente, pero los recuerdos de aquella noche llegan a mi como fugases destellos. Me destrozan, me hieren sin compasión cada día. Deseo solo por un momento tenerte junto a mi, rodearte con mis brazos y sentirte. Daría mi vida por solo tenerte una vez más, solo una bastaría.
"No llores por mi, yo estoy bien amorcito."
"A ti te hubiera encantado saber que sigo adelante. Yo quiero que sigas adelante"
Has de creer que soy feliz y rehago mi vida con el osar del tiempo pero no te imaginas las veces que quise dejar este mundo, todas las veces que me arrepiento de haber vivido, ahogándome solo y perdido en un gran huracán de emociones. Perdido sin deriva, caminando solo, siguiendo una luz inexistente. Una luz que no estoy seguro sin funciona.
—No tienes nu puta idea de lo que he sufrido.
Salgo por fin y suelo tener
"Donde estoy muerto en vida todos los malditos días de mi vida."
Al abrir la puerta la fresca brisa de invierno pegó en mi rostro como un gran balde de agua fría, mis manos fueron a calentarse dentro mi abrigo. El abrigo que usaba todas las noches, con el que podía solamente dormir ya que tu aroma está impregnado en el.
Ese aroma a bebe junto a toques dulces de algodón de azúcar eran los titulares en mis fosas nasales, fue el abrigo que tuve una noche antes de la desgracia.
Me envolvía en él todas las noches duras en aquella rígida cama, llorando desconsoladamente con dolor y frío en mi pecho, me enrollaba con el simple abrigo deseando que solo fuera una mala pesadilla y rezando en la noche que al siguiente día, tú estuvieras como siempre a mi lado.
Camino unos cuantos metros, llegando hasta el auto que sigue intacto en la acera, con un poco de polvo pero creo que sigue funcionado como es debido. El único cómplice de todas nuestras escapadas y viajes por los distintos distritos de Daegu.
Cuidad que fue cómplice de nuestro amor.
Deje como de costumbre mis cosas en el maletero, observando detenidamente cómo cada objeto de este estaba aún intacto; tus patines blancos con brillos, nuestros cascos de bicicletas, la gran pelota de fútbol y tus pares de tenis negros. No deje que nadie tocara absolutamente nada.
No podría dejar que alguien que no fuera yo los tienes en su poder. Entre con sumo cuidado al auto, me recargue en el volante y suspire.
Toque con amor tus pertenencias en el auto, todo en su específico lugar, desde tu preciado labial cereza hasta tus grandes lentes de sol rosados.
¡Todo en su jodido lugar!
—¡Maldicion! ¡Maldicion! ¡¿Por que?! ¡¿Es que yo te hice algo?!—grito a sus adentros, la mirada perdida en el cielo.—Me quitaste lo mejor de mi vida, me quitaste lo único bueno que tenía...— su voz rota desgarro sus cuerdas vocales, no se encontraba estable.—¡¿De todas las personas en el jodido mundo?! ¡Por que, el! Por que mi Jimin, Dios.....—el volante era el receptor de su ira, los golpes no cedían, uno tras otro y necesitaba descargarlo para poder estar algún día en paz.
Puse el auto en marcha, seguí a mirar como es debido los espejos retrovisores para que pudiera checar que ningún carro pasara. Puse mi cinturón de seguridad y arranque el carro para ponerlo en marcha.
Pero primero antes de llegar con el debía ir a buscar algunas cosas antes, baje las ventanas y pude sentir el aire llenar de manera libre mis pulmones, mi cabello sacudiendo en ondas y solo me dispuse a manejar hasta llegar a la primera florería.
[Su lindo esposo yacía acostado en el gran sofá negro, abrazándose a sí mismo, solo con una liviana frazada
—¿Yoon, ya llegaste? ¡Yoongi!
—Ya estoy aquí amor...—dijo tomándolo en brazos.—Cierra los ojos...
El chico hizo lo acatado y una vez los cerró, su cuero fue despistado de nuevo al sofá, tomaron sus manos y las dejó reposadas en su regazo. De pronto un cosquilleo lo alertó.
Un gran ramo de margaritas fue dejado encima, se podían ver muchas.
—Perdón por llegar tarde, pero el auto se averió. Feliz día de Novios cariño.
—Levamos un año de casados, Yoon.
—Si, pero nunca olvidaré el día que nos hicimos novios, el día que nuestra historia de amor comenzó, cariño.—]
La florería favorita de mi nene, el unció lugar que le agrado de toda la cuidad, puedo sentir como mi corazón bombea más rápido que nunca, mis manos pican de la ansiedad y una vez la observo.
Bajo desolación de mi auto, miro por la ventanilla y aun después de meses veo de nuevo al chico de cabellos plateados. No recuerdo su nombre pero algo si recuerdo perfectamente fue que él hizo mis arreglos florales en mi boda, aniversario y varios cumpleaños.
Él era el único de hacer los arreglos de margaritas más hermosos.
Pago y recojo los dos grandes ramilletes para dejarlos en el asiento del copiloto y acelerar al único lugar que por más que vaya inimitables veces, me deja vacío y sin aire por días.
Me deja muerto.
Alejándome de la cuidad, entro a un deteriorado camino de tierra, los grandes árboles me acompañan todo el trayecto, mirándome y sus hojas revolotean libres por el gran viento. La libertad parece tan lejana.
Entro por fin, y el gran portón de hierro me recibe como de costumbre.
No hay alguna necesidad de abrirlo, se que estará abierto siempre que venga, estará ahí siempre esperándome. Busco las llaves y bajo rápidamente el coche. Me pongo mi chaqueta, saco los ramos y salgo por sin;las nubes parecen llenas de agua y el cielo se pinta cada vez más de gris. Al parecer una tormenta se acerca. Los pájaros vuelan al sur, se acercaba.
Debo darme prisa.
Camino, camino, y camino hasta llegar a la pequeña caballa rota, pasó de largo hasta el patio trasero. Ese mismo patio que me trae infinidades de recuerdos de nosotros.Miro las cosas, tiradas, en mal uso y deterioradas.
Las gotas de lluvia, caen lentamente en pringados sobre mi gabardina. Moja mi cabello pero no me importa. Sigo caminando hasta toparme con las dos pequeñas estructura de piedra en el piso. Junto a algunas velas y varios ramos ya marchitos.
La lluvia se intensifica, mis lagrimas se opacan gracias a la lluvia que cae sobre mi. Mis mejillas rojas se intensifican y ya no se si es por el horrible frío o coraje indescriptible de mi.
Suelto el ramo y cae. Quizás estropeándose, no le tomó importancia, un trueno se escucha bastante cerca de mi localización. la lluvia pasa de ser leve a que grandes cantidades de agua caigan.
Los miro, congelándome en mi lugar. He hecho esto por casi ocho años y aún se siente como la primera vez. Aún está esta sensación de ardor, de comezón.
Mirando las lápidas, con grandes letras.
Park Jimin.
Vivirás en el corazón de tus padres, esposo, amigos y hermano.
1984–2016
Min Jungkook
Bebé, vivirás en el recuerdo de tu padre, abuelos y tíos
2015–2016
—Hola Jimin...hoy se cumplen ocho años de tu muerte junto a nuestro hijo Jungkook.—Hipo.—He venido a verlos mis amores, como cada año. Tu sabes mejor que nadie que está fecha es la más importante y yo no debo faltar. Por que si falto me odio, por que soy malo.
—Soy la peor escoria del mundo, si no fuera por mi, ustedes estarían aquí conmigo.
—Vivos....
No lo soporto, no puedo, vete, vete.
Apretó mis nudillos con fuerza, como si eso pudiera calmarle. No es así.
No, por que ellos ya no existen.
Están muertos, por tu culpa.
Ellos ya no son tus amores.
¡Aléjate!
Fue todo, para caer de rodillas frente a las dos grandes tumbas, llorando, lamentando. Recordando el pasado crudo.
Se arrastró, como puedo en el suelo bajo la lluvia para gritar y abrazar las estructuras de piedra, aferrándose a algo sin vida;pidiendo que no se los llevaran. Que no se los quitaran, simplemente lamentándose ante dos objetos sin vida en la nada
Claro que no pasaría eso.
Por que ellos ya se fueron mucho antes...
Y eso nadie lo podría cambiar. Era algo imposible.
✨
[Cuando realmente entendemos el poco tiempo que nos queda, verdaderamente valoramos el tiempo, viviéndolo al máximo. Pero mucho antes de poder darnos cuenta no veíamos con temor e incluso decepcionó la llegada de nuestra muerte.
Nos preparamos para ganar, conseguir algún empleo, sacar alguna nota perfecta. ¿Pero qué pasa? Cuando perdemos, no conseguimos el empleo e incluso reprobamos.
Nadie está preparado para lo negativo, nadie está preparado para la muerte y es lo que en cierto tiempo llegamos a analizar más.
¿En que momento?
En el momento que alguna enfermedad nos apoderó, en el momento que algo va mal, en el simple y radical momento que sentimos que el mundo se nos viene encima.
Sabemos que la vida no es infinita, que no es eterna. Y aún así desperdiciamos tiempo para estar en alguna tontería barata, al no pasar momentos de calidad con algún pariente.
Valoremos tener aún vida, poder disfrutarla y saber admirarla. No veamos la muerte como algo decepcionante, veámoslo como la llegada de una puerta mas a otra vida.
Es el comienzo del una nueva historia, una nueva oportunidad y no debemos odiar a la muerte, por que él solo hace su trabajo.
No perdamos más tiempo, atesoremos cada segundo que nos queda, cada pequeño recuerdo, cada salida y lo más importante, vivámosla como si fuera la última.
Por que el tiempo es nuestro mayor enemigo. Y el tiempo no vuelve atrás.]
"Aquel día que te conocí, lo atesoraré como el mejor día de mi vida."
¡Gracias por leer!
Espero les haya gustado.
—S.Honey.—