Zhongli había convencido a Childe de que lo dejara acompañarlo mientras acababa con el papeleo, con la compañía del castaño el trabajo se hizo menos tedioso, recibía dulces besos como premio por completar una parte de su trabajo y por cada queja de Childe el adepto le decía lo injusto que era que, habiendo otros heraldos, le dejaran todo el papeleo a él. Se sentía bien, se sentía cálido tener a Zhongli, se sentía feliz por estar con él. Cuando el snezhnayan no pudo retener un bostezo, el ex arconte le dio un casto beso en la punta de su nariz.
—Mi amor, mantente despierto un poco más, ya casi terminas, luego iremos a casa y cocinaré algo rico para cenar.
Childe a penas y podía mantener los ojos abiertos, estaba entre la inconsciencia de los sueños y la realidad de Zhongli llamándolo a quedarse despierto, pero se inclinaba más por la inconsciencia, a penas y había analizado las palabras del adepto reconociendo la forma en la que mencionó "casa" como si ambos pertenecieran al mismo lugar, ellos pertenecían al mismo lugar.
—Pero yo quiero cocinar también, me gusta cocinar, además quiero ayudarte.—se quejó somnoliento y moviendo con torpeza el bolígrafo sobre las páginas para aprobar y rechazar solicitudes de préstamos, firmar por la búsqueda de endeudados y demás.
—Entonces cocinaremos juntos, pero debes quedarte despierto, no querrás que te lleve cargado a mi departamento ¿o sí?—Childe negó y sacudió su cabeza buscando disipar la neblina somnolienta que rodeaba su cuerpo.
El snezhnayan finalmente había logrado acabar con el papeleo luego de un tiempo que se le hizo casi eterno, aunque estaba seguro de que Zhongli había llenado algunas cosas para quitarle algo de peso a su trabajo. Childe se levantó de su escritorio y salió de su oficina seguido por Zhongli, caminó hacia la recepción donde Ekaterina se mantenía de pies mirando uno que otro documento asegurándose de que estuvieran correctamente ordenados, Ajax sacó unas llaves de su bolsillo y la dejó sobre el mostrador, llamando la atención de Ekaterina por el sonido del metal golpeando con la fina madera.
—No te estreses mucho, Ekaterina, has trabajado muy bien siempre, tómate un descanso.—Habló Childe con amabilidad logrando desconcertar a la recepcionista.
Tartaglia estaba actuando extraño, estaba siendo extremadamente amable y se veía de muy buen humor, en comparación a cómo había estado cuando entró enfurruñado a su oficina dando la orden de no molestarlo.
La mirada de la recepcionista dio a parar en Zhongli que estaba detrás de Childe, ese hombre tenía algo que ver, estaba segura.
—Si eres tan amable, ¿podrías ordenar un sofá para mi oficina? Si lo haces, te doy permiso de dormir en él cuando todos se vayan y estés muy cansada como para ir a tu casa.
Ekaterina estaba segura de que tenía un jefe genial, Tartaglia era, sinceramente, el heraldo favorito de los subordinados y trabajadores fatui comunes que actualmente trabajaban en liyue, era amable, pero estricto, les daba la libertad de ser humanos y era como un hermano para todos los que trabajaban para él, todos le guardaban un aprecio y harían lo que fuera porque él siguiera estando a cargo de ellos, habían rumores de que Dottore estaba merodeando por Liyue, experimentando con diferentes criaturas de la nación, nadie lo quería como jefe, era un psicópata.
—¿Ekaterina?—llamó Childe y la recepcionista asintió.
—Ordenaré el sofá, señor Tartaglia, vuelva a casa con cuidado, yo cerraré.—Ekaterina respondió y Ajax sonrió.
Estando seguro de que estaba totalmente libre, fue a casa de Zhongli y afortunada o desafortunadamente para el adepto, Childe parecía haber perdido el sueño en el camino, realmente quería prepararle algo a su novio, pero dudaba que el heraldo lo dejara hacer todo el trabajo siendo que él podía ayudar.
Así pasaron cocinando entre risas y bromas, un Childe amenazando a Zhongli con partirle un huevo en la cabeza si no dejaba de abrazarlo y distraerlo mientras picaba los vegetales y un adepto que solo buscaba sentir a su compañero cerca, pero no quería su cabello lleno de huevo crudo así que le dio espacio a su pareja para hacer su labor mientras él se encargaba del plato fuerte.
—¡Hm! ¡Zhongli, deberíamos cocinar juntos más seguido! Esto sabe exquisito.—sonriendo ampliamente, Childe animaba a su pareja, quien miraba con recelo la mano del heraldo.
Sostenía ambos palillos juntos y los usaba como tenedores, pinchando la comida y llevándosela a la boca, Zhongli no sabía si Childe lo hacía a propósito para hacerlo enojar, o si simplemente era pésimo con los modales en la mesa.
La respuesta seguramente era la segunda, el chico tenía su mejilla totalmente manchada, Zhongli contuvo sus ganas de golpear su frente y se restó a señalar su mejilla en un intento de indicarle a Childe que limpiara su cachete pero, en cambio, el pelirrojo le dio un beso en donde señalaba, el castaño que por un breve momento estuvo confundido por la acción, al comprender decidió aprovechar su oportunidad y señalar sus labios, el heraldo no tardó en besarlo, un casto beso, pero que fue suficiente para complacerlo, una vez Childe estuvo sentado pacientemente mirando hacia él, como esperando a que señale otra vez, Zhongli limpió la mejilla de su novio.
—Gracias por los besos, cariño, pero me refería a que estabas manchado.—Las mejillas del pobre chico se tiñeron de rojo ante la vergüenza.
Zhongli se limitó a mirar atentamente a Childe, que hacía torpemente un intento de ocultar su vergüenza, el adepto rió por lo bajo y apartó el flequillo del pelirrojo enviando su cabello hacia atrás, solo para apreciar mejor la capa de pecas que cubría mayormente sus mejillas y nariz, Childe había dejado de ocultarlas, decidió que le importaba poco lo que los niños de Snezhnaya le habían dicho alguna vez.
Una vez el pelirrojo acabó con su comida, Zhongli se levantó llevando los platos para lavarlos, Childe fue detrás de él, rodeó al adepto en un abrazo por la espalda, sus manos descansaban bajo su pecho y su mejilla reposaba tranquilamente en el hombro de Zhongli, cerró los ojos y sonrió ampliamente, estaba seguro de que nunca había sentido tanta paz y emoción al mismo tiempo, el sentirse seguro con él pero a la vez tener a su corazón casi explotando de emoción por su presencia era una sensación que no quería dejar de sentir.
—¿Aún tienes sueño?—preguntó Zhongli secando sus manos y volviendo a ponerse los guantes.
Childe negó, aunque en realidad sí tenía mucho sueño, pero ya había perdido toda una tarde por dormir, mordisqueó su labio, quería quedarse hasta tarde, desvelarse con él, pero conociéndolo, le diría que no era bueno para su salud dormir poco, que debe descansar y demás cosas. Zhongli lo cuidaba y estaba agradecido con él por preocuparse, pero tampoco necesitaba sobreprotección como si fuera un adolescente.
—Zhongli.—finalmente lo llamó y el susodicho giró sobre sus talones para estar frente a frente con el pelirrojo.—Sabes que soy un adulto ¿verdad?
—Sí, por supuesto que lo sé.—Respondió inclinando ligeramente su cabeza.
—¿Puedo quedarme hasta tarde contigo? ¡Soy un adulto y puedo elegir a qué hora irme a dormir!—el chico defendía su posición con lo que podía.
Zhongli hizo una mueca, claramente no le agradaba la idea de que Childe se desvelara, si había estado cayéndose de sueño hace solo un rato significaba que no había estado durmiendo correctamente. Quería negarle la petición, decirle que era malo para su salud estar durmiendo tan poco, pero no quería hostigarlo con su cuidado, es un adulto y sabe qué hacer consigo mismo, pero Zhongli no podía deshacerse del deseo de cuidar a Childe, cuidarlo para asegurar vivir juntos por el tiempo suficiente para no arrepentirse, quería que su chico viviera lo suficiente para saber que estuvieron juntos todo lo que pudieron y que no había nada de lo que se tuvieran que lamentar. Además, quería pasar el rato con él.
—Bien, vamos a desvelarnos juntos. Sólo prométeme que descansarás bien después.—Childe se limitó a asentir sonriendo ante su victoria.
Escribí este capítulo cuando estaba cayéndome de sueño, en fin, quería escribir un poco de mi hc de que los subordinados le tienen cariño a Childe y los trata bonito.