So bad | SukuIta

By reeakk

73.3K 4.9K 2K

• • • ~ Oneshots ~ Sukuna Ryomen x Itadori Yuuji | Relación chicoxchico ~ Advertencias varias | mayormente... More

So bad
Ride it
Gran rey | 1
Gran rey | 2
Sabbat
Drunk dazed | 2
Danse macabre

Drunk dazed | 1

6.5K 542 164
By reeakk

Advertencias: Incesto | Mención de ingesta de alcohol | parte 1 de 2

• • •   ҉   • • •

Yuuji

Por alguna razón las luces parecían más brillantes ahora y el aire fresco de más de medianoche no estaba siendo tan aliviador como esperaba. En realidad, se sentía un poco más mareado.

Bien, un mucho más mareado.

Recargó su cuerpo contra uno de los postes de luz y rio divertido sin mucha razón más que la vuelta extraña que todo había dado a su alrededor al moverse.

Wow, nunca había estado ebrio antes, pero ahora podía entender un poco por qué la gente lo hacía; era divertida la forma en que todo parecía fuera de contexto y en movimiento continuo. Y el hormigueo bajo su piel era agradable; sobre todo porque no sabía si era un nuevo impulso de ponerse a bailar o se estaba poniendo repentinamente caliente.

Sabía que debía llamar a sus amigos o Nanami o Gojou o a su hermano, pero cada una de las opciones parecía peor que la anterior. Su teléfono había vibrado toda la noche, seguramente por ellos cinco, y Yuuji lo había ignorado sin verdadera intención de hacerlo. Contestó algún mensaje anterior, porque no quería que se preocuparan, pero no recordaba qué había contestado ni si ellos habían respondido algo, o si de verdad lo había hecho... en todo caso, tampoco recordaba dónde estaba su celular.

Revisó sus bolsillos torpemente, no había nada en ellos, pero al menos ahora también sabía que había olvidado su chaqueta dentro. Vio el edificio que era el antro. Era todo luces amarillas parpadeando, como un panal. No quería regresar ahí dentro, todo olía a cigarrillos y algo más que no pudo identificar, pero tenía frío y sin su chaqueta ¿cómo llegaría a casa?

Podría correr, pensó.

Sonrió, era una repentina y buena idea.

Separó su cuerpo del poste y trastabilló hasta ponerse en medio de la acera, con las mejillas rojas, un tanto más pálido de lo normal y la nueva idea en su cabeza de poder llegar a su casa corriendo.

Solo debía moverse. Era fácil, Yuuji lo había hecho antes. Tres pasos. Dos más. Y lo siguiente que vio fue el piso acercándose en cámara lenta.

Atontado se dio vuelta sobre su espalda y rio. Ni siquiera sentía el dolor, pero estaba sangrando, casi estaba seguro, porque sentía una humedad calidad sobre su frente.

Bien, correr era más difícil de lo que recordaba. ¿Por qué si Yuuji ya sabía hacerlo antes? Y, hasta donde recordaba, lo hacía bien...

Suspiró derrotado. Seguramente parecía un vagabundo.

¿Pero, lo vagabundos podían teñirse el cabello de rosa? Era un buen estilo y seguramente eso les resolvería muchos problemas en su vida como... como... ¡atención! Claro, si su cabello fuese rosa, ellos llamarían la atención.

No sabía cómo, pero seguramente eso era bueno.

Abrió los brazos y miró el cielo. Debía pararse, pero sus piernas no respondían y... oh, ¿acaso había muerto en la caída?

Parpadeó, intentando enfocar al hombre parado a su lado que le veía como si fuese un idiota. Que grosero.

Aunque eso no era lo importante.

― ¡Eres idéntico a mí! ― Exclamó emocionado, abriendo mucho lo ojos.

¡Vamos, es que eran muy parecidos!

Claro, si Yuuji tuviese tatuajes, pinta de malandro y mirada de estar esperando el momento perfecto para matar a alguien solo porque sí. A parte, ¿Yuuji lucía así de sexi? Esperaba que sí.

El hombre sonreía y recargó una de sus botas negras (que iban muy bien con el look de badboy, pro cierto) en su estómago.

― ¡Oye! ― llevó sus manos al pie, pero estas apenas si podían levantarse. Volvió a reír, porque sentir su cuerpo tan flojo era divertido. No, debía concentrarse. Su versión sexi estaba pisándolo. ― E-eso es gosero... goserno... go-go-

¿Cómo se decía? Puff, no importaba.

― Tan patético y mucho más idiota de lo normal.

Tembló ante el tono de voz grave del otro. Wow, eso tampoco lo tenía él. Hizo un puchero, ¡¿por qué esta versión de sí mismo tenía lo mejor?!

― ¡Ya sé! ― gritó, tal vez demasiado alto. ― ¡Eres el gemelo malo!

Tenía lógica, lo villanos en las películas y los animes siempre eran los más guapos (aunque tal vez pensar eso no era muy heterosexual de su parte).

Su versión sexi rio con ganas. ― Claro que soy el gemelo malo, idiota.

Hizo otro mohín. Yuuji no era idiota. Bien, que no estaba pensando correctamente justo ahora (y tampoco era muy brillante sobrio, en realidad), y era verdad que quedarse quieto por mucho tiempo le resultaba difícil, y no le emocionaba especialmente ir a la escuela, y claro que Megumi y Nobara se desenvolvían mejor en ello, y a veces sentía atracción poco (nada) fraternal por su gemelo, y era realmente malo en inglés, y Choso era muy listo y Sukuna también lo era, pero... pero Yuuji al menos era bueno en deportes.

¿De qué estaba hablando?

― Estás hasta la puta madre, ¿cierto? ― Su versión sexi (que resultaba ser su gemelo, como, de verdad serlo, ahora lo recordaba) presionó su bota contra su estómago, haciéndolo jadear. ― ¿El pequeño Yuuji se está corrompiendo y no fui el responsable? Muy mal.

― Yo no me estoy cosiendo ― Su versión sexi rodó lo ojos. ¿Qué? ¿Había dicho algo mal?

― Solo párate del suelo, mocoso. Te llevaré.

― ¿A dónde? ― lo miró con desconfianza. Estaba ebrio, pero recordaba vagamente a Choso diciéndole algo como que no se fuera con extraños... aunque eso podría haber pasado ayer o hace diez años, quién sabe.

― No a casa, eso seguro. Si Choso te ve así se muere... aunque tal vez sea interesante de ver. ― Esa sonrisa malvada no debería ser tan atrayente.

― Das miedo. ― Lo señaló. Ahora, las luces parecían menos intensas y Yuuji pudo observar los ojos rojos de su hermano viéndole fijamente. ― Me gusta.

Sukuna (claro, su versión sexi desde siempre) chasqueó la lengua.

― Solo párate. ― Sin embargo, antes de que pudiese moverse, él lo paró tomándolo por los costados, levantándolo con demasiada facilidad. Todo volvió a dar vueltas rápidamente en su cabeza y, como era de esperase, volvió a reír divertido.

Resultó que estar de pie nuevamente era mucho más complicado de lo que recordaba. Su cuerpo temblaba y parecía poseer la fuerza de un recién nacido. Yuuji ni siquiera podía mantener la cabeza en alto, así que la recargó en el pecho de Sukuna, respirando la colonia que el mayor usaba cada mañana. Lo mareó, pero en realidad, siempre lo hacía.

Oh, esa era otra injusticia. ¿Por qué, si eran gemelos, Ryoumen era más alto? ¿Acaso el destino lo odiaba? Supuso que podía darse el lujo de ser dramático.

― Porque si fueses más alto también serías más idiota, mocoso.

¿Lo había dicho en voz alta? Tal vez ahora su hermano podía leer la mente. Entrecerró lo ojos, desconfiado.

Eso no podía ser bueno de ninguna forma, si su gemelo leía su mente Yuuji probablemente moriría de vergüenza. A veces pensaba muchas cosas extrañas que lo involucraban a él, a Sukuna y varias locaciones.

Se ruborizó por solo pensarlo.

Sukuna, sin embargo, aunque atento a cada una de sus expresiones y movimientos (y divertido ante ellos), solo sostuvo sus mejillas con su mano libre, presionando (su otra mano, de la que era plenamente consciente ahora, lo sostenía contra su cuerpo por la cintura).

― La próxima vez que vuelvas a beber ― recorrió su dedo pulgar desde su mejilla rosa por el alcohol a su labio inferior, dejándolo ahí, presionando un poco. ― Invítame.

Yuuji le sonrió y asintió con su cabeza, emocionado porque él nunca había visto a su hermano ebrio. Luego, sin pensarlo, atrapó el dedo sobre su labio entre sus dientes, mordiendo ligeramente.

Sukuna le miraba fijamente, atento a él, cargado de ese algo que hacía las piernas de Yuuji temblar. Se miraban fijamente, sin mediar palabra, el menor, ahora, perdido en un nuevo limbo que nada tenía que ver con el alcohol.

Su hermano empujó hacia adentro, acariciando la lengua y las mejillas internas con su dedo. Por alguna razón se sentía bien, y Yuuji solo pudo abrir su boca para darle más movimiento dentro. Jadeó, sonrojado aún más que antes, sintiendo como la saliva se acumulaba en su boca. Su vista no podía despegarse de Sukuna, incluso si para entonces todo lucía borroso.

― Vámonos. ― Al final sacó el dedo de su boca, mirándolo con intensidad, como si estuviese muy enojado, soltando la orden con un gruñido grave.

¿Sería eso, estaba enojado? Yuuji de nuevo se había comportado extraño, ¿cierto?

Seguramente su hermano ya lo sabía. Que Yuuji estaba enfermo.

Sintió las lágrimas invadir sus ojos rápidamente. Quería controlarlo, siempre lo intentaba, pero no podía. No podía sacar a Sukuna de su cabeza, ni sus tratos lindos a pesar de ser quien era (un bastardo sádico y frío), ni sus manos grandes, o sus ojos rubí que transmitían tanto poder que Yuuji fácil se inclinaría ante él; o sus tatuajes que recorrían todo su cuerpo y que había visto por completo porque solía quedarse a dormir con él al menos tres veces por semana con pretextos tontos que de todas formas su hermano no escuchaba o no le importaban.

Tampoco su sonrisa. O sus gestos enojados. O su rostro aburrido. O sus pestañas largas. O las arrugas de su frente al fruncir el ceño. O su sarcasmo. O su avaricia. O sus labios.

Yuuji no podía sacar nada del universo escarlata que era Sukuna fuera de sí porque lo tenía atrapado en su alma, en la raíz, donde comenzaba su ser.

Parpadeó, pero las lágrimas ya habían marcado el camino por sus mejillas.

― Tsk, ¿y ahora por qué mierda lloras?

― ¡Porque tú me odias! ― si antes con el alcohol sonaba extraño, ahora las lágrimas habían sumado un tono agudo a su voz que en otra situación hubiese sido cómico. Ahora solo era un tanto lamentable.

Sukuna parecía desconcertado.

― ¿Qué...? ― soltó un suspiro irritado.

Yuuji gimoteó unas cuantas frases más, pero para ser honestos, ni él mismo estaba muy seguro de lo que decía o, en todo caso, de si se entendía. Esperaba que sí, porque su cabeza estaba muy segura de estar haciéndolo bien.

Diciéndolo bien como... como en forma de un berrinche, tal vez. Pero era el hermano menor, podía darse esos lujos.

― Justo cuando empezaba a ponerse interesante. ― Sukuna rodó los ojos y presionó con más fuerza sus mejillas para hacerlo callar. ― Vámonos, ya podrás moquear cuando lleguemos y tal vez pueda entenderte algo.

Avanzó con él pegado a su cuerpo.

La moto de su hermano estaba estacionada frente a él y de repente toda la tristeza en su cuerpo se esfumó como por arte de magia.

Yuuji ya no recordaba porqué estaba llorando antes.

Soltó a Sukuna de golpe y lo empujó a un lado para subirse con toda la clase que su estado le permitía (nada) sobre ella.

― ¡Yo manejo!

― ¿Qué mierda...? ¿No se supone que llorabas como bebé hace nada? ― Yuuji no desapareció su sonrisa, emocionado y muy mareado. ― Bien, maneja. Igual debías ir adelante sino quería dejarte a mitad del camino estampado contra el suelo.

En realidad, Sukuna se subió tras él, tomando el control de la moto al instante y presionando sus cuerpos nuevamente.

Volteó a verlo. La barbilla de su hermano, decorada con las líneas negras de sus tatuajes, parecía preciosa frente a él y, sin mucho más, la mordió suavemente.

― ¿Qué tienes tú por morderme, mierda? ― gruñó. ― Tendré que corregir eso antes de utilizar tu boquita.

Yuuji le sonrió travieso. No entendía para qué su hermano quería su boca, pero estaba bien, Yuuji igual lo iba a seguir mordiendo.

Regresó su vista al frente. El aire comenzaba a tornarse más frio y las nubes se arremolinaban, grises y pesadas sobre su cabeza. Pegó su espalda al pecho de su hermano, sintiendo casi inmediatamente un ligero beso en su cuello antes de que la moto fuera puesta en marcha a una velocidad de vértigo. El alcohol le hizo disfrutar mucho más aquella sensación.

O tal vez era la respiración suave sobre su hombro.

Sonrió y estiró sus brazos. El viento golpeaba su rostro y la adrenalina subía a su cabeza para sofocarlo en éxtasis impulsado por su estado etílico.

A pesar de los gruñidos de Sukuna por que se callara siguió gritando y riendo en voz alta. Le gustaba, quería estar así siempre; pegado a aquel cuerpo fuerte que siempre le protegía, sintiendo la libertad contra su cara, dejando sus miedos esparcidos a su alrededor.



• •   ҉   • •


~ Disculpas sinceras por fallas ortográficas o gramaticales.

~ Se supone que solo iba a ser un solo capítulo, pero como siempre, no funcionó como yo esperaba xd 

Así que lo siento y esperen la parte de Sukuna.

~ ¡Gracias por leer, los amo mucho! ✨🖤

Continue Reading

You'll Also Like

564K 46.1K 23
🌼🌼Ésta va a ser una historia lenta, que tratará de yuuji x sukuna, si no te gusta esta pareja o el género chicoxchico no lo leas. Lo más probable e...
5.8K 508 7
Ya casi a pasado un año desde que llegue al Happy Hotel, actualmente Hazbin Hotel, mi intención era divertirme viendo caer a la gente pero no contaba...
8.7K 1.3K 25
La escuela UA cuenta con muchas leyendas de fantasmas, pero sin duda la más conocida era la del espectro del antiguo salón de la clase 1ª Dicha leye...
214K 23.8K 39
En donde Emma Larusso y Robby Keene sufren por lo mismo, la ausencia de una verdadera figura paterna.