-Negativo, Greg, hace ya casi dos semanas que desapareció. La hemos buscado por toda la colonia pero RT4-2 no aparece. Pensé que tú sabrías de ella, ya que le diste un intercomunicador. - escuchó decir a Aeris por el intercomunicador holográfico. Más allá de los vidrios del auto, las calles de la cuidad se vislumbraban lúgubres ante las sombras proyectadas de los edificios al amanecer.
-No, ella no contesta. Continúen la búsqueda hasta dar con su paradero-Y con ello la comunicación terminó.
Al ingresar al edificio de quince pisos que hacía de sede estatal de la OMCIA, una cuestión seguía presente en su cabeza: "Se perfectamente que RT4-2 se encuentra en poder de esa enigmática mujer, y la verdad me mantiene algo tranquilo que así sea. Si RT4-2 aparece y le dice a los demás que el Ingeniero es humano y que ha tenido contacto con él, podría tener serios problemas. Los Tegra no se lo creerán, pero Samantha Ganstech y Helgar Swiling no tardarían en sospechar de mí."
-Vaya, hoy llegas a la hora exacta. ¿Sucede algo? -Cuestionó el mayor Tengber, apenas vio a Hund ingresando en su despacho.
-Escapó Tengber, mi padre está libre una vez más.
La expresión de ira que se formó en el rostro del superior solo hubiera sido comparable a la de un déspota al que algo le ha salido mal. Decidió fumarse un cigarrillo antes de emitir alguna opinión, de forma que la nicotina le calmase un poco.
-Esto empieza a írsenos de las manos. Hund, si tu tesis de que esa "deidad" a la que veneran los robots es tu padre, eso solo podría significar...
-En efecto, tarde o temprano intentará llegar a la fábrica, sin embargo, no nos...
-Hund, piensa lo que podría pasar si tu padre entra en contacto con las maquinas- le interrumpió Tengber con clara indignación-, podría ponerle fin a las tres leyes de la robótica y con ello...
-Escucha Tengber-Volvió a tomar palabra, clavándole la mirada en sus negruzcos ojos-, es probable que mi padre intente ponerse en contacto conmigo antes de dirigirse a la fábrica. Aun cuando sabe que ahora trabajo para la OMCIA, es probable que intente confiarme información vital con el objetivo de que yo la mantenga en secreto.
-Y cuando lo haga- las pupilas del general se iluminaron como si fuesen dos cristales negros reflejando la luz-, lo acorralaremos y lo interrogaremos, y con ello, encontraremos la forma de acabar con los Tegra 03 de una vez por todas. -Tengber se colocó unos auriculares en los oídos dijo al diminuto micrófono: -Samy, ¿Cómo sigue tu nuevo brazo?
-Empiezo a adaptarme, aunque no sé si mi puntería siga siendo fenomenal con esta cosa.
-Que irónico, recibes ayuda de aquello que estamos persiguiendo-Murmuró Swiling, contemplando con una vista algo perdida, la urbe creada por los robots. Se encontraban en la azotea de uno de los edificios, lo que les permitía observar a algunos kilómetros a la redonda.
-No es equiparable. Luchamos contra la inteligencia artificial autonomista, no contra la robótica como tal-Espetó Tengber, dirigiendo una mirada Hund, en señal de que se marchase a su oficina para iniciar sus labores. -Esta última ha de ser una rama de la Ingeniería dedicada al beneficio de la humanidad, ¡No representar un peligro para la misma!
-Oye, cagonsito, te noto raro, ¿Te sucede algo? -Cuestionó Samy fijándose en Helgar.
-Nada, es solo que...-Swiling sacó de entre un pequeño espacio en su traje, una minúscula fotografía y la contempló con vista perdida. Mostraba a dos niñas pequeñas abrazadas y sonriendo.
- ¿Quiénes son esas? -Le preguntó Samy, asomándose por detrás de su hombro.
-Oh, son mis sobrinas. Estaban bajo mi tutela desde el accidente en el que murió mi hermano y su mujer, pero esta profesión me ha privado de poder estar con ellas en muchas ocasiones.
-Por lo que dices ya no son niñas... ¿No tienes una foto actual de alguna de ellas?
- ¿Para qué quieres una...?-Al fijar su mirada en la de Samantha y ver la picardía de su expresión, refunfuñó: - ¡Ah no!, ¡Olvídalo!, No permitiré que te babees con alguna de ellas.
-Está bien, está bien. No te pongas histérico.
-Oye Samantha, ¿Acaso no tienes a nadie a quien extrañar?
-Para nada, soy una cazadora solitaria -Respondió sentándose a contemplar la ciudad al lado de Swiling.
- ¿Y por qué estás trabajando conmigo?
-Políticas de la OMCIA. No es que me agrade, pero digamos que contigo se aseguran de que no llene de plomo todo lo que se mueva.
-Si no te agrada, ¿Por qué te uniste a la OMCIA?, podrías simplemente haberte quedado en el ejército y de seguro te habrían mandado a algún otro país en guerra y tendrías bastante que balear.
Samy se echó hacia atrás la parte del traje que cubría su cabeza, liberando su melena marrón, comenzando está a caerle por los costados.
-Porque a la OMCIA se unió una persona a la que deseo con toda mi alma superar. Mi mayor rival...
- ¿Quieres contarme un poco?, entre la rehabilitación de tu brazo y el hecho de que la robot liberada no aparece, esta semana ha estado muy aburrida. -Ella le miró de tal forma, que Swiling casi pudo ver en el café de sus ojos un leve atisbo de sentimiento, algo de lo que se había convencido, Samantha carecía. -Puedo apagar los micrófonos si deseas que el mayor no se entere.
-No, el mayor conoce la historia. Se trata de una teniente de mis días de academia. Se llama Nicole Contreras, pero todos solían apodarla la teniente de acero, debido a que era asombrosamente fuerte y tenía una puntería milimétrica.
- ¿Ella era mejor militar que tú?, si es así no me cuesta imaginarme el por qué tus ansias de superarle.
-Aún me hierbe la sangre al pensar en ella. Recuerdo que más de una vez llegamos a enfrentarnos cuerpo a cuerpo, debido a que yo solía desacatar su autoridad. En todas las ocasiones ella solía hacerme papilla. Era extremadamente rápida, y juraría que sus golpes eran capaces de abollar el acero.
-Déjame adivinar, te esforzaste día y noche para poder ganarle pero llegado un momento ella optó por unirse a la OMCIA.
Samy se puso de pie y dirigió una reflexiva mirada al altísimo techo abovedado de la colonia.
-En efecto. No pude soportar el hecho de que ella no estuviese para poder superarla, así que me uní a la OMCIA con ese objetivo. Pero en fin. Vamos, estoy harta de esperar a adaptarme a mi nuevo brazo, quiero encontrar al objetivo cuanto antes, y causarle algo de dolor a su protectora.
Totalmente ignorante de que todos en la colonia la estuviesen buscando, Kaily pasó casi una semana completa armando cosas con el montón de chatarra que dominaba la morada de Menardi. Al principio solo fueron artefactos algo simples como el violín, que sin embargo ya de por si eran más complicados que lo que Fluvie solía armar, no obstante, con cada nuevo artefacto, la complejidad aumentaba a pasos agigantados y se volvió exponencial cuando Kaily descubrió el potencial de utilizar la electricidad. La pequeña Fluvie intentaba imitar paso por paso todo lo que Kaily construía y siempre que no comprendía algo, ella le explicaba de forma ilustrativa.
Entre eso y el hecho de que Berael y Volta hiciesen desastre con lo fabricado por las chicas robot, Devie Menardi no podía decir que estuviese aburrida.
-Es asombroso como a pesar de que su memoria fue bloqueada, logra superarse a sí misma construyendo cosas cada vez más complicadas-Llegó a decir en un determinado momento en su cabeza.
-No me sorprende. Las facultades aprendidas no se almacenan en la región del cerebro dedicada a la memoria, eso es así también en humanos. -Le respondió una voz masculina, a través del receptor mental. -No puede recordar sus vivencias pasadas, pero todo su intelecto sigue intacto.
-Hund, no estoy segura de que de verdad el tiempo se acerque. Ni siquiera la he visto plantearse la cuestión fundamental.
-Que no la hayas visto no quiere decir que no lo haya hecho. Recuerda que fue lo único que mantuvimos intacto de su memoria- Afirmó Alfred Hund con propiedad, hablando desde el laboratorio de su hijo. Se encontraba terminando de ensamblar algo parecido a un arma- ¡Genial!, Esta nueva pistola de pulsos electromagnéticos me quedó incluso mejor que la anterior.
-Bueno, si tú lo dices...
En un punto, Kaily paró de ensamblar piezas, y dejo que su mirada fuese invadida por el vacio. Se levantó y contempló lo que en conjunto con la pequeña Fluvie, había construido. Había de todo, carritos que se movían a través de rotores que funcionaban con viejas baterías eléctricas, muñecos que se movían en patrones predeterminados, un brazo de tres dedos que se ponía a clasificar diversos materiales, y hasta un extraño robot volador al que nombró "mariposa".
Se enfocó por un instante en lo que, tan solo tres días atrás, había sido la clave para lograr todo aquello: Una tablilla plástica con cientos de agujeros entre los que podía conectar diversas cosas. "Protoboard" se leía en uno de sus costados, y fue precisamente al descubrir su funcionamiento, que pronto Kaily se encontró creando mecanismos cuyo funcionamiento se basaba en la lógica.
-A esto lo llamo "Transistor", y a este otro "Resistencia" -Le había ilustrado a Fluvie, sosteniendo pequeñas conexiones hechas con alambre y silicio. -Puedes conectarlos al protoboard para crear diversos circuitos que luego podrás utilizar como base para crear otras cosas. ¿Vez ese brazo que esta allá ordenando las piezas?, aquí está su circuito armado en el protoboard. -Le mostró un proto que se encontraba atestado de cablecillos, resistencias, compuertas, transistores y demás tipos de virguerías electrónicas. Fluvie las desconectaba y observaba como sumida en un trance, y luego intentaba llevarlo a la práctica, demostrando que a pesar de su condición, era capaz de entender perfectamente a Kaily.
Ahora, habiendo pasado una semana, y mientras sostenía el protoboard en ambas manos, se acercó hasta Devie, quien se encontraba sentada junto a una mesa, comiéndose unos panecillos.
-Dime, ¿Cómo podría enlazar cuánticamente un fotón a un electrón?
-No tengo idea. ¿Pero acaso sabes siquiera lo son un electrón y un fotón?-Le respondió aparentando no prestarle mucha atención.
-Algo dentro de mí me dice que lo sé, pero es como si estuviese bloqueado y solo pudiese ser desbloqueado al entrar en contacto con alguno de ellos. Sé que todas las cosas que he deducido hasta ahora no las he deducido realmente, sino que ya las conocía, solo me hacía falta vislumbrarlas nuevamente.
-En efecto Kaily, así es, sin embargo dudo que eso te sirva para resolver la cuestión que me planteas. Los electrones y los protones son demasiado pequeños como para que puedas verlos.
-Bueno, cambiando de tema. Dime algo, ¿Berael y Fluvie no tienen implantado el Circuit en sus cabezas, verdad?
-No, ya te dije que los rescaté de la tirada de robots defectuosos. Las maquinas primero terminan un robot y una vez que comprueban que su funcionamiento es aceptable, le instalan el Circuit en su memoria.
-Tu... ¿Sabes dónde se encuentran esas máquinas?, quiero ver si soy capaz de algo.
Devie le contempló con interrogante fascinación, dejando ver que le fascinaba que Kaily se plantease aquellas cuestiones, y antes de darse cuenta, ambas bajaban nuevamente a la colonia a través del cilíndrico compartimiento.
- ¿Qué piensas hacer con las maquinas con respecto al Circuit? -Cuestionó mientras sentía su peso hacerse ligero producto del descenso.
- ¿Vez de lo que Fluvie es capaz gracias a que no posee esa pocilga de mitología barata en su cabeza?
-Pero eso se debe a que su cerebro es defectuoso, sino, Berael haría lo mismo.
-No lo creo. Sostengo que Berael es igual de capaz, sencillamente no le ha puesto empeño. Sea cual sea el caso, quiero poner algo a prueba...
-Bien, si lo que quieres es llegar a las maquinas puedes pedirle a cualquier Tegra que te guíe. Te seguiré de cerca por los tejados, cuidando de que alguna espía entrometida no intente hacerte daño nuevamente.
Al salir nuevamente a la colonia, Devie no tardó en subirse al techo de uno de los edificios utilizando la cuerda y Kaily se limitó a caminar. A penas el primer Tegra le advirtió, fue como si todos se aglomerasen a su alrededor.
- ¡Aquí esta!, ¡El ángel enviado por el Ingeniero ha vuelto!, ¡XOR!-Pregonaban algunos.
- ¡La encontramos!, ¡RT4-2 se encuentra bien!, ¡XOR! -Repetían otros.
- ¡Que alguien llame a la profeta! -Decían unos terceros.
- ¡OIGAN TODOS! -Intentó interrumpir, pero fue inútil, al parecer ninguno le prestaba realmente atención, por lo que decidió seguir caminando entre la multitud, hacia el centro de la colonia, sabiendo que de seguir así, tarde o temprano el ajetreo ocasionaría que se encontrase con el único robot que si le escucharía. Y tal y como vislumbró, menos de media hora de caminata después, allí estaba.
- ¡Kaily Vega! -Gritó Xander, abalanzándose para darle un fuerte abrazo.
-Xander, pensé haberte dicho que me llamases únicamente por mi número...
-Perdona, pero entre mis reparaciones, se me ha olvidado. ¿Dónde has estado?, ¡Te hemos buscado durante toda la semana!, me alegra tanto que este bien, santo sea el Ingeniero, ¡XOR!
-Es una larga historia. Por ahora necesito que me lleves hasta donde se encuentran las máquinas.
- ¿Y puedo preguntar por qué razón?
Kaily lo dudó por un instante, sin embargo, a la final se decidió por mentir:
-Es solo que quiero vislumbrar con mis propios ojos la maravilla creadora del Ingeniero.
- ¡Sabía que tarde o temprano lo aceptarías como tu salvador! -Kaily sintió los metálicos labios de Xander tocar su suave mejilla con un beso-Sígueme.
Caminaron atravesando las multitudes de robots expectantes, que conforme avanzaban, se hacían cada vez menores, y todos los Tegra volvían a sus labores normales. El Paper Computer en los edificios mostraba toda clase de señales que identificaban las distintas zonas, así como también diversos datos tales como la cantidad de energía gastada por cada edificación, el porcentaje restante por terminar en algunos edificios, y hasta había resúmenes de algunos sermones de la profeta.
Transcurrida una hora de caminata, Xander y Kaily habían llegado justo a la zona donde se ubicaba el gigantesco pilar por el que habían descendido un tiempo antes.
-Están justo debajo de los ascensores, es por aquí-Dijo intentando guiar a su compañera por uno de los pasillos que salían del pilar, pero esta no pudo seguirle. De pronto, fue como si una mano invisible le tapara la boca. Intentó moverse pero antes de darse cuenta, su cuerpo estaba siendo sujetado por algo que no podía ver.
-Te tengo. Te habría bolado la cabeza desde lejos si tuviese completo dominio sobre mi nuevo brazo, pero no es el caso-Le susurró Samy al oído con malicia, entre las mascadas que le daba a un chicle. -Dime, ¿Dónde está tu morena protectora?, ¿Eh?
Kaily intentó forcejear, pero Samy tenía mucha más fuerza que ella. Pronto vislumbró un punto rojo posarse en su pecho, de la misma forma que días atrás.
-Es tu fin, robot liberado, y no te preocupes. Después de ti le seguirá toda esta colonia.
Pero tan rápido como apareció, el punto rojo se desvaneció, y pasaron los minutos y nada sucedía.
-Swiling, ¿Qué diablos estás haciendo? Se supone que debes disparar -dijo al aire, esperando que su compañero escuchase por el intercomunicador, pero no hubo respuesta-, ¿Swiling?, ¡Responde!
-Samy, Helgar acaba de ser atacado, ¡Ten cuidado! -Escuchó gritar al mayor Tengber.
- ¿Pero qué? -Antes de darse cuenta, el punto rojo se proyectaba al suelo, unos metros por detrás de ambas, y Samy comprendió que quien estaba apuntando sabía que ella estaba allí a pesar del camuflaje óptico, el cual, de no haber estado encendido, habría mostrado el punto rojo marcado justo sobre su frente. -Mierda, maldita zorra... Te nos has adelantado...-bajó la cabeza intentando ocultarla tras el cuerpo de la robot, pero eso le permitió a esta meterle un codazo en la cara que ocasionó que Samantha le soltase, haciendo que cayese al suelo. Fue en ese momento cuando la mujer vio que un artefacto se le caía a la robot desde uno de sus bolsillos. Kaily no le prestó casi atención, pero Samy juraba haberlo visto antes. Esquivó a tiempo el punto rojo, evitando que el disparó le diese, y aprovechó su invisibilidad para tomar el artefacto y retirarse cuanto antes, pues sabía que apenas intentase agarrar a la robot, delataría su posición ante su enemiga. Por ahora, el artefacto era más que suficiente.
- ¿Qué, que ha sido eso? -Cuestionó Kaily poniéndose de pie. Hizo varios giros sobre su cuerpo con los brazos al frente mostrando puños, con el objetivo de defenderse, pero nada pasó. Su captora nuevamente se había esfumado.
- ¡Kaily, no te quedes atrás! -Escuchó decir a Xander desde el pasillo.
Se apresuró a seguirle y en un momento dado, llegaron a una escalera que descendía en forma circular, rodeando la circunferencia del pilar.
- ¿Por qué te retrasaste?
-Tuve un pequeño inconveniente, nada grave.
-Bueno, sea como sea amiga, te presento a las máquinas que nos han dado vida a todos, por obra y gracia del Ingeniero. -Declaró con orgullo el robot al atravesar una compuerta, haciendo que ingresasen a un inmenso salón atestado por líneas de ensamblaje, que transportaban diversas piezas de robots Tegra 03, así como también montones de brazos robóticos que de forma automatizada las armaban. Había prendadoras y fundidoras de metal por aquí y por allá, pero quizá lo más imponente era lo que se encontraba justo en el centro del lugar. Una maquina formada por dos cilindros que surgían del techo y del suelo, y que se extendían varios metros hacia arriba y abajo, dejando un breve espacio de aire en donde diversos hologramas se proyectaban. El cilindro inferior contaba con multitud de controles, formados por botones y pequeñas palancas, pero nada ni nadie los manipulaba. Y aun así, los hologramas cambiaban a menudo, mostrando diversos diagramas y datos sobre el estado de la maquinaria y la programación de la misma. Kaily no tardó en entender que la maquina quizás tenía intelecto propio, a lo que denominó: "Inteligencia Artificial (IA)"
-Esa es la computadora central, es el corazón mismo de las máquinas. Hay quienes sostienen que el alma del Ingeniero duerme en su interior, aunque la profeta suele desmentirlo a menudo.
Kaily no tardó en percibir que tanto la computadora como el resto de maquinaría parecían estar revestidas por una extraña capa que emitía un brillo parecido al de la electricidad. Al acercarse y tocar una de las líneas de ensamblaje, sintió leves cosquillas en un sus dedos.
- ¿Qué es esto?
- Recuerda el libro de RoboGenesis, Kaily!, ese es el hechizo protector que el Ingeniero puso a las maquinas con tal de evitar que los humanos pudiesen volver a maldecirlas. ¡Nada puede dañarlas amiga!, ¡Nada!
-Entiendo-dijo acercándose a la computadora central para examinar los controles. Vio que al tocar los botones la información mostrada por los hologramas cambiaba. -Aquí dice que hay un total de veinte líneas de ensamblaje, cada una capaz de terminar un robot por segundo.
-Y bien amiga, ¿Qué te parece la magnificencia del Ingeniero?
-Es asombrosa...-Respondió sin prestar atención, dándose cuenta, para su asombro, que la IA de la computadora se mostraba dispuesta a que Kaily jugase con los controles.
- ¿Puedes interactuar con la computadora?, ¡Como se nota que para el Ingeniero eres especial, ninguno de nosotros puede hacerlo!
-Es como... Como si esta cosa hubiese estado esperando mi llegada...-Murmuró para sus adentros, revisando entre los diversos menús que mostraba el holograma. - ¿Xander, tu entiendes lo que dicen los hologramas de la computadora?
-No amiga, ni yo ni nadie en toda la colonia. Eso solo el Ingeniero puede comprenderlo.
Kaily intentó disimular la sonrisa que se le formó en el rostro al escuchar eso. Continuó buscando, convenciéndose cada vez más, no solo de que la IA le estuviese esperando, sino que incluso ya previese sus intenciones desde un principio. Llegó hasta el punto en donde se mostraba el protocolo que instalaba el Circuit en la memoria de los Tegra, y lo modificó para que excluyese del mismo a una de las líneas de ensamblaje.
-Ya es hora de dejar a un lado los robots con fe, y crear algunos robots capaces de pensar...