You are my light

By Simp_de_Kyojuro

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Himawari Hoshikawa proviene de una familia que ha trabajado como cazadores de demonios a lo largo de sus gene... More

Capรญtulo 1
Capitulo 2
Capitulo 3
Capitulo 4
Capitulo 5
Capitulo 6
Capitulo 7
Capitulo 8
Capitulo 9
Capitulo 10
Capitulo 11
Capitulo 12
Capitulo 13
Capitulo 14
Capitulo 15
Capitulo 16
Capitulo 17
ยกCumpleaรฑos! ๐Ÿ”ฅ๐Ÿ’–
Capitulo 18
Capitulo 19
Capitulo 20
Capitulo 21
Parte sin tรญtulo 22
Capitulo 23
Capitulo 24
Capitulo 25
Capitulo 26
Capitulo 27
Capitulo 28
Capitulo 29
Capitulo 30
Capitulo 31
Capitulo 32
Especial ๐Ÿ’–๐Ÿ’–
Capitulo 34
Capitulo 35
Capitulo 36
Capitulo 37
Capitulo 38
Capitulo 39
Capitulo 40
Capitulo 41
Capitulo 42
Capitulo 43
Capitulo 44
Capitulo 45

Capitulo 33

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By Simp_de_Kyojuro

Los días eran pesados, los entrenamientos más duros, pero por alguna razón no podía avanzar más allá de lo que mis limites me permitían, seque mi frente sudorosa con la manga de mi camisa, deje escapar el ultimo suspiro y me senté en una de los banquitos de madera artesanal tratando de no pensar en el dolor de mi pierna derecha.

Misae camino hacia mi dándome agua.

-Muchas gracias Misa – le dije con cariño, en estos días nos hemos vueltos bastantes amigas y al menos con el señor Koji ya no es tan cascarrabias como antes, aunque claro tiene sus límites.

-No puede ser que aun no puedas dominar nada de tu sangre – El señor Endo entro a la casa guardando los implementos que habíamos utilizado – Es esencial para un Endo el completo dominio de sus habilidades ...- Misae quien lo escuchaba refunfuñar solo rodo los ojos

-Siempre así, solo ignóralo- soltó seguido de una pequeña sonrisa

-Lo entiendo...se parece un poco a mi padre...supongo – tome de un trago el vaso de agua – Puedo decir que a lo mejor serian amigos de copas –

- ¡Te estoy escuchando mocosa! – se lo escucho gritar seguidos de sus pasos acelerados viniendo hacia nosotras, cuando vi que cruzo la puerta de la Sali se nos quedo mirando con el entrecejo fruncido, en su mano traía el hacha con la que me había cortado la última vez – Saldré a cortar leña – su dura mirada se posó en mi para luego bajar hasta las cortadas frescas en mis brazos- Misae haz que coma bien , no quiero que este anémica - soltó para luego ponerse sus botas y avanzar hacia adelante, escuche a Misae gritarle que se cuidara y que no llegara tarde para comer.

Por otro lado, mis ojos miraron el cielo una vez que el señor Koji había desaparecido en el horizonte; Las nubes parecían estar negras y desde hace poco tiempo la temperatura del clima a estado bajando señal de que el invierno se acercaba, era muy probable que hoy tal vez nevara.

Mis suspiros salieron como vapor caliente por el frio y mi preocupación por no avanzar se aumentaba, Koji tenía razón ya había pasado algo mas que un mes y aun así no parecía aprender nada de lo que se tratara de aquellas técnicas ,lo peor de todo era la perdida de sangre debido a las sesiones intensas con aquella técnica de respiración de los Endo, apenas podía recubrir la hoja de el hacha con una fina capa de sangre antes de desmayarme, fuera de eso había mejorado en mi reflejos pero solo eso.

Tampoco ayudaba la segunda carta que me había enviado Oyakata-sama, donde me avisaba que mi funeral había pasado hace dos semanas algo que me pareció extraño leer considerando el hecho de que estoy viva, aunque no los culpo de pensar en que estoy muerta.

Estoy segura de que si me presento como si nada tendré problemas.

- ¿No estás pensando de más? – la voz de Misae tan serena como siempre me hablaba desde la puerta de entrada –

-Tal vez...realmente no importa – me obligue a levantarme y camine hacia dentro cerrando la puerta - ¿Qué harías si alguien que pensabas que estaba muerta aparece de la nada? – pregunte como si nada – Misae se encontraba en la cocina sirviéndome un poco de comida

-Eso sería extraño – vi como dejo el plato de sopa en la mesa sentándose también – Creo que me emocionaría, pero también me sentiría engañada – sus ojos notaron mi expresión adolorida por el simple hecho de que lo que me decía era verdad, lo que estaba haciendo era un engaño completo – Pero también me gustaría escuchar sus razones –

¿Tenía yo razones de no dar señales de vida?

Si y sonaba tan egoísta, el miedo que sentía por hacerme ideas de lo que pensarían los demás con todo esto de mi madre, pensar en que cada una de las personas que quiero me miren con odio o simplemente se alejen es algo que me dolería.

Y empeoraban mas cuando pensaba en él.

-Si supongo – sonreí forzosamente llevando el tazón hacia mis labios

- ¿Es por tu familia? – pregunto de nuevo, no decidí contestar, las dos miramos hacia la puerta del primer cuarto, el pequeño Aoki había azotado la puerta, ese niño estaba enojado conmigo porque según él estaba robándole tiempo con su padre, vi cómo fue corriendo hacia donde su madre para sentarse en su regazo.

-Sabes que... ¿Por qué no hacemos pan relleno? – el tema en cuestión fue nada mas para cambiar la conversación y para mantenerme fuerte sin pensar en nada, mis ojos vieron hacia la ventana, afuera ya estaba un poco oscuro debido a las sombras de los árboles.

- ¡Si! Parece una estupenda idea – soltó Misae- Pero primero me tendrás que dejar vendarte las cortadas, no queremos que...- Su voz fue interrumpida por un golpe en la puerta, las dos nos miramos a la vez–

- ¿El señor Koji llego temprano? – pregunté, vi como la azulada fruncia el ceño levantándose y recogiendo a Aoki para acércamelo a mi a que lo sujetara

-No es Koji – camino despacio hacia la puerta – Y dudo mucho que se haya olvidado algo –

-A lo mejor si –

Misae miro por la pequeña rendija, paso unos segundos en los que ella seguía en la puerta hasta que vi cómo se separó, su cara parecía de alivio.

-No es nadie – escuche que soltaba un fuerte suspiro tocándose el pecho de alivio – A lo mejor fue el viento –

-Si tal vez fue el viento – una voz con pequeños tintes burlesco apareció, una extraña voz que conocía muy bien, reaccione rápido llegando a lado de Misae quien parecía haberse quedado estática de la impresión, la empuje un poco hacia atrás dándole de vuelta a su hijo - ¿Por qué estas tan a la defensiva Hima-chan? – el intruso me reprocho de manera infantil, llevo su cabello verde hacia atrás sentándose en la mesa en donde antes estaba sentada - ¿Sopa de pollo? – acerco su nariz en el razón oliendo la sopa – Huele delicioso aunque realmente no se me apetece , estoy seguro que hubiera amado este plato cuando era humano –

-Iruka – susurre, era el lacayo de mi madre, aquel demonio extraño que parecía controlar cuerpos de otros demonios, su boca formo una pequeña "o" y aplaudió de felicidad

-No pensé que me reconocerías, la verdad – ladeo su cabeza de manera divertida –como la otra vez no te visite con mi verdadero cuerpo no pensé que le atinarías -

-De solo escuchar tu asquerosa voz puedo darme la idea de quién eres –

- ¡Que arisca eres! – por inercia mi mano busco la funda de mi espada para desenvainarla, pero al sentir que alrededor de mi cintura no había nada más que la tela del ligero kimono logrando que me preocupara de sobremanera , chasqueo mi lengua por la frustración de no tener mi espada , aquello Iruka lo noto – Entonces...aquí en esta cabaña solo tenemos 2 lindas mujeres y un niño pequeño – su mirada gris nos examinaba ambas mientras sonreía - Y desarmadas – aquel detalle parecía extasiarlo ya que aquella sonrisa que tenia en la cara se había deformado a una mueca burlesca mostrando sus colmillos.

Todo fue tan rápido, empuje fuertemente a Misae, cogí la escoba que estaba alado de la puerta, Iruka se había abalanzado hacia mi con su boca abierta tratando de lastimarme, pude detenerlo con aquella escoba, pero fue en vano ya que la presión de sus dientes sobre el palo termino por romperlo en pedazos pude rodar hacia un lado evitando que me agarrara.

- ¡Himawari! – la escuche gritar a Misae, mis ojos miraron hacia su dirección, mire hacia la puerta con desesperación, ellos deberían escapar.

- ¡Misa corre por Koji, yo lo detendré! – grité, a Misae no le había agradado por completo el plan, lo vi por la cara de preocupación y angustia que me regalo.

- ¡Es una mala idea no tienes ninguna espada! – contesto de vuelta

Y era cierto, era una mala idea, pero tenía que hacerlo o Misae y su hijo no estarían a salvo, era una decisión que me costaría mi vida, pero ya había tomado suficientes malas decisiones para que esto me pesara.

Un golpe directo al estomago me hizo despertar fue lo suficientemente fuerte para para dejarme paralizada por unos segundos, la amarga sensación de bilis subiendo por mi garganta no fue agradable.

-No hay necesidad de correr– soltó Iruka llegando hacia Misae, sus ojos miraron hacia el pequeño Aoki quien parecía estar a punto de llorar, Misae sujeto con más fuerza a su hijo cuando el peliverde la acorralo – Si te preocupa tanto el pequeñín te juro que no le tocare ningún pelo- Respire hondo estabilizándome del golpe, sus ojos rasgados se dirigieron hacia – Pero solo si ella coopera – su mano derecho apretó el cuello de Misae, Aoki estallo en llanto - ¿Si vas a cooperar?– pregunto su semblante parecía ir en serio con sus amenazas

-No haz dicho nada del porque estás aquí – inspeccione el rostro de la azulada no parecía estarla asfixiando

Un silencio incomodo inundo en Iruka al percatarse de su error.

- ¡Ah! Es cierto – realizo una mueca cómica golpeando suavemente su cabeza con su puño mientras asomaba su lengua por la comisura de sus labios y me guiñaba un ojo, trague saliva esperando que dejara su teatro cómico

- ¡Habla ya! – grite parecía disfrutar el simple hecho de que me encontraba desesperada, si Misae no estuviera aquí esto sería más fácil y seria aún más fácil si Koji no hubiera salido, Iruka chasqueo su lengua repetidas veces moviendo su dedo en negación.

- Himawari no hay razón para tener prisas...- se quedó un momento pensando – La verdad es que quiero que vengas conmigo...claro sin tus trucos baratos de escaparte o algo por el estilo – fruncí mi cejas y apreté mis labios ...esto debería ser una broma

- ¿Mi madre te lo pidió? – pregunte

- Nope...es otra persona más importante, él te quiere conocer – su tono de voz bajo - ...aunque la verdad no sé qué tienes de especial para...- negó con su cabeza repetidas veces – Ven conmigo – Cruce miradas con Misae que negaba lentamente con la cabeza mientras lloraba y parecía indicarme con su mirada suplicante que no aceptara.

Pero eso más que tranquilizarme me alteraba.

Arquee mis cejas con pesar, si algo le sucede a Misae, a su hijo o a Koji no me lo permitiría, no con todo lo que hicieron por mí en estos meses.

-Bien – esas palabras salieron con amargura – Pero suéltala –

-Me parece bien – su mano se alejó del cuello de Misae quien al verse liberada corrió hacia un lado tropezándose con sus pies y cayendo al piso por accidente, las carcajadas de Iruka llenaron el ambiente –

Misae se quedó en el piso sobre sus rodillas escondiendo a Aoki, el peliverde camino hacia mí y agarro mi brazo con fuerza jalándome hacia afuera de la pequeña casa, mire a Misae y le dije que le dijera a Koji que no se preocupara que trataría de que ellos no se vieran salpicados por todos estos problemas que aún no entendía pero que sabía que mi madre era la raíz de todo esto.

La nieve había caído un poco escondiendo algunas pequeñas flores secas por el otoño, la fuerza con la que me sostenía había abierta las heridas recientes de mis brazos, escuche algunos otros pasos que se nos acercaban lentamente, eran otros demonios que no parecían estar conscientes por su forma de caminar, la habilidad de Iruka obviamente.

Y me di cuenta que la casa había estado rodeada y estoy segura que si Misae hubiera salido hubiera sido peor.

Las lágrimas calientes que contrarrestaban con el frio invierno bajaron por mis mejillas, no me gustaba llorar, pero era lo único que podía hacer sin tener nada con que defenderme y si pensaba en eso era probable que la familia de Koji pagaran las consecuencias.

Cerré mis ojos y en ese momento el silbido del viento siendo cortado por algo afilado silbo en mis oídos, 8 sonidos se escucharon caer al piso, sentí el cuerpo de Iruka tensarse y entonces la voz gruesa y enojada del señor Koji resonó.

- ¿! ¡¿Que mierda estás haciendo mocosa inútil ?!- no me importo como me llamo o tan siquiera el tono de voz con el que me llamo, mis ojos se abrieron en un mar de lágrimas llena de esperanza.

- ¡S-señor Koji! – grite aliviada, aunque más confiada de al menos hacer algo al respecto.

- ¡¿Dónde está Misae y mi hijo?! – pregunto sus ojos miraron detrás de mi viendo a Iruka quien se encontraba paralizado sin creer que 8 de los cuerpos que el controlaba habían sido derrotados

El agarre en mi brazo se intensifico, el peliverde parecía querer explotar, pero fue todo lo contrario lo escuche bufar cínicamente.

- ¡Hola! Buenas noches – su rostro se acercó más al mío – Ah es una lastima que los planes a veces no salgan como deberían – los dos no dejaban de mirarse tratando de ver el mínimo movimiento en ellos

Koji parecía irritado o eso veía por la forma en como agarraba el mango del hacha.

-Te hice una pregunta Himawari ¿Dónde esta Misae? –

-Ella esta en...- mi boca fue tapada por la mano de Iruka

- ¡Hey! ¿Es tu mujer la que te preocupa? – El señor Koji no respondió – Ella está bien – abrí mis ojos con sorpresa ante la respuesta – Pero no lo hará por mucho... ¡Mira no necesitamos pelear ni matarnos el uno al otro! – sus dedos apretaron mis mejillas con fuerza – Si me dejas ir claro está –

- ¿Estas negociando conmigo? -.

- ¡Así es! Jajaja vaya los campesinos son muy inteligentes, pero si, es una ventaja que te estoy dando ¡la verdad no creo poder ganar contra ti- Koji me hecho un vistazo rápido, puso su hacha en su hombro y entonces saco la carcajada más grande que haya escuchado, Iruka parpadeo.

- ¿Eres un imbécil? – limpio las pequeñas lagrimas que salían de sus ojos – Dices abiertamente que no puedes ganar contra mí, pero quieres negociar conmigo ¿No te das cuenta que estas en desventaja? -.

- ¡Ciertamente no! – los ojos bermellones de Iruka me miraron y entonces bajo su mano de mi boca – No puedo competir contigo en fuerza, pero hay algo que se me da muy bien – puso su mano derecha al frente mostrando la falta de su dedo meñique

El grito de Misae llego a nuestros oídos, la sonrisa socarrona que tenía Koji desapareció y su cara se deformo en preocupación y coraje.

El puede controlar personas – pensé

Misae apareció arrastrándose de dolor por el suelo, su mejilla parecía tener un bulto alargado como una especie de vena hinchada, pero al ver que eso también se retorció caí en cuenta que eran algún tipo de parasito.

-Son 5 minutos para que llegue a cerebro y deje de pensar por su propia cuenta – hablo Iruka –Tampoco pienses en sacarle eso, es imposible a menos que quieras que muera desangrada– Koji corrió hacia su esposa quien no paraba de gimotear de dolor – Es gratificante ¿no crees? Cuando una persona piensa tener el control, pero en un minuto lo pierde- susurro en mi oído-...vamos tenemos que irnos Himawari –

Baje mi cabeza sin hacer ningún tipo de resistencia, Iruka lo tenía todo controlado desde el principio.

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