ℳℯ𝓈ℯ𝓈【𝐊𝐞𝐢𝐬𝐮𝐤𝐞 𝐁𝐚𝐣...

By t0xs1ck_

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Arleth es una chica cuya vida no a sido para nada fácil, con un hermano que va por mal camino, la ausencia de... More

Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Capítulo 13
Capítulo 14
Capítulo 15
Capítulo 16
Capítulo 17
Capítulo 18
Capítulo 19
Capítulo 20
Capítulo 21
Capítulo 22
Capítulo 23
Capítulo 24
Capítulo 25
Capítulo 26
Capítulo 27
Capítulo 28
Capítulo 29
Capítulo 30
Capítulo 31
Capítulo 32
Capítulo 33
Capítulo 34
Capítulo 35
Capítulo 36
Capítulo 37
Capítulo 38
Capítulo 39
Capítulo 40
Capítulo 41
Capítulo 42
Capítulo extra
Carta

Capítulo 12

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By t0xs1ck_

| Extraño |

Había llegado a mi casa hace unos minutos luego de haber pasado la tarde en casa de Keisuke, ahora como siempre estaba acostada en mi cama por encima de las mantas mientras veía mi móvil, Tony hacía lo mismo luego de haberse dado una ducha, estaba en la cama de arriba.

Todo estaba algo tranquilo a excepción por los videos que le aparecían a Tony en alguna red social a todo volumen, ¿no podía bajarle? Le reste importancia de todas maneras siguiendo en lo mío. O fue así hasta que la puerta se abrió de golpe, me sobresalté un poco y voltee a ver.

-levántense, dentro de poco vendrá el hombre con el que estoy saliendo, quiero que tenga una buena impresión de nosotros. -dijo mi madre en la puerta, estaba bien arreglada.

Mi madre no era una mujer fea ni muy mayor, era atractiva pero... yo odiaba sus ojos, siempre me miraban con mucha frialdad.

-¿y qué se supone que tenemos que hacer? -pregunté.

-solo comportarse como personas decentes por una vez en su vida y no decir groserías ni nada por el estilo. -respondió con fastidio mientras me miraba.

-yo ya estoy vestido. -dijo Tony mientras bajaba de la cama de arriba sentandose en la mía.

-si estas vestido entonces ve al sillón, Arleth, tu cámbiate.

-¿qué? Tambien estoy vestida. -me senté a un lado de Tony en la cama.

-no me gusta tu ropa, cepillate el cabello o algo, y quítate esas vendas de la mano... vas a causar una mala impresión.

-no puede quitárselas, esta herida, ¿estas ciega? -le habló Tony.

Mi madre solo apretó sus labios mientras soltaba un suspiro.

-Tony, desde hoy en presencia de mi novio me llamarás mamá. -le dijo de pronto, ambos quedamos confundidos.

-¿por qué? -pregunto.

-porque si no quieres ir al orfanato me dirás así, ahora vete a la sala y tu cámbiate de ropa. -me apuntó- y quítate las vendas de la mano, maquíllate o algo para que no se vean tus heridas. -dijo retirándose de la habitación.

Tony y yo nos quedamos unos segundos sin decir nada, luego él se levantó saliendo de la habitación cerrando la puerta mientras me daba la espalda.

Hice una mueca para luego levantarme de la cama a ponerme otra ropa como había dicho mi madre, aunque tampoco es que yo me vistiera muy formal así que no sabía muy bien qué ponerme.

Me decidí por unos simples pantalones algo ajustados y una sudadera de tiras (sin mangas) encima sin darle más vueltas. Como tenía que quitarme las vendas de mi mano, fui al baño a quitarla para luego dejarla en el basurero, cuando ese sujeto se fuera volvería a ponerme algo, ya que mis nudillos estaban horriblemente morados, entre morados y rojos, dolía como el infierno pero yo misma lo ocasioné.

-mamá. -la llamé al salir del baño sosteniendo mi muñeca con mi otra mano- ¿cómo maquillo esto?

Ella puso los ojos en blanco mientras se iba hacía su habitación por unos segundos, y al salir me tomó de la muñeca de forma brusca llevándome hacia el baño, en donde nos quedamos de pie a un lado del lavamanos, en donde dejó sus cosas mientras sacaba otras para ella maquillar mi mano.

Pero al parecer estaba algo apresurada, ya que comenzó a echarme algo del color de mi piel de forma fuerte, dándome una fuerte punzada en mi parte afectada.

-¡duele! -me aparté.

-tsk. -volvió a sujetar mi muñeca con fuerza- quédate quieta y cállate. No estoy para tus exageraciones y tonterías.

Mordí mi labio mientras ella me cubría con su maquillaje, dolía por la forma tan bruta en que hacia todo, miré hacia otro lado para intentar no mirar y sentir más dolor según yo, pero estaba a nada de apartarla de un golpe.

Pero al ser tan bruta, no pude soportarlo más agotando la poca paciencia que me quedaba, y sin pensarlo mucho di un golpe a lo loco. Ella ahogó un grito y ambas quedamos mirándonos fijamente a los ojos por unos segundos, yo la mirada con culpa, pero en verdad me dolía y fue la única forma para apartarla al menos que pude hacer por impulso.

Pero ella de vuelta me dio una bofetada, la verdad esperaba algo peor así que no me quejé.

-ahora quédate quieta. -volvió a ver mi mano.

Cuando terminó, simplemente soltó mi muñeca de forma brusca, al ver mi mano pude ver que era mucho menos notorio, pero claramente seguía visible si lo mirabas por más de dos segundos.

Me quedé un poco más en el baño intentando calmar el dolor que me había quedado en mi nudillo. Cuando fue algo aceptable, salí del baño para ir al sillón con Tony.

-mira. -se lo mostré.

-no se nota tanto. -volvió a mirar su móvil.

No sé cuantos minutos pasaron hasta que la puerta de entrada sonó, Tony y yo nos volteamos con curiosidad mientras mi madre iba a abrir la puerta.

-recuerden lo que les dije. -nos miró fijamente, nosotros asentimos.

Abrió la puerta mientras saludaba de forma amable al tipo que estaba de otro lado con unas cuentas bolsas en su mano.

Mi madre parecía otra persona en estos momentos.

Cuando dejaron de saludarse, ese sujeto pasó con las bolsas en su mano mientras mi madre cerraba la puerta detrás suyo.

-hola, tu debes ser Tony, ¿no? -dijo el hombre de forma alegre.

-¿y tú eres? -Tony alzó una ceja, mi madre por detrás le dió una mala mirada.

-disculpa mis malos modales... soy Ronin. -le tendió la mano, pero Tony no se la dió y el hombre solo hizo una sonrisa incomoda- bueno, tu debes ser Arleth.

-si, así es. -respondí cruzada de brazos.

-un gusto, Arleth. -sonrió mientras pasaba de nosotros para volver con mi madre- traje lasaña.

Que delicia.

-perfecto, podríamos instalarnos para comenzar a comer, ¿no lo creen? -mi madre sonrío- traeré cosas para poner la mesa.

La mesa era pequeña y era una de piso, hace mucho que no comíamos ahí.

Mi madre llegó con las cosas para la mesa, Tony y yo simplemente nos sentamos en el suelo mientras esperábamos las cosas, ambos estábamos hambrientos tratando de disimularlo. El novio de mi madre puso la comida en la mesa y una vez que ambos pusieron todo, se sentaron con nosotros también ya con la comida lista.

Cada uno se sirvió lo suyo, y ni Tony ni yo esperamos más para comenzar a comer, esto no volvería a repetirse sin dudas.

-bueno... -comenzó a decir mi madre- ellos son mis dos hijos como ya te he mencionado. Desde que les dije que vendrías que están emocionados por conocerte.

Tenía unas ganas de decirle lo mentirosa que era, pero no quería más problemas, había comida y eso compraba mi silencio, en cuanto a Tony... era clara la razón por la que él también guardaba silencio.

-me alegro mucho... ya verán que desde hoy seremos una familia bastante unida. -habló de forma alegre el novio de mi madre.

Me daba igual lo que hicieran con su vida la verdad.

Ellos siguieron hablando entre sí mientras que con Tony seguíamos sacando pedazos de lasaña, yo unos tres al igual que él, y tuvimos que detenernos porque mi madre nos paró a ambos, me daba por pagada de todas formas.

-bueno... iré a lavar esto. -dijo mi madre- Tony, ¿puedes venir un momento conmigo, cariño? -le hablo mi madre sonriente.

Él solo la miró neutro mientras se levantaba para ir a su lado, era evidente que iba a amenazarlo, era más que obvio.

Por mi parte me quedé mirando hacia cualquier otro lado, ya que él silencio era algo incomodo al estar a solas con él novio de mi madre.

-así que... -comenzó a decir, pero no voltee a verlo- ¿qué edad tienes?

-16. -respondí sin ganas.

-ya veo... yo tengo una hija de tu edad.

-¿y qué sucedió con ella? -lo miré sin sonreír pero con curiosidad ya que él había empezado el tema.

-se fue a vivir con su madre a otro país... fue duro para mi. -apretó sus labios.

-ah. -agaché un poco la mirada sin saber muy bien qué decir.

-disculpa... ¿puedo hacerte una pregunta? -yo me encogí de hombros- ¿qué le sucedió a tu mano? -la apuntó.

-¿qué te importa? -respondí sin poder evitarlo al sentirme acorralada.

-no me mal intérpretes... -el sujeto tomo mi mano con la suya, acariciandola un poco de forma suave, yo fruncí un poco mi ceño- podría ayudarte.

Lo miré por unos segundos con mi ceño fruncido, pero no pude decir nada, ya que se apartó rápidamente al sentir unos pasos, era Tony, quien se sentó a un lado nuestro sin mirarnos.

Estaba confundida... ¿estaba siendo muy amable? Porque no. No soy estúpida ni tonta, pero no sé ver claramente cuando alguien es amable o quiere amenazarme, así que en estos momentos mi mente dió miles de vueltas.

Pero... ignoré todo eso cuando mi madre llegó con un helado de postre y galletas, se me hizo agua la boca a pesar de todo lo que había comido, ¡Dios hace cuantos años no comía esto!

Comenzamos a comer el postre mientras mi madre hablaba con su novio, todo estuvo bastante tranquilo hasta que terminamos de comer luego de repetirnos el postre varias veces, y finalmente a la noche, Ronin -el novio de mi madre- se fue de nuestra casa.

-voy a dormir, y no me molesten porque estoy agotada y feliz, así que ya verán que hacen ustedes. -mi madre se fue hacia su habitación cerrando la puerta, Tony y yo nos quedamos en la sala en silencio.

-¿qué te dijo cuando fueron a la cocina? -pregunté.

-¿qué te importa? -me miró- quiero ir a dormir, no tengo ánimo ahora... -se levantó.

-¿qué opinas de Ronin? -pregunté antes de que fuera a la habitación.

Él se detuvo mientras se volteaba para responderme.

-que es un idiota. -se dió la vuelta para ir hacía su cama.

Yo simplemente apreté un poco mis labios mientras fruncia mi ceño.

Era extraño.

*°°°*

Habían pasado unos cuantos días, y hoy por fin para bien o mal podía volver a la escuela.

Me arreglé no desde muy temprano, pero lo suficiente para llegar a tiempo, colocandome el uniforme como siempre, dándome una pequeña ducha y cepillando mi cabello. Tony seguía dormido.

Cuando estuve lista y con la mochila en mis hombros, subí un poco por mi cama para ver a Tony en la suya, moviéndolo un poco.

-Tony, Tony. -lo moví entre susurros.

-ahh... -suspiró ahora dando la vuelta para verme, ya que me estaba dando la espalda- ¿qué?

-¿vas a la escuela?

-mierda, si... -se fregó los ojos- yo te alcanzo, se te hará tarde.

-bien... te veo a luego.

-hm. -asintió mientras se comenzaba a levantar.

Yo salí de casa para ir hacía la escuela caminando como siempre. Desde el día en que me había quitado la venda de mi mano no me la había vuelto a colocar, ya que se habían agotado, aunque mi madre nos echó la culpa a Tony y a mi por meternos en tantas peleas, y en parte tenia razón.

Al llegar a la escuela, entré con normalidad hasta llegar a mi salón, aunque al entrar sentí miradas sobre mi, pero las ignoré por completo mientras iba a sentarme a mi lugar que por suerte estaba vacío, juro que si esa chica estaba ahí no sé que hubiera hecho de la rabia.

Me senté mientras apagaba la música que había puesto para el camino escuchando con mis auriculares, viendo cualquier cosa en mi móvil para matar el tiempo hasta que comenzarán las clases, ya que Keisuke aun no había llegado.

Pero no tardó demasiado, ya que a los pocos minutos lo vi entrar al salón, claramente bien arreglado mientras se sentaba en su lugar.

-ya estas de vuelta. -me dijo mientras me observaba acomodando sus lentes, falsos por cierto.

-no me digas... -alcé una ceja de forma obvia- como sea, fue un buen descanso. -mentira.

-¿uh? Oye... -me miró alzando un poco sus cejas y señalando mi mano- tus nudillos.

-¿hm? -los miré, estaban mal claramente y era notorio, no tenía las vendas puestas- ah, si. Se nos acabaron las vendas.

-déjame ver. -estiró su mano para tocar la mía, pero a penas lo intento me aparté de golpe haciendo sonar un poco la silla llamando la atención de algunas personas.

-mierda, lo siento. -me disculpé algo avergonzada por esa reacción tan repentina, ni si quiera fue algo que pensara, simplemente mi cuerpo reaccionó antes.

-esta bien, no es necesario tocarte... si quieres puedo pasarte algunas cosas para que puedas curarte por ti misma. -me miró con un rostro de... ¿preocupación?

-como quieras... -me encogí de hombros mientras yo acercaba mi silla a la suya para sentarme en su mesa.

Keisuke de su mochila sacó algunas cosas que dejó en la mesa para que pudiera curarme por mi misma, y la verdad lo prefería así.

Mi madre realmente me trató con mucha fuerza ese día en que me maquilló la mano, no quería que alguien más volviera a hacer algo como eso.

Cuando dejó las cosas en su mesa, yo las tomé sin pensarlo dos veces. Comenzando a curar mis nudillos con delicadeza mientras sentía su mirada en mi mientras lo hacía.

-puedo darte algunas vendas para que te cambies al menos por unos días. -me ofreció de pronto.

-no las necesito, con esto es suficiente.

-creo que...

-dije que con esto es suficiente. -lo miré molesta.

-no, no lo es. -puso un rostro serio y algo intimidante, desafiandome.

Yo suspiré mirando hacia el lado mordiendo mi mejilla por dentro, luego me di la vuelta para mirarlo tomando las cosas que me había ofrecido.

-no quiero discutir contigo, me las voy a llevar. -me levanté para devolverme a mi lugar.

-hey. -me llamó haciendo que volteara a verlo- ¿almorzamos juntos?

-si, como quieras. -accedí.

Me devolví hacia mi asiento otra vez, al menos ahora estaba bien con mis nudillos. Debería haber dicho "gracias" pero otra vez hablando con mis impulsos y no pensando las cosas... estaba consciente de eso, pero cuando analizaba lo que había dicho ya era tarde.

En verdad por más que me diera apoyo, seguía sintiendo que yo no iba a cambiar.

Las clases pasaron lentas y aburridas, en los recreos antes de la hora del almuerzo simplemente los pasé en el salón mientras escuchaba algo de música y me hundía en mis pensamientos, aunque odiaba eso, pensar de más me hacía darme cuenta de cosas de mi que no quería ver y mi pecho se apretaba.

Me sentía bien al saber que le importaba a las personas, como a Tony o Keisuke, pero... a la vez sentía que yo no lo merecía, después de todo el daño que le hice a muchas personas desde siempre tal vez me merezco todo lo malo que me ocurre, y eso esta bien.

En uno de los recreos salí del salón para caminar por los pasillos de forma lenta viendo hacía la ventana mientras escuchaba música, aunque algo de afuera llamó un poco mi atención.

Una chica estaba siendo golpeada en el patio, las que la estaban golpeando eran otras chicas que solo se reían, aunque la verdad no me importó demasiado y simplemente seguí con mi camino.

Finalmente a la hora de almuerzo, antes de salir del salón Keisuke guardó algunos de sus cuadernos mientras yo lo esperaba jugando con mis dedos, sentada de lado en la silla.

-creo que Chifuyu debe estar esperando en la azotea... ¿vamos? -preguntó mientras se levantaba.

-uhm... -¿y si de nuevo digo algo fuera de lugar? Igualmente no quería negarme, porque claramente él me insistiría, y... la gente a veces se cansa de eso- si, vamos. -me levanté de mi lugar.

Comenzamos a caminar a un paso no muy rápido hacia la azotea.

-estas muy callada. -comenzó a decir mientras íbamos por los pasillos camino a las escaleras- ¿todo bien? -quitó sus lentes.

-si, nerd, todo bien. -sonreí mientras revolvía su cabello.

-¡oye! -se alarmó cuando vió como revolví así su cabello- mi madre me hizo este peinado hoy.

-te ves bien, pero te queda mejor el cabello suelto.

-van a decirme que tengo que cortarlo... por eso lo dejo así. -se lo soltó para intentar acomodarlo.

-puedo arreglarlo antes de entrar a clases, relájate. -lo animé.

-hm... bueno, esta bien... -comenzó a acomodarlo con sus manos.

Subimos las escaleras hasta llegar a la azotea, y al abrir la puerta de arriba ambos buscamos con la mirada a Chifuyu, pero no fue necesario ya que él mismo nos llamó.

-¡Baji-san! -llamó de pronto haciéndonos voltear.

-Keisuke-san. -me burlé hablando de un tono audible solo para él.

-oh, cállate. -yo reí mientras avanzábamos hacia Chifuyu.

-traje esto para el almuerzo. -mostró tres sándwiches.

-¿hm? ¿Sabías que vendría? -pregunté al ver que tenía tres.

-si, Baji lo dijo. -contestó sin entender mi pregunta- bueno, tomen uno.

-gracias. -fui la primera en sacar un sándwich mientras tomaba asiento en el suelo al igual que los chicos.

-gracias, Chifuyu. -contestó tomando uno él también- ¿qué tal te fue ayer?

-¡muy bien! ¡esa chica es muy amable! -sonrió.

-¿quién? -pregunté.

-oh, Chifuyu conoció a una chica. -contestó Keisuke sin darle mucha importancia.

-ya veo. -asentí comiendo de mi Sándwich.

-si bueno... una historia algo confusa, no termino de entenderlo pero...

-vamos, estas ciego. -Keisuke sonrió con su ceño un poco fruncido como de costumbre.

-¿eh? ¿Qué dices? -preguntó Chifuyu confundido.

-descubrelo por ti mismo... ¿y a ti qué tal te fue ese día en tu casa? Me dijiste que iba a haber una cena. -me preguntó Keisuke.

-ni a Tony ni a mi nos cae bien el novio de mi madre. Es decir a mi no sé, pero es extraño.

-¿extraño? -alzó una ceja.

-¿sonríe mucho? -sonó más a una pregunta que a una afirmación- no lo sé, de todas formas la comida fue deliciosa, hace años que no comia lasaña ni helado. -di un mordisco más a mi sándwich.

-tendrías que haberlo dicho, mi madre compra helado, siempre tenemos en la nevera. -dijo Keisuke.

-dice la verdad, en verano siempre comíamos helado. -afirmó Chifuyu.

¿Era una invitación? ¿Qué tenía que contestar a esto?

-genial. -asentí.

-la próxima vez que vengas podemos comer helado juntos. -sonrió.

Si, era una invitación.

-¡ah! -sonreí de la emoción- ¡genial! -soné más alegre de lo que debería- ¿cuándo puedo ir?

-cuando quieras. -se encogió de hombros.

-muy bien.

-pero intenta avisarme... a veces tengo reunión con la pandilla o estoy con algunas amistades. -yo asentí.

Ahora me sentía más cómoda con Chifuyu, seguía desconfiando de mi boca, pero al menos se me hacía más cómodo estar con él y Keisuke. La hora de almuerzo a este punto ya estaba por terminar, ya habíamos acabado de comer mientras que nos quedábamos hablando de cualquier tema que saliera.

-bueno... ya vamos a ir a clases dentro de poco, ¿te arreglo el cabello? -alcé mi ceja mientras miraba a Keisuke.

-ah, si. -sacó algo de su bolsillo- ten. -me entregó algo para amarrar su cabello, yo lo tomé.

Avancé hasta colocarme detrás suyo de rodillas en el suelo mientras le cepillaba el cabello con mis manos arreglandoselo, sentía la mirada de Chifuyu sobre mi junto con un silencio, pero ignoré eso mientras seguía en lo mío, su cabello era muy suave.

-listo. -Dije al terminar de amarrarle el cabello, colocandome ahora frente a él y tomando su rostro con mi mano desde su mentón, levantandolo para mirarlo entrecerrando un poco mis ojos- si, quedó bien.

-gracias. -volvió a colocarse los lentes, justo entonces la campana sonó.

-bueno, será mejor que vayamos a clases. -se levantó del suelo, seguido de Chifuyu y luego de mi.

Comenzamos a avanzar hacia la puerta de la azotea para ir a nuestros salones, pero de pronto Chifuyu se puso a mi lado para susurrarme algo.

-normalmente Baji ni de broma dejaría que toques su cabello. -sonrió.

-¿qué quieres decir con eso? -fruncí un poco mi ceño.

-oh, nada malo... -dijo de inmediato- pero le agradas, eso es bueno.

-eso creo. -me encogí de hombros.

Llegamos a nuestros salones separandonos por el pasillo, Keisuke y yo nos sentamos en nuestros lugares mientras que yo apoyaba mi cabeza en mis brazos los cuales usaba como almohada mientras miraba a Keisuke en su mesa.

-tu cabello es muy suave. -dije sin filtro, no me avergonzaba decir ese tipo de cosas de forma directa, porque realmente jamás las dije.

-lo cuido. -contestó con una voz orgullosa.

-si, se nota... te centras mucho en tu cabello, ¿eh? -sonreí con algo de burla.

-no solo en mi cabello, también en los gatos, y me ejército para mantenerme fuerte por supuesto. -sonrió subiendo su ego y acomodando sus lentes.

-¿no tienes más preocupaciones? Tu vida debe ser muy alegre, eso es genial. -yo sonreí, pero él solo se quedó en silencio, su sonrisa se iba borrando de a poco- ahora que lo pienso... no sé demasiadas cosas de ti.

-mi vida no es interesante, no tengo nada que querrías saber. -sacó un cuaderno y comenzó a revisarlo.

-oh, estoy segura que si, tal vez-

-aquí no. -dijo serio.

Dejé de sonreír mientras hacía una mueca.

-bueno, de todas formas no es como si me importara. -miré hacia otro lado.

En realidad si quería saber más de él, pero al parecer no le gustaba hablar de eso... por alguna razón me sentí algo mal sin poder evitarlo, pero no tuve tiempo de pensar en mis sentimientos, ya que la clase había comenzado.

A penas se acabe esto, solo quiero llegar a mi casa y dormir todo el día.

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