Narra Logan Lerman.
—Después de todo lo que pasó y que ustedes se enfermaron como una semana, es bueno reunirnos todos otra vez.—nos dice Antonio, dejando los codos sobre la mesa.
Yo solté un bostezo que tuve que cubrir con mi mano para no ser maleducado. Bianca no estaba mejor que yo, su cara se deslizaba hasta pegarla contra la mesa por el sueño que cargaba.
—Yo entiendo que quieran mantenerse distraídos, pero esto es extremo.—indica Ana, señalándonos.
La fiesta de Bianca se canceló. Mientras estuvimos en la lluvia me dijo que no quería hacer nada en su cumpleaños y lo respeté. Igualmente no pudimos pararnos de la cama ese día ya que nos resfriamos por la lluvia; Ana y Nelson iban todos los días a cuidarnos.
Fue una semana deprimente, Bianca estaba desorientada todo el día y por las noches dormía aferrada a mí como si fuera a escapar. Y la entiendo. Tiene miedo.
—Logan tiene exámenes finales y sus tareas era una maldición.—murmura Bianca medio dormida.—Pasamos algunas noches sin dormir para asegurar la mejor nota.
—Yo le dije que no me ayudara,—la acuso.—pero es muy terca.
—Los dos tienen una cara de querer morirse.—menciona Nelson.
—Si queremos.—respondemos al mismo tiempo.
Ana se suelta a carcajadas y Antonio nos mira sin remedio.
—Es bueno saber que tienen muchas ganas de vivir.—dice Gagliardi con sarcasmo.—Pero la razón por la cual pedí reunirnos es que con todo lo que pasó, no pude entregarle mi regalo a Bianca.
Eso medio despertó a mi novia, la cual frunció el ceño aún con su cara de pegada.
—¿Y que es? ¿Un viaje a Mérida? ¿El burrito que siempre quise?
—Ten. Feliz cumpleaños.
Desliza un sobre por la mesa y ella lo recibe desconfiada. Puede que si sea un viaje y adentro esté el boleto, no me molestaría que tomara unas vacaciones.
Abre el sobre con cuidado y lee los papeles que están dentro con los ojos muy abiertos. Luce sorprendida. Muy sorprendida.
—¿Cómo que el apartamento está a mi nombre?—pregunta incrédula.
—Tenía pensando hacerle esta trampa a Pedro desde hace tiempo, para darte un "seguro" en caso de que pase lo que efectivamente pasó. Hablé con tu madre y Luigi, estuvieron de acuerdo con dejarte todos los bienes que tienen aquí y joder a tu papá.—nos explica a todos y Bianca sigue con la boca abierta.—Tuve que hacer un par de llamadas y hablar con un juez, pero ya todo te pertenece: el apartamento amoblado, una parcela en Barrera, el pequeño apartamento en la playa...
—Párate ¿Cómo que apartamento en la playa? ¡¿Tenía un apartamento en la playa y nunca supe?!
—Graziella me dió los papeles de ese inmueble más un poder, fue de las primeras cosas que compraron juntos.—la ayuda a sacar los papeles correspondientes para que los lea.
—No puedo creer esta mierda...—lee una y otra vez todos los documentos legales.—Yo partiéndome el culo y resulta que pude vender un montón de mierdas y vivir relajada.
—Y ya que todo esto pasó y tu papá es un maldito, ya no tienes nada que te mantenga aquí ¿Verdad?—interrumpe Ana, esperando una respuesta correcta.
Bianca deja los papeles sobre la mesa y se digna a mirarme. Me pregunta que haremos ahora. Me pregunta si ella puede continuar a mi lado.
—Haré lo que tú quieras, te sigo a dónde vayas.—tomo una de sus manos y la beso para reconfortarla.
—Quiero regresar a California.—decide, llenándome de alivio.—Quiero a mi mamá, a mi hermano, a Lucas, Lindsey, Dean, Vee, Emma, Dylan, Alicia, Froy... Quiero retomar mi vida allá.
—Entonces nos iremos lo antes posible.—acepto, apretando su mano mientras le sonrío.
Bianca y yo nos dirigimos a Ana, le toca a ella decidir que hará a partir de ahora: si se queda o se viene con nosotros. Nuestra satánica amiga mira a Nelson como pidiendo aprobación.
—Sal de aquí, amor. Vete con ellos y yo te alcanzo después.—le aconseja, regalándole una sonrisa.
Ana lo abraza unos segundos, diciéndole que lo va a extrañar y que espera que él logre salir de Venezuela lo antes posible.
—En ese caso y sabiendo que soy el mejor asesor inmobiliario que ha pisado este país, procederé a poner en venta tus bienes y así te llevas dinero a Estados Unidos.—finaliza Antonio, ordenando los documentos y volviéndolos a guardar.
—¿Y tú qué harás?—se preocupó Bianca.
Antonio se encoge de hombros y luce bastante calmado, no quiere angustiarla.
—Si te vas, lo único que me ata a Venezuela es la inmobiliaria ¿Quien sabe? Tal vez abra una sucursal en Florida, ya tengo reputación aquí.
Eso no la convenció del todo. No quiere dejarlo aquí solo pero tampoco va a venir con nosotros, Antonio no va a querer pisar California.
—No quiero que te quedes aquí solo.—confiesa ella.
—¿No que me estaba poniendo insoportable?—le arquea una ceja.
—Siempre fuiste insoportable,—aclara, extendiendo sus manos para alcanzar las de él sobre la mesa.—pero importante para mí. No puedo irme sabiendo que no tendrás a nadie ¡Te dije que hicieras amigos!
Antonio estalla en carcajadas ante el reclamo de Bea y solo le besa el dorso de ambas manos. Mirándola como si fuera lo más hermoso en su vida.
¿Así de pendejo me veo junto a ella? Es que hasta parece que se le caerá la baba.
—Me encanta cuando te preocupas por mí y luego me formas un peo. Voy a extrañarlo.—ahí indica que no importa lo que ella diga o haga, él será firme en su decisión.—Es hora de que te preocupes por ti. Tu salud, bienestar y futuro son prioridad ahora... Y ¿Quién sabe? Tal vez nos reencontremos por casualidad en los próximos años y si estás soltera—ahora me mira a mí.—juralo que no te vuelvo a dejar ir.
No entiendo por qué me amenaza a mí sí la que me dejó fue ella.
—Nada de eso, vamos a estar en contacto.—ordena, señalándolo amenazante.—Sabes que puedes visitarnos cuando quieras ¿Verdad?—me pregunta a mí.
Yo si tengo problema con que nos visite.
—Claro, eres bienvenido.—miento descaradamente.
—Gracias por la consideración, pero paso.—mi interior hizo fiesta al rechazo de Antonio.—Primero concéntrate en ti y ya veremos qué pasa después.
(...)
—¡BIANCA! ¡BIANCA! ¡SAL DEL CUARTO!—gritaba Ana entre risas.
Yo le pasé por un lado, algo malhumorado por burlarse de mí y saludé a Louie. Mi novia viene corriendo a la sala preocupada por los gritos y frunce el ceño al ver la expresión de ambos.
Ni siquiera quiero hablar. Pero eso no importa, Ana lo va a decir.
—¡Un motorizado atracó a Logan en la calle!—la satánica se agarraba el estómago de tanto reír.—Marico, ay no ¡El bicho le quitó la cartera y el teléfono! ¡Y el pajuo ese ni reaccionó!
Me siento avergonzado de ser tan despistado, no voy a mentir. Pero en mi defensa, no es algo de lo que esté acostumbrado a esperar.
—¿Te parece gracioso que lo hayan asaltado?—Bianca permaneció seria, cosa que me extrañó bastante.
—¿Cómo es que a ti no te da risa?—Ana pensaba lo mismo que yo.
Si me esperaba las burlas de Bea. En el camino, imaginaba los insultos y caras que pondría al enterarse y hasta lo esperaba con ansias. No pasó.
Ella se acerca a mí y me inspecciona por todos lados.
—¿Estás bien? ¿Te atacó? ¿Tienes alguna herida?—comenzó con el interrogatorio.
—Tengo herido el orgullo,—digo a modo de chiste.—no me habían robado todos estos meses y me viene a pasar justo el día que nos vamos.
—No puedes dejar Venezuela sin antes probar de su desgracia—sonríe Ana.—¿Que tal el último baño con tobo?
—Quise hacerlo especial, así que calenté el agua en una olla.
—¡¿Tenías gas?! Señor Lerman, vive rodeado de lujos.
Nos empezamos a reír por nuestro pequeño juego, pero paramos rápido porque a Bianca no le hacía gracia en lo absoluto.
—Viendo que no les pasó nada, seguiré metiendo cosas en la maleta.
Se dió la vuelta y se metió en su cuarto, cerrando la puerta a sus espaldas. Ana y yo quedamos desconcertados en nuestros lugares.
—Nojoda, cuando tú te pusiste divertido, ella se puso aburrida. Decídanse.—Ana chasquea la lengua.
—Ella no está bien.—murmuro.
—De bolas que no está bien.—cruza los brazos.—Si no la hizo feliz que te robaran por pajuo, no sé que lo hará.
Siento rabia por Pedro, porque él causó esto. Sin embargo, también me da impotencia que Bianca cambie solo porque ese imbécil es un imbécil. De verdad estoy intentando entenderla lo más que puedo, pero hay cosas que se me escapan de las manos y no sé como manejarlo.
Mi experiencia de cuando mi madre nos dejó hace un año fue diferente. Yo soy diferente.
Aunque claro, mi padre y yo nos apoyamos mutuamente en esa situación. Por los vientos que soplan, cuando lleguemos a California la que menos va a ayudar será Graziella.
Bianca no querrá regresar a vivir con ella. Habrá que buscar otro sitio para nosotros.
Pero antes...
—Debo meterme en el banco para bloquear mis tarjetas.—me apresuro a correr hacia mi cuarto antes de que el tipo que Ana llamó como "Yonaikel" sepa como usar mis tarjetas de crédito y tenga que dar muchas explicaciones.
Necesito mi dinero para hacer lo que tengo planeado.
(...)
"Pasajeros del vuelo 547 con destino a Los Angeles, por favor, abrochar sus cinturones, estamos a punto de aterrizar en la pista"
Me quité mis audífonos en lo que los altavoces indicaron nuestra llegada y giré levemente mi cabeza. Bianca dormía sobre mi hombro. Se supone que de Venezuela a California no son muchas horas, la cosa es que las aerolíneas venezolanas solo tienen vuelos a escala para llegar a Estados Unidos y parte de Europa, tuvimos que hacer escala en México y esperar unas horas más en ese aeropuerto. Duramos casi un día entero para llegar. Los que más me preocupan son Louie y Batman, quienes viajan junto al equipaje porque no pudimos sacar a tiempo los papeles de perro de compañía o algo así.
—Amore mio.—intento llamarla, elevando un poco mi hombro. La escucho quejarse.—Despierta, estamos por aterrizar.
Se estruja los ojos mientras emite un bostezo. Debe seguir cansada.
—Mierda, no estoy lista para que me atropellen los paparazzis.—gruñe mientras guarda su laptop en el bolso.—Yo no sé si viven en los aeropuertos o que, pero siempre le sacan fotos a la gente que va llegando.
—Tendrán conocidos trabajando aquí que les proporcionen información.—me encojo de hombros.—Igual no creo que pase, no soy Beyonce.
—Pero eres el mejor amigo de Venus Torres,—Ana nos estaba hablando apoyada de nuestros asientos.—la cual ha sido acosada durante semanas por...
Le tuve que lanzar mi almohada para que se callara la boca. Bianca no sabe nada del incidente de Vee con los paparazzis y todo el revuelo que causó la confesión del club gay. Justo le dije a Ana que la mantuviera lejos de las noticias relacionadas y viene a abrir la bocota.
—¿Acosada durante semanas?—Bea frunció el ceño.
—Acosada por toda su familia con cosas de Maya, es obvio.—mentí. Pero tengo el presentimiento de que la mentira no me durará mucho tiempo.
—Pero ¿Eso que tiene que ver con la llegada y los paparazz...?
"Pasajeros, ultima llamada para abrochar sus cinturones"
Ana regresó rápido a su asiento por una azafata que la miraba con cara de culo y yo ya pude respirar tranquilo por la interrupción. Pero la paz no me va a durar nada.
Me duró exactamente media hora. A penas salimos a las áreas publicas del aeropuerto con nuestras maletas, nos rodearon como 10 tipos con cámaras y su flash que te deja ciego por horas. Todos hablaban a la vez mientras nosotros tres intentábamos caminar a la salida, se nota que estaban esperando declaraciones mías o de Bianca, sino no estarían tan desesperados de hablar de algo que pasó hace varias semanas ya.
—¡Bianca, cuéntanos! ¡¿Qué hiciste al enterarte de lo que Venus Torres reveló en televisión?!
—¡Dinos mas detalles de esa noche! ¡Quedamos con ganas de más!
—¡¿Es verdad que fuiste actriz porno en Venezuela?!
—¡¿Venus Torres es tu amor imposible?!
—¡¿Crees que lo que hicieron fue infidelidad?! ¡¿Logan, la perdonaste por eso?!
Estaba claro que ninguno de los dos iba a responder, estábamos realmente cansados y solo queríamos llegar con nuestra familia. Pero ellos no se rindieron.
—¡¿Viniste cuando pasó el desmayo de Venus ocasionado por la prensa?! ¡Esperábamos que hablaras al respecto!
La cagaron.
Dioses, la cagaron horrible.
Bianca detuvo su andar de golpe, haciendo que los paparazzi se quedaran esperando con micrófonos casi golpeándola. Me miró. Estaba muy confundida y molesta; ni siquiera parpadeaba porque quería que yo le dijera algo.
—Logan ¿Cuál desmayo?—exigió saber.
—¡Increíble! ¡Bianca Donatelli desconoce el desafortunado evento que pasó Venus y su hermano con la prensa!—gritó un reportero a todo pulmón, llamando la atención de los guardias.
—¡Creemos que Froy Gutiérrez golpeó a los hombres involucrados luego del incidente!
—¡Si! ¡¿Tú hubieras hecho lo mismo?!
Para mi novia, los reporteros ya no existían. Seguía manteniendo su mirada en mí, esperando por mi respuesta.
—No podía decírtelo en el momento—empiezo a dar las explicaciones muy razonables a mi parecer del por que no le dije nada.—y yo solo...
—Cállate.—me corta. Si está molesta, cavé mi tumba.—Ahora mismo no quiero excusas, mejor hablamos en tu casa.
Y estuve completamente de acuerdo, el ambiente actual daba para una pelea y sinceramente no quiero seguir siendo mencionado en las noticias.
Los guardias nos escoltaron a la salida sin tanto problema, ahí visualicé a mis hermanos esperándonos afuera de mi Audi. Ana retrocedió.
—Me voy en Uber.—decreta, dándose la vuelta.
Lucas se apresura y le quita las maletas de encima.
—No desperdicies dinero así, mira que aún tienes un apartamento que pagar.—le guiña un ojo, Ana ni se inmuta.—También me alegra verte, Annie.
Bianca corrió a los brazos de Lindsey. Mi hermana la recibió con mucho cariño, casi maternal; pues le tuve que mencionar lo que pasó y está muy disgustada, va a consentir a Bianca hasta mas no poder.
—Me alegra verte por fin.—mi hermana le sonríe.—Los hombres no sirven, lo sé.
—Pa una mierda.—concuerda mi novia. Me señala.—Y este se está poniendo defectuoso.
Linds me mira con el ceño fruncido. Suspiré.
—Está arrecha porque no le dije lo que pasó la última vez que viajé para acá.—le resumo, disponiéndome a dejar las maletas en el maletero del Audi.
Te extrañé tanto, mi bebé hermoso.
—¡Me dijiste que solo vendrías a ver cómo Leandro se partía la jeta intentando caminar!
—Ahí no mintió.—me defiende Lucas.—Tenemos hasta fotos de Linds regañando a David porque no sostuvo bien al niño.
—Me sabe a mierda que hizo después, tuve que venir con él cuando pasó eso.—replica, intenté darle la mano pero ella la rechazó, dioses, hoy duermo con los perros.—Ahora tengo que ir corriendo a ver a Venus porque seguro piensa que me hice la loca.
—Claro que no, les dije que, conociéndote, lo primero que ibas a hacer era ir a matar a los paparazzi y Vee lo entendió.
—¡La idea era matarlos por atacar a una embarazada!
—Te recuerdo que tu condición física no es la mejor, solo quería protegerte.
—Puedes meterte esa protección por el...
—¡Wepa! Pero no digamos malas palabras en horario para todo publico.—interviene Lucas antes de que en serio Bianca quiera golpearme.—Están cansados por el vuelo, lo mejor será buscar a los perros e irnos a casa.
Bianca sonrió con malicia. Ahora que lo pienso, en casa si puede golpearme sin perjudicar mi imagen publica. Estoy condenado.
(...)
Narra Bianca Donatelli.
Sinceramente, no esperaba que Larry Lerman me recibiera en su casa con los brazos abiertos. Está en mi top 3 de cosas mas raras de la década.
A penas Lucas estacionó el auto enfrente de la ya conocida mansión Lerman, Larry y su novia salieron apresurados a recibirnos muy contentos. Susto. Logan tiene suerte de que su papá esté de buen humor y yo no quiera cambiar eso, sino le siguiera gritando ahora mismo por mentirme.
—Que bueno es verlos otra vez.—Sherlyn, la nueva novia de Larry, nos regaló una gran sonrisa mientras estrecha a Logan en sus brazos.—Siempre aposté por ustedes y el amor que se tienen.
—No lo digas mucho que llegaron peleando.—a pesar de pararnos en el aeropuerto, Lucas volvió a echarle leña al fuego.
—¿Está todo bien?—Larry sonaba preocupado. Dios, nunca imaginé estar en esta situación.
—Excelente, Larry. Tu hijo claro que no me mintió diciendo que venía solo a visitar a Leandro sino que venía a resolver un peo que me involucraba a mí y a alguien que adoro, ahora si me disculpas, estoy muy arrecha y no quiero arruinar el lindo momento en familia—expresé tan rápido que no sé si me entendieron.—equis, iré a dejar las cosas en el cuarto de Logan.
El padre de mi novio se hizo a un lado.
—Estás en tu casa, Bianca.
No creo acostumbrarme a esto. A Sherlyn deben darle un premio Nobel de la Paz.
Subí con tres maletas y Batman y Louie siguiéndome. El camino me lo sabía de memoria a pesar de ausentarme por dos años; al abrir la puerta me embriagó el olor a perfume y libros viejos. Nada en esa habitación ha cambiado: la gran cama blanca en todo el medio, el pequeño sofá a los pies, la pared llena de fotos, su enorme estantería con libros del año del nacimiento de mi mamá, su televisor pegado a la pared con algunos juegos que yo le dije que comprara. Al fondo se encontraba el baño. El baño donde tuve que bañarlo para bajarle la pea del Centauro.
Todos mis recuerdos aquí se ven tan lejanos...
Louie a penas entró se lanzó a la cama que tenía el aroma de su dueño y se acurrucó en la almohada. Sino estuviera arrecha yo también lo haría. Saqué mi teléfono y le escribí a Venus para saber si estaba en su casa, en realidad los únicos que saben que volvimos son la familia de Logan, del resto piensan que seguimos en Venecolandia. Le mandé un mensaje preguntándole si estaba desocupada para hacer kike videollamada, pero en realidad voy corriendo a saber que coño pasó y a quien puedo matar a estas alturas.
Mientras espero su respuesta, me estoy desvistiendo para meterme a bañar porque esos paparazzi tenían violín. Que bueno que aquí haya servicio de limpieza, este baño rechina como nunca. Lancé la ropa a la cama y eso hizo que Batman quisiera montarse a olerla, hace eso hasta con los zapatos. Le gusta mi olor supongo.
—¿Podemos hablar?
Logan había entrado a la habitación y cerró la puerta a penas vio que estaba desnuda. Agarré una cola en mi bolso y me hice un moño desordenado, no quería mojarme el cabello.
—Estoy molesta porque me ocultaste algo tan importante, hubiera querido ser de ayuda.—suspiro.
—Nutty, eres impulsiva y ya te has hecho mucho daño intentando defender a los demás.—habla de forma autoritaria sin levantar la voz.—Perdóname por mentirte, estuvo mal y lo sé; pero era la única forma de yo defenderte.
—Si usas las mentiras para ese fin, prefiero que no me defiendas. Tú no decides por mis acciones.
—Tienes razón, pero no me arrepiento de haberte dejado fuera de ese peo cuando estaba al rojo vivo.—se pone firme.—Lo que vendrá ahora son acosos para sacarte información a ti, porque así funciona este mundo, pero al menos no pasarás la misma desesperación que Vee.
Entiendo que quiera protegerme, pero es un peo que nos ganamos ella y yo, debí enfrentarlo con ella, no dejarla sola. Tuve que haberme enterado y venir a apoyar. Y de verdad me hubiera gustado cortar cabezas con Froy porque aunque digan que son rumores, estoy segura que si golpeó a unos cuantos. Por no decir a todos.
—Es un asunto que añadir a la lista de cosas que debo arreglar en mi vida.—digo con optimismo fingido.—La primera es buscar un psicólogo pero ahora quisiera verla.
—Te espero mientras te bañas y vamos juntos.—propone por debajito creyendo que no quiero que venga conmigo.
Pero si lo quiero ahí, por mucho que me saque de quicio.
—Está bien, no tardo.
Y en la ducha pude meditar todo lo que debo arreglar
1. Psicólogo.
2. Un trabajo estable, voy a ver si Jeff me acepta de nuevo.
3. Enfrentar a la prensa.
4. Ahorrar.
5. Buscar un departamento para alquilar.
6. Discutir con Logan el anillo de compromiso que encontré gracias a la mamagueva de Franchesca.
7. Usar la lencería que Venus me regaló.
8. Revivir Luana.
9. Una Nintendo Switch.
No me gusta ser una adulta emocionalmente inestable.
(...)
Narra Logan Lerman.
A penas vi como se abría la puerta del apartamento de Venus, mi primera acción fue soplarle escarcha en la cara. Las tradiciones siempre prevalecen.
Solo que esa no era mi mejor amiga.
Era su novio, Froy.
Quedó desorientado por el recibimiento tan inusual de mi parte, primero por la escarcha y segundo porque no me esperaba el día de hoy. Me reí descaradamente de su cara.
—¡Eres un infiel, Logan Wade!—en el interior del apartamento, Vee se acercaba a toda la velocidad que su gran panza de embarazada le dejaba.
Y a penas estuvo al lado de Froy, le soplé la escarcha que me sobraba. Ella tampoco se lo esperaba a estas alturas, pero hombre precavido vale por dos.
—¡No mames, cabrón!—se molestó Gutiérrez.—¡Mira todo el desastre que dejaste en la entrada!
Bianca salió de su escondite de un salto y se plantó a mi lado, chocando mi hombro y con una gran sonrisa por verlos después de tanto tiempo. La pareja no podía creer lo que sus ojos presenciaban.
—Ay, Froy. No seas tan marica y ponte a barrer que tienes visitas.
Venus pegó el grito de la vida y esas dos se fueron a abrazar casi con desesperación. Tanto Froy como yo nos preocupamos y agarramos a nuestra respectiva novia por precaución, Maya puede salir lastimada.
—Ustedes dos se separan.—ordena Froy, a lo que yo le doy la razón.
Bea frunce el ceño.
—Ah pues ¿Qué puede pasar? ¿Qué nazca Maya aquí mismo? Déjenos quietas vale.—reprocha.
—Tiene ocho meses de embarazo, si lo veo probable.—Froy exagera sus gestos faciales.
—Venimos a aclarar y resolver muchas cosas,—inicio yo para no darle mas rodeos al asunto.—y comenzamos diciendo que nos quedaremos de manera definitiva en California, estamos de vuelta.
Creo que Froy sospecha la razón, pues no lucía para nada sorprendido. Por otro lado, Venus hizo algo demasiado random hasta para mí.
—Esperen un momento.—nos pide y se aleja de la entrada para adentrarse en el apartamento.
Cinco segundos después, me arrojó una lampara al pecho y corrió a jalarle el cabello a Bianca. Me aterra lo explosivas que resultan las mujeres embarazadas, pero estoy acostumbrado a que Venus me lance lámparas en plena crisis.
Solo que ahora no entiendo el contexto y Bianca menos.
—Mira, enana maldita.—chilla mi novia, le jaló el cabello muy fuerte.—Uno viene a penas se entera del peo con los paparazzi y lo reciben así, me hubiera quedado en mi casa.
Mi mejor amiga tenía intenciones de gritarnos algo, pero Froy se le adelantó y jaló a Bianca del brazo de manera brusca y la metió al apartamento. Vee y yo los seguimos y cerramos la puerta a nuestras espaldas. Froy se dedicó a sacudir a Bianca por los hombros.
—¡Nojoda, pendeja de mierda! ¡Estuve esperándote!—le grita.
—¡Pero si ni me dijiste nada, mamaguevo!—le regresa el grito.
—¡Porque él me obligó!—se excusa, señalándome a mí.
Si, yo soy el que le arruina la vida a todos. Me declaro culpable.
Bianca le gritó algo acerca de que como es posible que me hiciera caso a mí cuando soy hombre y nunca tengo la razón, no presté mucha atención, me dio risa fue la cara roja de arrechera de Vee porque nadie le estaba parando bolas.
La metro y medio se paró enfrente de los dos Gryffindor peleones y exigió atención. También a gritos.
—¡¿Qué hacen aquí juntos, mardita?!—insulta a mi novia, refiriéndose a ella y a mí, claro está.—¡¿No que andabas de enfermera gratis en Jumanji?!...
Bea respiró hondo y se calmó para responder de manera clara y seria, esto no es nada fácil para ella. Se sentía avergonzada porque todos se lo dijeron y ella hizo caso omiso porque tenía esperanzas.
—Primero, no me grites que yo solo le grito al inútil de tu novio que ni para organizar coñaza funciona. Segundo, quedé como payasa y mi papá me abandonó de nuevo, no digo más.
Y creo que la enana no la escuchó. Porque seguía reclamando.
—... ¡Mira, coñoetumadre! ¡Yo pensé que todo se había ido a la mierda con ustedes dos por mi culpa y la canción y aquí andas!—se escuchaba graciosa formando peo.—¡¿QUE COÑO E LA MADRE...?! Perate, ¿Que tu papá qué?
Ya va
Está gritándole por una canción?
No puede ser
DE VERDAD SE CREYÓ QUE BIANCA Y YO SEGUIMOS SEPARADOS???
ES QUE HASTA ESTÁ ASUSTADA DICIENDO QUE ES SU CULPA
JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA
Bianca aún no lo ha entendido, por lo que sigue seria.
—Coño, dije que no lo iba a repetir, ya sufrí mucho en mi cumpleaños y los días después.—confiesa con vergüenza.—Yo vine a saber cómo estabas y si aún tengo chance de dar pelea para defenderte.
Venus buscó la mirada de Froy pidiéndole ayuda. Opté por taparme la boca.
—Bea, por mi bien, deja que te pelee.—le pide con extrema paciencia.—Está dolida, traumada por romper más a Biogan de lo que ya estaba y con ocho meses de embarazo.
La nombrada frunce el ceño, está muy cortada por lo que le están diciendo y yo contengo las ganas de reírme con fuerza. En serio no capta lo que está pasando.
Sigue con su cara confusa por un rato hasta que me mira a mí.
—¿Por qué quiere pelearme? ¿Y como traumada? La que quedó inestable fui...
Se detuvo. Ya entendió.
Mejor tarde que nunca.
Ella si que no ocultó que se le iba a salir un pulmón de la risa. Somos malas personas, dioses.
Ahora eran ellos los que se arrecharon por burlarnos de algo que para Vee es muy serio ok.
—Ya paremos esto, Bea. La enana no debió dormir por varias noches.—y si, me sigo riendo.
Mi novia concuerda conmigo y mi mejor amiga nos lanza una mirada impaciente.
—Ajá ¿Cuál es el chiste?—exige saber.
Bianca sonríe mordiéndose el labio. Posa sus manos frías sobre mis mejillas y me da un corto beso en los labios, el cual quise profundizar un poco porque se veía muy sensual hace un segundo. Al separarnos, fue Nutty quien habló en dirección a Vee.
—Chama, no puedo creer que de verdad pienses que esa canción no funcionó. Te creí más lista.
Decir que Venus Torres se echó a llorar es poco. Estoy pensando que de verdad se toma mas en serio mi relación que nosotros mismos.
—¡Los odio, marditos nojoda!—decía entre llanto. Froy se molestó de que pusiéramos sensible a la enana.—¡¿Cómo pudieron hacerme creer que los destruí para siempre?! ¡Te juro que me sentí muy mal!
—Soy testigo.—Gutiérrez alza la mano.—Miren lo que le hicieron, pendejos, estoy a punto de botarlos de mi casa.
—¡Ni se te ocurra!—lo detiene Bea.—¡A la visita no se le corre!
—¡Logan no se considera visita!
—Que lindo que ya me consideres parte de la familia, Froylan.—me burlo.
—Cállate.—se apresuró a decirme.
—¡Tiempo fuera!—exige Venus, haciéndose notar.—Es mucha traición y felicidad que procesar. Las malditas hormonas me tienen así, que peo.
—Solo hicimos una pequeña broma.—me hice el inocente, encogiendo los hombros.—Queríamos esperar a darles la noticia en persona pero sabía que ibas a insistir demasiado.
—¡Una broma de mal gusto!—me grita.—Deja de hablar que estoy intentando aceptar toda la información de los últimos veinte minutos.
—Bueno, mientras pasas tu crisis...—Bianca se frotó las manos.—Quería pedirles algo a ver si estaban de acuerdo ¡O mas bien! si les gustaría o me permiten, es completamente su decisión y entenderé si me dicen que no pero es que es lo que se me ocurrió y de verdad quisiera cumplirlo porque es algo especial de mi parte...
Ella hablaba tan rápido que supe que estaba nerviosa, siempre hace cosas así. No pude evitar esbozar una sonrisa mientras la miraba decir palabras sin coherencia. Obvio eso no pasó desapercibido por Venus y volvió a llorar con ganas.
—¡¿Ahora por qué lloras?!—Froy estaba desesperado.
—¡Míralos! ¡Es demasiado amor desbordándose! ¡Los extrañé mucho!—se tomó su tiempo para recobrar la postura y limpiarse las lagrimas.—Ustedes sacan mi lado marico, los odio.
—Yo también te amo, enana.—le respondí. Tomé la mano de Bianca y la apreté para brindarle mi apoyo.—No te pongas nerviosa, ellos no muerden.
Sé que le irritó que la tratara como a una niña, pero no dijo nada, tomó respiración profunda y volvió a tomar la palabra.
—Maya está a punto de nacer y quisiera expresarles mi regalo para ella.—confiesa, retirándose el cabello del rostro.—Si me permiten, quiero diseñar y pintar su cuarto.
La idea me la expresó hace un mes atrás, a Bianca le gusta hacer regalos con sus propias manos para demostrar aprecio por las personas, cosas muy originales a mi parecer y al ver que Alicia y Dylan quedaron tan encantados con el trabajo que hizo en el cuarto de Riley, pensó en retomar un papel de diseñadora de interiores para cuartos de infantes. Claro está que no cuenta con el dinero suficiente para costear toda la remodelación y yo encantado de complacerla a ella y a mi futura ahijada. Sería un regalo en conjunto.
Nos quedamos esperando la respuesta de mi mejor amiga y su pareja, algo impacientes, pues Bianca tenía en su bolso una carpeta con ideas lista para sacarla y comenzar a trabajar. Entre Venus y Froy intercambiaron miradas, un lenguaje corporal que algunas parejas tienen y no pasó mucho tiempo cuando fue hora de darnos respuesta.
—No.—dijeron al mismo tiempo.
Parpadeé.
¿No?
¿Cómo que no?
—¿Cómo que no, hijos de su puta madre?—la Bianca pasiva fue reemplazada por la Bianca imprudente.—¿Quieren que yo les parta una lampara en la cabeza?
—¿No dijiste entre tu balbuceo que era nuestra decisión si aceptábamos o no?—Froy arqueó una ceja.
—No copies mi método de ataque, falsificadora.—la acusa Venus.
—¡Pero, nawara!—mi novia empezó un berrinche.—¡Exijo mi derecho como potencial madre de tu hija si Froy me llegaba a preñar! ¡Merezco esto!
—Fueron tiempos oscuros que gracias a Dios no viví.—menciona Venus.
—Y no hables de Maya como si fuera tuya que ni querías ser la madrina.—le escupe Gutierrez.
—Tenía que intentarlo.—Bea se encoge de hombros.—¡¿Por qué no me dejan decorar el cuarto?! Ustedes vieron como quedó el de Riley.
—Y es por eso que decimos con toda confianza que no.—explica Froy.—Bea, cuando te inspiras, sueles ser muy exagerada y queremos algo simple.
—¡Puedo ser simple!—asegura, pero siguen sin estar convencidos.—¡Es en serio! ¿Quieren algo minimalista? ¡Trato!
Venus suspiró, meditando sus siguientes palabras. Yo le hice ojitos a ver si lograba convencerla.
—Esto puede ser una buena terapia para Bianca.—insistí.—Necesita distraerse con algo.
Ahí fue cuando comprendieron lo importante que era para nosotros que pudieran aceptar esto. Comprenden el dolor de Bianca. Comprenden que ella solo se lo está guardando como siempre.
—Bueno, la carajita está rota porque el papá la volvió a joder...—dice, mirando a Froy.—Ta chiquita.
—Tienes razón, somos mejores que esto.—concuerda, haciendo que Bianca sonría.—Tenemos que practicar el instinto paternal y maternal.
Se podría decir que esto fue una gran victoria para Bianca, quien empezó a saltar emocionada por todo el trabajo que se le viene encima. Y claro, ya sacó la carpeta llena de paletas de colores, fotos, texturas, medidas y hojas blancas para dibujar un plano a mano alzada del cuarto.
—No se van a arrepentir.—les asegura, desbordando brillo.—Tengo pensado dividir la habitación en dos secciones y hacerla lo mas dinámica posible para su desarrollo, empezando con diversos muebles para sus juguetes, libros infantiles, uno exclusivo para sus cuidados ¡No se preocupen que yo los hago todos en madera! También pensé en usar azul y naranja, pero está a elección de ustedes, las mecedoras me parecen anticuadas y ocupan mucho espacio ¿Qué les parece asientos tejidos colgados? Pueden usarse como columbio ¡Oh! Tenía pensado hacerle un lavamanos miniatura para que ella aprenda de higiene personal y sea independiente, claro, para eso debo contratar a un plomero pero me parece...
—Te damos una pared, tómalo o déjalo.—la interrumpe Venus.
Otra guerra se avecina.
—¿Cómo que una pared?—se ofendió, más porque la interrumpió de manera abrupta.—¿Estás limitando mi creatividad a una pared?
—Te dije "algo simple" y nos sales con un lavamanos.—dice Froy.
—¿Acaso quieres que tu hija sea bruta?
—¡Eso no lo define un lavamanos!
—Cuando no sepa lavarse los dientes sola, hablamos.
—Verga, andas intensa.—se mete Venus. Yo me mantuve callado porque la conversación fluía muy bien sin mí, creo que soy el único que se ríe.—Está bien, por ladillosa, te doy una pared y el techo. Si sigues ladillando, no te doy un coño.
Bianca cerró la boca automáticamente y yo asentí, satisfecho por la negociación. Además, conociendo a mi novia y a mi mejor amiga, estoy casi seguro de que van a modificar el acuerdo. Vee la va a malcriar. No lo suficiente para que Bianca haga lo que quiera, pero si para añadir algunas pocas cosas.
—Ok, no es lo que buscaba, pero conseguí algo al menos.—dijo Nutty, guardando las cosas.—Va a ser una pared tan arrecha que las otras tres le tendrán envidia.
—No lo dudo, Amore mio—la acerco a mí y le planto un beso en el cabello.—¿Se animan a salir a comer? Queremos celebrar nuestro regreso.
—¿Y si mejor nos quedamos aquí a tomar café y chismear?—propone Vee. No quiere salir.—Me deben los detalles de esa reconciliación, espero que sea tan dramática como me imagino.
—Fue intensa...—la define mi novia, mirándome de reojo.
Muy intensa.