𝐒𝐓𝐀𝐑𝐓 𝐎𝐅 𝐓𝐈𝐌𝐄 | 𝐓...

By Karen_Amme

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En las esquinas sombrías del pasado, donde el tiempo se entrelaza con las decisiones que dan forma al destino... More

𝐈𝐍𝐓𝐑𝐎𝐃𝐔𝐂𝐂𝐈𝐎𝐍
𝐏𝐄𝐑𝐒𝐎𝐍𝐀𝐉𝐄𝐒
𝐏𝐋𝐀𝐘𝐋𝐈𝐒𝐓
00 | Sólo es una vida más
𝐀𝐑𝐂𝐎 𝐈 |𝐌𝐎𝐄𝐁𝐈𝐔𝐒 |
01 | Segunda oportunidad
03 | Los chicos de Mizo
04 | Malos entendidos
05 | Prometo salvarlos
06 | El primero en romperse
07 | Chico del tren
08 | Tentaciones y reconciliaciones
09 | El lago bajo la estrellas
10 | Evitando aquel destino
11 | Reconciliaciones
12 | Quédate conmigo
13 | Nueva oportunidad
14 | Pequeñas confesiones
15 | Eres tú
16 | En el futuro y en el pasado; en esta vida y en la que sigue...
𝐀𝐑𝐂𝐎 𝐈𝐈 "𝐕𝐀𝐋𝐇𝐀𝐋𝐋𝐀"
17 | El que se fue
18 | Fundadores
19 | Arcade
20 | Heridas
21 | Lluvia
22 | Abriendo fuego
23 | Ella está en la lluvia
24 | Secretos y mentiras

02 | Hermanos Mitsuya

200 14 13
By Karen_Amme

Cae la lluvia, un chico rubio que no conozco está llorando; tres personas más están ahí y dos de ellas están cubiertas de sangre. Me moví entre las cobijas al no soportar más el sudor. Disparos, mafia, ¿ese es Hiroshi? No recuerdo que más pasaba, la mayor parte del sueño se desvaneció cuando desperté. Sólo espero que no sea verdad lo que dicen sobre que tus sueños son tus otras vidas.

Da igual. Me quedé unos minutos más para despabilarme; chequé la hora y al parecer desperté más temprano de lo habitual. Me tapé con las cobijas y cerré los ojos, pensando en lo que haría hoy. ¿Saldré con los chicos o me quedaré en casa?

Escuché dos pares que corrían por el pasillo, parece que mis hermanas ya están despiertas. Conté hasta tres para que entraran a mi habitación y se lanzaran sobre mí, pero no esperaba que mi mellizo fuera el que cayera sobre mí, siendo seguido por Mana y Luna.

— ¡Keiko, Keiko! — gritaban con sus voces chillonas. Esto pasa todas las mañanas y que lo hagan es más que suficiente para que el día comience bien.

Pero en el caso de Takashi...

— Ya es hora, Kei. — susurró mientras bajaba un poco las cobijas para dejar caricias en mi cabeza. — Mamá se fue hace unos minutos pero dejó listo el desayuno. Te esperamos ¿bien? — asentí, a lo que dejó un beso en mi frente antes de salir de la habitación, siendo seguido por mis hermanas.

Takashi Mitsuya, el hermano mayor y mi mellizo, siendo la diferencia de edad por sólo unas cuantas horas. Mamá nos contó que al principio del embarazo les había dicho que esperaban sólo a un hijo, pero que meses después, en una de las ecografías, notaron que seríamos dos. También nos contó que nuestro hermano mayor se emocionó por eso ya que dejaría de ser hijo único.

Años después nacieron Luna y Mana, teniendo ya siete y cinco años. Mamá es contadora y casi no pasa tiempo en casa porque trabaja horas extras, así que Takashi y yo cuidamos de nuestras hermanas. Y sobre nuestro padre... ¿quién necesita a uno?

Me estiré una última vez para ya levantarme de la cama. Si por mi fuera, me quedaría acostada todo el día, pero tengo responsabilidades que claramente no quiero cumplir. Me asee y me coloqué el uniforme de la escuela, acercándome al pequeño espejo de la pared para ver que todo estuviera bien acomodado.

— Mi cabello está hecho una mierda por el tinte. — noté cómo las raíces negras de mi cabello estaban apareciendo de nuevo. — Le diré a Takashi que me lo arregle cuando regresemos de la escuela.

Me dirigí a la cocina, mirando a Takashi, quien me da la espalda mientras sirve el desayuno. Está tan concentrado que no notó mi presencia. Contemplé su perfil, en especial sus largas pestañas; sigo sin entender cómo es que no tiene novia si es el chico con el que todos quieren estar. Pero también es un idiota que logra esconder muy bien sus sentimientos.

— Ya está servido, Kei. — se dio la vuelta, mirándome fijamente para que me sentara a comer. — Hoy te toca llevar a loas niñas a la escuela, pero tengo la ligera sospecha de que no podrás recogerlas. ¿Saldrás con los chicos?

— Aún no lo sé, pero de verdad espero que no. — metí una porción de arroz en mi boca. — De... de cualquier forma te aviso, ¿bien?

— Está bien, sólo es para organizar mi día. — sonrió, tomando un sorbo de agua.

Seguimos comiendo, Mana por momentos jugaba con la comida o nos contaba el sueño que tuvo esa noche. Mire el reloj en la pared, percatándome que ya faltaba poco para irnos a la escuela.

— ¿Crees que sea prudente llevarlas en la motocicleta? — lo miré de reojo, aunque ya conozco la respuesta.

— Sabes que no me gusta arriesgarlas, aún son pequeñas. — respondió, tomando un sorbo de agua.

Aguafiestas, ni que fuéramos tan lejos.

— Aún hay tiempo para que vayan caminando hacia allá. Cuando regreses ya te vas en ella. — siguió comiendo, ignorando por completo mi cara de frustración.

— Está bien. — me rendí. — Niñas, nos vamos en 15 minutos.

Charlamos un poco en lo que terminábamos el desayuno. Mis hermanas corrieron al baño a lavarse los dientes mientras Takashi y yo recogíamos la mesa.

Esto de crías niñas es pesado, pero no tenemos de otra. Hice lo mismo que mis hermanas y una vez listas nos despedimos de Taka para ir hacia su escuela.

━━━✧❂✧━━━━━━

Mierda, mierda y más mierda. Hace diez minutos que tendría que estar camino a la escuela pero me tuve que distraer con un perrito. La impulse de Takashi no estaba cuando llegué a casa, dándome a entender que ya se fue. Qué jodida ventaja tiene porque vivimos cerca de su escuela y desventaja mía por cambiarme de instituto.

¿Podré llegar en diez minutos al colegio? Lo averiguaremos. Coloqué la llave para prender la Honda. Tomó algunos años para tener el dinero y comprarla, creo que valió la pena cada sacrificio que hicimos para tenerla. O bueno, no todos...

Esperé un par de segundos para que el motor se caliente, y una vez listo emprendí camino hacia la escuela.

━━━✧❂✧━━━━━━

— Señorita Mitsuya, llega veinte minutos tarde. ¡Ya es la tercera vez de la semana! ¿Cuál será la excusa de hoy? — riñó la profesora Takahashi, quien enseña matemáticas y lenguas extranjeras. Es algo joven pero demasiado estricta.

Miré hacia el fondo del salón, esperando que Megumi me ayude pero ella está tan concentrada viendo sabe que cosa por la ventana que no sabe que es lo que pasa fuera de su mente. Solté un suspiro, dándome por vencida.

— No es excusa, pero fue mi turno de dejar a mis hermanas en la escuela, y bueno, se me hizo un poco tarde. — rasqué mi nuca, esperando que lo que dije funcione para ya irme a sentar.

La profesora me miró, enarcando la ceja y juzgándome con su mirada. — Está bien. — se hizo a un lado. — Pero que sea la última vez que llegas tarde a mi clase, ¿entendido?

— ¡Sí! — respondí, pasando a un lado de ella y caminando por el pasillo para llegar con Megumi.

Megumi Shimura se transfirió a esta escuela dos meses después de que inició el curso. Iba en la misma secundaria que Mikey y Draken, pero por cuestiones familiares la cambiaron aquí. No se sintió tan sola ya que nos conocemos desde pequeñas, con nuestras diferencias, pero supimos arreglar eso.

Yo sólo me cambié para estar con el trío de tontos. Lo que hace la amistad.

Megumi me miró cuando me senté a su lado, sonriéndome de una manera muy bonita. Carajo, ¿por qué mi hermano es tan ciego?

— ¿Qué fue esta vez? — tomó una de sus plumas para rayar su libreta, ignorando la clase.

— Un perrito. — murmuré, dejando caer mi cabeza sobre el pupitre.

— Tú y Baji se parecen cada vez más, él secuestra gatos y tú quieres hacer lo mismo con los perros. Se nota que son el uno para la otra.

— No digas esas cosas, Meg. — tomé uno de sus mechones de cabello para jalarlo suavemente.

— Sabes que es cierto. — me llevó la contraria. — Si por el fuera...

La profesora nos mandó a callar antes de poder defenderme de las acusaciones de Meg.

━━━✧❂✧━━━━━━

— ¿Qué harás hoy? — quiso saber Megumi mientras metía sus útiles a la mochila y sacaba su almuerzo.

Encogí los hombros. — Conociéndolos todo puede pasar.

— Ni como negarlo, no me sorprendería si nos llevan a quemar autos o a hacer cosas de ese estilo. A veces creo que su capacidad mental no rebasa el 50%.

— Lo mismo te pasa cuando estás con Mikey, no por algo nacieron el mismo día y comparten la misma neurona. — reí al ver su rostro de asco. Tomé su mano y nos encaminamos a la azotea sabiendo que los chicos ya estarían ahí.

Al llegar al segundo piso una conversación llamó mi atención, por lo que me oculté tras la pared para oír mejor lo que decían.

— Takuya Yamamoto es quien peleará hoy. — mencionó uno de los chicos.

— ¿No es él uno de los debiluchos de la escuela Mizo?

— Sí, es el más debilucho de todos ellos. — se burló otro. — Hanagaki perdió la vez anterior y el grupo de Kiyomasa le dio una paliza. Por eso quieren que Yamamoto peleé ésta ocasión.

¿Kiyomasa? Pero si se supone que ya había terminado con esas peleas. ¡Mierda!

— ¿A qué hora será eso? — interrogó una tercera voz.

— En el parque de siempre al terminar las clases.

Estuve a punto de entrar, pero el agarre de Megumi en mi brazo lo impidió. — ¿Qué crees que haces? No puedes entrar como si nada al baño de hombres?

— Pero necesito saber más de eso. — intenté soltarme, cosa que me fue imposible.

— ¡Lo puedes hacer al terminar la escuela! ¡Ahora vamos con los chicos y disfrutemos de nuestro almuerzo! —jaló de mi brazo hasta que llegamos a la puerta de la azotea. — ¿Cuál es tu plan? — se plantó frente mío, cruzando sus brazos por debajo del pecho.

— Kiyomasa sigue con las peleas clandestinas a pesar de que hace unas semanas se le ordenó que las dejara. Tengo que hacer algo. — apreté con fuerza el barandal, enojada porque la vida de esos chicos está en juego.

— Déjale eso a Pah, al final del día Kiyomasa es de su división.

— Si la primera vez Pah no hizo nada, dudo que esta vez lo haga.

— En eso tienes razón, pero... — tomó mis manos entre las suyas. Sus manos son tan pequeñas y suaves que puedo sostenerlas todo el día. — me preocupas. Todos los días llegas a la escuela con nuevas heridas, y créeme que esto de que lleves una doble vida ya no me está gustando.

Aquí vamos de nuevo.

— A mí también me está cansando, pero esa esa la única forma de que..

— ¿De qué? Lo único que me tiene tranquila es que no has regresado al hospital, la última vez casi te pierdo, no quiero pasar por eso de nuevo.

La atraje hacia mí para abrazarla. Lo que menos quiero es que piense en eso.

— Nada malo va a pasar. Los chicos me cuidan, son capaces de matarlos si me hacen algo, así que puedes estar tranquila. — dejé un beso en su frente antes de separarnos. — Olvidemos está conversación y vayamos con los chicos, ¿te parece? — sonreí, esperando calmarla un poco. — Lo único que puedo prometerte es que lo dejaré después de dejar éste asunto, después seré la Keiko que tanto quieres.

Meg sólo negó, dándose cuenta de que jamás podrá alejarme del mundo de las pandillas.

— Está bien, no puedo detenerte. — suspiró. — Vamos de una vez con los chicos. — tomó mi mano, cruzando juntas la puerta para reunirnos con ellos.

Baji y Chifuyu ya estaban comiendo, ambos compartiendo un recipiente con Yakisoba.

— Hasta que llegan. — comentó el pelinegro, sorbiendo los fideos,

— Creímos que ya no vendrían. — le siguió Chifuyu, sonriendo ampliamente al vernos. — Venga, siéntense, deben estar cansadas.

Megumi se sentó a un lado del rubio, dejándome a mí en el espacio entre ella y Keisuke. Recargué mi cabeza en el hombro de mi mejor amigo, quien se extrañó por mi comportamiento.

— ¿Estás bien? — apartó un mechón de mi rostro.

— Sí, sólo que hoy será un día pesado. — me lamenté.

— ¿Pesado? ¿Por qué tendría que serlo? — indagó Chifuyu. — Tal vez y nosotros podemos ayudarte.

Sentí la mirada de Megumi en mí, pero la ignoré.

— No, no, chicos. Todo está bien, puedo hacerlo sola. — ahora tengo tres miradas sobre mí, pero Baji tiene mayor intriga. — Mejor hay que comer, queda poco tiempo libre. — abrí mi bento, notando las bolas de arroz y la tortilla de huevo que hizo Takashi. — Oigan, ¿dónde está Hiroshi?

— Dijo algo sobre que tenía que arreglar no sé qué cosa con su Club de Literatura. — explicó Chifuyu, metiendo más Yakisoba a su boca.

Asentí, tomando un poco de comida para después pasárselo a los chicos, quienes aceptaron gustosos. Comimos tranquilamente, comentando sobre nuestras cosas o cualquier otra cosa hasta que el descanso terminó. Recogimos nuestras cosas y salimos de la azotea, siendo Chifuyu y Meg los que se adelantaron, dejándome a solas con Keisuke.

— No sé qué está pasando, pero sabes que me lo puedes contar, Keiko. — me tomó del brazo para evitar que siga bajando.

— ¿A qué te refieres? — lo miré a los ojos.

— A lo que sea que suceda hoy. Megumi se ve algo molesta, así que llámame si algo malo pasa, ¿bien? Según escuché, Mikey y Draken también irán para encargarse de eso con tal de que yo no me entrometa, aunque sería genial cómo les dan una paliza a esos debiluchos. — le solté un golpe. — Estoy bromeando. Ustedes tres son los únicos que pueden defender el nombre y honor de ToMan. Bueno, en sí todos pero más ustedes.

— Justo por eso me arrepiento, jamás debí aceptar ese puesto. — lloriqueé, recargándome en la pared. — Ni siquiera sé por qué hice caso a tu idea.

— Nuestra idea, mejor amiga. — recalcó, golpeando mi frente con su dedo. — Tú estuviste de acuerdo, así que no sólo yo tuve la culpa.

— Si hay una próxima vida reconsideraré hacerte caso.

Baji dejó un beso en mi frente al escuchar eso, murmurando algo que no logré entender.

— ¿Qué dijiste? Hablaste muy rápido. — fruncí el ceño, esperando que lo repitiera.

— Dije que Chifuyu y yo nos llevaremos a Meg a otro lado al terminar las cases. — terminó por bajar las escaleras, tomando mi mano cuando estuve a su lado. — Anda, te acompaño a tu clase.

━━━✧❂✧━━━━━━

Las clases al fin terminaron; entré rápidamente al baño de chicos sin que nadie me viera, yendo hacia el último cubículo para cambiarme de ropa. Llevar una doble vida es agotador, pero esto me pasa por hacerle caso a la neurona que comparto con Keisuke.

Quité con cuidado mis prendas para que no se ensuciaran; enseguida saqué las vendas de mi mochila, y sin apretar demasiado cubrí mis pechos y espalda con esta. De todo, eso es lo más difícil. Una vez terminé, me puse la ropa de mi hermano al igual que las botas, recogí mis cosas y salí del cubículo para acercarme al espejo y quitar el poco maquillaje de mi rostro, además de acomodar mi cabello en una media coleta.

Al terminar me asomé al pasillo, notando como ya nadie pasaba por éste y me dirigí rápidamente al estacionamiento.

Meg se fue con los chicos hace unos minutos, así que puedo estar tranquila. Monté la moto y emprendí camino hacia el parque. Ya es algo tarde, capaz y ya le dieron una paliza a ese pobre chico.

Llegué en menos de veinte minutos al lugar indicado, notando la tensión del ambiente. Reconocí a Draken y agradecí que llegaran antes que yo para detener las peleas. Puse el cubrebocas en mi rostro y me acerqué lentamente a ellos mientras analizaba la situación: un chico rubio en el suelo y Mikey yendo hacia Kiyomasa para darle una patada en el rostro, haciéndolo caer para tomarlo de la cabeza y golpearlo.

— ¿Qué haces aquí? — cuestionó Draken apenas me vio, avanzando hacia mí.

Todos los presentes me miraron, varios de ellos con miedo y otros cuantos se inclinaron. Uno de ellos maldecía, pero preferí ignorarlo.

— Sólo estoy de paso, grandulón.— palmeé su hombro cuando pase a su lado.— Escuché por ahí que Kiyomasa seguía con estas peleas y la idea de venir a confirmarlo me tentó demasiado. Y al ver que es cierto quiero ser yo quien le dé una golpiza, Mikey. — me acerqué hacia el chico rubio en el suelo, estirando mi mano para ayudarlo a ponerse de pie.

El rubio aceptó con timidez y se puso rápidamente de pie. Bajé un poco el cubrebocas para sonreírle antes de ir hacia dónde está Mikey, tomando la cabeza de Kiyomasa con mis manos.

— Kiyomasa, Kiyomasa. — repetí su nombre. — Ya te lo había advertido antes y a pesar de eso decidiste ignorarme. — el primer golpe fue hacia su rostro. — Sabes cuanto odio estas pelea estúpidas y más cuando lo usas bajo el nombre de la pandilla. — el segundo. — La vez pasada sólo fue una simple golpiza, pero ésta vez será peor. — el tercero, el cuarto. Seguí golpeándolo hasta que cayó su nariz y boca sangraron, dejándolo inconsciente, y a mí con un ardor en mis nudillos. — Mierda, Takashi me va a matar.

— No, pero que va, ¡ya dinos quién es! — gritó un chico de cabello largo y castaño.

— De verdad que no puedo creerlo, ¡jamás lo había conocido en persona! — escuché decir entre la multitud. — Chicos, ¡es Raiko, uno de los hermanos Mitsuya! ¡Él es uno de los más fuertes y el tercero al mando de la Tokyo Manji!

Keiko siendo Raiko es algo así:

Se supone así se ve Keiko niño, ¿verdad k se ve bien wapx? Pero si se ponen a imaginar ella se vería como Takashi, igualita. Aunque hay mellizos, gemelos que no se parecen, así que en mi mente Keiko no se parece a Takashi. JAJAJA. Es un conflicto. Pero equis, Raiko traía enamorada a mi comadre, pero conoció al hermano y ella se olvidó de mi bendición :c.

Por otro lado, tenía la idea de que Keiko en su identidad niño era pelinegrx, para que se notara la diferencia entre Takashi y "Raiko", pero pues equis, no se va a hacer. Mejor ocuparé esa idea para otra historia que tengo planeada, en la que Raiko si existe y nadie muere. Pero más adelante les hablaré de dicha historia, por lo mientras los torturaré con SOT.

En fin, los tkm, tomen mucha awa y coman sanamente <3

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