Possessive Wolf

By BUNNY__SS

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Kayla fue encontrada en medio de la nada con la ropa echa añicos, tenía apenas catorce años recién cumplidos... More

REPARTO
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 12
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20

Capítulo 13

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By BUNNY__SS

Cinco meses, cinco meses de cólicos, náuseas, y una bonita pancita que hace que las camisetas me queden corta y se me vean las bragas con las faldas, o que el pantalón no me cierre... ni los shorts... digamos que no me esperé tantos cambios, tuve que comprar ropa nueva porque la mía ya no me quedaba, pero no me arrepiento de nada, porque mi bebé patea rítmicamente, cuando me recuesto, mi pancita parece una verdadera ola, deforme, con huevos por todas partes, pero es bonita, me hace sentir tranquila cada vez que sentía al bebé, y me gustaba el sentimiento de verde que sentía de él, también rosa, cargado de amor, y amarillo, alegre, muy alegre, sobre todo cuando la manada posa su mano sobre mi vientre, el bebé adora sentir los lazos, adora conectarse con ellos, con nosotros, nuestra familia.

— Y entonces, me tomó por los pies y me arrastró hacia el interior de la casa — Narró Eric por decima vez— Es terrible, su celo fue excesivamente terrible, quizá porque le llegó más tarde de lo normal y acumulo, pero... tuve miedo por mi vida, realmente tuve miedo — tocando mi vientre otra vez, le gustaba sentir al bebé— No volveré a reírme de ti o de mi hermano nunca más.

De todas maneras, me reí, viendo lo afligido que se ponía cuando contaba su historia, era divertido de ver.

— Es bonita, Jared es una loba muy linda, con pelaje siempre pulcro y bien penado, yo no sé cómo lo hace.

— ¿Cierto? Ella tiene mucha clase, antes de reunirse con la manada bajo el gran árbol en luna llena, me hace cepillar su cabello ya transformada como cien veces, y le queda así de bonito.

— Ya veo, por eso siempre tan guapa.

— De hecho, dijo que fueras a comer con nosotros hoy, siempre estas sola durante el día, ya compraste todo lo que el bebé pueda ocupar por al menos tres meses y, también está la cuna.

Señalando.

Si... la cuna de mi bebé que su papá hizo.

Edric seleccionó cada superficie, la cortó en finos palos e hizo las rendijas de la cuna, también le hizo cajones abajo, tres por cada lado, en la parte trasera, una madera amplia que usaríamos como mudador, dos grandes cajones debajo para guardar los pañales, el talco, las toallitas, el algodón, todo lo que tenga que ver con su limpieza. Claro que no lo dejó al natural, le puso una fina capa de barniz oscuro, y joder, quedó como la cuna más costosa que encontrarás en las tiendas ¿La diferencia? Esta es especial, porque la hizo su papá, y el modelo también fue elegido por él, no hay otra como estas en el mundo.

— Me encantaría ¿A qué hora voy?

La verdad, sí me volvería loca aquí, sola todo el día.

— Ahora mismo. De hecho, me dijo que hiciera tiempo para poder cocinar, así puede atenderte como desea hacer y no hacerte trabajar, a ti te encanta estar corriendo de aquí para allá, ese bebé debe creer que está dentro de una lavadora.

Reí.

— Lo sé, soy un poco... un poco demasiado inquieta, me encanta estar corriendo por todos lados, no puedo estar quieta, no me gusta.

— Pero ahora estás embarazada.

— ¿Cuándo has visto a una loba guardando reposo?

Rodó los ojos.

— Mejor vamos ya, no hay caso contigo señorita — dándome la mano para ayudarme a levantar el trasero del sofá— Jared, debe estar esperándonos.

El lazo en mi pecho se dobló con fuerza, tanto, que tuve que presionar mi pecho para calmar el dolor, todos los lazos tiraban a la vez, el pueblo se inundó de un rojo furioso y azul, mucho azul.

— ¿Lo sentiste?

Observando a Eric, apretando su pecho con el mismo dolor que yo.

— Algo está pasando, vamos a ver.

Asintió, abriendo la puerta principal, saliendo de casa primero que yo, la mayor parte de la manada estaba convertida en lobo, Mikel y Edric entre ellos, también los gemelos, Ethan, la pareja de Eric, todos, menos los niños, las embarazadas o... aquellas personas demasiado adultas.

— ¿Qué está pasando?

Plantándome frente a Edric y Mikel.

Aullaron con fuerza, ambos, con desesperación.

Su canción sonaba como ManadaPeligroAmenazaOmegas.

Y tambén como ProtegerProtegerProteger.

Y también QuedateAquíQuedateAquí.

— ¡No! Yo también quiero ir, quiero protegerte, soy tu compañera.

Acariciando el cabello de Edric, algo estaba mal, y los estoy retrasando.

— Te quedas aquí — Dijo Mikel cambiando— Zara queda a cargo hasta que regrese, Eric, vamos — mirando a su hijo— Y Kayla, tu deber ahora es cuidar al bebé, cuidar de ti y apoyar a la alfa, porque tú serás la próxima alfa. te quedas, aquí, los demás, nos vamos.

Cambió otra vez, aulló al cielo, Eric a mi lado cambió y en menos de diez segundos, el pueblo estaba desierto, todos los lobos se fueron, todos nos abandonaron.

El corazón me latía demasiado rápido para cuando logré asimilar que se habían ido corriendo directo al peligro, estaba muy asustada por lo que pudiese suceder, todo ha estado tranquilo desde que llegue a la manada, creí que todos nuestros días serían rutinas aburridas y calmadas, creí que... todo siempre estaría bien.

Sin darme cuenta, ya estaba corriendo en dirección a casa, con Zara, ella era mi lugar seguro cuando Edric y Mikel no estaban, amo a esa mujer, ella... es como mi madre, es mi madre.

— Zara, Zara, se fueron, ellos se fueron.

Entrando a la casa de forma precipitada, viéndola a ella cubierta con la manta que ella y Mikel ponen sobre su cama, tenía los ojos brillantes y las garras afuera, todo en ella olía a azul y negro, tristeza y miedo, Zara estaba aterrada.

— Ven aquí, cielo, ven aquí, te estaba esperando.

Rápidamente caminé, más bien, corrí hacia ella, abrazándola con fuerzas, ella me devolvió el gesto, acariciando mi cabello, besando mi frente repetidas veces.

— ¿Regresarán?

— Claro que regresarán, ellos son impresionantes, muy fuertes, unos pocos omegas no serán competencia para ellos.

Sus palabras y su olor no estaban para nada coordinados, su cabeza era un caos ahora, ella estaba aterrada, de todas maneras, quiso calmarme, quiso consolarme.

— ¿Por qué ellos vinieron ahora? Nosotros no le damos problemas a nadie ¿Por qué nuestra manada?

— Los Omegas actúan por instinto, ellos no razonan, sólo tienen aquel instinto básico que los hace buscar un alfa con el deseo de que los acoja, los libre del dolor y la soledad, puede que se sintieran atraídos hacia nuestra manada porque aquí tenemos cuatro alfas, no solo uno.

Acariciando mi cabello.

— Tengo miedo... no quiero perder a alguien otra vez.

— No perderemos a nadie, cielo, fueron muchos lobos, lobos fuertes, rápidos, y con una mandíbula de temer, harán lo que deban hacer y volverán con nosotros.

Tomé aire, dispuesta a decir algo, pero la puerta principal de casa crujió y en cuestión de segundos, estaba echa mil pedazos a pocos metros de nosotras.

— ¿Quién es?

Rugió Zara, saltando frente a mí, protegiéndome.

— Sólo vine a buscar un autorregalo que dejé aquí hace algunos años, yo creo que la conoces, porque puedo olerla muy bien, su pestilencia norteña sigue siendo mi aroma favorito.

Carcajeando.

— Zara, ten cuidado, zara — intentando subir las piernas al sofá para abrazar mi cuerpo, pero la panza no me lo permitía— Es la bestia Zara, es quien mató a mi manada.

Zara no apartó la vista de su presa, estiró las garras y gruñó en su dirección.

— Aléjate de mi hija, lárgate si quieres sobrevivir ¿Cómo burlaste a la manada?

Dando un paso hacia él.

— ¿Burlarla? — carcajeó— Es una masacre ese lugar, ni siquiera había lobos suficientes para cortarme el camino, vine por Kayla, ella va a ser mi pareja, la dejé aquí para que creciera y madurara — riendo otra vez— No creía ser capaz de mantenerme lejos de ella, iba a romperla, despedazarla, comerla — carcajeando como un desquiciado, como si esta fuera la mejor broma— La dejé vivir porque sería una alfa ¿Qué mejor que ella para iniciar una manada? Y está embarazada, dime tú ¿No es mejor que venga con el paquete completo? Si la embarazo yo, no viviría para contarlo.

Dando un paso hacia nosotras.

— Por favor, no le hagas nada a ella — parándome frente a Zara, protegiéndola, es a mí a quien quería— la necesitan aquí, hay personas afuera, hay...

Callé.

Afuera había gritos, llanto y olor a sangre, los Omegas también estaban aquí, todo estaba desvaneciéndose, y todo era mi culpa.

— No hagas esto — estirando mis garras, gruñendo de forma amenazante— No lastimes a mi manada otra vez, no de nuevo.

— Llámame por mi nombre, niña, lo sabes, tienen que recordarlo.

Posando su mano en mejilla.

Temblé.

— Absalón.

Derramando una lágrima.

Estaba realmente aterrada, y había personas muriendo por mí ahora, por mí culpa, por mí existencia.

— ¡No la toques!

Zara golpeó su mano, apartándolo de mí, colocándose frente a mi cuerpo otra vez, dispuesta a saltar sobre su yugular en cualquier momento si intentaba tocarme otra vez.

— Recuerdas mi nombre, eso es bueno ¿Recuerdas lo que te dije la ultima vez que te encontrara?

— Dijiste que... ibas a venir por mí, que vendrías a buscarme.

Estaba asustada, estaba realmente asustada, me dolía el pecho, los lazos se caen a pedazos, muchos lazos, ni siquiera puedo identificar cual es de cual.

— Pues vamos, porque no soy un hombre dotado de mucha paciencia, y definitivamente no quiero lastimar a mi hijo.

Acercándose con toda la intención de tocar mi vientre, Zara se enfureció y saltó sobre él para atacarlo.

— ¡Zara! ¡No!

Grité desesperada.

Absalón perdió la paciencia, ni siquiera titubeó cuando Zara se acercó, sacó sus enormes y monstruosas garras atravesándole el pecho con estas, pude ver la sangre cayendo a borbotones al piso y su mano traspasando su espalda mientras su tétrica sonrisa se dibujaba en sus labios.

— Co...corre...

Dijo Zara, observándome una ultima vez, antes de que sus ojos se apagaran y su cuerpo dejara de moverse.

— No, no, no, no — cayendo de rodillas al piso— Zara... no... — recibiendo su cuerpo antes de que Absalón la dejara caer— No... mamá... no puedes morir tú también, no puedo perder a nadie más... mamá... por favor... — abrazándola con fuerza— Tienes que abrir los ojos, acelera la recuperación, no puedes morir... Zara... por favor...

Absalón jaló de mi cabello, poniéndome en pie, obligándome a soltar el cuerpo de Zara.

— Déjame — forcejeando— por favor... déjame abrazar a mi mamá... déjame en paz...

Llorando con fuerza.

— Oye, calma, calma — soltando mi cabello— No quiero que mi hijo sufra por culpa de tu arranque de emociones — sonriendo con malicia— Cálmate.

— Mi manada... destruiste mi manada, otra vez.

— Esta no es tu manada, la que construiremos sí será, ahora muéstrame la marca que te une a tu pareja, la removeré y si no te curas, atravesaré tu vientre y yo mismo sacaré a tu bebé ¿Qué dices?

Hablando con normalidad, como si no hubiese hecho algo terrible.

— No lastimes a mi bebé... por favor...

Abrazando mi estómago con desesperación.

— Juro por mi vida que no lastimaré a tu bebé ni a ti si tú te comportas y al menos finges que seremos una familia ¿Oíste? No intentarás escapar, no harás que este bebé me odie, yo seré su padre, eso sabrá él o ella, yo y nadie más que yo, tú serás la alfa de mí manada ¿Entendido?

Asentí frenética, haría cualquier cosa para mantener vivo lo unico que me queda.

— La marca.

Presionó.

Con manos temblorosas, estiré el cuello de mi camiseta, mostrándole la mordida que Edric dejó en mí el día que nos unimos.

No dudó en sacar sus colmillos y morderme con fuerza, arrancando todo ese trozo de carne, mierda... cómo dolía.

— Ahora cura, no habrá marca, no habrá nada, serás sólo tú y ese bebé, nadie más.

Hice lo que me pidió, acelerando la curación, saboreando el dolor, pensando en todo lo que sufrieron mis amigos y familia cuando este perro hijo de puta hizo, por lo que sus omegas hicieron.

— Ahora, muéstrame tu casa, quiero ver la estúpida tradición de los corazones.

Asentí sin tener más opción, saliendo de casa, viendo como todo se quemaba a nuestro alrededor, como todos... se... morían...

Mi casa era la única que seguía en pie, Absalón destrozó la cuna que con tanto esfuerzo Edric hizo para mi bebé, y luego se acercó a la chimenea, dónde dos corazones unidos descansaban.

— Esto ya no existirá más, ahora, eres mía, pequeña lobita.

Con una mano, tomó ambos corazones y apretó, desintegrándolos en segundos, destruyendo aquello por lo que luché años, el amor, las promesas, mi compañero, mi futuro, mis ilusiones...

Absalón llegó a mi vida... y se llevó todo.

Hubiese deseado abrazar a mi familia una vez más... hubiese deseado hacer el amor con Edric una ultima vez... hubiese deseado decirles a todos que los amaba...









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HOLA MIS AMOREEEES

ESTE CAPITULO ESTÁ PARA LLORAR:c 

NECESITO UN KILO DE PAÑUELOS PARA SECAR LAS LAGRIMAS EN ESTOS MOMENTOS, A KAYLA LE ARREBATARON TODO OTRA VEZ

ABSALÓN ES UN HIJO DE PUTA QUE PERDIÓ EL RUMBO, UN OMEGA DESCONTROLADO QUE NADIE PUEDE CAZAR 

¿QUÉ SERÁ DE KAYLA AHORA? 

LA PROFESÍA SE A CUMPLIDO 

SU BEBÉ JAMÁS CONOCERÁ A SU PADRE 

MORGAN NO ESTABA LOCA... LA CANCIÓN... SÍ ERA REAL

NOS LEEMOS PRONTO MIS AMORES

UN BESO

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