—Tú no eres mi padre, ni ella mi madre— La tos volvió a atacarla— C-cállate de una maldita vez...
El hombre solo negó.
—Tienes razón, no soy tu padre— Repitió, y se sentó en una silla mientras miraba a la pelinegra— Creí que nunca te darías cuenta, me alegra que lo hicieras ahora que empezaremos de cero. Aunque, siendo sincero, si mi Donna y yo hubiéramos tenido hijos no serían como tú, ellos serían lindos, tiernos, inteligentes y útiles. No un desperdicio como tú....
Aquellas palabras no causaron ningún efecto en la pelinegra, ya que se había acostumbrado después de tantos años viviendo bajo su techo.
—Pero no te pongas triste, en cuanto tu madre vuelva, seremos la familia que ella siempre deseó, que ella siempre mereció.
—Donna está muerta, no puedes traerla de vuelta.
La energía en el cuerpo de la pelinegra estaba haciéndose cada vez menor por la pérdida de sangre de la herida en su ojo.
—Nunca te conté como fue que llegaste a nuestra vida, ¿verdad? Lo haré ahora. Ya que si no conoces tus raíces no sabes quién eres— Miró hacia la rizada, quien no dejaba de llorar mientras miraba el ojo de su mate—Ya le conté esta historia a tu noviecita, por que tiene que saber que su sacrificio ha valido la pena, ¿sabes?
[Verás, Donna era una mundana que conocí un día al visitar a los mundanos mientras hacía prácticas de campo allá, en cuanto la vi lo supe, supe que era mía, ojalá la Diosa Luna hubiera sido lo suficientemente inteligente como para verlo y hacerla mí mate, pero solo fue una maldita zorra que se equivocó al no conectarnos. Ella era perfecta, era hermosa, tenía unos hipnotizantes ojos cafés y su piel, oh su piel... Era tan oscura que me hacía tocar el cielo. Los dos nos amábamos, lamentablemente ella era muy pequeña como para poder venir a vivir conmigo sin que sus padres lo permitieran, ¿¡puedes creerlo!?
Mi pobre Donna lucía tan asustada de ellos que en nuestro primer encuentro me mordió tan fuerte mi entrepierna que mi lobo no pudo evitar golpearla. Ella quedó muy mal, seguro era por que le preocupaba que sus padres la odiaran, y por eso no podía moverse de la cama.
Intentamos tener hijos, pero ella no respondía. Así duramos más de 4 años, hasta que un día decidí salir a correr y te encontré, eras una bebé hermosa. Te llevé de inmediato hacia tu madre, pero al llegar...
Ella había estado tan enferma aquellos últimos días que, el día que te llevé, ella murió. Antes de conocer a nuestra hija...
Antes de conocerte]
El estómago de las chicas en ese cuarto se revolvió al escuchar aquello, a pesar de que ya lo había escuchado cien veces la rizada, seguía causando aquel efecto.
—¿Robaste a una niña?— Su voz salió rasposa y ronca— Maldito enfermo...
—¡Yo no la robé!— Gritó con enojo—Ella era mía, me pertenecía... ¡Me pertenece! y ella...— Apuntó a la rizada—Me la regresará.
—Evanna no puede revivir muertos, maldito idiota.
—Tú mejor que nadie sabe la conexión que ella tiene con las almas gemelas, ¿no?— El terror inundó los ojos de la pelinegra— Así es Sam, se de lo que es capaz Evanna. Esa vieja bruja me lo dijo en cuanto los alfas de la manada la llevaron ante ella cuando era solo una niña. Esa bruja quería a mi Donna como a su hija, la quería tanto que creó este fantástico plan. Sacrificar a Evanna y traer de regreso a mi Donna. Si extraemos suficiente de eso— Dijo señalando el líquido plateado que salía de la rizada— Ella podrá hacer un hechizo para regresármela. Es fantástico, ¿no crees?
La pelinegra soltó un grito de desesperación al no lograr salir de aquel encierro y ver como la máquina que seguía drenando a su chica le quitaba cada vez más brillo de su mirada.
—Lo mejor de todo es que faltan minutos para lograrlo...
En cuanto terminó de pronunciar aquello escuchó un fuerte estruendo en la parte de arriba. El hombre volteó asustado y salió corriendo del lugar.
El par de chicas se miró al instante, mientras una rogaba por una muerte que no fuera dolorosa y la otra rogaba por tener la fuerza suficiente para sacar a su mate de allí.
—Lo lamento tanto amor— Susurro la pelinegra—Te sacaré de aquí, aunque sea lo último que haga.
La rizada sonrió y dejó salir una lágrima y tras ella salió un chorro de aquel líquido gris, asustando a la pelinegra.
—No, no, no.
Comenzó a forcejear de nuevo, intentando transformarse a su forma animal, pero aquella cadena no lo permitía.
Otro estruendo se hizo presente y vio como la cabaña que se encontraba sobre ellas salía volando de su lugar, permitiéndoles a las chicas ver lo que pasaba.
Andrómeda se encontraba volando sobre ellos, y quitando escudos de protección, mientras peleaba con la vieja bruja de aquel lugar, e Iván peleaba con Rowan, los dos convertidos en lobos.
Aquella escena le dio esperanzas a Samantha, pero al ver como la bruja de cabello cian la miraba con miedo volteó a mirar a su mate, de quien ya no salía ningún líquido plateado. Parecía que se había drenado por completo.
No
No
No
NO
Sin poder controlarlo, las cadenas a su alrededor estallaron y su físico cambió, su cabello blanco había vuelto y su ojo blanco no dejaba de mirar a su mate mientras salía corriendo a su lado.
Antes de que pudiera tocarla, el lobo de Rowan llegó corriendo y se abalanzó hacia la chica, haciéndola salir volando de su lugar, su cabeza dolía como los mil demonios, pero el enojo fue tal, que al levantarse fue corriendo hacia aquel lobo y al llegar a su lado, comenzó a esquivar sus mordidas, en cuanto Samantha vio la oportunidad, con una sola mano tomó al lobo por su enorme estómago y lo apretó tan fuerte que los intestinos de aquel, salieron volando por todas partes.
A la par, Andrómeda, hizo estallar las defensas de la bruja de la cabaña y en consecuencia ésta también explotó.
La loba salió corriendo hacia su mate, quien se encontraba inconsciente, pálida y sumamente lastimada. Arrancó aquellas cadenas sin cuidado y la tomó en brazos, mientras le quitaba aquel tubo de su pecho.
Las lágrimas escurrieron por sus mejillas mientras miraba a Andrómeda y a Iván cargando a una inconsciente Gally en brazos.
—Ayúdala— Susurró a la bruja— Por favor, te daré lo que quieras, solo ayúdala.
La joven bruja la miró con tristeza y bajó la cabeza.
—No puedo, lo siento...
—¡Ayuda a mi mate, ahora!
Un grito lastimero salió de su garganta después de aquello, causando que su mejor amigo comenzara a llorar de verla de aquella manera.
El miedo estaba presente en todo su cuerpo, y no parecía quererse ir. Acarició lentamente las mejillas de su mate mientras una gota de líquido plateado cayó en aquel lugar. Se sorprendió al darse cuenta de que el lugar de proveniencia de aquel líquido era de la herida en su ojo.
La tocó con cuidado y lo comprobó, en ese momento el sonido de un trueno retumbó en el lugar y su loba susurró en su cabeza.
Es hora Sam...
Si tienes un plan dímelo ahora, Luna.
Y en ese preciso momento un recuerdo fue lanzado a su mente.
"—Mi cabello era igual al tuyo, pero al momento de tu nacimiento y el de Luna, el color único de mi cabello y su poder fue para ustedes. "
¡¿Poder?!
¿Podemos ayudarla? ¿Cómo los uso?
Cierra los ojos y piensa en ella, piensa en traerla de vuelta. En besarla, tocarla, amarla y cuidarla.
Cúrala, Samantha.
Eso fue lo que hizo la chica, cerró sus ojos y la sonrisa de la rizada llegó a su mente, aquellos labios color cereza, esos ojos que la hacían derretirse. Recordó su cuerpo al desnudo, lleno de curvas y tan delicioso que cada que pensaba en él sentía un hormigueo en su parte baja. Los recuerdos de su lengua recorriendo toda su anatomía y repitiéndole una y otra vez lo hermosa y sexy que era.
Recordó la forma en la que cambiaba la personalidad de su chica al estar rodeada de otras personas y el cambio que daba cuando estaban solas, sarcástica, divertida, un poco malvada, caliente y muy necesitada de su lengua en su cuerpo.
Recordó sus gemidos, tan suaves y excitantes, aquellos que eran capaz de hacerla llegar con solo escuchar una melodía de ellos. Recordó también su forma de besar tan suave y a la vez tan ruda.
Recordó a aquella niña que conoció a los 5 años, aquella pequeña con el cabello alborotado y con ojos soñadores. Aquella niña a la que pasó cuidando los siguientes once años de su vida, aquella niña a la que le entregó su corazón al conocerla.
Y deseó traerla de vuelta.
Los presentes se sorprendieron al ver como una especie de domo dorado las cubrió a ambas mientras el cabello de Samantha se volvía cada vez más brillante. El suelo comenzó a temblar bajo todos ellos de nueva cuenta.
Un hormigueo recorrió todo el cuerpo de la joven loba y una sonrisa llegó a sus labios al abrir los ojos y ver a aquellas esmeraldas mirándola con amor, como siempre la habían mirado.
La mano de la rizada salió disparada hacia la herida del rostro de su novia y acarició con cuidado su contorno.
—Tu ojo...— Dijo con mucha preocupación—Sammy tu ojo, tenemos que llevarte al hospital.
Una risa nerviosa salió de la garganta de la pelinegra al ver aquello.
—Acabas de prácticamente regresar a la vida ¿y lo que te preocupa es mi ojo?
—Bueno, parece una herida profunda.— Se quedó callada un segundo y miró a la chica con su nuevo aspecto— Lamento haberte mentido, y-yo..
—Eso no tiene importancia amor, jamás la tuvo, lamento ser una maldita dramática. Todo lo que dije allá es mentira, sabes que te amo y no puedo vivir sin ti, ricitos.
—S-si lo tiene, yo debí decirte que eras mi mate, hacerlo bien, soy una-
—Entonces hazlo— Dijo la mayor.—Dime que soy tu mate, que soy tuya.
La cara de la rizada apenas comenzaba a recuperar color, pero aún así, sus mejillas se tintaron un poco de rosa.
—Eso no arregl-
—¡Deja de hablar y dime que soy tuya!
Las manos de la rizada tomaron el pálido rostro de su chica y estampó sus labios a los de ella, comenzando a moverlos con lentitud, sintiendo como el alma le regresaba al cuerpo al saber que estaba a salvo con Samantha.
Un fuerte sentimiento de alegría llenó el cuerpo de ambas, al fin estaban juntas. Sam acarició lentamente las mejillas de su novia mientras sentía como las manos de Eva se encargaban de apegarla más a su rostro, como si eso fuera posible...
La lengua de la rizada pidió permiso para entrar a la cavidad de la otra y ésta aceptó encantada de darle la bienvenida a una sus partes favoritas del cuerpo de Evanna.
Duraron unos segundos en un beso tierno, pero lleno de necesidad. La primera en separarse fue Evanna, quien dijo al instante.
—Eres mía, toda mía.
Se me desbloqueo un nuevo miedo de subir un capítulo que no va y spoilearlxs ahsdjahdkj
Pero buenoo equisss somos chavos.
¿Qué piensan de Rowan? ¿También quieren ahogarlo en ácidos de todos los tipos sabores y colores mientras lo castramos usando un palillo chino?
¡DEJEN SU VOTO POR LO QUE MÁS QUIERAN! El cap pasado no tuvo casi nada de apoyooooo, no sean así pk me bajonean :((( y pienso que ya no les gusta mi contenido.
Bueno me voy, tampoco olviden comentar y decirme que les pareció el capppppp.