—¡Son trece penes! —Lisa acercó su mano al miembro de la menor, moviéndola, acariciando la punta —¿Cómo se sentirá dentro?
Chaeyoung abrió su boca, alegre.
—¿Tendrás trece vaginas? —la vampira sonrió, y comenzó a desvestirse frente a la menor —Lo mejor será que compruebe —le ayudó a quitarse sus bragas, y las tiró por ahí, sintiendo cómo la "menor" la montaba. Su falo rozó con la zona de Lisa que gimió.
—¿Ya has tenido actividad sexual? —Chaeyoung negó, bajando su mirada apenada. La mayor la tomó del rostro, obligándola a verla — Va a ser perfecto, Chaeyoung —relamió sus labios, y acercó a besarla, pero falló. Estaba besando a la tercera rubia. Rió bajito, y después se acercó para besar a la verdadera —. Te amo mucho.
Amenazó con meterlo, rozó con su entrada, y la menor sostuvo sus caderas, impidiéndole moverse.
—Li, antes de todo —la mayor gimió— ¿Quieres ser mi novia? —volvió a besarla, ahora con alegría, y sonrió.
—Sí, mil veces sí, Chaeyoung, acepto ser tu novia —gimió en sus labios cuando sintió toda la extensión dentro de ella— Este es mi regalo de cumpleaños.
Dijo, aprovechando que ya era de madrugada.
...
—Buenos días, novia —la pelinegra talló sus ojos, y después vió a la menor entrando a la habitación con una charola y el desayuno, y sonrió, pero dejó de sonreír al oler ajo. Tapó sus fosas nasales.
—¡¿Traes ahí ajo?! —se pegó a la pared con todo y sabana, tapando su desnudez. La rubia la vió, vió su plato, y la miró de nuevo.
—Sí, ¿Por? ¿No te gusta?
Lisa pensó, realmente pensó en todas las mentiras blancas que le podría decir a la menor. Desde que su mamá amaba el ajo y eso le arruinó la vida, haciendo que ella lo odie, o que en una aventura en las Bahamas una cabeza de ajo gigante cayó en su cabeza y le rompió la nariz.
Decidió una más creíble.
—Soy alérgica al ajo —el rostro asustado de la menor se le hizo tan tierno que en ese momento quería abrazarla y besarla.
—Dios, ¿De verdad? No sabía eso, lo siento, soy to--
—Tenemos todo el día para conocernos, amor, y toda la vida —palmeó el lado vacío de la cama, pero la menor salió, y regresó sólo con el huevo revuelto, sin el pan con ajo —. Ven aquí que quiero comerte a ti tambíen.
Y no estaba mintiendo.
Apenas llegó la rubia los labios de la mayor se dirigieron a su cuello, dejando un pequeño chupetón. Y ahí realmente lo pensó. Podría morder a Chaeyoung para que pasara toda la vida con ella. Ser eternas. Sus ojos se iluminaron mientras veía la reciente marca rojiza en el cuello de la menor, y sonrió. Mordería a Chaeyoung pero antes de todo, quería saber qué opinaba ella, si valía la pena pasar toda su vida con ella.
Mordió su labio. Eso podía esperar, ¿No? Ahora sólo quería disfrutar que Chaeyoung le estaba dando de comer y ella no tenía que moverse. Le sonrió.
La rubia al notar la sonrisa alzó su ceja, y le sonrió. Lisa juró ahí mismo que su ahora novia es la persona más perfecta del mundo, con la sonrisa más sexy, cálida, y tierna del mundo, todo al mismo tiempo. Relamió sus labios.
—¿Quieres hacer algo hoy que es tu cumpleaños? —abultó sus labios— ¿Qué quieres hacer, amor? —la abrazó por los hombros, y la mayor sonrió.
—Quedarme acostada todo el día contigo, ¿Podemos? —la otra relamió sus labios, y sonrió.
—Vamos a bañarnos y luego volvemos a acostarnos aquí para hacer un maratón de Netflix, ¿Si? —juntó sus narices, un beso esquimal.
—¿Apoco te quieres bañar?
Chaeyoung torció los ojos ante la broma.
—Lo del otro día fue porque estaba muy ocupada jugando a Red Dead Redemption, tú sabes, y ahora, vete a bañar, que lo que hicimos ayer realmente nos agotó —la mayor se levantó de la cama, enrolló la sabana en su cuerpo desnudo, pero luego comenzó a bajarla, mostrándole a la menor todo lo que tenía ahora que habían comenzado la relación. Chaeyoung rió, y le dió una pequeña nalgada.
—¿No quieres ahorrar agua? —y un sonrojo atacó el rostro de la rubia. Seguía siendo tímida incluso después de sus acciones— Está bien, regreso pronto, amor.
Y a paso rápido caminó a su habitación para ducharse, esperando que Chaeyoung haya hecho lo mismo, y ahí volvió a pensar.
Quería que Chaeyoung tuviera confianza en ella, y eso empezaría con decirle la verdad y más que la verdad. Que era una vampira que hace tiempo quería chupar su sangre, que cada semana convertía a alguien en su esclavo, y que estaba realmente enamorada de ella, como nunca en toda su vida. Ah, y que tenía 1701 años recién cumplidos. Suspiró.
Salió de la ducha, se vistió, y volvió a la habitación de la menor, que tenía una toalla en su mano.
—No te secaste el pelo, ¿Verdad? —la pelinegra asintió, mostrando su pesado y húmedo pelo—Ven aquí, lo secaré.
No vió la secadora, pero cuando lo hizo, sonrió. Se sentó en el pequeño sillón, frente a Chaeyoung, y se dejó consentir.
—Mi mamá dice que cuando amas a alguien buscas protegerlo de todas maneras y a toda costa —sentía la toalla en su cabeza, con cuidado, y sonrió. Como pudo alcanzó una mano de la rubia, y la besó.
—Yo te cuido a ti, y tú me cuidas a mi, ¿No crees? —y ambas asintieron, y aunque no se veían, sonrieron, sintiendo la calidez en su corazón.