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K A T H E R I N E
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Me tarde unos segundos en darme cuenta que ya no tenía nada más que ocultar. Damián sabe lo que siento y mantenerme al margen solo haría más difíciles las cosas.
“Ve Katherine…, detenlo…”
Levante los ojos. Respire hondo y salí corriendo del salón.
— Oye espera aún tenemos que hablar!!— exclamó Estefany que se me atravesó en mi camino.
Choque con ella antes de salir del salón. Mire a los dos buscando si aún Damian se encontraba por ahí.
— Se fue por ahí!— dijo Lesly, mi pequeña compañera de proyecto.
Sonreí débilmente.
— Te lo agradezco… — contesté mientras apresuraba mi paso por los pasadizos.
No tarde mucho en llegar a las puertas de salida. Me detuve al pie de las escaleras mirando ambos lados.
A unos metros note que Damián aun no habia partido. El auto que acostumbra a recogerlo recién estaba por estacionarse.
Yo, aún parada entre las escaleras cerré los ojos y muy despacio me repetí «Solo hazlo, déjalo salir»
Me empecé acercar.
Estando a unos pasos, deje caer mis manos y como los viejos tiempos intente hablar informalmente.
— Querías que fuera sincera cierto?, entonces dejaras que lo sea?
Damián giro su cuerpo quedando a la vista de mis ojos.
— De todo lo que dije que fue lo que no te quedó claro!!— exclamó frunciendo el ceño.
Su mirada era intimidante pero yo no lo veía como amenaza, lo he visto así tantas veces que aprendí a querer ese lado suyo.
— En todos estos meses jamas te he dicho lo que siento — Me temblaba las manos — Intente decírtelo ayer pero eres demasiado orgulloso para oírlo.
Damián hizo un sonido burlón.
— No intentes dejarme como el malo en todo esto — Sentí tensión en sus palabras — O acaso olvidaste que tú me hiciste a un lado…
Aprete el puño con fuerza y di un paso firme levantando la mirada.
— Para empezar, debo decir que desde el principio jamás pensé que pudieras fijarte en alguien como yo…—Encogí mis hombros pero seguía con la mirada fija en él— Siempre que estabas a mi alrededor, solo me recordabas lo diferente que era al resto. Cualquiera diría que no era una opción para ti. — Suspiré — Lo mejor que podía hacer era fingir que nos llevábamos mal.
Damián giro los ojos hacia otra dirección.
Era evidente que nada de lo que decía lograba convencerlo. Aún así continúe.
— Tienes que entender que alguien como yo jamás podrá ser aceptada en el mundo en el que vives…, no soy bonita y tampoco tengo dinero, la única manera que tenía para permanecer a tu lado era siendo tu amiga. — Volvió a mirarme pero no como quisiera. Estaba enojado
— Si sigues diciendo esto lograrás que te odie aún más — Levantó la voz — ya estoy cansado de que todos me subestimen. Me mientan. Que me apuñalen por la espalda, y sobre todo que no confíen en mí..
— No es en ti en quién no confío, es en mi…— Exclamé inclinando un poco la cabeza.
— ¿Sabes lo que me costó aceptarlo?— Reclamó con frustración — Tuve que vencer las patéticas ideologías de mi madre y las cosas que los demás pudieran decir para poder admitir que estoy enamorado de ti!!
Levante mis ojos de inmediato.
Al verlo comprendí que su dolor era mucho más profundo que el mío.
“Quisiera poder retroceder el tiempo”
— Lo único que quería en mi vida era alguien que pueda confiar en mí — confesó — Que este a mi lado aún cuando todos los demás digan que soy un completo idiota — Mis ojos se empezaron a humedecer — Que me diga que soy único y que puedo seguir creciendo; porque aún no se que camino tomar, pero cuando lo escoja me diga que tome la decisión correcta. No como tú que aun teniendo sentimientos por mi, me miente… y de lo único de lo que está preocupada es que le vuelvan a romper el corazón…
Me dolía escucharlo. Sus palabras solo albergaban mas dolor en mi pecho. Era difícil hablar sin mostrar tristeza pero tuve que continuar.
— Es verdad…— Suspiré — no quería que me rompieran el corazón, no tenía confianza en ti y hasta cierto punto tuve miedo — Respire hondo mientras apretaba mi abrigo con fuerza — Ahora te lo digo porque quiero que empecemos de cero.
— Es ya fácil decirlo verdad?
— Lo que te dije estuvo mal, y entiendo que me odies… en verdad lo siento — Levante un poco la voz — Pero ahora, en este momento solo quiero que sepas que yo… ¡Te quiero! — Al fin pude decirlo — Te quiero más que cualquier cosa…. Quizá ya no quieras verme, pero yo seguiré siendo feliz si pudiera verte aunque sea desde lejos.
Damián se quedó quieto mientras sus ojos recorrían mi rostro.
Levantó la mano con intensión de tocarme pero se detuvo apretando con fuerza su puño. Frunció el ceño y se dio media vuelta.
— Está conversación terminó — Exclamó mientras caminaba hasta su auto.
— Espera por favor!!— Camine detrás de él.
— Dije que está conversación se TERMINÓ!! — gritó haciendo que me detenga.
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D A M I Á N
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No recuerdo haberme contenido tanto a la hora de hablar con alguien. La escuchaba y al mismo tiempo tenía unas ganas locas de abrazarla. Si me quedaba un segundo más con ella, hubiera mandado al diablo otra vez mi orgullo.
— Señor quiere que lo lleve a empresas Wayne?— preguntó el chofer preparándose para salir.
— No, está vez llévame a la mansión — contesté — Y que sea rápido.
Respire hondo y lancé mi cuerpo contra el espaldar del asiento. Tenía los ojos caídos mirando todo el tiempo mis manos.
El teléfono me volvió a sonar y por el tono de llamada sabía que se trataba de mi padre. Lo ignoré.
Gire mi rostro hacia la ventanilla. Justo pasábamos por el restaurante que destruí la primera vez que salí como Robin. En ese entonces era un completo inexperto y siempre desconfiaba de todo aquel que se me acercaba. Nadie me soportaba.
— Que idiota..— murmuré a mi mismo.
Volví a mirar a la ventanilla y esta vez me vi reflejado en el vidrio. Mis ojos que alguna vez mostraban rabia y dolor, ahora se ven deprimentes. «Que gran cambio». Me reí de mi situación.
En medio de mi risa un recuerdo me vino a la cabeza. Era inesperado y enigmático. Confuso y abrazador.
Por supuesto, Katherine era el centro de todo.
Para empezar, es sabido por mi familia que mi paso por todos los sitios peligroso e inexistentes ante los ojos de los ciudadanos me hizo adquirir reflejos e instintos muy agudos. Los desarrolle tanto que podía reconocer las intenciones del resto con solo mirarlos. Desde las mienten hasta las que intentan manipularte para obtener algo a cambio. Las cuestiones siempre eran las mismas, dinero, cariño, confianza o incluso por propio placer.
Todos tenían algo que me limitaban a un contacto más profundo.
Pero ese día, aquella vez que nuestros caminos se cruzaron y me detuve a mirarla a lo lejos, sentí que todo a mi alrededor desaparecía, no había miedos ni tampoco la necesidad de estar alerta de que algo malo me sucediera. Esa sinceridad y calidez en su sonrisa agitaban mi corazón que hasta ese momento creía que era de piedra.
— En que estoy pensando…— Exclamé pasando la mano por mi rostro.
He estado en esta situación antes, y me conozco lo suficiente para saber que no sera sencillo darle la espalda a lo que siento.
— Señor acabamos de llegar — me alertó el chófer.
No demore en bajarme. En al puerta principal Alfred me recibía con un gesto que advertía que teníamos visita.
— Ahora quién es?— pregunté dándole mi maleta.
— La hija del señor Montana — Entramos juntos — Llegó hace 20 minutos para ser exactos.
Suspiré resignado.
— Ire con ella — Me saque el abrigo — mientras tanto porque no llevas mis cosas a mi habitación.
— Como guste.
Camine hasta la sala. Betty se encontraba cerca a la ventana mirando su teléfono.
— Me podrías decir a qué debo tu visita?— pregunté con total seriedad.
— Tenemos que hablar! — Se acercó.
Percibí sus intenciones así que fui directo con ella.
— Seré claro contigo Betty — Metí las manos en mis bolsillos— Todo lo que pasó entre nosotros para mi ya está terminado.
— No estás hablando enserio o si?— Frunció el ceño.
— Sabías que en algún momento pasaría — Giré el rostro hacia la chimenea— te lo dije en el momento que me pediste que saliera contigo.
— En ese entonces solo me dijiste que te gustaba alguien — Levantó la voz acercándose más — Jamás me dijiste que se trataba de Katherine.
Le devolví la mirada quedando a un paso de distancia.
— Eso no tiene importancia ahora!— Exclamé.
— Ella te mintió… — Levantó la mano para acompañarla con su expresión alterada — Como no puedes darte cuenta!!
— Y no fuiste tú quien se aprovechó de eso?— Le cuestione.
Betty agacho la mirada.
— Sabes bien… que su situación es muy diferente a la nuestra — comentó en voz baja — quizá ahora pueda gustarte pero con el tiempo te darás cuenta que solo era un capricho absurdo.
Apreté la mandíbula conteniendo mi irá.
— Por favor vete Betty! — Le señale la salida — No hagas que te saque.
— Bien me iré, pero aún esta conversación no se ha terminado — Recogió su cartera y se fue enojada.
La seguí con la mirada hasta que cruzó la puerta. No se imaginan como tuve que contenerme para evitar decirle algunas palabras que tenía guardadas.
— Debo decirle joven Damián que eso fue impresionante— Intervino Alfred tomándome por sorpresa.
— Ahora escuchas conversaciones ajenas Pennyworth?— Replique.
— Si le bajara dos tonos más a su voz quizá dejaría de resonar en todo el pasadizo.
— Considerando que a esta hora no hay nadie en esta casa puedo hacer el ruido que quiera o no?
— Mire la hora joven Damián — Miró el reloj de su brazo — si observa bien el palito grande ya dio las 2 y si sabe cual es mi horario de trabajo sabría que no tengo labores en esta hora. Por lo que según el amo Bruce puedo hacer lo que me plazca.
— Bien!— Exclamé— Ya entendí no tienes que explicármelo.
Me retiré de la sala con dirección a la biblioteca. El ambiente ahí era más tranquilo y relajante. Un buen lugar para pensar mejor en mi situación actual.
Pase un largo rato leyendo un libro sobre física avanzada. Hubiera terminado las últimas páginas, si no fuera por el estúpido teléfono que no paraba de sonar.
“Romperé este teléfono en cualquier momento!!”
Me acerque para ver de quién se trataba.
— Enserio se atreve a llamarme?— Acepte la llamada.
✆ Conversación Telefónica ✆
DM: Dime que es lo que quieres Vanderwal
MV: (Serio) Deja que hable primero
DM: Solo dilo (Molesto) No tengo tiempo para lidiar contigo.
MV: Es sobre Katherine..
DM: Ya hablamos suficiente (Apreté el teléfono).
MV: No me dejaste terminar (Levanta la voz) Te dedicaste amenazarme que no pude explicarte nada.
DM: Me llamaste para decirme esto? (Cuestionó) Sera mejor que te cuelgue ahora.
MV: Escucha Damian!! (Insistente) ella hablo conmigo poco después de que regresaras (suspira) Me confesó casi llorando que tú le gustabas mucho.
DM: (Un largo silencio) Eso es ridículo, porque mejor no me dices lo que pasó entre ustedes!! O acaso me lo vas a negar?
MV: Seré honesto contigo Damián (suspira) al comienzo vi en Katherine una chica muy interesante y agradable. A medida que la conocía más me di cuenta que era una mujer maravillosa. Y si!! (voz firme) yo estoy enamorado de ella , pero… mis sentimientos no son correspondidos.
DM: (Confundido) No puedo creerte…
MV: Esa el verdad. Ahora depende de ti si al crees o no. (Pausa) Piénsalo Damián, que ganaría yo diciéndote esto. No crees que sería más fácil para mí ganarme el cariño de Katherine si te miento?.
DM: No tengo nada que decir…, adiós Michael.
Le colgué lanzando mi teléfono contra el sofá.
“Que me pasa!.Porque me emociono tanto!”