3 ARCO IRIS EN LA CIUDAD

By sucantodesirena

24.2K 2.2K 762

Eva es alegre como el sol y Hugo se siente atraído por ella desde el principio, pero solo siente, o al menos... More

Propuesta sorpresa.
Cumpleaños feliz.
No sirve para nada saberlo.
Entre caricias rotas. I
Entre caricias rotas. II
Entre deseos frustrados. I
Entre deseos frustrados. II
Noche de bodas. Pensamientos impropios. I
Noche de bodas. Pensamientos impropios. II
Bromeando. I
Bromeando. II
No somos arco iris.
Cierra los ojos.
Vivir. I
Vivir. II
Sabor a despedida.
Carta cerrada.
Confesión telefónica.
No hay desencuentros. I
No hay desencuentros. II
Inseguridad.
Entre suspiros.
Diálogos entre besos.
Conversaciones de día.
Mañana seguiremos juntos. I
Mañana seguiremos juntos. II
Día a día. I
Día a día. II
Día a día. III
Día a día. IV
Noches interminables.
Miradas. I
Miradas. II
Empieza lo malo.
Revuelta. I
Revuelta. II
Te echo de menos. I
Te echo de menos. II
Quiero estar contigo.
Con nosotros de nuevo.
Juntos pese a todo. I
Juntos pese a todo. III
Juntos pese a todo. IV
Epílogo. I
Epílogo. II
Epílogo. III

Juntos pese a todo. II

474 56 9
By sucantodesirena

-Lo he adivinado yo solito- Dije enfurruñado y mirándola con el ceño fruncido, mientras pensaba, de forma contrariada, lo guapa que estaba con ese toque de preocupación en su rostro.

-Pero... Pero... - No sabía qué decir e intentaba apartar la mirada de la mía.

-¿Por qué me mentiste? ¿Por qué me dijiste que te tomabas la píldora? - Soné furioso, y es que lo estaba. Que me mintiese era lo peor que podía hacer- Si no te la quieres tomar me lo dices y ya me preocuparé yo, ¡pero sé sincera! - Me miró con tristeza, sabiendo que ella solo pensaba en una cosa- No creas que por esto no lo voy a querer- Levantó la cabeza con timidez- Pero... Se supone que es algo que deberíamos haber hablado los dos y decidirlo juntos-

-Pero yo te lo pregunté y no querías, cosa que me dio el valor suficiente como para hacerlo yo misma- Se sentó de nuevo al borde de la cama y yo me eché un poco al lado para poder contemplarla mejor.

Me hizo gracia lo último dicho por ella. Resultaba gracioso.

-Siento comunicarte que para eso me has necesitado a mí- La miré de reojo esperando una reacción de ojos abiertos por su parte, pero en vez de eso me dio un pequeño golpetazo en el brazo, sin tener en cuenta que yo estaba en un hospital por algo.

-¡Oh, sí, claro! Como dijo Juan Donoso Cortés: "Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos"- Había clavado la cita, para no variar.

Esta vez fue ella quien apartó de nuevo mi comida y se acurrucó un poco más a mí. Me cogió de las manos con destreza y me besó en ellas.

-No estoy enfadado- Supe que aquella era su preocupación- Solo asustado- Recalqué la última palabra con preocupación.

El parto de Tom fue desastroso y casi la perdí. No podía pasar por lo mismo, porqué esta vez quizá sí la perdería para siempre si algo volvía a ir mal, cosa que creía verdaderamente.

-¿Asustado? - Acabó por estirarse junto a mí envuelta por mis palabras, sin darse cuenta que me apretaba muy fuerte las manos.

-No puedo... - Tragué saliva al notar un pinchazo en el corazón. El médico me dijo que debía aprender a controlar mis emociones, pero con Eva ahí, mirándome, no podía hacerlo ni por asomo.

Se acurrucó un poco más y acabó por poner su cabeza encima del cojín.

-No puedo perderte, Eva- Susurré su nombre como si fuera el más precioso sobre la faz de la tierra y acaricié su pequeño rostro con una ternura que jamás encontraría en nadie más, porque nadie la amaría nunca como yo la amaba.

-¿Y por qué ibas a perderme? - Su dulce voz me provocó temblores. Dos semanas sin ella y ahora deseaba besarla sin reparo- El embarazo va ir a las mil maravillas. Dejaré de hacer horas extras en el trabajo y en casa intentaré descansar más. Ya verás como va a ser redondo- Se la veía ilusionada.

Recordé como antes odiaba hablar de su época de embarazo, recordando cuando Naia le daba patadas o lo que le dolía la espalda, y ahora resulta que tener hijos parecía ser una de sus motivaciones en la vida. Desde luego, las personas cambian, o es que en realidad siempre fueron así y llevaban puesta una careta.

-De verdad, estoy muerto de miedo. Estoy asustado- Me brillaron los ojos, dándole a entender que era cierto como me sentía.

No podía llegar a pensar en una vida donde ella no estuviese para consolarme, hacerme sonreír, para amarme, para sentirme protegido. Muchas veces se da el error de creer que, en una pareja, el hombre es el que protege a la mujer, pero no, no es así, porque yo sentía como era Eva la que me protegía.

-Hace muchos años me dijiste esto también... - Me susurró Eva, también con los ojos llorosos, y yo recordé aquel momento con total perfección.

"Decidí quedarme en casa de Eva aquella noche. Naia estaba bien, sanísima, pero su madre había cogido catarro y ahora estaba con una gripe del copón. Parecía doña pupas. Por eso aquella noche acosté a una pequeña Naia de cuatro años y después fui a hacerle la cena a Eva. Unas tostadas con aceite y sal y un trozo de jamón dulce. No tenía demasiada hambre y era normal. Con la bandeja en mis manos apagué la luz de la cocina con el codo, transformándome, por unos segundos, en un contorsionista y me dirigí a su habitación. Me miró desde la cama cuando entré. Le sonreí tiernamente.

-¿Cómo está mi reina? -

-Hecha un cromo- Me contestó sin tapujos y con un tono que dejaba entrever su resfriado.

-Estás fantástica.

-Mentiroso. Parezco un grano gigante de lo roja que estoy- Reí con ganas ante su ejemplo y dejé a su lado la bandeja con la comida.

Ella misma, riendo también, se inclinó hacia delante para poder comer mejor. La contemplé en el momento que se puso el cabello por detrás de la oreja y cuando me sonrió tímidamente suspiré de alegría por poder estar con ella.

-¿Te encuentras mejor?

-Me duele un poco la cabeza, pero al menos tengo hambre, eso es buena señal- Cogió un pedazo de tostada y se lo llevó a la boca sin parar de sonreírme mientras lo masticaba.

-Sí, es buena señal- Murmuré casi para mis adentros.

-Gracias por cuidarme. Ahora mismo podrías estar en tu casa, con tus cosas, pero estás aquí conmigo, cuidando de Naia y de mí. Gracias- Sonreí como un idiota al escuchar que me lo agradecía con tanto esmero. Supongo que en aquel tiempo pensaba que cualquier cosa buena que hiciera podría hacer que me amase.

-Yo lo hago con mucho gusto. Os... os... - Tragué saliva, volteando los ojos de un lado a otro con nerviosismo- Os... quiero mucho- Sonreí con una timidez propia en mí y noté como mis mejillas ardían de la vergüenza.

No estaba nada acostumbrado a confesar mis sentimientos, a abrirme tanto, pero Eva había provocado que una brecha en mi corazón apareciera y los dejara ir.

-Nosotras también te queremos- Cogió mis manos y volví a tragar saliva, pero esta vez por el pinchazo que sentí en el estomago y sentir como si me estrangularan por dentro. "Si no para de tocarme tendré que besarla", pensé sin miramientos.

-Lo sé, Eva, lo sé. Y yo... - Hacía dos días que practicaba delante del espejo la manera de declararme a Eva. Había pensado en plantarme con un ramo de rosas rojas, así, por sorpresa y gritarle que no estaría con nadie mejor que conmigo. O quizás debería traerle el anillo directamente y preguntarle si, en un futuro, querría casarse conmigo- Y yo... No podría perderte. No quiero perderte- Se quedó seria de sopetón.

Ahora mismo me hubiese escondido debajo de la cama, en vez de estar sentado en el borde de esta, diciéndole a aquella mujer, indirectamente, que me había enamorado de ella.

-No me vas a perder. Ni a Naia tampoco- Se había quedado un poco en shock pero, inmediatamente, intentó salvar la situación.

-Tengo miedo, ¿sabes? Con vosotras he aprendido, verdaderamente, lo que es querer a alguien- "Y contigo he aprendido lo que es amar sin descanso", volví a pensar.

-No debes tener miedo, siempre estaremos contigo, ya lo verás- Lo dudaba, pero parecía tan sincera y tan dispuesta a hacerlo posible.

Siguió acariciando mis manos mientras me daba cuenta que nos habíamos ido acercando mucho, demasiado. Nuestros labios apenas estaban separados por un par de centímetros y miraba los suyos descaradamente, hecho que estoy seguro notó al instante pero que después hizo como si nada. Ya notaba su respiración, entrecortada por el momento. Ella parecía dispuesta y yo lo deseaba más que a nada en el mundo, pero alguien nos interrumpió.

-Mami, tengo pipí- Ya había incluso entrecerrado los ojos y el corazón me latía a mil por hora, pero Naia apareció de repente dando saltitos en señal de que el pipí se le estaba escapando. Los dos giramos las cabezas rápidamente, volviendo a la posición inicial y carraspeando con desesperación. Yo más, de eso estaba seguro. Naia, por decirlo de algún modo, había arruinado aquel momento, pero si no hubiese sido ella hubiese sido otra cosa.

-Cariño... - Eva parecía no reaccionar- Sí, claro, vamos al lavabo, ¿eh? - Hizo un ademán de levantarse, pero yo la paré y le susurré al oído un: "yo me encargo".

-Puedo ir yo, estoy perfectamente- Le toqué la frente y pude comprobar que seguía teniendo fiebre. En realidad... ¡estaba ardiendo!

-¿Perfectamente? ¡Estás ardiendo, Eva! - Naia nos miraba con el ceño fruncido, sin entender nada de nada- Debes de estar por lo menos a 39 de fiebre- Besé su frente y noté un calor insoportable, pero también noté su piel fina. ¿Cuántas veces había deseado tocar esa piel mientras le hacía el amor? Sí, con ella lo quería hacer todo.

-No estoy caliente precisamente por eso- Suspiró resignada."

Escuché la risa de Eva mientras yo la miraba con el ceño fruncido.

-Adoro la frase que te dije- Volvió a soltar una carcajada sin dejar de mirarme.

-Ahora la pillo, pero en aquel tiempo parecía el tío menos astuto sobre la faz de la tierra- Tosí unas cuantas veces por la risa que me entró a mí también y entrecerré los ojos al notar como el corazón me dolía levemente tras el esfuerzo.

-Ai, ai, perdona- Eva apoyó su mano en mi pecho, intentando tranquilizarme. Definitivamente, me hacía mayor.

-Por esto mismo no puedo perderte, ¿lo ves? ¿Quién si no me haría reír como lo haces tú? - Solté una pequeña lágrima y ella también.

-Soy muy sosa-

-Para nada.

-Tú tampoco aunque lo creas-

-Antes lo era más- Antes casi ni hablaba. Desde luego, Eva había conseguido que cambiara a mejor.

Nos quedamos un rato callados hasta que ella habló de nuevo.

-No vas a perderme, mi amor, te lo prometo- Se acurrucó un poco más a mí, pese a lo incómoda que resultaba aquella cama- No debes tener miedo por eso, porque te prometo que siempre voy a estar contigo.

-Te he estado a punto de perder tres veces, imagínate- Solo de recordarlo se me empañaban los ojos.

-¿Tres veces? ¡Ni por asomo! - Contestó ella con el ceño fruncido, dándome a entender que no era así.

-¡Y tanto! La primera vez cuando te casaste con David... - Me cortó enseguida, cosa que supuse.

-¡Mentira! Esa vez no me ibas a perder, así que no cuenta.

-Te perdí por un tiempo.

-Pero yo te amaba.

-Bueno, creo que fue bueno que ocurriera, al menos muy en el fondo.

-Te estás contradiciendo a ti mismo, ¿lo sabías? - Sonreí con una pizca de malicia.

-Es que es difícil- Se me quedó mirando con aire taciturno e intenté saber en qué pensaba pero, como siempre, no lo conseguí- En verdad, te aseguro que ahora mismo recuerdo aquellos tiempos y pienso: "menos mal que no llegamos a besarnos, porque no hubiésemos durado nada". ¿Entiendes? Por un lado me dolía y no quería perderte, pero por otro lado me alegra haber comprobado que, pese a todo, ahora hemos formado una vida juntos y hemos tenido un hijo y... viene de camino otro. Y sí, tienes razón, irá todo perfecto si pensamos en positivo, ya verás- Acaricié su barriga con la delicadeza de una pluma y ella envolvió mi mano con la suya.

-Va a ser una niña.

-Te noto muy segura.

-Es que lo va a ser, ya verás. Además, tendrá los ojos verdes y mi pelo, ¿qué te apuestas? - Me guiñó un ojo.

Cerré los ojos por un instante, imaginándome a una niña con las características de la descripción que había hecho Eva.

-Me la imagino... Preciosa, eso seguro.

-Eso no lo dudes- Susurró Eva como una niña pequeña a punto de montarse a una atracción. Las ganas que había tenido de aquel embarazo habían sido muy grandes y se le notaba.

-Prometo cuidarme mucho, mucho, mucho- Seguí acariciando su barriga lentamente, mientras suspiraba por besarla ahora, ya, ahora mismo.

-Permíteme- Me hipnotizaba con su mirada. Imperdonable hubiese sido no besarla en aquel instante- Voy a besarte- La hice reír levemente, cosa que me emocionaba cada vez que ocurría. ¡Cuánto había deseado hacerla reír!

-Poco a poco, ¿eh? - Dicho eso, capturé sus labios y la besé con una pasión desmedida que no dejaba nada a la imaginación.

Mientras la besaba, el corazón me latía apresuradamente y pensé que me iba a dar otro infarto, pero parecía volverse mucho más fuerte al sentir sus labios, pese a lo descontrolado que parecía. Estábamos allí, estirados juntos, cosa que no hubiesen permitido los médicos si hubiesen entrado. Sentía que todo valía la pena si ella estaba a mi lado, si ella seguía junto a mí. Me di cuenta de las veces que la había observado mientras dormía, de las veces que me había vuelto loco pensando en ella y en sus caricias, recordé la primera vez que hicimos el amor, el miedo que tenía al tocarla. También recordé como la besé después que me dijeran que seguía viva, que habían podido estabilizarla después que naciera Tom.

-Me encanta cuando me besas y piensas en otras cosas- Dejé de notar sus labios y me di cuenta que se incorporaba, dispuesta a pisar de nuevo el suelo.

-Perdona, cariño- Le miré avergonzado.

-No tienes nada que perdonarme, mientras pienses en mí y no en otra, claro- Me miró asustada, pero en broma- ¿No te hubiese gustado ser más libre? - Aquella pregunta me cogió por sorpresa mientras empezaba a comer algo de la comida que me habían traído, si se podía considerar comida.

-¿A qué te refieres?

-Cuando estabas casi cada día conmigo y con Naia. ¿No te hubiese gustado salir con otra gente? Quizá... ¿Estar con otras chicas? - Resoplé.

"-Venga ya, si todavía es muy pronto, mucho- Besó mi barbilla y después mis mejillas. Ella parecía derretirse, yo no- Me vuelves loca. Todo de ti me vuelve loca- En medio de la calle, justo delante de la portería del bloque de pisos donde vivían Eva y Naia, aquella mujer me besaba sin dejarme en paz.

-Pero si solo nos hemos acostado- Sonreí picaronamente.

-Sí, claro, acostarnos... Pero dos o tres veces, y te aseguro que cada vez me vuelves más loca- Se aferró a mi chaqueta y me besó.

Rubia, ojos verdes, delgadez suprema, uñas pintas de color carmín, boca pequeña... Aquello era lo que me estaba besando. Me dejaba hacer, inconscientemente, mientras pensaba en subir ya a arriba, comprobar que Eva y Naia habían pasado buen día, y después, con un poco de suerte, podría observar a Eva mientras mi corazón se desesperaba.

-Será mejor que te vayas, Nuria- Arrugué la nariz al notar el olor a perfume que desprendía. Era horroroso, y sin embargo llevábamos unas cuatro noches saliendo juntos y un par durmiendo juntos. Bien apretados, sin duda.

-¿Por qué?

-Porque ya hemos llegado a mi destino.

-Esta no es tu casa- Miró a la portería, frunciendo el ceño.

-Lo sé, pero vengo a visitar a alguien- Sonreí levemente.

-¿Y esta noche no..? - Me miró picaronamente, por cuarta o quinta vez aquella noche.

-Bueno, quizá sí... Espérate aquí si quieres, ahora mismo bajo- Pensándolo mejor, así no estaría tan solo.

-¡Cuánto me alegra escuchar eso! - Volvió a abrazarme, esta vez por el cuello, y se abalanzó sobre mi boca sin reparos.

Un ruido, segundos más tarde, nos interrumpió. Parecía el de una puerta al abrirse y así fue. Seguí besándola, pero con los ojos abiertos y enseguida pude ver a Eva, riendo por lo bajo mientras David la tenía cogida por la cintura. Contemplé la escena de reojo, muerto por dentro. Definitivamente, aquella noche lloraría.

-Vaya, esos dos están igual que nosotros- Nuria les miró durante unos instantes, pero enseguida yo acaparé toda su atención- Pero tú eres mucho mejor- Besó mi cuello mientras no dejaba de mirar, con la cabeza levemente girada, a Eva.

Nuestras miradas se encontraron, avergonzándome por completo. Ella me miró con una seriedad miedosa, y yo con un toque de brillantez en mis ojos, porque hacía cuatro días que no nos veíamos después de la discusión que habíamos tenido. Ella se iba a casar con David, y cuando me lo dijo, le dije a la cara que era una mala madre y una mala mujer. Al recordarlo, cogí a Nuria por el rostro y la besé sin descanso para dejar de pensar en Eva, pero no funcionó. En cuanto me separé de ella para respirar, allí estaba Eva, delante de mí, Nuria se había convertido en ella. Sus mofletes eran los que estaban entre mis manos, ella era quien me sonreía tras besarla. La abracé por la cintura, la atraje más a mí y la besé con una pasión que ninguna otra mujer había podido sentir en mí, aunque esta vez sí lo sintió Nuria.

-Santo Dios... ¿Qué acabas de hacerme? - Habló como una borracha, pero de otra cosa.

-¿Qué?

-Acabas de besarme de una manera... - Vi como se mordía el labio inferior.

Deslicé mis manos hacia abajo y las dejé colgando a un lado y otro de mi cuerpo. Era hora de que se marchara y yo me quedara pensando en lo que había ocurrido. Hacía un momento no era a Nuria a quien acunaba entre mis brazos, si no a Eva.

-¡Hombre, pero si está aquí mi amiguito! - Antes que Nuria se marchara, la voz de David me sacó de mis casillas.

Me giré hacia él como una pluma, observando su brazo rodeando la cintura de Eva con apremio, como si fuera de su propiedad, solo de la suya. Apreté los puños con fuerza.

-Buenas noches, David- Dije entre dientes mientras notaba los brazos de Nuria rodear mi cintura.

Eva la miró con el ceño fruncido, pero enseguida apartó de nuevo la vista, como si aquello le doliese.

-¿Tu novia?

-¿Por qué lo preguntas? - Le pregunté con desconfianza sin dejar de observar de reojo a Eva.

Llevaba cuatro días sin verla y se notaba que había llorado. La conocía demasiado bien como para saber que no había dormido bien y que me escrutaba con la mirada, aunque intentaba disimularlo.

-Porque te está abrazando-

-Soy Nuria, pero puedes llamarme Nuri.

-Muy original- Susurró David sin gracia.

-No somos novios, ¿eh? - Nuria rió y yo di gracias al cielo.

Se hizo un silencio sepulcral durante unos segundos que parecieron horas, pero Eva rompió el hielo.

-Hace fresquito- Hizo como si temblara y David rió levemente. Yo, por mi parte, la miré con una sonrisa. Sí, la sonrisa de enamorado, típica en todas las novelas de amor que me había tragado tras conocer a Eva.

-Bueno, será mejor que me vaya, es muy tarde ya- David le dio a Eva un corto beso en los labios y yo intenté desviar la mirada ágilmente, antes que los celos aumentaran considerablemente.

-Ten cuidado. Buenas noches- La dulzura de Eva hacia él me sorprendió.

¿Algún día me hablaría así?

-Bueno, creo que yo también me marcho- No la había presentado como era debido y supe que a Nuria, muy en el fondo, le había sentado mal, pero le di las gracias con la mirada por haber negado ser mi pareja- Buenas noches, guapo- Se puso de puntillas y me besó en la mejilla. Pero antes de separarse, me susurró al oído: "Bésala". Yo la miré con los ojos de par en par y ella me guiñó un ojo. ¿Qué acababa de suceder? Me sentí triste por Nuria, pero le sonreí en cuanto la vi marchar y me guiñó un ojo, a mí y a Eva, que se la quedó mirando durante un largo rato hasta que desapareció por una esquina.

-¿Por qué no me has cogido el móvil? Y bueno, cuando llamé a tu casa me lo cogió esa tal Nuria- Parecía disgustada y no me importó en absoluto.

-Sí, lo hemos pasado bien estas noches- Lo dije con un tono chulesco que provocó en Eva un miedo, un miedo atroz que vi en sus ojos- Es hora de que empiece a conocer a otra gente- Estaba enfadado, me sentía traicionado.

-¿Y acostarte con alguien es conocer a otra gente? Porque vamos, a esta solo te la has tirado y ya- Eva sabía que aquello me haría daño y así fue.

¿Es que acaso no podía llevar mi vida como quería?

-Tú no es que seas la santa de los folleteos-

-¿Qué estás insinuando? - Suspiré con frustración y bajé la vista.

-Nada.

-Te he echado de menos estos cuatro días- Le costó decir aquello, se lo noté, pero fue sincera porque sus ojos la delataban. Me miraba con un brillo especial.

-Yo he echado mucho de menos a Naia- Aquello le dolió como si le hubiesen clavado una estaca. Podía percibir perfectamente los sentimientos de Eva.

-Lo siento. Siento haberte dicho eso del folleteo. Soy una estúpida- Vi como empezaba a llorar.

Eva dio media vuelta y se encaminó hacia el bloque de pisos. Entró dentro y pude llegar a tiempo para aguantar la puerta y entrar.

-¡Eva, Eva, espera! - Antes que entrara en el ascensor la cogí del brazo y la obligué a que se girara.

En cuanto la tuve así, de aquel modo, ella sea abalanzó sobre mí y me abrazó.

-He estado tan asustada estos días. Te he echado tanto de menos- Se apretó mucho más a mí y yo intenté desviarla, pero no pude ya que estaba bien aferrada.

No pude pensar, solamente morir allí mismo por los sentimientos que relucían, que volvían a surgir de mí. Acabé por corresponderle al abrazo y noté como su cuerpo se amoldaba perfectamente al mío.

-¿Qué ha pasado? - No hubo respuesta- Eva, ¿qué ha pasado? Cariño...

-Le tengo miedo al futuro- Dejó caer lágrimas encima de mi camisa.

-¿No estás segura de casarte con David? - Quizá soné demasiado emocionado.

-Sí, sí lo estoy- Dijo débilmente, no muy convencida- Tengo miedo a otra cosa- Más fuerza, más fuerza. Yo también la abracé con más fuerza.

-¿A qué? - Murmuré, siendo paciente.

-A no poder liberarme de este sentimiento

No sabía a cual se refería, pero ahora sí, ahora sí lo sabía.

-Haces bien en casarte con David, así podrás liberarte de él. Supongo que debes liberarte de la soledad que sientes, del que no hayas estado con nadie de verdad por Naia- Después de soltar aquellas palabras me dije mentalmente que era el hombre más estúpido sobre la faz de la tierra"

____________

¿Tiene motivos Hugo para tener miedo?👀

Queda poquito para terminar y mucho pasado por descubrir... ¿os gustan los flashbacks?

Quiero leeros que ya me está dando pena que se termine🥺💘

Continue Reading

You'll Also Like

431K 68.6K 200
Un Harry Potter mayor muere después de experimentar muchas dificultades y derrotar a su peor enemigo antes de reencarnar en una versión alternativa d...
4.6K 366 53
Una joven que es maltratada en casa por su padre y su novio, un día sale huyendo y se encuentra con un joven el cual le ayudará en todo lo que este e...
3.5K 78 28
Esta historia narra el encuentro definitivo de todos los concursantes de todas las ediciones de OT
122K 4.2K 200
¿Qué pasó después de salir de la academia? Conciertos, viajes, amores, desamores... toda una aventura en manos de 6 de los concursantes de ot2017. Es...