Ese era el día que se irían a la aldea de los animalium.
Se levantaron poco antes del amanecer, arreglaron las últimas cosas faltantes y salieron de la casa dispuestos a partir hacia el oeste, cuando se encontraron con el rey afuera de su casa y unas cinco personas que pertenecían a su grande ejército.
-Alfa - lo saludó Harry haciendo una reverencia exagerada como su primo solía hacer cuando él era rey, solo que la del rizado era broma, así que Daven respondió rodando los ojos divertido porque seguramente ahora entendía lo incómodo que era que hasta un familiar te tratara con tanto respeto.
-Deja las formalidades, Harry - pidió el nuevo rey y él se rio para después voltear a verlo a él y a las personas que lo acompañaban.
- ¿Qué haces aquí? - preguntó el rizado confundido pues aún era muy temprano para que estuviera despierto y ellos ya se habían despedido de él la noche anterior.
- ¿No creerías que los iba a dejar ir desprotegidos después de lo de Björn?
-No es necesario.
Le dijo Harry, adivinando que los alfas y betas que estaban allí serían su escolta hasta Harlow, no quería, ese ambiente familiar con el que iban, esa calidez de esa familia se vería diluida al ir con extraños y obviamente no quería eso.
-Claro que lo es, el bosque es peligroso - insistió serio y Harry se dispuso a insistir que no, pero su omega habló antes.
-Gracias.
-De nada, Louis - respondió el rey feliz ante su aceptación y luego lo miró serio - Deberías hacerle caso a tu omega.
Harry rodó los ojos divertido, aunque sabía que él tenía razón, siempre le haría caso a su omega, así que después de que el nuevo rey les diera indicaciones a sus hombres, ambos se despidieron de él con un abrazo y después todos salieron de la casa y se subieron a sus respectivos caballos, Lena y Louis en Galt y Niall se transformó a su forma de dragón para volar sobre ellos, cuidándolos desde las alturas y partieron por el oscuro y frío bosque hacia la aldea de los animalium.
Como nadie nunca había ido tan lejos y menos hacia el oeste, la magia de teletransportación de ninguno de los brujos no servía de mucho, o al menos eso le dijo Louis a Harry, así que no pudieron adelantar ningún día o tramo significativo, pero el camino tampoco se les hizo muy pesado, menos con la vaga charla que llevaban a ratos o la belleza del bosque que los rodeaba día y noche y los sonidos de los animales que a veces Louis atraía, maravillándolos a todos por sus hermosos colores y el singular revoloteo de las alas de los hermosos pájaros o la simple magnificencia de un imponente venado.
Pararon hasta que los alcanzó la oscuridad y armaron un par de tiendas de campaña para pasar la noche allí, en medio de la nada y solo con su solitaria compañía, cabe aclarar que la tienda que había sido de Björn seguía siendo inexplicablemente enorme, mucho más grande que cualquier tienda de campaña, en ella cabrían al menos unas seis personas, pero aun así Harry y Louis se quedaron en una aparte para que todos los demás estuvieran más cómodos y con más espacio.
- ¿Estas cansado, omega? - preguntó Harry acostándose junto a él y tapándolo con varias mantas que traían para que no pasara frío.
-Un poco - respondió él pegándose más a él y buscando su calor natural.
El alfa se acercó aún más a él y lo empezó a besar repetidas veces en los labios y mejillas porque sentía que hace siglos no lo hacía, incluso aunque sabía que no era cierto, se embriagó de su exquisito aroma combinado con el suyo en la ropa y en su suave piel y el dulce sabor de su boca, sintiéndolo tan cerca como era posible, pasando sus manos por la cintura de su omega.
Y pronto ese beso se tornó un poco más intenso, entre mordiditas que dejaba en sus labios que cada vez se iban tornando un poco más rojos, haciendo que Harry quisiera seguir besándolo más, y lamiditas en su cuello que últimamente solo quería morder, marcarlo, enlazarse con él.
Se separaron un poco buscando aire, pero solo encontraban sus propios aromas combinados perfectamente, ese olor exquisito en todos lados, ahogándolos a ambos en el instinto, y nuevamente el omega volvió a besarlo con ansias, así que rodeó su cara con sus manitas y se sentó arriba de él a horcajadas, alborotando a su alfa en un segundo, quien puso sus manos sobre su cintura de una manera posesiva y algo fuerte para evitar que se separara como veces anteriores que había hecho lo mismo.
-Omega.... - lo llamó el rizado en un susurro y casi siendo dominado por su alfa y sus instintos, que querían más.
Pero igualmente Harry quería probarlo, quería sentir su piel desnuda bajo su tacto, quería sentirlo alrededor de él y todos los rincones de su ser, quería hacerlo jadear, disfrutar después de tan ajetreados meses que habían pasado, quería hacer de todo con su omega y la verdad Louis se veía casi igual de perdido que él en el deseo.
Fácilmente les dio la vuelta en esa algo pequeña tienda de campaña, ahora él quedando arriba de su omega y continuando ese beso solo para meter su mano bajo la ropa del castaño, quien se estremeció bajo su tacto, jadeando un poco, y con Harry recorriendo su pecho y abdomen hasta llegar a su vientre bajo, en donde antes de que pudiera pasar más allá, Louis tomó su mano.
-Alfa... - lo llamó en un jadeo que solo pudo descontrolar más a su lobo y bajando sus para nada suaves besos hasta su cuello - Harry, no deberíamos....
-Por favor, omega - lo interrumpió el rizado sin querer parar y con su alfa triste de no poder tener lo que quería esa vez de no poder seguir - No tenemos que hacer nada, solo déjame... puedo tener suficiente con probarte.
-Pero yo no tener suficiente con eso - le dijo serio y se hubiera reído si en serio no quisiera tanto eso - Y creo que vamos a hacer suficiente ruido como para despertar a todos.
Harry lo miró con cara de pocos amigos aun desanimado por no conseguir eso esa noche, pero le hizo caso, después de todo, él sabía que el castaño tenía razón, ambos eran conscientes de que ninguno tendría suficiente con esa poca interacción de Harry probándolo y que seguramente despertarían a todos los demás si hacían algo que implicara hacer más ruido.
Con algo de dificultad le bajaron la intensidad a los besos que se siguieron dando.
Y después de un rato, cuando ambos estaban algo cansados por el largo día, se separaron un poco, solo para abrazarse bajo las mantas y se durmieron, o al menos eso intentaba Harry, porque sentía a Louis algo inquieto bajo sus brazos y pensó que así sería toda la noche hasta que el omega se separó de él, incorporó y se talló los ojos algo estresado.
- ¿Qué pasa, omega? - cuestionó Harry imitándolo y con su alfa inquieto, pidiéndole que lo calmara porque algo se removía en su interior al ver a su compañero estresado o ansioso o con cualquier emoción negativa, no le gustaba.
-Alfa, pensé que estabas dormido - respondió viéndolo en la oscuridad.
-No puedo dormir, ¿estás bien? - volvió a decir algo preocupado porque se encontrara mal.
- ¿Recuerdas el día que murió mi padre? - respondió Louis en un hilo de voz y él frunció el ceño sin saber a qué quería llegar recordando eso.
- ¿Por qué, sol?
-Creo que el sueño que tuve... el sueño lleno de muerte, creo que fue una visión del futuro.
- ¿Cómo la clase de visiones del futuro que tenía Björn? - habló sorprendido y acercándose un poco más a él para verlo mejor.
-No sé, solo es una idea - le dijo Louis encogiéndose de hombros y luego bajó la mirada algo apenado - O puede que me esté volviendo loco.
-No creo, omega - respondió Harry tomando su mano y dejando un beso allí porque no quería que se sintiera apenado, nunca - Puede que tengas razón ¿no has visto nada más?
-No, alfa.
Respondió el castaño volviendo a acostarse y acercándose a él para luego quedar en silencio y dormirse abrazados en medio de la nada y con Louis temblando un poco por el frío que hacía aún.
El viaje duró dos días y medio más.
Llegaron a Harlow al medio día del tercero a una enorme plaza central, con caminos de piedras grises incrustadas en el suelo, caminos que se dividían en muchas direcciones desde esa extraña y algo llena plaza en la que había unas rocas enormes de adorno y que parecían proteger el lugar en el que prendían enormes fogatas, y allí fueron recibidos por varios alegres animalium que los miraban con curiosidad al pasar, seguramente por la impresión que causaba Galt, y Zayn y Liam, que venían abrazados y más felices de verlos.
Se bajaron de los caballos y de la bestia alada y Louis casi corrió y abrazó fuertemente a Liam y Zayn, y luego de separarse de su omega, ellos abrazaron igual de fuerte a sus hermanas, dándoles sus condolencias por lo de su padre y diciéndoles palabras de apoyo que el rizado no escuchó, para ya después saludar a Niall y a Harry.
-Me alegro de verlos - dijo el omega moreno mientras caminaban por uno de esos miles caminos empedrados hacia un pequeño establo que nunca había sido usado y Louis respondió.
-Nosotros igual y gracias por la invitación.
- ¿Cómo que ya no vas a ser rey, Harry? - preguntó Liam extrañado, cambiando radicalmente de tema y viéndolo con el ceño fruncido.
-Alfa - lo regañó su omega algo apenado por la interrupción inoportuna y Liam lo miró con un puchero, queriendo saber más, pero haciéndole caso - Ya hablaremos de eso después, seguro están cansados.
-Un poco - admitió Harry divertido y Zayn asintió para después volver a hablar.
-Se van a quedar en mi casa.
- ¿Seguro que cabemos? - preguntó el castaño algo preocupado - Es decir, Liam ya está viviendo allí y lo que menos queremos es molestarlos.
-La casa de sus padres es enorme, Louis - respondió el alfa castaño divertido, tratando de restarle importancia - Mejor cuéntenos como les fue en el camino.
En una vaga charla llegaron hasta el establo, o así le llamaban a un granero algo viejo en el que guardaron sus caballos y después siguieron su camino hasta una enorme y extraña construcción blanca a la orilla del hermoso y azul océano.
La casa de los líderes de los animalium sí era grande, no era un palacio como el de Harry, pero era sin duda más grande que la casa de Björn o cualquiera de las viviendas de la villa mágica, fácilmente tendría unos ocho cuartos divididos en unos tres pisos, estaba junto al mar, en una playa muy hermosa de arena casi blanca y tenía casi todas las ventanas abiertas, dejando pasar el sonido y la brisa refrescante en ese caluroso lugar.
Alfa y omega de esa raza los recibieron en la entrada y abrazaron a los tres brujos, especialmente a Louis, dándoles fuerzas y ofreciendo su apoyo después de la muerte de un ser tan poderoso, inteligente y cariñoso como era Björn, y alegrándose de que todos, Galt incluido, hubieran venido a pasar una temporada allí, porque después de todo, más que aliados, ya se habían convertido en familia, una extraña familia que se había ayudado mutuamente a ganar una guerra, una familia que se había unido gracias a eso.
Les dieron un recorrido por la enorme casa, les enseñaron sus espaciosos cuartos, en donde les tocó compartir habitación de dos personas y después de haberse instalado allí, Liam y Zayn los llevaron a la playa que era el patio trasero de la casa, prendieron una fogata para no pasar frío en la noche que ya se avecinaba y cocinar unos pescados frescos.
La bestia de Louis no esperó ni un minuto y se metió al mar, salpicándoles algunas gotas y sacándole un par de risas mágicas y hermosas su omega, risas que le calentaron el alma, y luego se pusieron a hablar sobre cosas vagas mientras Harry abrazaba a su omega y veían el hermoso paisaje de las olas y el cielo azul despejado con alivio de alejarse de todo el ajetreo de Sigrid y por ya no ser rey, porque quería ser libre, quería ser feliz.
Y vaya que sería feliz en la aldea a la que habían llegado, planeaba disfrutar esas vacaciones al máximo, salir a explorar, conocer la cultura de los animalium y sobre todo disfrutar a su omega, disfrutar al máximo su compañía, su sola presencia, su amor.
Las vacaciones venían con un excelente augurio.
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Liam y Zayn eran muy buenos anfitriones.
Llevaban apenas una semana y medía allí y ya los habían llevado a hacer muchas cosas, como a recorrer toda Harlow, que era una aldea algo diferente a la que estaban acostumbrados, al menos el omega, porque no era un reino como tal, era más como una comunidad basada en el respeto, la tolerancia y reglas fáciles de seguir, en ella todas las casas estaban dispersas entre sí, nada cerca una de la otra perdiéndose entre los árboles al ser de madera, las que estaban más hacia el bosque, y de un ladrillo amarillo y gris, las que estaban más hacia la playa como la de Dalia y Finn.
La plaza a la que habían llegado era como su centro de juntas y fiestas, o eso les habían dicho, una plaza en la que prendían una enorme fogata en medio de esas rocosas y enormes estructuras de piedra y celebraban la vida, los solsticios, los equinoccios y cosas importantes como el final de la guerra o una buena cosecha en primavera.
Y en cada casa alguien desarrollaba su profesión sin invadir a los demás, había casas especiales para doctores, talleres pequeños de artesanos y costureros, algunos animalium eran cazadores y otros animalium, guerreros y otros se encargaban de los alimentos, que guardaban en un almacén especial donde les repartían sus raciones correspondientes a cada quien, y casi en el centro había una construcción más grande que la casa de Dalia que, según lo que les habían dicho, era una escuela.
También pasaban mucho tiempo en la playa, todos juntos, él y sus hermanas, él y Harry, pero es que era imposible no querer estar allí desde el hermoso momento que salía el sol, hasta que se metía, y es que el clima era algo, demasiado, agradable y sin duda el olor del océano y su sonido, sobre todo su sonido, era algo que hipnotizaba al omega, quien ya estaba recuperando algo de color en su pálido rostro y agradecía infinitamente a los dioses o a quien fuera que le hubieran permitido ir a un lugar tan increíble como eran las playas de Harlow.
También sus amigos los habían llevado a recorrer un poco el bosque, aunque esa fue una expedición rápida porque no había mucho que ver allí y no se habían alejado tanto de la aldea, pero sí que habían ido lo suficiente apartados de la villa como para que, a lo lejos, el omega alcanzara a ver un escondido río que caía por una pequeña cascada, un río muy apartado de todo que le dio una idea que quería hacer ese día.
-Alfa... - lo llamó Louis en un susurro esa fresca mañana mientras sacudía un poco su brazo para que despertara, algo que pasó casi de inmediato al separarse de él y volver a llamarlo - Alfa...
-No, cinco minutos, omega - pidió Harry, girándose un poco y tapándose la cara con una almohada, impidiendo que la poca luz del día que apenas comenzaba lo siguiera molestando mientras dormía, o intentaba hacerlo.
-Pero ayer me prometiste que iríamos al río hoy - insistió el omega con un inocente puchero y el alfa gruñó levemente para quitarse el cojín de la cara y verlo con súplica, sabiendo que había perdido.
-¿Me vas a hacer despertar, sol?
-Sí, vamos, alfa,
Volvió a decirle Louis, dejando un suave beso en su mejilla y feliz por poder pasar un rato a solas con su alfa porque sinceramente desde que estaban allí nunca estaban solos, y aunque le gustara pasar tiempo con sus amigos, también quería pasar tiempo con el rizado, mucho tiempo con él.
Harry se paró de la cama con algo de pesar y aceptando que una promesa era una promesa, que se la cumpliría, pero solo a él, así que se vistieron, tomaron algunas cosas útiles que le había indicado el omega y ambos salieron de la casa, avisándole a donde iban y despidiéndose de la alfa de los animalium, que estaba ordenando unas cosas en su biblioteca que se encontraba en la sala en el momento que salieron de su residencia temporal.
Louis lo guio hasta el lugar donde estaba el algo lejano río que había visto por casualidad, adentrándose más y más en el cálido y bonito bosque, de la mano de su alfa que ya estaba más despierto y veía el paisaje con una bonita sonrisa que se ensanchaba cada vez que sus ojos se encontraban, y una vez allí, una vez en ese río bonito con la cascada haciendo que su agua corriera, se quedó maravillado un momento viendo toda la naturaleza que había, el escándalo del agua al caer o al pasar por el canal, el sonido del viento que refrescaba el calor que hacía y unas pequeñas flores moradas a su orilla combinadas con algunas blancas que hacían un efecto de luminosidad, haciendo que pareciera que brillaban por sí mismas.
Harry extendió el enorme mantel rojo que traía en un lugar donde no hubiera nada y estuviera algo plano, que no hubieran rocas que los pudieran lastimar y ambos se sentaron allí, a la orilla del río y maravillados ante ese hermoso lugar y más que felices por poder tener un respiro y poder estar solos un rato.
-Bueno, ver esto valió que me hayas levantado temprano - le dijo Harry tomando su mano.
-Es que quería estar un rato a solas contigo, alfa - respondió Louis regalándole una pequeña sonrisa y con un leve sonrojo ante su mirada de amor - Siento que últimamente estamos todos juntos y ...no, sé, es extraño...
-Lo entiendo, sol - lo interrumpió Harry contagiándose de esa sonrisa para luego acercarse más hasta él al punto en que sus narices casi se tocaban y alterando a su omega que solo quería que juntara sus labios, que Harry lo tomara por la cintura, que rodeara su cara con sus manos, que lo acercara tanto a él como le fuera posible y lo marcara con su exquisito aroma.
Se fundieron en un muy necesitado beso que les quitó el aire rápidamente, pero haciéndolos disfrutar al máximo, fundiéndose en el sabor del otro y perdiéndose en el momento que, después de tanto caos que habían vivido esos últimos meses, se sentía perfecto, de alguna manera, mágico y le encantaba, le encantaba que el rizado fuera su alfa, siempre era tan bueno con él, tan paciente, parecía que podía leer su mente, sabiendo lo que estaba pensando, lo que lo incomodaba, diciéndole cosas hermosas que solo podían ponerlo feliz y alborotando a su omega más y más, queriendo ser el único que pudiera estar con él, el único que pudiera complacerlo, darle un hogar, y quería hacérselo saber por medio de esos besos.
El omega pronto estaba sentando a horcajadas en el regazo de Harry, rodeando su cara con sus manitas y queriendo más del alfa, quien tomaba su cintura posesivamente justo como a él le gustaba, y después de separarse un momento por algo del aire puro que había a su alrededor, volvieron a juntar sus bocas de una manera más apasionada y subida en intensidad.
-Omega... - lo llamó Harry un poco perdido en el momento y separándose un poco para tratar de calmarse porque sabía que dentro de poco ya no podría parar.
Pero eso era lo último que Louis quería, lo quería, lo necesitaba más cerca, mucho más cerca de lo que estaban ahora y sabía que Harry también.
Él había notado que el alfa quería lo mismo unas semanas atrás, antes del baile, cuando venían de camino y que habían acampado en medio del bosque, y por mucho que el rizado en serio lo deseara por mucho que quisiera probarlo, si quiera tocarlo de esa manera, había respetado su decisión, había esperado y no había hecho nada que él no quisiera.
Pero ahora sí que lo quería y demasiado, así que, viéndolo a esos hermosos ojos verdes algo oscurecidos, trató de calmar la pena que sentía a veces, más cuando se trataba de algo que quería, que necesitaba tanto como eso, y que podía fácilmente ser juzgado por eso, aunque sabía muy bien que su alfa no le diría nada para hacerlo sentir mal, y habló.
-Alfa, anúdame.
-¿Aquí? - fue lo único que respondió el rizado algo confundido y sin soltarlo y él asintió rápidamente.
-Hace una semana querías hacer lo mismo en el bosque y con más gente oyendo - respondió Louis algo impaciente.
-Buen punto - le dijo Harry meditándolo un poco para después volver a hablar, divertido - ¿Me trajiste aquí solo para eso?
-Sí, anúdame, alfa - repitió el omega.
Y Harry se rio levemente ante esa descarada respuesta, pero volvió a besarlo intensamente mientras cambiaba de posición, ahora quedando arriba del castaño, quien había empezado a jadear un poco mientras el alfa pasaba sus besos desde su boca hasta su cuello y luego hacia sus clavículas.
Sintió su cálida mano meterse debajo de su ropa, acariciando su piel, haciendo que se estremeciera bajo su tacto, y entre besos y mordidas en sus labios o su cuello que solo lo dejaban ansiando una verdadera marca que sabía que pronto tendría, le quitó toda la ropa, dejándolo expuesto al algo frío ambiente que no le afectaba para nada, él tenía calor, demasiado calor, casi quemaba como el celo, había querido esto desde hace un tiempo y sabía perfectamente que Harry igual.
-Voy a probarte omega y no puedes decirme que no porque me lo debes desde esa noche en el bosque - le dijo Harry seriamente, abriendo su piernas y Louis asintió perdidamente, no podría decirle que no porque era cierto y porque se moría por eso, su omega estaba igual de perdido que él, le exigía que lo complaciera en todo, que lo dejara hacerle lo que quisiera, estaba tan a su merced.
El alfa volvió a besarlo para después meter un dedo en su entrada, haciendo que se separara de su boca en un jadeo que rápidamente encendió más el fuego entre ellos, y luego el rizado bajó rápidamente hasta su entrada, abrió más sus piernas y sin previo aviso empezó a lamer el lubricante que casi chorreaba de la entrada del omega, quien recibía todo gustosamente ante esa húmeda sensación que tanto había extrañado.
Harry metió un segundo dedo en él que ahora sí le sacó un gemido al estar lleno, aunque aún no por completo, y se recargó en sus codos buscando una mejor posición, y vaya que la encontró porque, no sabía cómo por qué, pero así el rizado podía llegar más al fondo, podía introducir sus largos dedos en su interior y tocar cada punto de él mientras seguía delineado su entrada y acabándose el lubricante de esta, lubricante que solo había más y más con cada movimiento que el rizado hacía dentro de él.
El alfa comenzó a abrir y cerrar sus dedos en su interior, haciendo que le temblaran las piernas mientras los adentraba más y más hasta llegar a su punto más sensible, arrancándole un montón de gemidos que trataba de moderar en volumen, mordiendo su labio y echando la cabeza hacia atrás, aunque nada servía y Harry parecía tan perdido en el deseo que no se veía con ánimos de querer parar pronto.
El alfa tomó con una mano su miembro y empezó a estimular la cabeza de este mientras seguía con su labor de acabarse todo el lubricante y tocar deliciosamente su punto dulce y no pasó mucho después cuando el omega se vino en un orgasmo que trató de no hacer tan ruidoso mordiendo aún más su labio y con sus piernas casi temblando.
-Omega, eres hermoso, hermoso, hermoso - dijo el alfa subiendo nuevamente hasta su cara y besándolo en el cuello y en sus clavículas para después quitarse su ropa y dejarle al omega una hermosa vista de su cuerpo desnudo - Lo más hermoso que mis ojos han visto.
-Alfa... - lo llamó Louis algo confundido, cuando el rizado de que se alejó un poco de él, sentándose en el piso y tomándolo de la cadera para levantarlo un poco.
-Ven, he estado fantaseando con algo desde el otro día - le dijo el alfa y él le hizo caso, pasando sus piernas alrededor de su cadera, siendo guiado expertamente por él.
-¿Qué tipo de...
No pudo ni terminar su pregunta pues el rizado tomó sus caderas aún más fuerte y lo hizo sentarse en su miembro rápidamente, encajándolos a ambos en un instante, llenándolos en menos de dos segundos y arrancándoles un audible y algo fuerte gemido.
-Por los dioses, alfa, vas a matarme - dijo el omega en un jadeo y recuperándose de esa oleada de placer.
El rizado no contestó y se dedicó a besar su cuello bruscamente, dejando varios chupetones y pequeñas mordiditas que no le hacían daño y solo lo hacían jadear más mientras se acostumbraba a la posición en la que estaba perfectamente adentro de él, tocando cada rincón de su cuerpo e intimidad.
El alfa tomó sus caderas y el omega empezó a moverse ayudado por él, mientras trataba de no gemir más fuerte con cada mordida que dejaba el rizado en su cuello o cada vez que subía y bajaba intentando que Harry se adentrara más profundo en él.
Luego esos sentones empezaron a hacerse cada vez más rápidos y bruscos y tuvo que aferrarse a los hombros del alfa para seguirle el paso, hasta que este tocó su punto dulce y después de unos minutos estimulándolo ambos se vinieran casi al mismo tiempo entre gemidos y jadeos que trataban de no hacer tan fuertes.
El nudo del alfa comenzó a hincharse dentro de él rápidamente, llenándolo por completo casi hasta el punto de hacerle daño, aunque realmente no lo lastimaba, se sentía tan bien, no había notado lo mucho que había extrañado eso, que había extrañado estar de esa manera con su alfa, mientras este lamía el cuello del omega y mordisqueaba el lóbulo de su oreja, distrayéndolo del leve, casi nulo, dolor que sentía, tomándolo tan delicado como siempre, cuidándolo de todo, incluso hasta de cosas que estaban bajo su control, haciendo que su lobo se regocijara por estar con él, por poder pasar su vida con él.
-Te amo, alfa - le dijo Louis aun con la respiración entrecortada, mirándolo a esos ojos verdes del color del bosque, ojos que lo veían siempre con brillo en la mirada, siendo muy claro con todo lo que sentía por él, que no era más que amor, admiración, protección, y sintiendo el amor que él le tenía a Harry, llenar su pecho mientras estaban aun pegados por el nudo - No te imaginas cuánto, eres el mejor alfa que un omega pudo haber pedido, Harry, te amo.
-Omega, me vas a hacer llorar - le dijo el rizado con un puchero tierno que lo hizo sonreír porque sabía que sus palabras, aunque no eran tan seguidas como las veces que Harry se las decía, eran ciertas, mucho más que ciertas, era una persona tan maravillosa.
Así que, Louis le dio un beso en la mejilla para evitar que lágrimas salieran de sus hermosos ojos, y le dijo en broma:
-Ya era hora porque yo siempre lloro.
Harry se rio ante esa respuesta, ahuyentando las lágrimas de alegría y puros buenos sentimientos, solo para regalarle una sonrisa que aceleró su agitado corazón, y se quedaron un momento en silencio, intentando que el calor se esfumara y contemplando la belleza que tenía enfrente de sus ojos, tanto la naturaleza como su apuesto alfa, sus despeinados rizos, sus hermosos ojos verdes, el hoyuelo de su mejilla.
-Estamos todos sudados - comentó el omega viendo algo hipnotizado una gotita de sudor bajar por la frente de Harry, gotita que él quitó con su mano, haciéndolo sonreír aún más.
-¿Qué te parecería un baño en el río?
El omega asintió para que después el rizado lo cargara y se sumergiera al agua algo tibia de ese río enfrente de ellos, aun pegado a él, aun sosteniéndolo delicadamente, como si hubiera posibilidad de que fuera a caerse, no, sabía que estando con Harry eso no pasaría, nunca.
Estuvieron allí en el agua un buen rato, casi por completo en silencio, en un silencio demasiado cómodo en el que se robaron varios besos, hasta que el nudo de Harry bajó, y una vez libres de este, se separaron, salieron del río y se vistieron tranquilamente y felices de haber pasado ese rato solos, un maravilloso momento que no sabía lo mucho que ambos necesitaban.
Louis estaba totalmente relajado, mucho más relajado que cualquier tipo de vaga relajación que hubiera pasado en los últimos meses, por eso le fue más fácil darse cuenta de que algo en él andaba mal, muy mal, y sabía muy bien qué.
Varias imágenes aleatorias aparecieron en su mente otra vez, como cuando su padre le había mostrado su futuro, todas esas visiones que ya se habían cumplido, cuando había visto a Harry caer del barranco, cuando se había visto llorando en el balcón del palacio, como cuando soñó con la muerte y que su padre había sido asesinado.
Solo que esta vez esa visión extraña era diferente, esta vez veía Thorgeir, sus calles limpias y blancas, su gente asustada, veía vagamente a Ylva, tenía la amarga sensación de estar esperando una mala noticia, y una enfermedad grave estaba cerca, la sentía casi como si estuviera respirando bajo su cuello, pero no era porque él la fuera a padecer, todo era raro y estaba algo alterado, no podía comprender bien de qué trataba.
-Harry, está pasando otra vez - le avisó el omega, asustado y sin pararse del suelo en el que se estaba poniendo sus zapatos.
-¿Que? ¿Las visiones? ¿Qué ves? - preguntó el rizado arrodillándose junto a él y tomando su mano, haciéndole saber que estaba allí para él, algo que sorprendentemente logró calmarlo un poco.
-No sé, todo va muy rápido - respondió Louis sin verlo a los ojos y tratando de ordenar todo lo que venía a su mente en ese momento - Thorgeir, Ylva, una nueva guerra y una enfermedad extraña.
Fue todo lo que vio, lentamente esas imágenes fueron desapareciendo de su mente, dejando solo la incertidumbre de qué había sido y por qué él, sobre todo esa pregunta ¿por qué él era el que estaba teniendo esas raras experiencias y por qué sus hermanas no?
-¿Ya? - preguntó Harry cuando el castaño se calmó un poco y aun sin soltar su manita perfectamente encajada en la suya.
-Creo que ya - respondió Louis inseguramente para luego volver a verlo algo asustado y decir en un hilo de voz - No sé qué pasa.
-No te preocupes, omega - le dijo el alfa dándole un beso en la mano y tomando su mejilla para intentar tranquilizarlo, intentar comunicarle que le creía, que no estaba enloqueciendo - Encontraremos una respuesta a todo esto ¿sí?
Louis asintió con la cabeza tratando de convencerse que era cierto, que estaba bien, que encontrarían una respuesta a esas visones raras y tranquilizándose por el aroma de su alfa que estaba por todos lados, rodeándolo casi como si lo hubiera marcado con su exquisito aroma a café y pino.
El rizado puso su capa sobre los hombros de su omega, que temblaba levemente por el frío que sentía al seguir aun algo mojado por el baño y ya después volvieron caminando tranquilamente a la aldea, más que empapados y tomados de las manos, escuchando las ramas crujir bajo sus pies y el sonido del bosque vivo, de sus pájaros cantando dulcemente y los animales que lo habitaban.
-Louis, Harry - los llamó Zayn al momento de llegar a la plaza del centro, caminando hasta ellos y viéndolos en una mezcla de alivio y angustia que lo alteró en un segundo - Por fin vuelven.
-¿Qué pasó? - preguntó el omega preocupándose de que hubiera pasado algo relacionado con la visión de hace un momento.
Pero el omega moreno solo se rio e hizo un gesto para restarle importancia.
-Solo es que pensé que no les daría tiempo de arreglarse para la celebración de hoy.
-¿Va a haber una celebración hoy? - habló el castaño confundido y viéndolo con el ceño algo fruncido.
-Sí, pensé que les había dicho - les dijo el omega moreno encogiéndose de hombros y volteando hacia el rizado - Como sea, Harry me voy a llevar a tu omega un momento, y tu deberías ir con Liam.
-Claro - respondió Harry sonriendo levemente para tomar la manita de Louis y darle un tierno beso allí - Adiós, sol.
-No voy a preguntar por qué vienen mojados hasta los huesos - le dijo Zayn casi riendo cuando su alfa se alejaba y viéndolo con lo que parecía ser picardía y curiosidad, algo que lo hubiera hecho sonrojar si Zayn no hubiera hablado antes - Vamos.
El heredero de la tribu animalium lo llevó a él y a sus hermanas casi corriendo, a la casa de una omega que era su amiga, y luego supo se llamaba Darianne, para que ella les diera una ropa para la fiesta, una ropa era como la ropa que ellos usaban, cortas telas de color carne que dejaba al descubierto mucha piel, y no estaba seguro si le agradaba del todo, pero realmente era refrescante por el calor que empezaba a hacer y ahora entendía por qué la usaban.
Después lo hizo sentarse en la silla de un comedor de madera clara y les pintaron unos puntos blancos en su cara, cuello y brazos, puntos que no sabía qué significaban o si quiera que celebrarían.
-Vamos a festejar a la luna llena hoy - habló Zayn concentrado pintándolo y adivinando lo que quería preguntar - Le daremos gracias por estar vivos y prenderemos la fogata de la plaza para que simbolice el sol y la llene de vida, para que le de brillo para que nos ilumine en las noches oscuras.
-¿Y la pintura? - preguntó Astrid con curiosidad viéndose en un espejo que había en la sala y esta vez Darianne contestó.
-Para que nos limpie la energía y nos llene de luz.
-No estoy segura de querer celebrar algo - opinó Lena cuando Zayn acabó con Louis y estaba a punto de pintarla, haciendo que el animalium retrocediera unos pasos, algo apenado.
-Claro, lo entiendo, Lena.
-Hermana... - la llamó la alfa algo preocupada y haciendo un puchero para que aceptara - ¿Por favor?
-Lena, no te vamos a obligar, pero puedes tratar y si no te sientes bien te regresas a la casa - le dijo Louis acercándose a ella y dándole la mano, intentando darle apoyo y la alfa se unió a ese gesto para después hablar tristemente.
-A nuestro padre no le hubiera gustado verte así.
-Te odio - le dijo la beta a la alfa mirándola con el ceño fruncido porque sabía muy bien que era cierto, muy cierto, la beta era tan alegre, tan llena de vida, no se merecía ese sufrimiento - Está bien.
-Te amo, Lena - le dijo el omega abrazándola y permitiendo que la beta recargara su cabeza en su pecho, tranquilizándose con su dulce aroma a omega que estaba destinado para calmar a sus seres queridos.
-Ay, Louis - respondió ella en un hilo de voz y aferrándose a él - Yo también.
Se separó de ese extraño abrazo y dejó que Zayn la pintara también y después de tal vez un par de horas más, salieron de la casa de su amiga justo cuando estaba anocheciendo, cuando el cielo se estaba haciendo naranja y el sol bajaba en el horizonte, ocultándose casi por completo tras el hermoso mar.
-Omega... - llamó alguien a sus espaldas y dándole un abrazo que lo hizo respingar al no esperárselo.
Así que volteó ante ese familiar agarre para encontrarse cara a cara con Harry, quien vestía de la misma forma que él y tenía la cara llena de puntitos blancos que extrañamente resaltaban el brillo de sus verdosos e hipnotizantes ojos.
-Me asustaste, alfa.
-Perdón, no pude evitarlo, te ves muy tierno - le dijo él dándole un beso en la coronilla y sin soltarlo, haciéndolo estremecerse ante el cálido tacto en su piel desnuda - ¿Tienes frío?
-No mucho - admitió el omega, sonriendo levemente y robándole un beso que le supo cómo el cielo.
Cuando el sol estaba a punto de ocultarse a donde el mar terminaba, entre varios animalium prendieron la enorme fogata de la estructura rocosa de la plaza, y un montón de aplausos se hicieron presentes ante las llamas, aturdiendo a los presentes que apenas estaban conociendo esa celebración y no sabían muy bien qué estaba pasando.
Una fuerte música de flautas dulces y tambores estruendosos empezó a ser tocada al rededor del fuego y Zayn vino por Louis para llevárselo junto a sus hermanas y Niall y enseñarles a bailar de una forma totalmente diferente a los bailes que había ido anteriormente en Sigrid, literalmente no necesitaba saber pasos difíciles o tener mucha gracia, solo era seguir el ritmo de los tambores y divertirse brincando y riendo.
Estuvo allí un gran rato, con el omega animalium y sus hermanas, incluso Lena parecía divertirse un poco ante la música y los ridículos pasos que hacían y era la primera vez que la veía sonreír en mucho tiempo, solo por eso sabía que el viaje a Harlow había valido demasiado la pena, se alegraba tanto por haber ido.
-¿Te diviertes, omega?
Le preguntó el alfa cuando Louis se apartó un poco de allí para buscarlo y encontrarlo a unos metros, casi a la orilla de la plaza viendo todo con curiosidad.
-Sí ¿y tú alfa? - respondió tomando su mano y Harry sonrió para después volver a hablar.
-Es muy entretenido verte bailar.
-¿Me has estado viendo todo este tiempo? - preguntó intentando hacerse el ofendido y Harry asintió divertido para que él negara con la cabeza y dijera en broma - Acosador.
-No puedo negarlo.
-Entonces, Harry ¿quieres bailar? - preguntó Louis haciendo una exagerada reverencia y haciendo que el rizado riera.
-¿Quieres que baile?
-Sí.
Le dijo el omega tomando su mano y acercándose con él hasta donde estaba el calor de la fogata y de todas las otras personas celebrando, y siguieron un buen rato allí junto al fuego, danzando, riendo y divirtiéndose hasta el cansancio.
Algunas personas se empezaron a ir a eso de la media noche y los que se quedaron le bajaron al escándalo, la música fue haciéndose más lenta y con un volumen más bajo y cuando había muy pocos en la plaza, se sentaron en un círculo siendo solo alumbrados por la tenue luz de la fogata que se estaba extinguiendo lentamente y por la hermosa luna llena a la que le festejaban esa bonita y diferente noche en una aún más bonita y diferente aldea.
Una beta prendió una especie de pipa larga con olor raro que desató la curiosidad innata de Louis, y se la fueron pasando entre todos y como el omega castaño quería probar también, cuando Lena se la pasó, le dio una calada profunda y tosió el humo casi al instante.
-¿Qué es? - preguntó Louis con voz rasposa y pasándosela a Harry.
-Hierbas - respondió Liam tranquilamente y abrazando a Zayn por los hombros - Dan energía y funcionan más en luna llena.
-Yo paso - dijo Harry haciendo una mueca por el extraño aroma y Louis lo miró extrañado.
-¿En serio?
Harry asintió y se la pasó a Niall, quien estaba a su costado, y este le dio una calada para luego rolar nuevamente la pipa hasta que el círculo se hubiera cerrado.
Pronto todos se pusieron a hablar de la vida, lo hermoso que era el mundo, lo increíble que era naturaleza, todos los animales y plantas que había creado, y sobre el universo y las miles de incógnitas que traía consigo y que tal vez nunca podrían resolver, si había vida inteligente en el espacio, cómo se había creado el mundo, todos sumergidos en una de esas conversaciones interesantes que solo ocurren muy tarde en la noche con personas dispuestas a divagar sobre preguntas sin respuesta e historias sin inicio o fin.
Cuando la fogata estaba finalmente extinta y un fresco aire empezó a sacudir las hojas de las palmeras de la playa y los árboles del bosque, todos regresaron tranquilamente a sus respectivos hogares, Louis con el abrigo del alfa puesto porque ahora sí que tenía frío, y se fueron caminando seguidos de sus hermanas y Niall, con el leve viento acompañándolos hasta la casa de Dalia y Finn, a donde entraron intentando no hacer ruido hasta estar acostados en su cama y abrazados.
Pero Louis no se pudo dormir, estaba inquieto, sentía muchísima energía en el cuerpo, como si no necesitara descanso nunca más y sabía que podía ser por las hierbas que había inhalado, pero no le importo, claro, hasta la mañana siguiente que ya no aguantó más tiempo acostado y se incorporó en la cama queriendo salir de allí un rato.
-Omega, estuviste inquieto toda la noche - comentó Harry con voz ronca al momento en que se separó de él, despertándolo.
-Perdón, alfa, es que me siento lleno de energía - le dijo Louis encogiéndose de hombros y queriendo ya no estar así, queriendo quemar toda esa energía y dejarlo dormir sin su inquieta presencia - Creo que voy a salir a caminar a la playa.
-Está bien, con cuidado - respondió el rizado con una leve sonrisa al regalarle la primera brillosa mirada del día que hizo que su omega se regocijara porque sabía que solo a él lo miraba así.
-Sigue durmiendo, Harry.
El omega se levantó de la cama después de dejar un beso en la frente se su alfa a modo de despedida, y salió del cuarto solo para encontrarse con Niall en la sala, leyendo, o intentando leer un libro, estaba con el ceño fruncido, que relajó cuando lo vio.
-Buenos días, Louis.
-Hola, Ni - respondió felizmente y notando que tal vez eran los únicos despiertos en la casa porque estaba todo muy silencioso - ¿Tampoco pudiste dormir?
-No - le dijo cerrando el libro que después pondría en el librero de Dalia.
-¿Quieres ir a pasear a la playa conmigo? - ofreció porque le agradaría tener una agradable compañía, y Niall asintió feliz.
-Claro, vamos.
Ambos salieron de la casa y empezaron a caminar descalzos por la arena, junto al tranquilo océano que mojaba sus pies y sintiendo la brisa mañanera en su cara, despejando su mente, relajándolos un poco después de esa divertida noche llena de nuevas experiencias.
-¿Como estas, Ni? ¿Te la estas pasando bien? - cuestionó Louis viéndolo con curiosidad y Niall sonrió.
-Sí, está todo muy relajado.
-Ya sé, pero está bien un descanso - respondió Louis encogiéndose de hombros y el rubio ladeó la cabeza.
-Sí, aunque no he podido cazar bien.
-Oh, ¿y eso?
-Tengo miedo de atacar un animalium.
-Pero creo que no hay animalium ovejas o venados o... Espera, ¿cazas osos? - preguntó impresionado y Niall se encogió de hombros para después hablar desinteresadamente.
-A veces.
-Pues puedes alejarte un poco más de Harlow - sugirió Louis - Si quieres hoy en la tarde te acompaño, con Galt.
-Me parecería buena idea, gracias, Lou - le dijo el rubio con una leve sonrisa que él correspondió para después volver a hablar - ¿Y tú como has estado?
-Bien, bien - contestó el omega bajando la mirada y pensando que el día anterior había sido tan maravilloso en todos los sentidos y sintiéndose algo mal al recordar todos los eventos recientes - Ayer estuvo divertido, aunque luego, al ver a Lena aun triste me siento un poco.... culpable de estar feliz cuando mi padre.... bueno, ya sabes, murió hace poco.
-Pero eso no significa que no le tuviste cariño, solo no puedes estancarte, Lou - le dijo Niall algo preocupado.
-Sí, supongo - habló él encogiéndose de hombros.
Y luego un brillo raro en una roca a su lado llamó su atención, así que paró su andar mirando de dónde venía, encontrando un enorme hoyo incrustado en la rocosa pared.
- ¿Qué es allí?
Niall se encogió de hombros y mirando ese brillo con curiosidad contagiada y luego, sin pensarlo mucho, se adentraron a ese oscuro lugar, que era una cueva muy parecida a la que estuvo anteriormente, estaba llena de piedras preciosas que brillaban como estrellas en el cielo nocturno, casi hasta el punto de cegarlos y llamando su atención.
-Es hermoso - comentó Niall y él asintió embobado por todo el esplendor del increíble lugar.
Se pusieron a explorar más a fondo, viendo las piedras y tocando algunas estalactitas de cristales de diferentes colores que colgaban desde el techo, adentrándose un poco, y allí, casi a la mitad de esa hermosa mina, Louis pudo encontrar tirada en una esquina oscura una pequeña roca entre azul y verde que con algo de imaginación parecía un corazón, un hermoso corazón que solo lo hizo pensar en su alfa y el regalo que Louis le había hecho hace poco, su corazón.
-Qué bonita es - le dijo Niall cuando se la mostró.
-Quiero llevársela a Harry, apuesto que le va a sacar una sonrisa - habló Louis sonriendo levemente al imaginarse esa escena.
-Que tierno eres, Louis - respondió el rubio también sonriendo - Seguro le va a encantar.
Ya no les quedó mucho que ver allí, así que después de tal vez diez minutos adentro, salieron de la cueva y caminaron de regreso hasta Harlow, en donde había algo de gente a la orilla de la playa y rodeando la casa de alfa y omega de los animalium, algo extraño que los puso un poco alerta.
-¡Louis!
Fue lo único que escuchó el omega para luego sentir los fuertes brazos de su alfa rodearlo con fuerza, asustándolo un poco cuando dijo:
- Dios, pensé que algo les había pasado.
-¿Por qué? - preguntó el castaño, pero no hubo respuesta de su parte, algo que aceleró un poco su corazón ante la idea de que algo malo hubiera pasado - Harry me estás asustando.
-Dos elfos llegaron de Thorgeir.
Respondió finalmente separándose y negando con la cabeza para verlo igual de nervioso que él.
- Ylva está muy enferma y no creen que sobreviva la semana.