Perdida en mis pensamientos fui agarrada por tercera vez, él nos introdujo al ascensor escogiendo un piso. Coincidencialmente era el piso al que iba, al cual iba unos minutos tarde. Al llegar me baje y caminé rapidamente por el pasillo. ¿Debí haber dicho algo más? Tal vez un gracias. Apreté mis ojos intentando dejar de pensar de más. A la próxima que lo vea, me acerco y le doy las gracias, le diré que iba de afán y se me pasó el dar gracias. Finalmente llegué a la puerta del al aula de entreno y suspiré antes de entrar, sentía mi corazón a mil, era como si hubiera subido las escaleras y no el ascensor, necesitaba un respiro después de todo lo que paso. Vi de reojo un cuerpo y giré mi mirada sin dudar.
-¿Me estas siguiendo?- pensé que lo había perdido hace unos minutos atrás.
-¿Eso te gustaría?- exclamó tomándome por sorpresa la pregunta y dejándome helada, cogio el agarre de la puerta abriéndola. -Primero las damas.-
-P-pero, ¿qué..?- antes de terminar fui interrumpida.
-Lee Heeseung, es un gusto tenerte con nosotros hoy.- El profesor Kim estiró su hombro por detrás de Heeseung abrazándolo. -¿Cómo has estado? Hace un tiempo que no te veo.- ambos personajes se hablaban con confianza mientras ingresaban al aula.
Al salir de la clase me sentia abrumada, Leia nunca apareció y todo el tiempo cruce miradas con Heeseung a pesar de nunca haberle pedido ayuda como todas las demás para el entrenamiento. No paraba de pensar en lo que había sucedido justo antes de entrar a clases, en los ojos que tuve tan cerca, en sus labios... Sacudí mi cabeza nuevamente, recordé que después de todo tenia 10000 wones nuevamente y podría pagarle a la señora del tteokbokki; saqué mi celular para contactar a mi amiga y noté un mensaje nuevo, era de Milo. No tenía tiempo para esto ahora, pensaría en que decirle después. Llame a Leia y se iba a buzón, así que le mande un texto para informarle que iria a pagar el tteokbokki y que era urgente que habláramos. En cuanto presioné el botón de enviar, bloquee el celular y lo guarde para caminar al ascensor, pero me detuvé en seco. Seix y Heeseung. Junto con otras chicas estaban esperando el ascensor. No podía permitirle a mi corazón acelerarse otra vez hoy, sufriría de algo si seguia así, además encerrarme en un cubiculo con Seix, sus secuaces y Hee sería un tormento, no pararía de humillarme frente a él. Termine decidiendo bajar por las escaleras para evitarlo todo, encima si bajaba con buen ritmo lograría dejarlos atrás antes de que lleguen al primer piso.
¿se conoceran desde antes? Desde lejos se siente cierta confianza entre ellos dos. Era valido tener este tipo de pensamientos, la envidia inundaba mi cabeza, seguramente él ha ayudado incontables veces a Seix a cómo me ayudo hoy. En cuestión de minutos llegue al primer piso y sin pensarlo dos veces salí corriendo a la puerta de salida. Pero al escuchar a alguien llamarme por mi nombre me detuve. Demonios, profesora Yeon. Giré mi cabeza con una sonrisa en la cara.
-¿Si?- pregunté. Ella se acercaba a mi con una tablet en las manos.
-Me sorprende aún no ver tu nombre en las candidatas a inscripción.- mencionó a la vez que me mostraba la pantalla del dispositivo. -Ya muchas chicas se han inscrito y tu no, creí que por eso estabas aquí.- terminó cortante y con su mirada fija en mi.
-No he tenido much..-
-No, no me digas que no has tenido mucho tiempo, es disciplina lo que pedimos de ti t/n, si no estas dispuesta a audicionar para el programa es mejor que consideres tu estadía en la compañía como trainee.-
Sus palabras fueron duras, cortantes, no esperaba más de ella.
-Sí señora, iré a inscribirme antes de que termine la semana.- añadí avergonzada.
-La inscripción termina el primero del próximo mes, y las audiciones se haran a mediados de ese mes, tienes suficiente tiempo para entrenar. Además el inció del programa debe ser antes de que termine el año.- dicho eso, se marchó.
Las inscripciones, las audiciones, el programa. Todo era una locura. Sí, claro que quería ser una Idol, es mi sueño más grande. Pero ahora es cuando más he dudado de mis habilidades, no veo ningún progreso en estos dos ultimos meses a diferencia de otras chicas, dudo de cada paso que doy, dudo de mi conocimiento, flaquea mi voz muchas veces, cuando hay evaluaciones a final de cada mes no logró avanzar al siguiente nivel, me sorprende que con todo esto la profesora se haya puesto en la tarea de recordarme lo de la inscripción. Al recordar la lista de nombres que me mostró hace un momento, estaba el de Seix. Ahí la otra cuestión: Seix. El poder que una sola persona puede generar en mi, las infinitas veces que he considerado dejarlo todo porque no aguanto un comentario más, una mirada más, por suerte tengo a Leia que me da apoyo en todo momento y me saca de esa burbuja de inseguridad. Pero en cuanto me inscriba al programa, todo dependerá de mi, después de todo sería una competencia, tendría a Leia a mi lado pero no puedo dejar de lado que ella sería mi rival en cuanto incien las audiciones y el programa. Respiré hondo. ¿Realmente quiero esto?¿Lucharé por esto?¿Podré dejar de lado tanta inseguridad y poner mi mirada en mi sueño? Solté el aire. Era lo que más deseaba.
Escuche de lejos el sonido del ascensor, recordé de lo que escapaba hace unos minutos y sin revisar mi entorno me dirigí nuevamente a la puerta de salida. En cuanto llegue al carrito de Teokbokki, le entregué el dinero a la señora y di gracias por la comida y la espera. El día ya habia terminado y solo quedaba irme a casa y pensar en lo que me habian dicho, en lo que habia sucedido con Hee, aún no sabia el paradero de Leia, y tenía que hablar con Milo. Quería tomar un poco de soju y mi amiga no contestaba, intenté llamarla nuevamente, nada. Me fui a los contactos y presione otro número.
-¿Hola?-
-¿Milo? Soy t/n.-
-Eyyy! t/n, contesté rápido sin mirar el identificador, ¿qué tal todo?- Se escuchaba ruido en el fondo.
-Todo bien, ¿has hablado con Leia? Creo haber escuchado que hoy saldrían.- Mientras hablaba, empece a caminar por la calle sin ningun rumbo.
-¿Con Leia? No, nunca me confirmo nada. ¿Todo bien?- Mientras hablaba el ruido del fondo iba disminuyendo.
-Sí, es que no sé donde esta desde hace unas horas y creí que estaría contigo.- Antes de terminar la frase él me interrumpió -¿Quieres que nos veamos?..- carraspeo un poco -Noto tu voz un poco apagada.-
Al decir eso recordé todas las cosas que me dijo Leia, si le decia que sí podria confundirlo con lo que no es, pero de todos modos en algun momento tendria que hablar con él y aclararselo. Además no tenía con quier tomar. Termine dandole la dirección de un bar cerca de mi departamento, mencionó que estaria allí en 20 minutos o menos de manera que decidí irme primero al departamento y dejar las cosas allí, bañarme y salir a vernos.
Después del baño, agarré una mezclilla suelta, me coloque un top delgado y encima un buzo unas tallas más grandes que la mia, tennis, seque mi cabello rápido. Mi celular sonó, seguro era Milo. Lo guarde en mi bolsillo, cogi un poco de dinero y bajé para ir al bar. En el camino le escribí a Leia que estariamos allí por si veia el mensaje y queria unirse. En cuanto llegué vi la espalda de Milo en la barra, me acerque y le dije que nos sentaramos en una mesa a lo que acepto. Pedimos dos botellas de soju.
-Dejame servirte- él agarró la botella pero antes de abrirla lo detuve y se la quite de las manos. No quería ningún tipo de cordialidad entre los dos, lo mejor sería actuar normal para empezar a mostrar mi desinteres.
-No te molestes.- le regalé una sonrisa. -Yo puedo hacerlo.- De manera que me serví y me tome el shot inmediatamente.
-¿No quieres brindar antes de comenzar?- exclamó entre una risa leve mientras se servia su shot.
-Por supuesto- Me serví otro y golpeamos los vasitos, luego tomamos y tomamos. La cuenta de los shots que yo iba ya se había perdido; él era el que más hablaba, me contaba de sus cosas, su vida, sus amigos, cuando me preguntaba algo yo apenas le contestaba con detalles, realemente no estaba interesada en hablar, solo queria un compañero para tomar.
-t/n, ¿te parecería bien.. que un día de estos después de tu jornada.. y-yo te- Alce rapidamente mi mano haia su cara en señal de que se detuviera. La cabeza me daba vueltas y aunque sentia que estaba apunto de estar totalemente sumida por el alcohol, comprendí mi entorno y sabia a lo que iba su pregunta. -Espera, no arruines el momento, la estamos pasando de lo más bien.- dije y tome un shot más. -Además, quiero que sepas que no estoy interesada en salir con nadie, y menos contigo que eres amigo de Leia.- En cuanto salio eso de mi boca, me arrpentí. Para evitar la incomodidad cogí la botella para servirme un poco más pero Milo me la arrebato.
-Creo que es mejor que dejes de tomar.- dijo frío dejando la botella lejos de mi. -Coge tus cosas, te llevo a casa.- apuntó. Mis palabras se mezclaban entre ellas. No quería irme a casa, donde mis paredes estaban llenas de sueños que no iba a alcanzar.
-No quiero irme.- exclamé poniendo la cabeza sobre el mesón, hice un puchero con los ojos cerrados, estaba decidida a quedarme ahí.
-t/n, levantate, ya es tar- escuché a Milo de lejos, y luego otra voz conocida se asomó interumpiendolo.
-¿Qué haces?... ¿Qué hace ella así?- exclamó, una voz gruesa, gire mi cabeza un poco, la luz me hacia ver pajaritos, la vista la tenía borrosa. Lo que paso después fue sentir el tacto de unas manos que me agarraban los brazos de tal manera que quede parada a casi desgonzarme, luego fui subida a una cálida espalda. Aferré mis brazos al cuello de la persona y recosté mi cabeza en su hombro. Luego todo se tornó oscuro.