Un alma sana, reside en un cuerpo sano, y una mente sana
El avión comenzó a elevarse de la pista del aeropuerto. Mientras que tú observabas por la ventana con asombro, como la ciudad de Death Vegas iba volviéndose más y más pequeña.
¿Que por qué hacías esto? Bueno, tan sólo habías viajado en avión una vez, y ese viaje fue cuando decidiste entrar al Shibusen. Ver el cielo, las ciudades tan pequeñas y las nubes tan cercanas, eran una experiencia totalmente nueva para tí.
--Bien, ahora sólo esperamos y en cinco horas estaremos allá--Dijo tu compañera, la cuál se encontraba sentada en el asiento a tu izquierda.
--Sí... Espera ¿Cinco horas?--Le preguntaste a la chica mientras ahora dirigías tu mirada hacia ella.
--Sí eso dije ¿Por?--Preguntó confundida.
--Maka si el vuelo dura cinco horas entonces llegaremos a Nueva York a las ocho de la noche--Le recalcaste.
--Sí lo sé... ¿Qué, acaso te da miedo hacer tu primera misión en la noche?--Preguntó en un tono burlón. A lo que tú rápidamente te lanzaste a responder.
--¡Claro que no! ¡Pero tampoco me dan muchas ganas de investigar una carnicería que está abandonada, donde han desaparecido personas, y donde seguramente hay un maniaco comiendo almas en plena oscuridad!--Le contestaste cada vez elevando el tono de tu voz con una notable preocupación.
--Ya cálmate, harás que me duela la cabeza... Mira, si llegamos en la noche nos evitaremos que los civiles puedan resultar heridos. Aparte, según el reporte que nos dieron, la mayoría de las desapariciones suceden en la noche y por lo tanto, podremos encontrar al responsable más rápido--Te explicó con cierto fastidio.
--Pero ¿Y si nos secuestran a nosotros? Lo más probable es que tú te salves, pero yo no tengo tanta movilidad y flexibilidad física como tú. Apenas llevo tres semanas en Shibusen--Contestaste aún más preocupado por la aparente falta de seriedad que Maka le daba al asunto.
--Pues transformate en arma. Al fin y al cabo nadie puede tocarte por que los llegas a quemar--Te contestó ahora más molesta por tu paranoia.
--Pero aunque lo haga no es como que pueda durar mucho más de 50 minutos. Y entonces cuando me destransforme... ¡Me devorarán!--.
--¡Pues transforma sólo tus brazos en guadaña! Mira no entiendo por qué te quejas tanto si fuiste ¡TÚ! quien eligió la misión--Cuestionó mientras te señalaba con su mano derecha.
--Bueno... Era la misión más interesante--Contestaste algo avergonzado.
--Ah pues ahí lo tienes. Mira tal vez ni siquiera son almas de Kishin. Sólo sabemos que desaparecen personas y ya. Aparte de que como tu compañera, no dejaré que nada te pase. ¡Así que deja de preocuparte tanto y quédate callado el resto del viaje!--.
La chica se cruzó de brazos y cerró los ojos, terminando con la conversación. A lo que tú, pensando en sus palabras, decidiste calmarte. No había necesidad de ser tan pesimista...
El resto del viaje pasó relativamente rápido, ya que te la pasaste durmiendo o viendo el paisaje por la ventana. Y finalmente, a las 8:10pm llegaron a Nueva York.
--Wow--Fue lo único que pudiste decir al ver la gran ciudad, iluminada con sus grandes edificios en la noche. Aunque rápidamente fuiste sacado de ese ligero transe por Maka, la cuál te había empujado ligeramente la cabeza.
--Hey no te quedes así, tenemos que irnos--.
--¿Eh? Ah sí, perdón--Reaccionaste para comenzar a seguirla.
Ambos comenzaron a caminar por las calles de la ciudad. Era miércoles, y por lo tanto habían pasado apenas un día y medio desde que fuiste con Maka a revisar el tablón de misiones.
De nuevo comenzaste a pensar en el por qué de las desapariciones en esa carnicería...
Según el informe, esa carnicería ya llevaba cerrada un par de años. Fue abandonada porque el negocio no iba bien, pero jamás fue vaciada por el dueño del local. Pero hace unas semanas fue cuando la primera desaparición cerca del lugar fue registrada.
Una chica de diecisiete años que pasó por la zona, desapareció por la madrugada. Poco después le siguió un anciano de ochenta años, y un hombre adulto de treinta y cuatro.
Las víctimas eran muy variadas, pero todas sucedieron en la madrugada a excepción del caso del anciano. El desapareció a las nueve de la noche.
Lo más probable, es que quien causara esto fuese un "alma de kishin". Pero también cabía la posibilidad de que fuesen traficantes de almas. Pero ¿Por qué secuestrarían gente en ese sitio específico? Y si era la primera opción ¿Por qué tomar personas de uno en uno y con varios días de diferencia? Algo no cuadraba...
Pero, la idea de que tu resultaras secuestrado y devorado pasó de nuevo por tu mente, seguido de un escalofrío que te recorrió todo el cuerpo. Sacudiste tu cabeza, y mejor pusiste más atención a los alrededores por donde caminabas.
Maka y tú caminaban por una calle bastante transitada. Habían demasiadas personas e incluso por la calle no pasaban vehículos. No entendías el por qué del gentío, cuando alzaste tu mirada y notaste que los edificios tenían letras asiáticas.
--¿Eh? Maka ¿Por qué estamos en el barrio chino?--.
--¿Pues para qué más?--.
No te dio tiempo a responder nada cuando se pararon enfrente de las puertas de un gran restaurante. Al lado izquierdo del primero que se encontraba en la fila.
Tanto los que formaban la fila, y la recepcionista iban a decir algo, pero rápidamente Maka sacó su licencia del Shibusen, donde se veía su rango de una estrella.
Inmediatamente, todos cerraron sus bocas y la recepcionista los dejó pasar y a una gran velocidad, les dieron una mesa al lado de una ventana y los comenzaron a atender.
--Jóvenes ¿Qué plato desean pedir?--Preguntó el mesero.
--Veamos... Dos sopas de fideos y un par de zongzis por favor--Dijo Maka mientras veía el menú.
--¿Y de tomar señorita?--Preguntó el hombre mientras anotaba en una libretita lo pedido
--Dos "Death Cola" por favor--.
--Enseguida se lo traemos--Dijo el hombre para después retirarse. Mientras que tú seguías algo atontado por lo ocurrido.
--Antes de que preguntes. El Shibusen nos da ciertos beneficios mientras más subas de rango. En mi caso, los de una estrella podemos comer gratis en cualquier restaurante una vez, antes o después de realizar una misión--Informó la chica.
--S-Sí, creo que lo noté un poco. Aunque... ¿Realmente es bueno comer antes de una posible batalla?--Preguntaste algo escéptico.
--Realmente no. Pero pedí comida ligera. Así que no deberíamos tener problemas--.
Pocos segundos después, un plato de fideos fue puesto enfrente tuya y de Maka. Junto con dos vasos con hielo, y una lata de Death Cola.
--Bueno, a comer--Dijo Maka para tomar los fideos con un par de palillos.
Comenzaste a comer tu plato de fideos, (el cual por cierto era bastante delicioso) y unos minutos después les sirvieron un pequeño plato con un triangulo de arroz envuelto en una hoja. El cual, estaba relleno de queso y jamón.
Maka y tú no platicaron mucho durante su cena. Simplemente se limitaron a disfrutar de la deliciosa comida, y después de terminar y dejar una propina, ambos se dirigieran a la carnicería...
Nueva York
9:20 pm
Habían llegado al lugar.
La calle se encontraba completamente vacía. Y el local estaba separado de los edificios de al lado, con algunos grafitis, y con la puerta con un letrero del Shibusen que decía:
Lugar peligroso
No acercarse
💀
Ambos se acercaron a la puerta, pero cuando tomaste la perilla esta no se movió. Parecía atorada.
A lo que Maka dio una potente patada a la puerta, y esta cayó al suelo, dejando a su vista el oscuro y tétrico local.
La chica sacó un par de linternas pequeñas de su gabardina, y te dio una.
--Bueno... Entremos--Dijo después de que ambos prendieran sus linternas.
Ambos comenzaron a caminar por el pequeño local y como era de esperarse, no había luz, ni algún signo de que hubiesen limpiado el lugar recientemente.
Había telarañas, vidrios rotos y mucho polvo en el lugar. Junto con claro, algunas cucarachas que se escondían detrás de los muebles.
--Que asco. En serio ¿El dueño no tuvo tiempo de limpiar esto?--Preguntaste ligeramente enojado mientras seguías revisando el lugar.
--Tal vez no le importó mucho. Aunque aún así es raro que no hiciese algo con el local. Como rentarlo o algo así--Dijo Maka mientras revisaba el mueble de la recepción.
Miraste arriba, y te encontraste con más telarañas, el conducto de ventilación abierto, algunas partes del techo que faltaban, y un par de ganchos colgando, donde supusiste que anteriormente colgaban la carne. Pero nada que pudiese relacionarse con los secuestros.
Fuiste con Maka, detrás de la recepción y comenzaste a mover unas cajas, intentando encontrar algo. Pero mientras quitabas las cajas, sin querer golpeaste tu mano con el suelo, resultando en que sonase un ruido metálico.
--¿Eh? ¿Qué es esto?--Te preguntaste mientras golpeabas ligeramente esa zona.
Maka se acercó rápido, y ambos terminaron de quitar las cajas y un par de periódicos. Encontrando lo que parecía ser, una escotilla.
Miraste a Maka y esta asintió, por lo que tomaste lo que sería la manilla, y ambos levantaron la escotilla. Revelando unas escaleras de mano empolvadas, que bajaban a un lugar oscuro y frío.
--Bueno... ¿Primero las damas?--.
Unos segundos después, ambos se encontraban caminando por un estrecho pasillo de concreto y metal. Siendo tú el que se encontraba enfrente.
--Mierda ¿Por qué dije eso?--Pensaste con frustración mientras esquivabas algunas telarañas.
--TN ¿Ves algo al fondo?--Preguntó Maka mientras vigilaba el camino de atrás.
--Nada. Esto sigue y sigue--Le contestaste mientras apuntabas al frente con tu linterna.
--¿A dónde llevará esto? No creo que una carnicería necesite un camino tan largo y estrecho para... Lo que sea que hagan--Pensó Maka en voz alta mientras seguían caminando.
Este lugar te ponía los pelos de punta. No parecía tener fin, y aparte el frío parecía aumenta ligeramente mientras más avanzaban. Y el pero escenario que imaginabas, y rezabas porque no sucediera... ¿Qué sucedería si se encontraban algo o a alguien enfrente de ustedes?
Apenas podían caminar sin ponerse de lado, por lo que luchar no sería una opción. Y si intentaban huir, tampoco sería muy útil, ya que no podrían correr con total libertad.
Pero tan pronto como pensaste en eso, notaste algo varios metros enfrente tuya. Se trataba de una puerta de color rojo.
Avisaste a Maka, y poco después se encontraban enfrente de la puerta, la cual no tenía ningún tipo de candado o cerradura. Aunque eso sí, el aire frío parecía venir del otro lado de aquella puerta.
--Prepárate--Susurro Maka. Por lo que con algo de esfuerzo, transformaste tu brazo derecho en el filo de la guadaña, y abriste cuidadosamente la puerta.
Tanto Maka como tú quedaron confundidos, ante la habitación que se encontraba frente a ustedes.
Se trataba de lo que parecía ser un congelador de carne. Con decenas de partes y cuerpos de animales colgando de unos ganchos pegados al techo, iluminado en un tono azul cielo y lo que era lo más sospechoso...
La refrigeración, y la luz funcionaban.
--Vamos--Susurro la chica.
Ambos entraron a la habitación con la guardia en alto, y un olor pútrido invadió sus fosas nasales. Aunque no era tan horrible, aún así el olor mareaba y aparte, el frío aumentó drásticamente a tal punto de que sus exhalaciones eran visibles en el aire.
Comenzaron a caminar por la habitación, esquivando los cuerpos de animales congelados que parecían estar en descomposición, mientras pensaban el por qué había electricidad allí abajo.
Pasaron varios minutos mientras esquivaban los cuerpos y se acostumbraban al olor, pero finalmente llegaron al otro extremo de la habitación.
Ahí, encontraron una mesa de madera con varios papeles sobre esta. Causando cierta confusión en ambos.
--Déjame ver esto, tu vigila--Ordenó la chica mientras tomaba varios papeles.
Asentiste y miraste hacia atrás, con tu brazo derecho aún transformado enfrente de tí.
Rápidamente, Maka notó que los papeles se trataban de hojas sueltas de distintos periódicos. Todos siendo de distintos años. Y aunque el ambiente frío y húmedo había desgastado gran parte de los papeles, algunos todavía podían leerse.
Maka comenzó a leer todo lo que podía a una velocidad anormalmente rápida. Dándose cuenta de que todos los periódicos tenían un tema en común: La carnicería...
Al principio se encontró con cosas relacionadas a la apertura del local, publicidad, etc.
Pero mientras cambiaba de páginas, comenzó a ver varias noticias relacionadas a la falta de clientes, un altercado con la policía, rumores de la quiebra de la carnicería y por último, la desaparición abrupta y misteriosa de sus tres dueños.
Tú mirabas atento la enorme habitación. Aunque si eras sincero, no podías ver mucho más allá de dos metros a causa de los incontables cuerpos de animales.
Te giraste para ver a Maka cambiando y cambiando de hojas. Se veía más interesante que lo que tú hacías. Aparte de que sentías cómo el filo de la guadaña comenzaba a enfriarse.
Pero algo llamó tu atención. De reojo viste algo raro entre los cuerpos, aunque no sabrías decir qué exactamente.
Miraste en aquella dirección, alarmado. Pero ya no se veía nada ¿Había sido un truco de tu mente? ¿Acaso estabas tan alarmado que veías cosas? Eso esperabas, lo único que querías ahora era resolver la misión y volver a Shibusen.
Fue en ese momento, en que notaste cómo a lo lejos, varios ganchos parecían columpiarse ligeramente...
Esto encendió todas las alarmas de tu cerebro. Algo se había movido en esa zona. No podía ser el aire, ya que no era capaz de mover el pesado cuerpo de una vaca. Entonces el causante o era un humano... O un alma de Kishin.
No tardaste más, giraste la cabeza ligeramente hacia Maka, y en voz baja intentaste llamar la atención de tu compañera.
--Psss. Maka, creo que hay alguien aquí--Dijiste en susurros.
La chica no te escuchó, seguía ojeando las distintas páginas de los periódicos. Por lo que de nuevo, le hablaste.
--Maka, creo que hay alguien por allá. Deja de leer eso--.
Pero la chica siguió ojeando sin escucharte. Estaba bastante centrada en lo que hacía.
Te desesperaste, y fuiste con ella para comenzar a sacudirla ligeramente de su hombro derecho, a la vez que la llamabas por su nombre. Finalmente esta se giró hacia tí algo molesta, pero cuando estaba a punto de hablar, notaste cómo una sombra se formó en la pared que tenías enfrente.
Te giraste con rapidez, y... Lo viste...
Un monstruo alto, con el cuerpo gordo, un traje de carnicero, y en donde debería estar su rostro... Había una máscara hecha con la cabeza de un cerdo, de la que por los orificios escurría sangre...
Estabas tan impactado, tan asustado por la repentina aparición de esa cosa que te quedaste congelado. El monstruo levantó su brazo derecho, el cual ahora era una especie de machete gigante, y lanzó un ataque directo a tu cuello.
Pero justo unos segundos antes de que la cuchilla te decapitara, Maka pateó fuertemente hacia arriba el brazo del alma de kishin. Interrumpiendo el ataque, y haciéndote reaccionar.
--¡TN EN ARMA, AHORA!--Ordenó la chica acelerada por la repentina aparición del enemigo.
Reaccionaste, asentiste, y pronto tu cuerpo brilló en una luz blanquecina. Para después pasar a formar una alargada guadaña que fue tomada por Maka.
--Mierda ¡¿De dónde salió este sujeto?!--Se preguntó la chica para después atacarlo con un corte horizontal.
El monstruo logró bloquear el ataque de Maka con su otra mano, pero fue sorprendido por una patada en la mandíbula de parte de la chica. La cual se había apoyado sobre su arma para realizar el ataque.
Maka en un rápido movimiento posicionó la guadaña apuntando hacia atrás, salto contra el aún desorientado enemigo y finalmente, dio un tajo vertical...
Fue en ese momento, que observaste cómo aquel deformado monstruo...
Se partió a la mitad...
Ambas mitades del cuerpo cayeron hacia la derecha y la izquierda respectivamente, seguido después de la desintegración del cuerpo. Para que pocos segundos después, una alma de color rojo comenzase a formarse un metro arriba del cuerpo.
Volviste a tu forma humana después de que el combate terminase, mientras que Maka relajaba sus músculos. La batalla, había terminado.
--Esta... ¿Muerto?--Preguntaste algo impactado por la corta duración de la pelea, y la extrema velocidad de reacción y ataque de Maka.
--Míralo por tí mismo--Dijo la chica para después soltar un largo suspiro. --Y bueno ¿Qué esperas?--Preguntó la chica mientras te observaba.
Frunciste el ceño confundido, a lo que Maka te señaló el alma de color rojo, y entendiste perfectamente a lo que se refería. Ahora tú debías... Devorar su alma
Pero antes de que avanzases hacia el alma de su enemigo recién derrotado, Maka te tomó del brazo izquierdo, mientras miraba alarmada una zona entre las carnes.
--¿Qué sucede?--Preguntaste ahora algo asustado por el comportamiento de la chica.
--Hay uno más--Susurró la chica, mientras observaba un alma de Kishin al fondo de la habitación. Completamente quieto.
Ibas a transformarte en guadaña de nuevo, pero detrás de tí, se manifestó un sonido metálico que llamó rápidamente tu atención y la de la oji verde. Y al observar al suelo, ambos vieron lo que parecía ser...
--¿Una placa de ventilación?--Pensaste extrañado.
Rápidamente ambos miraron hacia arriba, justo para observar el ataque descendente de otra alma de Kishin.
Saltaste a la izquierda, y Maka a la derecha, mientras que el nuevo enemigo cayó justo donde antes estaban parados, rompiendo y levantando varios pedazos del suelo a causa de su ataque.
Caíste al suelo y te cubriste de algunos escombros pequeños. Después comenzaste a levantarte a la vez que transformabas tu brazo derecho en el filo de la guadaña y observaste al recién llegado.
El enemigo era alto, extremadamente delgado, con un largo cabello de color negro que le llegaba hasta las costillas. Mientras que en donde deberían estar sus dedos, habían unos filosos ganchos de metal.
El alma de kishin giró su cabeza haca tí, mostrándote su horrenda cara con la mandíbula alargada, ojos completamente negros, y con los dientes de abajo alargados y afilados como si de cuchillos se tratasen.
Más pronto que tarde, el sonido de algo cortando el aire a gran velocidad se hizo presente. Maka logró agacharse a tiempo antes de que unas cadenas casi la golpeasen en el rostro.
Las cadenas chocaron con la pared detrás de la chica, abriendo una ligera grieta en sentido horizontal. Pero poco después, estas fueron jaladas hacia lo más profundo de la habitación, lo cual, le dio a la oji verde una sola conclusión.
--Es el maldito que vi antes...-.
Pero ahora tres cadenas se dirigieron hacia tí en un ataque descendente.
Con tal de esquivarlos, giraste sobre tí mismo en el suelo mientras te cubrías el pecho y la cara con tus dos brazos, que ahora ambos eran filos de guadaña.
Lograste esquivar los ataques con éxito y te levantaste del suelo rápidamente, pero un nuevo problema surgió. Y era que el monstruo de los ganchos, se lanzó contra tí. El alma de kishin tenía el objetivo de cortarte el estómago, por lo que de nuevo colocaste tus brazos enfrente de tí, y recibiste el impacto de lleno.
Pero la fuerza del enemigo era muy superior a la tuya, y aunque lograste bloquear el golpe, el monstruo te mandó volando dos metros hacia arriba, lanzándote varios metros de la zona en la que peleaban.
--¡TN!--Gritó alarmada tu compañera.
La chica quiso ir a ayudarte, pero cuatro cadenas salieron de entre los cuerpos en dirección a dos partes concretas de la chica, los cuales eran los tobillos, y el pecho.
Mientras que las cadenas del pecho venían de enfrente, las de los tobillos venían por detrás. Y, en una rápida y desesperada decisión, Maka se volteó y saltó ligeramente.
La chica quedó en posición horizontal mientras giraba sobre sí misma hacia la izquierda. Las cadenas pasaron a gran velocidad tanto por arriba como por debajo de la chica, justo para que después Maka cayese agachada al suelo.
Pero sin ningún tiempo para respirar, el enemigo de los ganchos, fijó a la chica como su objetivo y lanzó su ataque...
Contigo
Tu espalda chocó contra uno de los cuerpos con una gran fuerza, para que después cayeses al suelo, arrodillado.
--Mierda, eso dolió--Te quejaste mientras te recomponías.
No sabías en que parte de la extensa habitación te encontrabas, ni cuantos metros te había lanzado el maldito monstruo, pero a lo lejos pudiste escuchar un fuerte golpe, seguido del sonido de varias piedras cayendo al suelo.
--¡¿Maka?!--Gritaste preocupado por tu compañera.
Pero fuiste cayado por el ataque de una cadena, la cual rozó tu hombro derecho. Rompiendo tu sudadera y abriéndote ligeramente la piel.
Pronto cinco cadenas se alzaron desde otro punto de la habitación. Acomodadas con dos a los lados y una en medio, todas cayendo hacia tu dirección.
Como pudiste, te lanzate a la izquierda y lograste esquivar los ataques por poco, mientras que las cadenas terminaron dañando varias partes de los cuerpos que yacían colgando.
Pero las cadenas volvieron a levantarse, y ahora en un acomodo horizontal, se lanzaron de nuevo hacia tu persona.
Esta vez clavaste tus dos brazos en uno de los cuerpos, y te apoyaste en este para después subir los pies.
Las cadenas terminaron golpeando el cuerpo del animal muerto, pero para tu suerte, no lo atravesaron.
--¡TN!--Escuchaste gritar a Maka desde la lejanía.
Pero justo cuando le ibas a contestar a tu compañera, esta volvió a hablar.
--¡No vengas aquí! ¡Ve contra el de las cadenas!--Ordenó para que de nuevo, escuchaste el sonido del concreto siendo destruido.
--¡¿Estás loca?!--Le gritaste confundido.
Estar juntos era algo fundamental. Arma y técnico tenían que estar juntos para así sacar su máximo potencial. Y obviamente, esto no servía si simplemente se alejaban uno del otro.
--¡Escucha! ¡Necesito que mates al de las cadenas o no podremos juntarnos! ¡Nos están separando a propósito!--.
Esto hizo que abrieras los ojos, impactado.
Según los libros, mientras más almas puras devora un alma de kishin, más va perdiendo su humanidad y su cordura. Y al final, se terminan convirtiendo en meras bestias sin inteligencia alguna.
Pero era cierto que estos enemigos parecían tener cierta estrategia a la hora de atacarlos. Aunque por sus apariencias, parecían ya bastante avanzados en su deformación.
--¡El de las cadenas se encuentra en diagonal ligeramente hacia tu izquierda, cerca del centro!--.
--¡¿Pero y tú?!--Le gritaste preocupado.
--¡No te preocupes por mí, aguantaré! ¡Tú mata al de las cadenas o no podremos salir!--.
No dijo nada más, mientras que tú aún colgando sobre el cuerpo maloliente del animal, miraste hacia la dirección indicada.
Te preocupaba Maka, sabías que ella en algún punto se cansaría, pero si la chica te ordenó ir contra el de las cadenas, era porque ella estaba segura de que aguantaría hasta que lo mataras. O al menos eso querías suponer.
Por lo que, bajaste del cuerpo y comenzaste a correr hacia la dirección indicada por la chica.
El enemigo parecía que sólo atacaba a distancia, desde el punto que te había dicho Maka. Las cadenas eran alargadas y algo delgadas, mas su movimiento era predecible y algo lento, al menos al principio.
Comenzaste a formular una estrategia para lidiar tanto con los ataques descendentes, como los horizontales.
Pero no tardó mucho cuando otras cuatro cadenas ordenadas de manera vertical se alzaron hacia el techo desde un punto lejano, para después, comenzar a dirigirse hacia el suelo donde te encontrabas.
Te detuviste y alzaste ambos brazos en forma de filo. Y cuando las cadenas comenzaron a rozar el filo de metal, empujaste ambos brazos hacia los lados, llevándote consigo las cadenas.
--¡Funcionó!--Pensaste aliviado, para después comenzar a correr por donde se habían alzado las cadenas.
Las cadenas que anteriormente habías desviado, se retrajeron a gran velocidad en la dirección a donde te dirigías. Para que después, dos cadenas atacasen de manera horizontal tus tobillos.
Saltaste para después cubrirte en otro cuerpo. Para que justo después dos cadenas más golpeasen el cadáver con el que te cubrías.
Que hubiesen tantos cuerpos de animales eran una ventaja. Podrías usarlos de escudos tanto como quisieras y aparte limitaban los ataques del oponente.
Aunque claro, también no podías moverte con tanta libertad y sólo podrías ver los ataques enemigos cuando estos estuviesen demasiado cerca.
Y tal como lo pensaste, lograste ver un ataque en diagonal de una sola cadena cuando ya se encontraba a dos metros de tu rostro.
Reaccionaste tirándote al suelo, esperaste a que el ataque impactase contra otra cosa, y volviste a avanzar...
Con Maka
La chica agachó su torso hacia atrás, esquivando los ganchos de su enemigo para después alejarse rápidamente de este.
El alma de Kishin no la dejaba descansar, y con sus "garras" comenzó una embestida de ataques rápidos hacia la chica. La cual, sólo podía retroceder para salvarse.
--¡Qué persistente! ¡Toma esto!--.
Después de esquivar un ataque, la chica se apoyó en el suelo con su mano izquierda, y dio una fuerte patada con su pierna derecha en las costillas del enemigo.
Este se tambaleó ligeramente, a la vez que Maka daba un salto hacia atrás. Pero de nuevo, el sonido de algo cortando el viento se hizo presente.
La chica apenas y logró moverse, pero aún así la punta de una de las cadenas logró hacerle una herida en la mejilla izquierda. De la cual, comenzó a brotar un poco de sangre.
Las tres cadenas se movieron de nuevo de manera horizontal en dirección a la retaguardia de la chica. Mientras que el de los ganchos lanzó un ataque hacia Maka por enfrente.
La chica rápidamente dio una mortal hacia atrás, esquivando ambos golpes y haciendo que las cadenas golpeasen al enemigo de los ganchos. Pero cuando iba a seguir luchando, la oji verde observó que las cadenas fueron jaladas y rápidamente se perdieron entre los cadáveres de vaca.
--Eh?--.
Contigo
Siete cadenas destrozaron varios cuerpos de vaca, esparciéndolos en pedazos alrededor de la zona mientras que tú corrías tanto como podías.
Creíste que ya tenías dominado los ataques de tu enemigo, pero ¡ Oh sorpresa! Sus ataques eran mucho más rápidos y más fuertes conforme más te acercabas. Realmente no quería que lo vieras cara a cara...
Fuiste sacado de tus pensamientos rápidamente al observar cómo los cuerpos frente a tí se partieron a la mitad.
Una cadena se dirigía a tu cuello, y otra a tu pecho. Y en una acción desesperada, colocaste ambos brazos transformados enfrente de tí, con cierta separación entre ambos.
Las cadenas frenaron su avance al chocar con ambos filos de guadaña, pero una parte de ambas cadenas sobraba a tu lado izquierdo. Y al chocar contra tus brazos a la velocidad que iban, estas giraron en tu dirección y terminaron chocando contra tí.
La cadena del cuello te golpeó una vertebra de la zona baja el cuello. Mientras que la cadena del pecho, te golpeó una costilla en tu lado izquierdo.
Ambos golpes fueron fuertes, pero sin duda el más doloroso fue el de la costilla. Sentías un gran ardor en la piel, y poco después le siguió la sensación de un líquido cálido que se escurría.
Estabas sangrando...
Tiraste las cadenas al suelo, y soportando el dolor comenzaste a correr hacia el objetivo. Tenías que darte prisa o te mataría.
Las cadenas fueron jaladas violentamente hacia donde te dirigías, y poco después se lanzaron hacia tí como si de serpientes se tratasen.
Juntaste tus brazos rápidamente y cuando las cadenas ya estaban bastante cerca tuya, empujaste las cadenas hacia ambos lados.
Los ataques comenzaron a intensificarse, una cadena tras otra salían desde distintos ángulos a una gran velocidad.
Estabas increíblemente concentrado en la batalla, la adrenalina, la incomodidad del dolor y la constante alerta de que por cualquier descuido podrías morir, estaban muy presentes en tu mente.
Ataques bajos, descendentes, horizontales y verticales. Esquivabas la mayoría y los demás los bloqueabas con tus brazos.
El sonido constante de metal moviéndose y chocando, junto con la carne siendo destrozada era lo único que podía escuchar.
Pero unos segundos después, las cadenas finalmente lograron hacerte más daño.
Tu cuerpo comenzó a recibir golpes y cortadas por doquier. Tu ropa era rasgada y la sangre comenzaba a hacerse presente. Pero no dejaste de avanzar.
El objetivo estaba cerca y absorto en la batalla y con un fuerte grito de guerra, aumentaste tu velocidad y después de correr un par de metros... Lo encontraste...
Igual de delgado que el anterior, tenía una especie de casco completamente liso que cubría toda su cabeza y sus dedos tenían una especie de ganchos que conectaban las cadenas con su espalda.
En un último intento desesperado, el monstruo movió ambos brazos a los lados y mandó sus diez cadenas de manera horizontal directamente hacia tu cuerpo.
El tiempo se volvió lento, tu mente comenzó a trabajar a un nivel que ni tú te lo podías creer.
No podías agacharte, ni moverte a los lados. Y si intentabas bloquear el ataque, eventualmente el resto de las cadenas golpearían y cercenarían tu cuerpo. Por lo tanto, sólo quedaba una opción... Arriba...
Tus piernas brillaron en un tono blanco, y estas tomaron la forma del mango de la guadaña, haciendo que subieras cerca de dos metros en el aire para después volver a su forma normal.
Ya en el aire, colocaste ambos brazos en forma de equis, mientras ibas cayendo hacia el monstruo que yacía perplejo. Para finalmente...
Decapitarlo...
Con Maka
La chica chocó violéntame contra la pared que se encontraba detrás de ella, para posteriormente, agacharse rápidamente.
La pared fue rota por los ganchos del alma del kishin. El enemigo no parecía tener rastros de cansancio alguno. Mientras que la alumna del Shibusen tenía algunas heridas superficiales, su respiración era bastante agitada, y el sudor sumado al ambiente frío la estaba congelando.
Hacía ya rato que no se cercioraba si su compañero estaba vivo o no. El monstruo frente a ella no le permitía activar su habilidad ni descansar aunque sea un poco.
De nuevo, Maka tuvo que esquivar un ataque que iba directo a su estómago. Para después contraatacar con una patada a la espinilla de su enemigo.
El monstruo ni se inmutó, y con sus ganchos intentó desgarrar a la chica nuevamente.
Era claro quien tenía la ventaja en aquella pelea, y sin su arma, Maka no tenía posibilidad alguna de matarlo. Por lo que de nuevo, esquivó el ataque y retrocedió rápidamente. Mientras el monstruo preparaba una tercer embestida.
Y fue cuando el monstruo la tenía de frente, que Maka notó una figura detrás de su enemigo...
El estómago del alma de kishin fue atravesado desde atrás por el filo de una guadaña. La chica supo quien era de manera inmediata, y una sonrisa junto con una sensación de alivio se formó en su rostro.
El monstruo gritó del dolor e intentó asesinar al chico herido detrás de él.
Pero el chico sacó rápidamente el filo y esquivó el ataque para después correr hacia su compañera.
--¡Maka!--.
La oji verde asintió, e igual que tú extendió su mano derecha al frente para que así, ambos tomaran sus manos.
Resplandeciste en una luz blanquecina, y una enorme guadaña tomó tu lugar. Mientras el monstruo aún se quejaba del dolor, y se sostenía las entrañas.
--¡Es ahora o nunca!--Grito la chica para lanzarse con la guadaña en alto hacia el monstruo.
El alma de kishin se dio cuenta del ataque de tu compañera demasiado tarde. Y con un rápido y certero ataque horizontal, el enemigo fue asesinado...
La chica retrocedió un par de pasos mientras el cadáver de su enemigo comenzaba a desintegrarse.
Maka activó su habilidad de ver almas para cerciorarse de que ya no quedaba nadie más. Y, después de confirmarlo, la chica cayó al frío suelo junto con su guadaña, la cual volvió a tomar forma humana.
Ambos se acostaron boca arriba y con sus brazos extendidos, se tomaron un pequeño momento de descanso.
Finalmente, la misión había terminado...
¿Y, qué les pareció el cap?
Hola, perdón, perdón. Sé que tardé 3 semanas en hacerlo, y que les dije la vez anterior que no retrasaría más los capítulos. Pero si les soy sincero estoy ocupado con la escuela y esas cosas. Y por lo tanto, tengo mucho menos tiempo para escribir mis historias.
A partir de ahora no sé de cuanto en cuanto publicaré nuevos capítulos, pero tengan por seguro que la historia va a continuar.
Pero bueno, si les gustó voten con una estrella. Si tienen dudas o comentarios déjenlos aquí. Y sin más que decir, los veo en el siguiente cap...